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Rocuv
Señor de los lobos (elfo)
Nombre : Rocuv Lopus
Escuela : La Torre, Escuela del Bosque Dorado
Bando : La Diosa
Condición vital : Vivo
Cargo especial : Maestro de Magia del Aire (Bosque Dorado), Maestro de Guerrero de Aire (La Torre), Caballero de El Anillo
Rango de mago : Mago consagrado, Especialista en Magia del Aire
Rango de guerrero : Guerrero experto (arcos), Especialista en Aire
Clase social : Noble (Conde del Viento y Señor de la isla de Gonnath)
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Fecha de inscripción : 02/05/2013
Edad : 24
Localización : in my word
El humano de oro y el elfo pobre (Priv. Xehanorth y Rocuv)por Rocuv, Sáb Ago 22, 2015 5:12 pm
NOTA: perdón por meter tanto desarrollo de pj pero lo he visto necesario, tanto para meter líneas como para el pj, si no te interesa, simplemente salta el primer espaciado en blanco. En el rol, sería la tarde-noche, más o menos sobre las 9 en verano, aún con sol, aunque bajo.
Tras el paseo, el primer beso y el beso por sorpresa con Aliwen, desaparecí del puerto y aparecí cerca de la puerta de entrada de la Escuela del Bosque Dorado.
Uno de mis múltiples "hogares". Aunque realmente, yo no tenía un hogar. El viento cambia, el viento nunca está quieto, el viento es libre. Yo soy libre.
...¿Pero hasta qué punto había exprimido de mi libertad? ¡Había besado a la reina de los elfos! ¡¡Dos veces!!. ¿Y qué había dicho? Al primero, no parecía molesta, ¿verdad?, de hecho, solo preocupada por mí, por cómo había reaccionado. Nadie nunca se había preocupado por mí antes, salvo Fenris.
Al segundo...el segundo fue mi despedida, no me había quedado a ver su reacción, ahora que lo pensaba era un gesto muy dramático ¿se lo habría tomado bien?.
Me llevé una mano a la cabeza. Estaba mareado, basta de pensar en eso. Siempre soy optimista, aún así, con Aliwen esa fachada de felicidad sintética desaparecía, reemplazada por una verdadera felicidad, acompañada por un torrente de sentimientos y emociones que me hacían dar gracias a Svea por estar vivo...y estar con ella.
Salí de mis pensamientos para darme cuenta de que me había quedado parado en el sitio, mirando el infinito, hacia el bosque. Sacudí la cabeza. Tenía la mente embotada, necesitaba...aaah, ahí estaba, una ráfaga de viento olor a sauce, roble y vida revolvió mi túnica. Extendí los brazos y dejé las palmas de mis manos rozando el viento, canalizando su poder, acariciandolo...como los cabellos dorados de Aliwen...alejé esa imagen de mi mente mientras dejaba que el viento pusiera orden en mí.
Algo más calmado y menos enfrascado en mí mismo, entré en el vestíbulo de la escuela y tomé el camino que llevaba hasta las habitaciones. "Solo necesito descansar para mañana despertarme despejado", me decía. La suerte era que no tenía que organizar prácticamente nada. Tenía dos vestimentas comunes, una formal, otra de viaje y las cuatro túnicas de estudiante, mi daga(la de Fenris), que la llevaba encima, al igual que el monedero con simples donaciones de la escuela por ciertos trabajos...y poco más salvo los libros de magia.
Mientras hacía inventario, saltaron mis alarmas y me detuve a tiempo justo para no chocar contra un humano...ataviado con una túnica dorada.
-Lo siento, señor archimago-hice una reverencia de disculpa y entonces me sorprendí por a quien ví:- Xehanorth- abrí los ojos, llevaba tiempo queriendo tener una charla cordial con él, esperaba entablar una amistad o compañerismo, después de todo, de una forma u otra, ambos habíamos caído en las redes y tramas de las altas esferas de los elfos. Él convirtiéndose en una alta esfera, yo...en un elfo.
Tras el paseo, el primer beso y el beso por sorpresa con Aliwen, desaparecí del puerto y aparecí cerca de la puerta de entrada de la Escuela del Bosque Dorado.
Uno de mis múltiples "hogares". Aunque realmente, yo no tenía un hogar. El viento cambia, el viento nunca está quieto, el viento es libre. Yo soy libre.
...¿Pero hasta qué punto había exprimido de mi libertad? ¡Había besado a la reina de los elfos! ¡¡Dos veces!!. ¿Y qué había dicho? Al primero, no parecía molesta, ¿verdad?, de hecho, solo preocupada por mí, por cómo había reaccionado. Nadie nunca se había preocupado por mí antes, salvo Fenris.
Al segundo...el segundo fue mi despedida, no me había quedado a ver su reacción, ahora que lo pensaba era un gesto muy dramático ¿se lo habría tomado bien?.
Me llevé una mano a la cabeza. Estaba mareado, basta de pensar en eso. Siempre soy optimista, aún así, con Aliwen esa fachada de felicidad sintética desaparecía, reemplazada por una verdadera felicidad, acompañada por un torrente de sentimientos y emociones que me hacían dar gracias a Svea por estar vivo...y estar con ella.
Salí de mis pensamientos para darme cuenta de que me había quedado parado en el sitio, mirando el infinito, hacia el bosque. Sacudí la cabeza. Tenía la mente embotada, necesitaba...aaah, ahí estaba, una ráfaga de viento olor a sauce, roble y vida revolvió mi túnica. Extendí los brazos y dejé las palmas de mis manos rozando el viento, canalizando su poder, acariciandolo...como los cabellos dorados de Aliwen...alejé esa imagen de mi mente mientras dejaba que el viento pusiera orden en mí.
Algo más calmado y menos enfrascado en mí mismo, entré en el vestíbulo de la escuela y tomé el camino que llevaba hasta las habitaciones. "Solo necesito descansar para mañana despertarme despejado", me decía. La suerte era que no tenía que organizar prácticamente nada. Tenía dos vestimentas comunes, una formal, otra de viaje y las cuatro túnicas de estudiante, mi daga(la de Fenris), que la llevaba encima, al igual que el monedero con simples donaciones de la escuela por ciertos trabajos...y poco más salvo los libros de magia.
Mientras hacía inventario, saltaron mis alarmas y me detuve a tiempo justo para no chocar contra un humano...ataviado con una túnica dorada.
-Lo siento, señor archimago-hice una reverencia de disculpa y entonces me sorprendí por a quien ví:- Xehanorth- abrí los ojos, llevaba tiempo queriendo tener una charla cordial con él, esperaba entablar una amistad o compañerismo, después de todo, de una forma u otra, ambos habíamos caído en las redes y tramas de las altas esferas de los elfos. Él convirtiéndose en una alta esfera, yo...en un elfo.
Xehanorth
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Re: El humano de oro y el elfo pobre (Priv. Xehanorth y Rocuv)por Xehanorth, Dom Ago 23, 2015 11:07 am
¿Cuánto tiempo llevaba ya en la Escuela del Bosque Dorado? Realmente no logro recordarlo. Después de lo sucedido en el funeral de Shewë, decidí establecerme en esta escuela para aclarar mis ideas. No volvimos a recibir noticias de aquel extraño individuo que se presentó en la reunión del Concilio. Tampoco sabíamos nada de Xerxes ni de los secretos después de la muerte de Shewë. Me preocupaba que pudiera estar planeando algo terrible. ¿Qué ha sido de Crescent? ¿De Catherine? Llevo tanto tiempo aquí...
Decidí estudiar. Aprender todo lo que pudiera sobre este lugar y la magia que profesaba, algo más débil después de que Xerxes sustrajera el Secreto del Aire. De hecho, iba camino de la biblioteca cuando me tope con Rocuv, el humano que se convirtió en elfo, al que conocí precisamente en el funeral de Shewë.
- ¡Hola! - le dije, con una sonrisa - Perdóname tú a mi, no miraba por dónde iba.
Sentía curiosidad por saber por qué la Diosa querría cambiar la raza de una persona. Era algo que se me antojaba extraño. Dejando eso a un lado, pude observar que Rocuv estaba cabizbajo.
- ¿Estás bien? - le pregunté - Pareces preocupado por algo
¿Le habrá ocurrido algo?
Decidí estudiar. Aprender todo lo que pudiera sobre este lugar y la magia que profesaba, algo más débil después de que Xerxes sustrajera el Secreto del Aire. De hecho, iba camino de la biblioteca cuando me tope con Rocuv, el humano que se convirtió en elfo, al que conocí precisamente en el funeral de Shewë.
- ¡Hola! - le dije, con una sonrisa - Perdóname tú a mi, no miraba por dónde iba.
Sentía curiosidad por saber por qué la Diosa querría cambiar la raza de una persona. Era algo que se me antojaba extraño. Dejando eso a un lado, pude observar que Rocuv estaba cabizbajo.
- ¿Estás bien? - le pregunté - Pareces preocupado por algo
¿Le habrá ocurrido algo?
Rocuv
Señor de los lobos (elfo)
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Re: El humano de oro y el elfo pobre (Priv. Xehanorth y Rocuv)por Rocuv, Dom Ago 23, 2015 6:01 pm
Había algo en Xehanorth que me recordaba a mí, era amable, sonriente...tenía algo..., como yo, se había visto involucrado en un sitio donde quería estar pero cuando eso ocurrió supo que es más que un sueño. Y todos los sueños pueden tornarse en pesadillas sin necesidad de pestañear.
Pero no era eso lo que me resultaba familiar, no. Era su conducta, ese tipo de amabilidad, era...era... humana.
"Por favor, por favor, oh alabada Madre Svea, Diosa de todo el Bien, Dadora del preciado regalo que es la Vida, Luz única y verdadera. Creadora del Todo que tocamos, oímos, olemos, degustamos, vemos y sentimos. Hacedora de mil juicios, otorgadora de cientos de Perdones y cientos de Sentencias. Lucero que siempre ilumina aún en la noche más oscura. Portadora de los sueños y el destino de todo hombre y mujer sobre vuestra Tierra. Poseedora de Todo y Todos. Pronunciadora de la Primera y la Última palabra que se ha dicho y se dirá...Te ruego y te imploro que, a pesar de tu regalo deseado y agradecido mil y una veces, por favor, dejes intacta esa parte de mí, pues de esa forma serviré gustoso y de la manera que este mortal considera la correcta, a vuestra Voluntad."- Me santigüe mentalmente y volví en mí.
¿Dónde estábamos? Ah, sí, Xehanorth.
Sonreí
-No importa, señor. Pero bueno, ya que la suerte ha hecho que nos encontremos, ¿qué te...-ups, casi la fastidio, es un archimago, he de tratarlo de usted a no ser que diga lo contrario...en cuyo caso hay veces que debería seguir tratándolo así. Claro, venía de abrirle el corazón y besar a una archimaga que también era la reina de los elfos...Aliwen... No, Rocuv, no. Vuelve. Xehanorth-, ¿qué le parece si nos sentamos a hablar en un lugar más tranquilo o aislado?. Me gustaría compartir mis últimas experiencias con vos y pedirle consejo a cerca de cómo ha encajado el golpe que su bien merecida y santificada consagración le ha dado. Si no es problema ni molestia, claro está.
Me detuve, había preguntado algo más, ¿verdad?. Oh, claro:
-Y con respecto a si estoy bien...no quiero hablar de ello, pero resulta que el problema radica en -sonreí ante lo que iba a decir, lo que trajo de vuelta esa pequeña capa de optimismo algo exagerado que siempre me acompañaba salvo cuando me encontraba con Aliwen. Bueno, era un progreso.- El problema es que no sé si estoy bien, o si debería o no estarlo.-me encogí de hombros.
Pero no era eso lo que me resultaba familiar, no. Era su conducta, ese tipo de amabilidad, era...era... humana.
"Por favor, por favor, oh alabada Madre Svea, Diosa de todo el Bien, Dadora del preciado regalo que es la Vida, Luz única y verdadera. Creadora del Todo que tocamos, oímos, olemos, degustamos, vemos y sentimos. Hacedora de mil juicios, otorgadora de cientos de Perdones y cientos de Sentencias. Lucero que siempre ilumina aún en la noche más oscura. Portadora de los sueños y el destino de todo hombre y mujer sobre vuestra Tierra. Poseedora de Todo y Todos. Pronunciadora de la Primera y la Última palabra que se ha dicho y se dirá...Te ruego y te imploro que, a pesar de tu regalo deseado y agradecido mil y una veces, por favor, dejes intacta esa parte de mí, pues de esa forma serviré gustoso y de la manera que este mortal considera la correcta, a vuestra Voluntad."- Me santigüe mentalmente y volví en mí.
¿Dónde estábamos? Ah, sí, Xehanorth.
Sonreí
-No importa, señor. Pero bueno, ya que la suerte ha hecho que nos encontremos, ¿qué te...-ups, casi la fastidio, es un archimago, he de tratarlo de usted a no ser que diga lo contrario...en cuyo caso hay veces que debería seguir tratándolo así. Claro, venía de abrirle el corazón y besar a una archimaga que también era la reina de los elfos...Aliwen... No, Rocuv, no. Vuelve. Xehanorth-, ¿qué le parece si nos sentamos a hablar en un lugar más tranquilo o aislado?. Me gustaría compartir mis últimas experiencias con vos y pedirle consejo a cerca de cómo ha encajado el golpe que su bien merecida y santificada consagración le ha dado. Si no es problema ni molestia, claro está.
Me detuve, había preguntado algo más, ¿verdad?. Oh, claro:
-Y con respecto a si estoy bien...no quiero hablar de ello, pero resulta que el problema radica en -sonreí ante lo que iba a decir, lo que trajo de vuelta esa pequeña capa de optimismo algo exagerado que siempre me acompañaba salvo cuando me encontraba con Aliwen. Bueno, era un progreso.- El problema es que no sé si estoy bien, o si debería o no estarlo.-me encogí de hombros.
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Re: El humano de oro y el elfo pobre (Priv. Xehanorth y Rocuv)por Xehanorth, Lun Ago 24, 2015 10:33 am
Definitivamente, a Rocuv parecía preocuparle algo. Me pidió si podíamos ir a un lugar algo más tranquilo para que pudiéramos charlar. Le dije que me acompañara y nos fuimos a uno de los bancos que había situados en los jardines de la escuela. Después del paseo, Rocuv no parecía haberse animado demasiado:
- ¿Qué sucede, Rocuv? - le dije, sentándome en el banco e invitándole a hacer lo mismo - Siéntete libre de hablar conmigo de lo que sea.
Llevaba tanto tiempo encerrado en mis libros que no me acordaba de cómo era entablar una conversación con una persona. Rocuv era un buen chico. Espero poder ayudarle en todo lo que pueda.
- ¿Qué sucede, Rocuv? - le dije, sentándome en el banco e invitándole a hacer lo mismo - Siéntete libre de hablar conmigo de lo que sea.
Llevaba tanto tiempo encerrado en mis libros que no me acordaba de cómo era entablar una conversación con una persona. Rocuv era un buen chico. Espero poder ayudarle en todo lo que pueda.
Rocuv
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Re: El humano de oro y el elfo pobre (Priv. Xehanorth y Rocuv)por Rocuv, Jue Ago 27, 2015 1:06 pm
Xehanorth era un buen hombre, me acompañó durante el paseo pero no me dijo nada de lo que quería saber. Pero era un buen hombre, por eso me dolió mentirle, o al menos no contarle toda la verdad. Pero no debía arriesgarme, no con Aliwen.
-Gracias, Xehanorth. Lo cierto es que hace unos días tuve una charla con A...hm-casi dije su nombre, lo disimulé hilando el sonido con un pequeño desliz, como si aún me planteara contarselo. Yo nunca había mentido...¿¡por qué lo hacía ahora!?. ¿Sería por ser elfo o por proteger a Aliwen?. Por favor, Svea, que esto no me cambie.- su Magestad, la reina de los elfos. Y me comentó que me iba a titular como noble a causa de mis acciones y de mi relevancia si yo aceptaba, claro. Y eso hice, no por sed de poder ni por nada, sino porque me gustaría aceptar cualquier oferta que la Diosa ponga en mi camino, pues ella me ha dado una nueva vida y así se lo agradeceré: ayudaré a los elfos y humanos, desgraciadamente a los enanos no porque me sacarían a patadas, buscaré la igualdad entre todas las personas, la igualdad que siento en mí. Y no hay otra forma de hacerlo que sacrificándome y poniéndome una máscara noble. Dime, Xehanorth, ¿he obrado bien?. ¿He sido injusto o he deseado poder dentro de mí?. ¿Podré soportar esta responsabilidad que yo mismo he echado sobre mis hombros?.-hice una pausa, había empezado a hablar muy alto- Y...si ni yo mismo me lo he podido responder, ¿podrás tú hacerlo?
-Gracias, Xehanorth. Lo cierto es que hace unos días tuve una charla con A...hm-casi dije su nombre, lo disimulé hilando el sonido con un pequeño desliz, como si aún me planteara contarselo. Yo nunca había mentido...¿¡por qué lo hacía ahora!?. ¿Sería por ser elfo o por proteger a Aliwen?. Por favor, Svea, que esto no me cambie.- su Magestad, la reina de los elfos. Y me comentó que me iba a titular como noble a causa de mis acciones y de mi relevancia si yo aceptaba, claro. Y eso hice, no por sed de poder ni por nada, sino porque me gustaría aceptar cualquier oferta que la Diosa ponga en mi camino, pues ella me ha dado una nueva vida y así se lo agradeceré: ayudaré a los elfos y humanos, desgraciadamente a los enanos no porque me sacarían a patadas, buscaré la igualdad entre todas las personas, la igualdad que siento en mí. Y no hay otra forma de hacerlo que sacrificándome y poniéndome una máscara noble. Dime, Xehanorth, ¿he obrado bien?. ¿He sido injusto o he deseado poder dentro de mí?. ¿Podré soportar esta responsabilidad que yo mismo he echado sobre mis hombros?.-hice una pausa, había empezado a hablar muy alto- Y...si ni yo mismo me lo he podido responder, ¿podrás tú hacerlo?
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Re: El humano de oro y el elfo pobre (Priv. Xehanorth y Rocuv)por Xehanorth, Vie Ago 28, 2015 12:57 pm
Rocuv me comentó que su Masted, la Reina Aliwen, le había concedido unos altos cargos en compensación a su lealtad. Sin embargo, no parecía verse capaz de afronta tamaña responsabilidad. Aún con todo, noté que no terminaba de decírmelo todo.
- Es una gran responsabilidad - le comenté, cuando quiso saber mi opinión - El único que puede saber si se siente capaz de afrontar esas responsabilidades eres tú. Lo mejor que puedes hacer es esforzarte al máximo por cumplir con las expectativas de la reina. Pero no te preocupes: estoy convencido de que lo harás muy bien
Esperaba haber podido aliviar un poco su carga. Pese a todo, seguí notando esa sensación de que se estaba guardando algo
- ¿Seguro que no me quieres contar nada más? - le pregunté, queriendo dar a entender que podía confiar en mi
- Es una gran responsabilidad - le comenté, cuando quiso saber mi opinión - El único que puede saber si se siente capaz de afrontar esas responsabilidades eres tú. Lo mejor que puedes hacer es esforzarte al máximo por cumplir con las expectativas de la reina. Pero no te preocupes: estoy convencido de que lo harás muy bien
Esperaba haber podido aliviar un poco su carga. Pese a todo, seguí notando esa sensación de que se estaba guardando algo
- ¿Seguro que no me quieres contar nada más? - le pregunté, queriendo dar a entender que podía confiar en mi
Rocuv
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Re: El humano de oro y el elfo pobre (Priv. Xehanorth y Rocuv)por Rocuv, Vie Ago 28, 2015 5:34 pm
El archimago intentó relajarme con lo que decía, lo consiguió en parte, pero el recuerdo de Aliwen seguía latente en mi interior al igual que el tacto de sus labios en los míos.
-Gracias, Archimago Xehanorth.
Volvió a hablar, a preguntar. Sabía que no se lo había contado todo, pero esta vez dejó que sus palabras expresasen.
-No, lo siento, Señor.Dudo incluso si puedo decírselo a alguien. No es nada malo, es solo un secreto. Supongo que todos tenemos algún secreto enjaulado en nuestro corazón, pero al Viento no le gusta estar entre rejas. Y no es que no confíe en tí, sino que...es algo tan personal que...no puedo decir más. Lo siento- me disculpé de nuevo.
-Gracias por su compañía y su ayuda, espero no enemistarme con vos por esto, pero me he de ir. Adiós, y que la Luz te guíe...- terminé.
Me giré y a cada paso que dí, alejándome, las hojas de los árboles se arremolinaban con mi figura mientras esta se deshacía en viento, cuando desaparecí por completo, las hojas fueron volando hasta la ventana de mi habitación, entraron y ahí aparecí.
A otros les guía la Luz, a mí, el Viento.
-Gracias, Archimago Xehanorth.
Volvió a hablar, a preguntar. Sabía que no se lo había contado todo, pero esta vez dejó que sus palabras expresasen.
-No, lo siento, Señor.Dudo incluso si puedo decírselo a alguien. No es nada malo, es solo un secreto. Supongo que todos tenemos algún secreto enjaulado en nuestro corazón, pero al Viento no le gusta estar entre rejas. Y no es que no confíe en tí, sino que...es algo tan personal que...no puedo decir más. Lo siento- me disculpé de nuevo.
-Gracias por su compañía y su ayuda, espero no enemistarme con vos por esto, pero me he de ir. Adiós, y que la Luz te guíe...- terminé.
Me giré y a cada paso que dí, alejándome, las hojas de los árboles se arremolinaban con mi figura mientras esta se deshacía en viento, cuando desaparecí por completo, las hojas fueron volando hasta la ventana de mi habitación, entraron y ahí aparecí.
A otros les guía la Luz, a mí, el Viento.
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