Recuerdo del primer mensaje :

Después de ser casi decapitada por mi nueva katana me fui a Aressher.No debia preparar ropa ni nada de eso,ya que siempre llevava conmigo la bolsa llena de ropa y mas.Mantenia mi rostro serio,con mis ojos negros y fríos como el hielo,mientras me dirigia a mi habitación.Al llegar delante de la puerta,vi que esta era de color negro.Entre en la habitación y me fije en los mas pequeños detalles de esta.Las paredes eran de color negro con unos diseños rojos,como si fueran manchas de sangre,lo que me encantaba.Había una cama grande con mantas negras y las almohadas de un color azul oscuro,lo que me disgustaba un poco,odiaba el azul.Había una mesilla de noche marrón,junto a la cama.Un escritorio marrón y una ventana por la que no entraba mucha luz por culpa de la cortina negra. Por último, el armario estaba pegado a un rincón del cuarto. Escondí mi katana debajo de la cama,me cambie de ropa y me tire en la cama sin siquiera poner la manta sobre mi,ya no tenia ganas,estaba muy cansada,no dormir 5 días me dejaba sin energia.

A la mañana siguiente desperté temprano,lo sabía por que la luna y algunas estrellas seguían visibles.
-Otra noche sin dormir bien.-dije suspirando.Me senté sobre la cama y me puse a pensar.-...Que es lo que soñé?...No tuve ningun sueño?...Por que no lo puedo recordar?-me preguntaba,preocupada.Suspiré una segunda vez y cuando cogí una toalla,sentí un fuerte dolor en los brazos.
-No me digas...que es por el entrenamiento de anoche?-ignoré el dolor y fui al baño a ducharme.
Cuando salí del baño,me puse de rodillas al lado de la cama y saque a Sangre Oscura.La observé atentamente y acaricié el filo de la espada.Deje la espada en el suelo,metí mi mano debajo de la cama y saque a Shana Kurai Kokoro,mi katana.
-A veces pienso que es ridículo esto.-susurre y me hice un corte en el brazo izquierdo,con la katana.-Primer objetivo:Llegar a Aressher y entrenar...Completado.-dije friamente,observando la sangre que caía en el suelo.
Me fui al baño y lavé la herida.Al volver,limpie la sangre del suelo,metí las espadas debajo de la cama y me volví a sentar sobre la cama.

Escuché la voz de Arwin en mi cabeza,diciendo que vaya al campo de entrenamiento.
-Vaya,a si que ya esta despierta.-dije algo sorprendida.-Bueno,mejor voy a prepararme.-agregué mientras sacaba ropa limpia.Una camisa negra,calcetines negros y largos asta la mitad del muslo,un vestido negro y mis zapatos de combate.
-Ya casi estoy.-susurre.Me dirigí a la cama y saque a Sangre Oscura,pensando que era la mejor arma que podía llevar en el entrenamiento o lo que iba a pasar.-Perfecto.-dije y salí de la habitación.

Llegué jadeando a mi habitación, cerré rápidamente la puerta y me tumbé en la cama.

¿Por qué?

Fácil, como mi hermana me superaba en altura...se podría decir que me complicó el camino hasta donde estabamos en ese momento. No es que sea más fuerte que yo, ni hablar, solo que me daba lástima golpearla.
Bueno, lo que importa es que llegamos y no se pudo a gritar como loca.

-Mejor intentas respirar hondo unas cuantas veces a ver si consigues calmar tu espiritu. -le sugerí a Tori que se veía bastante...supongo que era hiperactiva siempre, pero bueno, en ese momento sentía un leve cambio en mi brazo derecho, lo que me preocupaba un poco y me hacía sentir inestable. -Y para que no digas que eres una prisionera o algo por el estilo, te responderé a todas o casi todas tus preguntas.

Estaba algo confusa y cabreada. Voy al sótano de la Torre con Narshel, la Señora de la Torre e Iris, una maga consagrada como yo...¡Y de repente aparecen tres personas y nos llevan a Iris y a mi a la Fortaleza de Aressher! En serio, pero que manía tienen los magos oscuros con nosotros, los seguidores de la Diosa.
¿Quién iba a pensar que me pasaría eso? ¿Y por qué?

"Si intentan asustarnos con todos estos secuestros..." pensé recordando como hace tiempo, otro mago que apareció en los Jardines de la Torre se llevó a una de nosotros, "...pues conmigo ya lo hicieron".

La pelinegra me dijo que me respondería a casi todas las preguntas que le pusiera, así que decidí aprovechar eso para descubrir sus intenciones.

-¿Quién eres? ¿Por qué haces esto y por qué a Iris y a mi? ¿Qué nos va a pasar? -empecé a ponerle unas cuantas preguntas. Normalmente no pararía, pero eso ya era un tema serio, por lo que no se me ocurría mucho.

-Tsk, me esperaba a más preguntas de tu parte. -dije. -Bueno, incluso los idiotas como tú a veces callan. Respondiendo a tus preguntas, me llamo Shana Darkwalker, tengo dieciséis años aunque aparento tener trece, soy tu hermana mayor y completando a esto, el motivo por el cual hasta ahora no supiste de mi es...nuestros padres me abandonaron. ¿Por qué fueron capaces de criarte pero a mi no? Eso ni yo lo se.

Era verdad, nunca había comprendido el porque. Era ridículo. Por favor, si no eres capaz de cuidar a tu hija ¿para qué quieres otra mas?

-Bueno, volviendo a las otras preguntas restantes. ¿Qué por qué hago esto? Solo te he traído aquí porque necesito hablar contigo, y no me confundas, no tengo ningún sentimiento de cariño familiar hacía ti solo porque seas mi hermana. Si quisiera te mataría sin ningún resentimiento.-la ultima frase se la dije con dureza, pero ¿por qué no?-Luego, no tengo nada que ver con esa pelirroja y no te preocupes, no le va a pasar nada malo...¿Eso querías oír? Pues, por desgracia para ti, no se lo que le hará ella.

"Después de todo tiene sus armas y dudo que Arwin le haga algo...¿Quién sabe? Igual no es de mi incumbencia" pensé.

Fruncí el ceño cuando la peli-negra llamada Shana dijo que soy una idiota, me estaba insultando y directamente, ¿pero quién se creía que era?
Dejando eso a un lado, me dejó con la boca abierta cuando dijo que somos hermanas, no me lo podía creer. ¿Desde que tuve memoría creía que era hija única y ahora me viene una chica diciéndome que compartíamos la misma sangre pero que mis padres la abandonaron cuando era apenas un bebé recién nacido?
"Ridículo" pensé.

Siguió respondiendo a mis preguntas y volví a sentir miedo. Si ella creía que éramos hermanas cómo podía decir que no le importaría matarme. Bueno, eso fue algo normal de su parte teniendo en cuenta que cada una servía a dioses enemigos, pero sus ojos eran feroces y con el brillo que apareció en ellos cuando dijo eso..."Diosa, ayúdame." Eso fue lo único que pude pensar, además de que dijo que no sabía lo que le iba a pasar a Iris.

-Hija de...-dije.
Pensé en la posibilidad de luchar contra ella y dejarla sin fuerzas ya que la superaba en rango-¡No creas que me quedaré aquí sentada sin hacer nada!-grité, la empujé con fuerza a un lado ya que se había levantado de la cama y empecé a correr hacia la ventana mientras susurraba las palabras arcanas para el hechizo de Chispas que aprendí del Libro de Fuego.

Por desgracia, una espada llegó volando hacia mi y para evitar peores heridas me giré consiguiendo que la espada me haga un corte en el brazo derecho, de donde empezó a salir sangre. Miré hacia Shana y la vi acercarse.
"Maldición, creo que perderé un poco mas de tiempo" pensé.

Una leve ondulación en el ambiente, desde mi despacho noté que alguien alteraba el espacio y aparecía en la Fortaleza, un hechizo de teletransporte, totalmente común, sin embargo, algo andaba mal. Unas presencias desentonaban, aliados de la diosa, consagrados.
Observé la fortaleza desde un óculo que permitía descubrir a magos no aliados, y ahí estaba, un punto rojizo que los destacaba como magos consagrados, mi intuición era cierta. Las interferencias venían desde la habitación de Shana. Se iba a enterar.
Me teletransporté a su habitación, y abrí la puerta de un portazo, sorprendiendo a Shana y la otra chica...era Tori, su hermana, la recordé de los jardines de la Torre.
Iban a luchar, mierda. Invoqué una ráfaga de viento hacia la chica, me planté delante suya, e intenté entrar en su mente y aprobechar el susto inicial o el susto de haber estado aquí simplemente para agrandarlo y bloquear así su magia, a causa del terror aumentado por mi magia negra, no podría lanzar hechizos.
Me giré rápidamente hacia Shana, y con voz potente la reprendí:
-¿¡Se puede saber qué diablos haces!?. Eres una alumna, una aprendiza, aún no ha concluido tu entrenamiento. Has traido a una maga consagrada, al enemigo. No me importa que sea tu hermana, a demás ella es más poderosa que tú. Nos has podido enemistar con la Torre, no queremos enemigos abiertos que nos declaren la guerra por un secuestro.-la miré a los ojos-Shana Darkwalker, has inclumplido la primera norma de una escuela de Alta Hechicería, has traicionado a tu Escuela, y por tanto a tu maestro. Ahora soy libre de maldecirte o de proferite el castigo que más me parezca.-Con un hechizo de telequinesis cogí su espada y la envainé en su vaina, que cogí con mi mano. -Ahora tengo un problema mayor-dije señalando con la cabeza a Tori. Utilizando mi autoridad y mi fuerza de mentalista, obligué a Shana a salir de la habitación, pero a quedarse ahí fuera, también bloqueé su magia durante, al menos, una hora.-Sal de esta habitación, ya se pensará en un castigo ejemplar para tí.
Cuando abandonase la habitación, me dirijí hacia Tori, y con una sonrisa amable dije:
-Chica, no queremos enemigos-alargué una mano hacia su cabeza, y mirándola a los ojos, para borrarle de la mente todo recuerdo que tubiese sobre Shana y del día de hoy y dejarla dormida.
Rehabilité su magia la teletrasporté al Valle de los Lobos.
-Shana, entra-grité. Cuando lo hizo, la miré a los ojos, y quité los hechizos que impuse sobre ella, aún así, mi autoridad seguía siendo indiscutible, y estaba enfadado.-Si tienes algo que decir, este es el momento. Y que conste que sabré cuando mientes.




Off: al ser el maestro de Shana, y ella al haber incumplido las normas, tengo pleno derecho como maestro a hacer un poquito de metarol(lo que he hecho, no a cortarle un brazo o algo por el estilo). Todo lo que se ha dirijido a Tori, puede haber sido esquivado, aunque muy dificilmente, puesto que he utilizado mi mentalismo, mi rango mayor, y mi especialidad, lo que me sitúan en ser más poderoso que ella con diferencia, a demás de que ha entrado "Por voluntad propia"(es el user mismo) en la fortaleza, territorio de los aliados del dios.

Debo admitir que me sorprendí un poco cuando alguien llegó a mi habitación. ¡Y mira que era Dam, mi Maestro! "¿Qué hace aquí?" pensé.

Se puso a regañarme y acusarme de traición a la Escuela y a él, ya que era mi Maestro. Apreté los puños clavándome las uñas en la palma de mi mano para aguantar. ¿Cuál fue el resultado? Que empezó a salir sangre, que bien. Suspiré, no me habían gritado desde hace muchísimo tiempo y eso me alteraba un poco, ya no podía pensar con claridad.

Salí de la habitación como Dam me lo ordenó y me quedé esperando un rato hasta que volvió a llamarme dentro, al parecer Tori ya no estaba.
-¿Acaso quieres que te cuente toda la historia desde el momento en que nos dejaste?-le pregunté mirándolo fríamente, pero como se notaba que no estaba de buen humor, decidí hacerlo, aunque primero me senté en la cama, me era más cómodo así.-A ver, fuimos a los Jardines de la Torre, nada mal. Nos encontramos con un mago consagrado que al parecer sabía mas o menos quien es Tori, y con el hermano de Maddie, Robin.
"En serio, ¿cuántos lobos conoceré en mi vida?" pensé.
-Maddie y el mago consagrado empezaron a pelear, pero como Maddie fue herido con una daga, entré en la pelea, por supuesto que tuve que cortarme la mano para detener el ataque. Dejando los detalles a un lado, el mago se fue y nosotros también, pero al sótano. Ahí encontramos a Tori, la hermana de Arwin y una mujer mas, mayor en comparación con las otras dos. Estaban mirando un círculo de runas y créeme, me sentí bastante cómoda ahí, supongo que había algo de magia negra.

Las escenas pasaban por mi mente a una gran velocidad, pero agradecí mentalmente, ya que así no perdería tiempo con el cuento.
-Siguiendo, inmovilicé a Tori pero la hermana de Arwin se subió a la espalda de Maddie por lo que la trajimos con nosotros. Y eso es todo...Ahora, creo que mejor dejas un poco a esa pelirroja con Arwin, ella también es mentalista, sabrá que hacer. Por las dudas, Arwin no tiene nada que ver con esto, ni Maddie tampoco. Yo tenía pensado ir a buscar a Tori desde el momento en que nos conocimos, además de que me la describiste un poco.

Le di mi katana y me arrodillé ante el.
-Lo que hice es un crimen, lo se. Por eso, aceptaré cualquier castigo, incluida la muerte, con tal de que dejes a Maddie, Arwin y Robin a un lado.-dije fríamente esperando su respuesta.

Me contó lo que ocurrió desde que las dejé, por lo visto, magia negra en la torre, y se encontraron con un  consagrado, también lobo, al ahundar en su mente, descubrí que era Rocuv, a quien ví ese día en los jardines. Arwin también trajo a su hermana, por lo visto.
-Lo que hice es un crimen, lo se. Por eso, aceptaré cualquier castigo, incluida la muerte, con tal de que dejes a Maddie, Arwin y Robin a un lado.-dijo fríamente esperando su respuesta.

-Haces bien en mostrar sumisión, alumna-la miré con expresión dura-Sin embargo, estás pidiendo piedad para otras personas, aunque tus aliados, somos sirvientes del Dios, estás dispuesta a dar tu vida por ellos, no se como tomarme eso, pero es lo de menos. Maddie y Robin no son ni han sido mis alumnos, y por lo tanto no tengo poder sobre ellos. Arwin ya es maga oscura, y a pesar de haber sido mi alumna, ya no, a demás, es mentalista, como has dicho, puede cuidar de si misma, mientras no le pase nada a la fortaleza o a algún residente, y mientras no le haya mostrado el camino, a ni a ella ni a Iris les va a pasar nada, mientras Riak no se entere. Sin embargo tú sigues siendo mi alumna, y has inflinjido las normas.-hice una pausa-Mi nombre es élfico, significa juez de la muerte.-la miré a los ojos-Y te has entregado a mi juicio. Mi sentencia es...:-toqué su cabeza con mis dedos mientras la miraba a los ojos
“-Shana Darkwalker, has inflinjido la primera regla de una escuela de alta hechizería, acto que suele ser castigado con la muerte...Sin embargo, has aceptado de nuevo la autoridad de tu maestro. Aún así, no quedarás impune. Cualquier contacto físico, visual, oral o escrito voluntario con tu hermana Tori Lightwalker o la proximidad a los dominios de la Diosa  sin mi permiso, aún cuando llegues a maga oscura, te producirá un fuerte dolor mental, el cual te tumbará en un sueño inquieto lleno de pesadillas, del cual despertarás a las 24 horas, sin apenas poder moverte. Se te queda vedado todo contacto amistoso con la diosa y sus servidores. Este castigo va más allá de mi muerte”-la había bloqueado con muchas personas del mundo exterior, la había amarrado a mí y a la Fortaleza, estaba cojida con grilletes al cuello.
-Siento este castigo, sin embargo, así son las normas. ¿Tienes algo más que decir, fuera ya de toda confesión?.
Me dirijí hacia un rincón sombrío de la habitación y desaparecí...

Salí de mi habitación, me seguían las crías de Astrick. "¿Y ahora qué hago?", pensaba. Simplemente cogí una cría, las otras dos se las dejé a Astrick, y a Mateo le dejé en mi habitación con la puerta cerrada con llave. Me pasé delante de la habitación de Shana, y toqué la puerta.
-Toc, toc-dije, abriendo la puerta y asomando la cabeza-. ¿Se puede?
Esperé la respuesta y entré, sentándome en una silla. La cría de Furia Nocturna se me colocó en el hombro derecho, pero su cola estaba en el izquierdo.
-¿Te gusta?-dije, acariciando la cabeza de la cría-. Es de Astrick. Pero es una de las tres que ha tenido-dije sonriendo.
La miré, y cogí a la cría con los brazos y la coloqué sobre mis piernas, y le acaricié la cabeza.

-No, Maestro.-respondí a la última pregunta de Dam, que acto seguido desapareció en la oscuridad.
Suspiré pensando cosas como "Te lo tienes merecido" y me levanté del suelo. Momentos después alguien entró en la habitación.
Era Arwin, la primera maga que conocí cuando llegué a la Fortaleza. Aunque, no venía sola, una cría de dragón se colocó en su hombro derecho.
-¿Que si me gusta?-devolví la pregunta.-Bueno, como ya deberías saber, perdí todos mis sentimientos, mis emociones. La verdad, creo que el único que guardo es aquel que muchos desean no tener, el Odio. Así que, no se que decirte al respecto. Pero no está mal, seguro se convertirá en una poderosa dragona, quizás mejor que sus padres.-respondí al fin.

Cogí otra silla y me senté junto a la ventana por cual miraba afuera fijamente.
-Bueno, ¿y qué viento te trae por aquí? Dudo que solo te hayas pasado para enseñarme a la cría.-dije y volví a mirarla, esperando su respuesta.

-No cuela que es solo para eso, ¿no?-dije, sonriendo sarcásticamente-. Pues, la verdad es que te vine a preguntar si había venido Tori, porque cuando a entré a mi habitación estaba Iris ahí. Por cierto, ¿dónde está Maddie? No la he visto por la Fortaleza-añadí.
Me quedé pensando en la respuesta que me dio antes.
-No me refiero si vas a sentir algún sentimiento hacia ella-le dije, casi riéndome-. Simplemente te he preguntado si te parece bonita, nada más. Además-dije-, yo también creo que será una dragona fuerte, como Astrick, ya que es algo diferente a los Furia Nocturna generales, ella tiene espinas en la cola, la mayoría de los Furia no. Y yo si siento algo por los dragones, me encantan, sobre todo Astrick, ya que es mía.-Levanté a la dragona con los brazos, y la miré fijamente-. ¿Qué nombre le pongo? Quiero tener una igual que Astrick.
Seguí mirando a la dragona, que abrió la boca sin dientes, y me reí. No obstante, en seguida los sacó y me los enseñó.
-Necesitas aprender modales-le susurré. Miré a Shana-. ¿Qué te parece Sedrofía como nombre?

Fruncí el ceño ante la pregunta de Arwin.
-Si, ha estado aquí, pero no vino por voluntad propia, y con eso creo que sabes a lo que me refiero. Además, Dam ya se la llevó.-respondí.- Y Maddie se fue de la Fortaleza, dijo que tenía cosas que hacer. Por cierto, no tenía intención de traer a esa pelirroja, en su caso si ha venido solita, bueno, en la espalda de Maddie.

Al oír su explicación sobre esa cría, la miré con una expresión que decía "Menuda ridiculez". No estaba de muy buen humor y estaba en esa fase de egoísmo, pensando solo en mi.
-Creo que si no siento felicidad ni nada parecido tampoco es que me parezcan las cosas bonitas. Al menos yo pienso así. ¿Por qué? Se podría decir que lo veo todo en blanco y negro.-le dije.- Hace tiempo escuché una canción, y sabes? Los últimos dos versos eran así: Si mis ojos pueda abrir, algún día otra vez, cuando yo los vuelva a abrir todo negro lo veré. Quiero decir, es justo lo que me pasó a mi, y no me arrepiento.

Me reí.
-¿ Y a ha pasado algo con Tori?-pregunté-. ¿Ya os conocéis mejor?
Oí los dos últimos versos de la canción que me dijo.
-Ah-dije, mirándola un poco raro. No lo entendía bien-. ¿Qué quiere decir eso?
Me levanté y me asomé a la ventana. Todo el paisaje era oscuro, como no, estábamos en la cueva oscura.
-Repito-le dije aún asomada a la ventana-: ¿Qué te parece Sedrofía?

-¿Qué va ha pasar? Intentó escapar, claro está, pero antes de que pueda hacerlo le lancé la espada y le hice un buen corte en el brazo derecho. Aunque justo antes de que intentara matarla apareció Dam, le borró la memoria y la llevó devuelta al territorio la Diosa. Así que no tuvimos mucho tiempo para conocernos, pero algo es seguro, si recuerda todo lo ocurrido...no podrá vivir tranquilamente.-dije, soltando por primera vez en mucho tiempo una sonrisa, pero no de esa dulce como suele tener la gente, no, la mía era sádica.

Negué con la cabeza al ver que no entendía lo de la canción.
-Nada, déjalo.-se asomó por la ventana y me repitió otra pregunta.- No está mal.

Esbozó una sonrisa sádica.
-Te hace gracia, ¿no?-le dije, viendo como sonreía, a la vez que le dedicaba una media sonrisa-. Me aburro, ¿y tú?
Me aparté de la ventana y me senté sobre su cama, esperaba que no le incomodase. Seguí con Sedrofía en brazos. Me quedé pensando en lo que había sucedido en Ying. Gracias al alquimista, me había enterado de quién era su hijo, y más aún y más importante, que estaba aquí en la Fortaleza de Aressher. Miré a Shana.
-¿Te apetece tener un dragón?-le pregunté-. A ti te pegaría un Ryujin, son unos buenos dragones.
La miré, esperando una respuesta.

OFF: Un Ryujin es así

Dragón Ryujin:

Arwin se había sentado sobre mi cama, pero la verdad es que ni me importaba. Seguía en el mismo estado que antes y como que me importaba un bledo el resto.
Levanté una ceja cuando Arwin me preguntó si quería tener un dragón, lo que me sorprendió.
-¿Haa? Conque un dragón, y Ryujin. Suena interesante, no lo niego. Pero, ¿estás segura de lo que dices? No te voy a contradecir en el hecho de que esa raza va conmigo, escuché muchos rumores y leyendas sobre ellos. Aunque, nunca se sabe lo que una persona demente como yo pueda hacer con algo así.-le advertí, la verdad. todo eso me divertía, y ella lo sabía, no era la primera vez que me veía así.-Bueno, voy a pensar un poco en ello. La verdad es que preferiría tenerlo después de dar la prueba de Fuego, para tener aún mas poder, tanto en mi como sobre el, pero ya veré lo que hago.

Me quité la túnica azul, que conseguí por fin, los zapatos y fui hasta el armario de donde saqué una blusa blanca sin mangas y pantalones cortos de un rojo carmesí. Me cambié de ropa y me tumbé en la cama.
Todo estaba oscuro, pero el tatuaje que tengo en el hombro derecho ya estaba al descubierto y brillaba con una luz  tenue, "Pues vaya rollo, ahora incluso me ilumina" pensé con disgusto.

Lo ignoré y miré nuevamente a Arwin.
-¿Y hasta cuando es válida la oferta que me quieres hacer con el dragón?-le pregunté mientras acariciaba un poco a Sedrofía, no le trasmitía cariño ni nada de eso, pero si mis pensamientos, que no eran tan desagradables como podía pensar la gente.

Me reí ante lo que decía.
-¿Qué qué hará una persona como tú con un Ryujin? Más locuras-respondí, como si fuera obvio-. Si quieres después de la prueba del Fuego, pero te digo una cosa, el control sobre un dragón no depende de tu rango, sino de tu propia fuerza de voluntad y tu firmeza-me fijé en su tatuaje, que se había iluminado-. ¿Y eso? ¿Por qué se ilumina?-Acarició a Sedrofía, que la miró y voló hasta posarse en su cabeza-. la oferta es válida hasta que tú quieras. Por cierto, ¿cómo quieres que sea el Ryujin? ¿Una cría, un adulto, o ninguna de las dos cosas?-pregunté, tenía que saber cómo lo quería para hacerme una idea.