Habían pasado dos días desde que el Inquisidor Exaltado muriera en Zhante y varios días mas desde que Rohar de la Tormenta también se marchara al otro lado. Habia sido una terrible perdida para la comunidad mágica,pero en especial para el asentamiento de Sol Poniente. Allí se encontraba acuartelada la famosa Legión del Hielo,que recientemente había cambiado su nombre por el de la Legión de las Arenas. La verdad es que había cambiado mucho desde mi primera visita a Rohar. Ahora se alzaban grandes muros delante del acantilado que rodeaba la escuela,que volvía a poseer su estructura y cúpula. De hecho diría que incluso que aquel diseño era mejor que el original. Pero la cosa no acababa ahí,pues al otro lado del foso se había formado una autentica comunidad, con gran cantidad de mercaderes,tenderos y otros aventureros. Podría decirse que era una pequeña ciudad. La bandera de la Legión colgaba por todos lados y sus miembros patrullaban como si fueran su guardia. Bueno,en realidad lo era.

La noticia desde luego no había sentado muy bien, teniendo los capitanes que disciplinar a mas de uno. Por suerte cuando me presente como la opción de Rohar para dirigir el asentamiento ninguno discrepo. Era mentira,pues había sido Marcus el que me lo había encargado,pero el ser una persona tan cercana a su antiguo jefe los convenció de que era cierto. Desde entonces los trabajos para la reconstrucción de los sótanos de la escuela habían avanzado a buen ritmo y en breve quedaría todo en perfectas condiciones. De hecho.....de hecho ya estaba escribiendo una carta a los archimagos del Concilio para volver a abrir la escuela,cerrando el anexo que tantos quebraderos de cabeza había traído a la Guardia del Dragón. Si conseguía su aprobación contaría con mas ayuda para estudiar las cenizas de la Sala del Sol y poder realizar la prueba final con mas seguridad. Si no Sol Poniente se quedaría como un mero asentamiento en mitad de varias rutas de caravanas, con una guarnición constante de la Legión y de magos que había traído desde Guardiadragones del Mar.

Deje la pluma encima de la mesa y salí al balcón de la pequeña torre que se alzaba sobre la escuela,donde se situaban mis nuevos aposentos. Desde allí contemple el cielo nocturno,agradeciendo que no hubiera nubes y ver las estrellas. Se avecinaban tiempos convulsos,mas aun de los que ya vivíamos. Los Inquisidores lucharían contra los Templarios,así como los grandes reinos de los hombres. Esto ultimo lo había visto muchas veces,pero sabia que aquella vez era distinta. El Mal espera cualquier oportunidad para asomar la cabeza y esta podria ser una que hiciera de verdad daño al Bien. Esperaba equivocarme y en el caso de que no lo hiciera.....esperaba contar con mas magos rojos.