La Dama había llegado. La Dama había hablado. El Dios había ordenado.
"-El Dios me ha hablado. Hay una Profecía. ¡Hemos de cumplir su Palabra y su Voluntad!"
-Dinos pues, Suma Sacerdotisa y Voz del Mal, ¿qué se avecina en el mundo mágico?.-yo tenía cierto asco hacia los diferentes miembros de la Necravia, excepto a Amelia, a mi hija y a la Dama, de cada una admiraba sus diferentes habilidades. De esta última, envidio su capacidad para hablar con los dioses.-Sinceramente, yo tenía el presentimiento de que algo importante se avecina, Xehanort ha sido elegido como nuevo archimago y tenemos un segundo...-mierda. Había dicho segundo, se suponía que solo existía uno, Dam Gurth, pero el otro debía ser desconocido por todos, apresuradamente, intenté corregir mi error:-nuevo Guerrero de las tinieblas...-oh, Dios, que no se hayan percatado, ese es un problema que es mejor desconocer.

Hubo un resplandor oscuro sobre la mesa, se abrió una espiral en la misma que giró levemente hasta que pasados unos segundos se agrando creando lineas sobre la mesa que surgieron de ella como púas y se clavaron en el cuello de todos los presentes a excepción de la Dama Roja y Tharos, aquellos que fueron atravesados por esta púa de aura negra quedaron inmovilizados y perdieron instantáneamente todo su poder mágico dejandoles solo como espectadores de lo que venía a continuación.

Una figura humana surgió de aquella espiral, un hombre de estatura media, ataviado con una túnica negra con capucha, su cara quedaba oculta por una mascara negra sobre la que solo se veía el reflejo rojizo de unos ojos, este ser que apareció arrodillado cual caballero se levantó, al hacerlo las púas clavadas en los presentes que estaban conectadas a su espalda se tensaron y todos ahogaron un grito. El desconocido les miró a todos y les liberó de aquellas espinas, La Dama Roja parecía algo acelerada y Tharos jadeaba y temblaba, cosa que nadie había visto desde hacia mas de mil años.

- ¿Este es el último circulo protector del Dios?... lamentable -.

Todos se taparon los oídos y algunos gritaron de dolor al oír su voz en la cabeza, Tharos por alguna razón parecía libre de aquello pues el desconocido así lo había querido, la Dama Roja se sentó y tosió dejando caer saliva al suelo. Este ente caminó hacia Tharos que preparó su báculo, este sin embargo se deshizo al instante en sus manos, el anciano cayó en su silla respirando con dificultad. Cuando aquel hombre llegó a su lado le puso una mano en el hombro y el anciano puso los ojos en blanco. Vio todo ardiendo, la Cueva destruida, convertida en un cráter, Shaulen convertida en cenizas y miles de aprendices muertos, así como la visión de las cabezas de toda la Necravia decorando un desvencijado arco de piedra roto. Cuando retiró la mano el anciano también tosió hacia un lado.

- El Enmascarado a vuelto y ningún ser, mortal o dios podrá detenerme ¡Estad atentos! ... -. Al gritar todos gritaron y algunos vomitaron con fuerza. - ... todo aquello que conocéis y queréis desaparecerá. El mundo arderá bajo el peso de una oscuridad que ninguno de vosotros puede controlar -.

Tras esas palabras se acercó de nuevo a Tharos, se puso a pocos centímetros de su cara y el nigromante vio como la parte superior de la mascara desaparecía dando lugar a un hombre de cara pálida, con ojos azules que brillaban de una forma tenebrosa. Esta vez solo aquel anciano y la Dama oyeron lo que decía:

- Tu chico morirá de la forma más horrible que puedas imaginar Tharos -. Acto seguido le dio una llave dorada que el anciano reconoció como la que ocultaba la última sala de la biblioteca que regentaba.

Acto seguido desapareció en una explosión oscura que terminó de hacer caer al suelo a los miembros de la Necravia.

"Uno será condenado por saber más de lo que debe."-me removí en mi asiento cuando la Dama Roja pronunció estas palabras, ese podría ser yo, yo sabía demasiado. Sin embargo yo llevaba mucho tiempo en este mundo, sin embargo creo que sin mi el mundo no estará mucho tiempo. El Enmascarado ha vuelto, la bestia del apocalipsis, el Mayor Mal, el primer Guerrero de las Tinieblas, quien debe morir a punta de espada...Mi maestro me contó algunas cosas, el resto, lo apuntó en un libro...del cual el propio Asesino de dioses me había dado la llave.
"- Tu chico morirá de la forma más horrible que puedas imaginar Tharos -"Dam...apreté los dientes, si algo sabía sobre este ser es que no veía el futuro, la magia temporal se le escapaba, al igual que la de la luz, por lo tanto lo que dijo fue una amenaza...con todas las cartas de volverse realidad...
Cuando desapareció, un silencio antinatural se apoderó de la sala, y noté la mirada de varios de los nigromantes más poderosos del mundo clavándose en mí, había llegado la hora de las explicaciones:
-Ese que habéis visto ahí, es un...ser que ninguno podemos vencer. Ninguno lo podemos vencer porque es más poderoso que cualquiera de nosotros. Y él no es de nuestro bando a pesar de ser un elegido del Dios, no conozco sus actuales intenciones, pero según lo que me contó mi sabio Maestro, él quiere ser un nuevo Dios, y no le falta poder para ello. Él posee conocimientos y control sobre todas las especialidades mágicas, salvo luz y tiempo. Sin embargo, este es un enemigo común de todos, y está escrito que morirá a punta de espada.  Debemos entrenar a nuestro propio guerrero, debemos llevar al Juez de la Muerte al Juicio Final.-había acabado de sentenciar a muerte al que quizás fue el mejor de mis alumnos, sin embargo no pienso sentenciar a muerte a todo el mundo.