-Así que Ykeon...aún así sigo pensando que hay algo más...
Levanté una ceja ante el comentario a cerca de Marcus: en primer lugar ¿lo habían conocido? en segundo lugar...¿qué demonios? ¿una espada a la que le atrae el físico de un humano?. Me llevé una mano a la cabeza casi al mismo tiempo que Yandrack.

Asentí ante lo que dijo Vulcana y recibí toda la información de golpe. Cerré los ojos. Para organizarla, la archivé en bruto en un lugar de mi memoria, luego esa parte la dividí en dos, una más grande que otra, la más pequeña se encargó de organizarlo todo y tras ello, de sintetizarlo y asimilarlo. Abrí los ojos, habían transcurrido 10 segundos.
-Yandrack, Yandrack, no me esperaba esto de tí...-dí un golpe con el bastón en el suelo y partículas de la arena del campo se levantaron e impregnaron el aire rápidamente con magia negra. El aire de la sala tenía un toque de magia negra, se hacía difícil la respiración, pero lo más importante era que no podría teletransportarse. Alcé una mano hacia él y con un gesto coloqué una barrera corporal que impediría que se transformase. Con telekinesis ya había bajado y cerrado toda salida por tierra del lugar. Clavé a Sentencia en el suelo a la voz de: -¡Statera!, callaré esa voz de tu cabeza, chaval-. Con ello mi espada quedaría inutilizada hasta que yo la sacase pero su espada había visto "envuelto" su poder especial, ahora era una espada normal de color anaranjado, al menos hasta que sacase a Sentencia. Ahora mismo no tenía arma, pero...moví mi mano en las sombras de la cueva y éstas se arremolinaron generando una espada de pura oscuridad. Transformé unas gotas de su sangre en un paralizante muscular (que no afectaba a órganos internos) que actuaría en pocos segundos pero que lo dejaría de pié.
-No hagas nada de lo que te puedas arrepentir, no tienes escapatoria. Lo del nombre del fuego es importante pero Tahros ya me tenía informado. No me importa que te quieras follar a una santa elfa, ni que hallas estado con enemigos de los dioses que no tienen nada que hacer porque son unos estúpidos. Pero hay alguien con quien has estado antes de que entrase en MÍ escuela y destrozase los aposentos de NUESTRA Señora, se sacrificase y resucitase como un puto perro de la Diosa. Pero dime, ¡¿POR QUÉ COÑO NO ME HAS DICHO QUE HAS ESTADO HABLANDO CON EL JODIDO MARCUS?!.
Mi voz terrible hizo temblar toda la escuela y mis ojos se habían vuelto totalmente oscuros.
A mi alrededor, la energía de las tinieblas corrompía aire, agua, fuego y tierra con uno de los más primordiales sentimientos negativos aunque poderosos: furia.
La ira me impedía tratar racionalmente las cosas, pero para mí, Marcus, suicidado, muerto y resucitado como un Guerrero Exaltado me producía un odio que me sacaba de mis casillas. Y sigue haciéndolo.
Mis ojos que absorbían la luz misma se clavaron en Yandrack y un rápido y certero tajo iba dirigido a su cuello.


OFF: turno de Tahros(y meteré intervenciones de dam) y luego yan.

Pero el tajo de Dam nunca encontró su objetivo. Furioso, levantó la cabeza para encontrarse a Tahros con un erguido Yandrack a su lado, aún sin poder moverse.
El nigromante dió un golpe con su báculo en el suelo y le impidió el movimiento en el espacio con una cárcel mientras Dam lo seguía atravesando con la mirada.
-Su corazón, su cuerpo, no puede verse afectado por paralizantes de ese tipo, sino perderá el control sobre el Nombre y se volatilizará, arrasandolo todo. -Tahros puso sus dos manos en los hombros de Yandrack y susurró a tu oído:-Te va a doler, tienes que dejarme, ¿de acuerdo? aguanta un poco: Ialpurg-pronunció con una voz grave. Entonces Yandrack abrió mucho los ojos y lanzó un grito que duró unos instantes para acabar jadeando:-Le he pedido al nombre que hierba el veneno de tu sangre, y cómo me lo has permitido pues lo que has sentido es cómo tus venas subían de temperatura. Ya puedes moverte-le dijo al oido. Luego, gritando:-¡DAM!, ¿qué has hecho?.
"-Ha estado con Marcus, Marcus Caesar, resucitado, ha desvelado su identidad, no volverá a poder pisar Garnalia...¿Y me dices que qué he hecho? Es un traidor"
-Es un DRAGÓN, él mismo avisó al Dios de que iría por libre, más o menos. A demás, piénsalo, él no sabía que ese inquisidor iba a atacar Aressher.
"-¡Mató a mi alumno!"
-A quien Amelia resucitó.
"-¿Y tú crees que te puedes ir de rositas?, Ventus y tú, que me llevasteis fuera, me hicisteis verlo todo sin poder hacer nada, me movisteis al futuro para que evitase hacer nada."
-Lo hicimos para que vieras lo que pasaba, ya te lo contamos. A demás, accediste a que hicieramos lo que sea si antes te ayudábamos, debes respetar los pactos, Juez.
Ello le sentó como un jarro de agua fría a Dam, que suavizó sus emociones, apelar a lo que es lo Justo incluso en su bando era una baza segura. Y calló al suelo ya sin la jaula hacer efecto pues estaba ligada a sus emociones negativas y que le había absorbido parte de sus energías. Casi subconscientemente, arrancó a Sentencia del suelo, liberando también a Vulcana.
-Tenemos que hacer algo con tu descontrol, Gurth.-le dijo mentalmente a su ex-alumno.- Te ruego que le perdones, Yandrack, como has visto ese hombre causa un gran efecto en tu Maestro, totalmente justificado (en realidad, no, pero la ira es inestable en servidores del Dios-mentalmente), ahora bien, dile a Dam lo que tengas que decirle, mejor con palabras que con tanta imagen mental.

Después de que Yandrack terminase de hablar, Tahros volvió a coger la palabra:
-Agradecemelo manteniéndote bajo el arropo de uno de los dos Dioses, pues pronto te enseñaré a controlar tu Nombre y debo hacerlo con alguien que sirva a un dios, de lo contrario, sería imposible. Por supuesto si mientras tanto te mantienes en este bando, personalmente sería mejor para mí. Sé que has tenido tratos con la archimaga Narshel-le dió una carta con un sello de un material similar a la lacra pero que desprendía magia(para asegurarse de que no era abierto por otra persona), en este se veía tachada la imagen de un trueno cayendo en una casa, como borde del seyo, una sonsecución de la misma letra arcana rodeandolo: shaed, sombra, oscuridad.- Quiero que se la entregues SIN leer lo que hay dentro. Es para concertar una cita con ella y un alumno suyo, debe ser en las montañas de la región élfica, tendrá lugar cuando ella desee, pero cuanto antes, mejor. El lugar está indicado ahí mismo. Tú también vendrás. Ya han despertado los dos últimos nombres que han nacido, dos nombres que no se pisan entre ellos y es mi misión entrenarlos independientemente del bando al que pertenezcan: fuego y viento. Se lo entregarás y el resto que quieras hacer correrá por tu cuenta y riesgo. Debes hacerlo en persona. Cuando nos veamos, me lo agradecerás, querido Portador.
Antes de marcharse con Dam, Tahros mandó un mensaje mental al híbrido:
-Félix Vonturim está muerto, nadie puede salir del Laberinto de las Sombras-sonaba como si el propio nigromante tratase de convencerse a si mismo-Y en el caso de encontrarse entre nosotros con el Nigromante Gris, aun no es de nuestra incumbencia pues tenemos asuntos más magnánimos de los que ocuparnos. Son granos en el culo pero tenemos peores cosas. A demás, tienen todo un reino élfico del que ocuparse como venganza y si para entonces el Concilio no les ha parado los pies, nuestro ejército y el tuyo ayudaremos a hacer caer al suyo. Por ahora preocupate por el entrenamiento que vas a recibir.


La carta dice así:
Saludos, Narshel. Creo que ya debes saber quién soy. Por lo tanto, no necesito adornar este documento con una especial presentación ni con bonitas palabras dirigidas a su persona pues el resultado sería completamente artificial.
Sin más rodeos, mi petición es la siguiente: se que un ex alumno suyo, Rocuv, ha experimentado ciertos episodios referentes a la magia eterea. Se lo que le ocurre y le ayudaré a conocerlo y controlarlo sin ningún compromisi y sin causarle perjuicio alguno. Sin embargo, para empezar requeriría de la presencia de ambos en las montañas cercanas a la escuela del bosque dorado y también con respecto a informaros y tratar de convenceros a cerca de mi compromiso con esta causa que se encuentra al margen de la rivalidad entre nuestras respectivas deidades, aunque en completa armonía con su esencia primordial. El momento del encuentro es completamente irrelevante, mas el lugar es intrínsecamente esencial: a 31.415 metros de la entrada a la escuela del bosque dorado, en dirección oeste. Cualquier experto en magia del aire podrá llevaros allí con esa exactitud, por lo que Rocuv lo hará sin problemas. Acudid sin acompañantes. Conmigo vendrá Yandrack, a quien ya conoces.

Un saludo.
T. T.