Nieve se negó a seguir avanzando mas. Apenas llevábamos dos horas cabalgando y sabia que no estaba cansado. Al menos, no tanto como para negarse a andar. Era increíble. Me baje del caballo y seguí andando por el camino seguido de mi querida amiga huarga. Nieve, al ver que se quedaba solo en medio del bosque, también nos siguió. ¿Para que quería un caballo si tenia que ir a pie de toda formas? Bueno, era nórdico, como yo. Indomables y muy tercos. No tardamos en salir del bosque y la imagen del Fuerte Lanzanegra apareció ante nosotros. La loba, a la que había llamado Ithar, empezó a gruñir amenazadoramente. La acaricie el lomo y eso pareció relajarla. Llevaba conmigo tanto tiempo que parecía que la conociera de toda la vida. Sin mas preámbulos, me dirigí a la aldea. Habían pasado varios años desde que aparecí aquí con Tyr, y muchas cosas habían cambiado. Yo mismo había cambiado. Antes de entrar en el pueblo, me pase la capa que me dieron antes de irme. Era una buena capa, fina y con el símbolo de Santiago. Al entrar todos me miraron con admiración y respeto ¿Aun recordarían la hazaña de los bandidos? No, seguramente habían pasado muchas mas desde aquella. No recordaba donde estaba la casa de Tyr, por lo que me dirigí a la taberna. Bebería y comería un poco y además preguntaría. La taberna estaba a rebosar de guardias y campesinos, por lo que cuando me sirvieron un plato de garbanzos y una jarra de leche me fui a comérmelo a las escaleras de fuera. A Nieve le di unas manzanas y a Ithar un poco de carne. Desde allí observe las idas y venidas de los guardias y soldados. Parecía que no había llegado en un buen momento.

Por todas partes salían y entraban guerreros, algunos se despedían de sus familias y embarcaban en las naves o en las caravanas, cerca del norteño había algunos niños jugando y a pocos metros de el dos chicas de unos catorce o quince años aparecieron corriendo, al pasar frente a él una de ellas se paró en seco y le miró, Rohar se percató y le devolvió la mirada, la niña le atravesaba con unos ojos azul claro uno de los cuales quedaba parcialmente oculto por su pelo castaño también bastante claro, la otra chica se acercó, esta era rubia con los ojos verdes, la agarró de la mano y desaparecieron tras un puesto de verduras.

Rohar acabó de comer y se sentó a disfrutar del Sol unos minutos antes de ir a preguntar por el guerrero a cualquier guardia, cuando se dispuso a levantarse apareció la misma niña a su lado, Rohar la miró de nuevo y esta dijo:

- ¿Rohar Tormenta? -. En ese momento el norteño abrió mucho los ojos sorprendido pues ante el estaba Nina, la hija adoptiva de Tyr, tenía la inconfundible y ya leve marca de su cuello, a su lado apareció la que debía ser Kirina. Esta también echó un vistazo al mago y le pregunto a su hermana con una voz bastante suave y melódica:

- ¿Es este? Nina -. Ambas voces suaves y con esa pequeña melodía no sorprendieron al guerrero pues entre elfos era normal y aquellas dos pequeñas eran mestizas. Ambas eran muy distintas y siquiera tenían la misma línea de sangre pero habían desarrollado la misma mirada penetrante de su padre que Rohar supo reconocer al instante.

Cuando la vi la primera vez dude. De hecho pensé que me había equivocado hasta que volvió y dudosa pronuncio mi nombre. Ahora mas de cerca si que pude vislumbrar un poco una marca que no creía que tuviera nadie mas. Una linea blanca en el cuello donde hace pocos años tenia un corte. Estaba sorprendido, y no precisamente por lo poco que le quedaba de aquel corte. Me había reconocido ella a mi antes que yo a ella. Los elfos al ser mas longevos cambian muy lentamente y ella apenas había cambiado algo desde la  ultima vez que nos vimos. Yo en cambio si había cambiado. Mas alto, mis hombros se habían ensanchado y una media barba decoraba mi cara. Claro que si a mi alguien me sacara de una mazmorra húmeda y con recuerdos no muy agradables, posiblemente le reconocería hasta con la cara tapada. No pude evitar sonreír. De vergüenza, de felicidad y de la extraña situación.

-Supongo que no debería sorprenderme verte por aquí, pequeña. ¿Que tal estas?

Entonces note movimiento a mi lado. Era Ithar que se había despertado y se estaba estirando. Miro a las niñas y se dirigió hacia ellas. A la compañera la pego un simple lametón en la mano después de olerla, pero con la niña empezó a agitar el rabo y adopto una actitud juguetona. Esto llamo la atención de los guardias, soldados y demás curiosos que observaban la escena y que no daban crédito a lo que veían. La verdad es que ver a un animal famosos por ser entrenados para la guerra y la carnicería jugar con niños era como poco extraño.

-Supongo que seria toda una proeza encontrar a Tyr en casa,¿Verdad?-dije al tiempo que enganchaba a la loba para que dejara su actitud

Nina miró a su hermana que se acercó al animal para darle un pedazo de carne seca que llevaba en su bolsa. La mestiza castaña miró a Rohar y respondió:

- Pues la verdad es que no me quejo Rohar Tormenta, jamas podre agradecerte lo que hiciste por mi, ahora tengo una familia y un futuro porque tu no me abandonaste allí -. La joven sonrió y su hermana dijo:

- Rohar Tormenta, mi padre esta entrenando en el castillo ¡Vamos! Acompáñanos -. Las dos chicas llevaron al norteño al fuerte, ambas hablando con él, curiosamente se coordinaban genial para que no se perdiera en las conversaciones, atravesaron el rastrillo donde dos guardias le saludaron efusivamente, no se cruzaron con nadie mas desocupado hasta que llegaron a un pasillo que daba a un patio del que salían algunos hombres y mujeres con algunas heridas leves y varios moratones, al entrar Tyr vio primero a sus niñas, detuvo el entrenamiento y se acercó a ellas para abrazarlas, al ver a Rohar acarició la cabeza de Kira y se acercó a él, a Rohar le parecía aun más alto que antaño, Tyr sonrió y le agarró de la nuca, se lo acercó a pocos centímetros de la cara y dijo:

- Hijo de puta -. Acto seguido le abrazó con mucha fuerza. Al soltarle vio a las niñas reírse por lo bajo, Tyr le dio un palmetazo en la espalda y continuó:

- Has crecido chaval, has crecido mucho, ahora si pareces un hombre del norte, además... -. Le agarró el brazo. - ... estas más curtido en la batalla ¡Bien! Tomaremos cerveza después de ver si has hecho algo más que beber leche estos años ¡Desenvaina! -. Rohar obedeció y miró a Tyr esperando a que su amigo hiciera lo mismo, sin embargo miró de reojo hacia detrás y el joven vio a las dos niñas, Kira llevaba una espada de dos manos y Nina al igual que su padre portaba dos espadas gemelas.

- ¡Adelante! -. Dijeron las dos niñas al unisono.

OFF: ROHAR QUEDA LIMITADO A UN ATAQUE Y UNA DEFENSA, ES UN COMBATE DE ENTRENAMIENTO ASÍ QUE NADIE IRA A MATAR.

Tyr casi me rompe la espalda con su abrazo. Estaba claro que ni cien años de entrenamiento podían prepararme para el. Tosí un poco mientras me examinaba y comentaba mi estado. Sonreí levemente mientras recuperaba el aliento. Desenvaine, esperando a que hiciera lo mismo y luchara conmigo, pero no lo hizo. En cambio, las niñas empuñaban ya armas, una espada a dos manos y dos espadas gemelas. Yo ya era un guerrero experto, pero seguía en desventaja y no podía usar a Tanya. La clave en el suelo y cogí una espada parecida en peso y tamaño, pero que claramente no tenia filo ni para cortar mantequilla. Ahora si podía luchar. Empecé a concentrarme en el hechizo de velocidad. Era un poco de trampa, pero en el amor y en la guerra todo vale. Entonces me lance al ataque. Golpee sus espadas a gran velocidad mientras no paraba de pasar mi mirada de una a otra esperando poder anticiparme a sus movimientos.

ATAQUE
Golpes rápidos a las espadas de las chicas intentando quitárselas de las manos.

DEFENSA
En todo momento atento a sus movimientos para esquivar los ataques que no pueda repeler con la espada.

Kira defendía los ataques como podía usando su espadón mientras Nina prefería esquivarlos, durante un momento la joven castaña se deslizó bajo la espada de su hermana, clavó la suya en el suelo y la usó como eje para golpear a Rohar en la pierna, debido al tamaño de las jovencitas el norteño apenas se tambaleó pero les dejo unos segundos a las dos para alejarse y prepararse, no parecían aun estar cansadas y tenían una sonrisa en la cara mientras miraban a su rival, sus ojos se cruzaron un segundo y ambas asintieron, las dos se lanzaron a por Rohar pero Kira, que era más rápida le pasó y se colocó en su otro flanco, Rohar vio un tajo vertical proveniente de ella y una tijera horizontal por parte de Nina.

Tyr por su parte sonrió, sabía que sus hijas estaban entrando en un estado que dificultaría a Rohar la victoria que en principió se mostraba sencilla.

ATAQUE: Tajo vertical por la derecha, tajo horizontal por la izquierda.

DEFENSA: Posibles reflejos.

OFF: Turnos hasta Modo Coordinado: 3

El golpe me habia afectado mas de lo que aparente. Desde luego las niñas sabian moverse. Claro que si su maestro habia sido Tyr, aunque fueran aprendices, solo podiaa aspirar a una derrota lo mas honrosa posible. Ahora tenia una a cada lado con dos ataques totalmente distintoss y dificiles de esquivar. La parte mas orgullosa de mi me decia que usara la magia. Hacer crecer las plantas a mi alrededor a modo de prision y salir en el ultimo momento. Nadie fuera de la Torre salvo Los Hijos sabia que era mago. Pero no. Decidi poner en marcha un plan tan estupido que era imposible que nadie se lo esperaria. Me deje caer de culo en el suelo para esquivar la tijera y alce la espada para parar la otra. Ahora, a modo de contraataque lance una patada a la niña del ataque vertical.

DEFENSA: Dejarse caer al suelo y desvio de la espada de Kira

ATAQUE: Patada hacia Kira

La curiosa jugada de Rohar pilló desprevenidas a las niñas, Nina detuvo su golpe y retrocedió de un salto, Kira por su parte topó con la espada del norteño que le propinó una patada en el tobillo haciéndola caer y perder su arma, acto seguido el guerrero la cogió del cuello y la empujó lejos, se levantó y retrocedió dos pasos dejando a Kira desarmada pero con un margen de actuación, Nina por su parte sonrió y lanzó una espada su hermana que la cogió al vuelo, la rubia dio dos vueltas a la espada, Rohar advirtió que la manejaba lentamente, no era su estilo, sabría usarla seguro, pero no era su estilo. Antes de que se diera cuenta Nina ya cargaba contra él dispuesta a darle un golpe en el costado.

ATAQUE: Carga frontal con objetivo en el costado.

DEFENSA: Kira se queda en la retaguardia.

OFF: Modo Coordinado anulado temporalmente, Kira juega en desventaja.

¡Había funcionado! Aun no podía creérmelo. Me deshice de la niña, lanzandola a un lado, creyendo que el combate había terminado para ella. Me equivoque, pues la otra le lanzo una de sus espadas. Tenia que haberla golpeado con la espalda a modo de "matarla". Era un error que seguro que me costaría caro. Entonces la otra cargo contra mi. Sabia sus intenciones y se me volvían a abrir varias posibilidades de reacción. Podía cargar contra ella y golpear su espada de tal forma que se la quitara. Era muy difícil, pero no imposible. También podía usar la magia, pero no. No quería tener que usarla contra las chicas. Volvía a tener un plan. Y esta vez si que no podía contar con el factor sorpresa, pues estaría atenta a  cualquier cosa. Plante uno de mis pies encima de la espada caída mientras adoptaba una posición de defensa sin quitar la vista de ninguna de las dos. Cuando la chica estaba cerca, pegue una patada al suelo para levantar una pequeña nube de polvo que dificultasen su visión o lanzar arena que la cegara . Empece a dar la vuelta en sentido contrario al de su dirección al tiempo que me agachaba, con clara intención de golpearla con la parte plana de la espada en la rodilla.

Defensa: Nube de polvo o arena en la cara de la contrincante

Ataque: Golpe circular con la parte plana de la espada apuntando a la rodilla.

Cuando Nina estuvo a su alcance Rohar lanzó su tajo contra ella que quedó cegada momentáneamente , cuando el golpe a punto de darle se escuchó un fuerte eco metálico, de alguna forma la niña había podido detener el golpe con los ojos cerrados, Rohar observó la cara de esfuerzo de la chica que aun tenía los parpados cerrados pero se sorprendió aun más por el hecho de que si la niña fuera más fuerte, en la posición en la que se encontraban ella tendría las de ganar. Pero no todo el campo es orégano y el norteño al ver su ventaja la utilizó, empujó a la niña con la espada poniendo su pie tras la pierna adelantada de Nina, esta cayó de espaldas y cuando abrió los ojos vio la espada de su rival en el cuello.

Nina cerró los ojos dándose por vencida y en ese momento Kira apreció retirando el arma de Rohar del cuello de su hermana con su espada, se notaba que no era su estilo pues tras cruzar un par de golpes el norteño logró desarmarla y también puso el filo en su cuello, cuando se separaron quedando Rohar como ganador Nina le dijo a su hermana:

- Podrías haber aparecido antes -. Kira la miró algo enojada.

- Rompe tu el enlace mental tan rapido, mucho es que pude detener su ataque -. Nina suspiró y le dio la razón a su hermana, Tyr por su parte se levantó del banco donde estaba, cogió a Tanya y tras tendérsela a su amigo se acercó a las niñas, les puso una mano en la cabeza a cada una y miró a Rohar.

- Buen combate chaval, has mejorado mucho la verdad, cuando te conocí tenías su edad... -. Refiriéndose a las niñas. - ... y ahora eres todo un hombre del norte, vamos, hoy comeremos en mi casa y me da igual si ya has comido algo antes... -. Los cuatro se dirigieron a la salida del campo de entrenamiento cuando vieron algo blanco volar sobre sus cabezas. Kira gritó:

- ¡Annarieth! -. Soltó a su padre y salió corriendo, su progenitor sonrió y al salir del castillo apareció abrazada a otro hombre del norte, no tan alto como Tyr pero también le sacaba una cabeza a Rohar, tenía el pelo largo cogido a una coleta y los ojos azules, aunque lo que más llamaba su atención era su arma. una enorme espada, demasiado pesada para que ningún hombre que no tuviera el tamaño y la fuerza de Tyr o aquel desconocido pudiera blandirla con algún resultado beneficioso. Kira aprovechó que el guerrero la cogió para soltar el enorme espadón, se dejo caer y arrastró con mucho esfuerzo aquel pesado trozo de metal unos metros de su dueño hasta que se cansó.

- ¡Raud! ¡Hasta una niña puede robarte! -. Gritó Tyr, el tal Raud sonrió y se dirigió a por su arma, Kira se la dio sin problemas y el guerrero le puso la mano en la cabeza, le alborotó el pelo y guardó su arma en la espalda, se dirigió a Tyr con intención de saludarle, le dio la mano diciendo:

- Me alegro de verte compañero -. Tyr respondió:

- Yo igual hermano, querría presentarte a Rohar, es otro compatriota -. Raud se giró y saludó debidamente al norteño. Tras la presentación pusieron rumbo a casa de Tyr en cuyó camino Raud fue con Kira algo más adelantado, Rohar dedujo que debían ser maestro y aprendiz por las cosas que contaba. Mientras tanto Nina se agarró del brazo de Rohar y le preguntó:

-  Cuéntame Rohar Tormenta ¿Que es de ti? Mi padre me dijo que buscabas a alguien hace años... -.


OFF: Las niñas pueden meterse una en la mente de la otra por el efecto secundario de que sus dos padres usen magia de sangre. se llama: ''Enlace de Sangre'' y por ello Nina pudo detenerte pues esta miraba con los ojos de su hermana que se encontraba detrás.

Tras un par de horas de viaje Anna y Raud por fin alcanzaron Fuerte Lanzanegra. Todos estaban recogiendo para ser destinados a los batallones de las distintas regiones, tras averiguar la hora que era Raud dejó a su hermana volar a su antojo mientras él se dirigía al campo de entrenamiento, aunque fue previamente sorprendido por Kira que corrió a abrazarle gritando su nombre, el no era muy dado a los mimos pero la levantó de un abrazó y la cogió en brazos cuando vio a Tyr aparecer con Ninat y otro chico más mayor, en un descuido Kira desenganchó a Soñadora y se dejó caer con intención de llevársela pero el enorme filo pesaba demasiado y solo pudo arrastrarla dos metros.

- ¡Raud! ¡Hasta una niña puede robarte! -. Gritó Tyr, él sonrió y se dirigió a por su arma, Kira se la dio sin problemas y el guerrero le puso la mano en la cabeza, le alborotó el pelo y guardó su arma en la espalda, se dirigió a Tyr con intención de saludarle, le dio la mano diciendo:

- Me alegro de verte compañero -. Tyr respondió:

- Yo igual hermano, querría presentarte a Rohar Tormenta, es otro compatriota -. Raud se giró y saludó debidamente al norteño con un buen apretón de manos. Tras la presentación pusieron rumbo a casa de Tyr en cuyo camino fue con Kira algo más adelantado, esta le contó un combate que acababa de tener lugar contra el tal Rohar, él le explicó los errores que había tenido y como podía solucionarlos mientras avanzaban

-Cuando yo tenia su edad no combatía tan bien como ellas.

Era cierto. De hecho aprendí a luchar realmente en nuestra pequeña aventura. Aun la recordaba y sentía escalofríos. Estabamos dirigiéndonos a su casa cuando antes de salir del patio algo nos sobrevoló. No alcance a verlo bien, pero eso no fue todo. Una de las niñas, la que no rescate de los bandidos, salio corriendo y gritando para aparecer poco después abrazada a un hombre. Era del norte, no había duda posible. Tenia una espada desproporcionada y dudaba que se pudiera manejar. Tyr me lo presento como Raud. No sabia por que, pero había algo raro, algo de el que me inquietaba. Mis pensamientos fueron interrumpidos por la niña que salve, que agarrándome del brazo me pregunto por Tanya.

-De hecho gracias a que la buscaba te encontramos a ti.- decidí obviar que el padre de quien buscaba era quien la había tenido retenida. No quería darla una mala impresión.- Se trata de una amiga de la infancia. Prácticamente fue mi madre durante unos pocos meses.

Los recuerdos empezaron a llenar mi cabeza. Las clases de lectura, las de matemáticas. Pero las que mejor recordaba eran las de astronomía, cuando ambos subíamos a los tejados de Wolfkrone a ver las estrellas. Por un momento crei haber vuelto esa época pero rápidamente volví al presente cuando Ithar me ladro.

-Bueno, algún día espero poder reanudar la búsqueda. 

Pero eso no ocurriría hasta que fuera un mago y pudiera enfrentarme a los peligros del viaje. De hecho, solo estaba de visita. Después de estar unos días con Tyr me marcharía de nuevo a la Torre a seguir estudiando.

La niña sonrió a su amigo y miró a su padre, este a su vez posó la mirada en el joven y dijo:

- Se que la encontraras, pero deberás esperar tu momento Rohar, hazte fuerte -. Tyr sabía lo que decía, conocía la misión de su amigo y sabía cual era el precio de su sacrificio en el entrenamiento de mago, no tardaron en llegar a la casa del guerrero donde ambas niñas corrieron a abrazar a su madre, Gelindrel dio dos besos a Raud que entró dejando su capa colgada en un perchero de madera, al llegar Tyr y Rohar este último fue recibido con varios besos por toda la cara y un fuerte abrazo por parte de la elfa que tras acabar con el le dio un beso en la boca a su marido. Todos entraron en la casa y Rohar la vio por segunda vez, no había cambiado nada, a excepción de una nueva puerta que debía conducir al cuarto de Ninat que el enorme guerrero había construido años atrás. Todos se sentaron en una gran mesa a charlar y no tardó en sonar la campana que avisaba de la llegada de más gente, Kira abrió y dejo entrar a un hombre llamado Herik y a su madre, una mujer que traía algo que olia realmente bien, pasaó media hora hasta que se escuchó de nuevo abrirse la puerta y entró un hombre con una lanza que dejó también en el perchero, se presentó a Rohar como Alexey, el joven mago se dio cuenta de que iba a almorzar con probablemente toda la guardia personal de Santiago y sus familias.

En el almuerzo todos comieron carne de ternera, adobo, una ensalada, de esta última solo Rohar y Herik junto con Alexey comieron, al parecer Raud y Tyr preferían la carne, también hubo gran cantidad de pan y cerveza, así como leche dulce con azúcar para las niñas. Todos parecían alegres pero a la vez algo tristes, Rohar se percató de ello y se acercó a su amigo para preguntarle el motivo de tal reunión a lo que él respondió:

- Mañana iremos a la guerra, y no se sabe cuando volveremos o si de hecho volveremos, todos los presentes... incluidas mis hijas saben esto y hemos decidido que se lleven un grato recuerdo de nosotros para que nos rememoren con una sonrisa en la cara -.

OFF: Te doy libertad para preguntar lo que quieras a quien quieras Rohar, en cuanto a Raud no te preocupes si le dices que eres súbdito de la Diosa pues no tiene problema, de hecho Herik también lo es.

Guerra. La verdad es que había visto el despliegue de tropas cuando estaba en la aldea, pero había deseado con todas mis fuerzas que fueran maniobras o algo así. Y encima Tyr iba a ir. Mis deberes de estudiante me reclamaban.¡Maldita sea! Claro que por otra parte no había comunicado a la Torre cuando volvería, por lo que realmente no tenia mas prisa que la propia. Aun así no era fácil. Seguramente tendría que ser del ejercito de Santiago, y no podía comprometerme de esa manera. Claro que por otra parte era un mercenario. Nunca firme la baja de Los Hijos, pero no podía al no ser Sargento. La escala de los Hijos era simple en con esos aspectos. Pero, ¿y si Los Hijos habían acudido a la llamada de Santiago? Era una posibilidad. Y no debía desaprovecharla.

-¿Alguien ha oído hablar sobre una compañía mercenaria llamada Los Hijos?

No esperaba para nada tener suerte. De repente recordé que Felix iba a reformar Los Hijos e incluso iba a cambiarles el nombre.¿Como era? Legión de Thanis. Legión del Norte. Algo de Legión. Estúpido. Estúpido. Estúpido.

-Bueno, ahora llevan otro nombre. Están dirigidos por un enano inusualmente alto llamado Felix Thanis. Su pendón es un aspa serrada morada sobre un fondo blanco o negro. 

Espere atento a que alguno de los presentes contestara. Sin Thanis posiblemente tendría que volver a la Torre. Y yo quería ir a la guerra con Tyr, para pagar la deuda que tenia con el y con Santiago.

OFF: Rohar este es de los post que más me he querido currar en el aspecto sentimental, léelo con detenimiento y trata de meterte mucho en el papel ^^ espero que te guste.


Tras charlar con Herik y Gelindrel sobre la mejor forma de cocinar pastel de nueces Raud escuchó a su nuevo conocido mencionar a un grupo llamado; Los Hijos, el mismo mercenario los conocía, de hecho durante un año fue miembro de su banda, cuando apenas había sido creada, no sabía que el joven Rohar había llegado a pertenecer a ese grupo, y si lo había hecho habría sido siendo apenas un niño poco mayor que Kirina.

- Yo conozco a Los Hijos, y si, es cierto que han cambiado su nombre por ''La Legión de Hielo'' por su referente al carácter nórdico aunque ya no se quien la lidera, yo maté al líder que regentaba cuando pertenecí a sus filas, no me mires mal, se estaba muriendo de una terrible enfermedad y quería poner fin a su vida como un buen nórdico... en combate justo, yo le concedí ese honor -.

El guerrero bebió un trago de cerveza y cogió a Kira sobre sus piernas antes de seguir hablando.

- Nos esperan en el norte, son la mitad de nuestro destacamento... -.

Tras decir eso acarició el pelo a su aprendiz algo triste, Rohar vio que el tal Herik soltaba un pequeño suspiró y Tyr se mordía el labio, todos sabían a lo que se enfrentaban y el que probablemente sería su final. Al terminar la comida todos salieron al patio y disfrutaron de una infusión exceptuando a Alexey y Tyr que se dedicaron a jugar a la pelota con las niñas, evidentemente el equipo del lancero ganaba porque el mismo no dejaba de dar volteretas sobre Tyr que no sabía si cogerle de una pierna y estamparlo en el suelo o jugar limpiamente. Rohar lo veía divertido pero el viaje había sido agotador y prefería descansar, Herik le contó cosas del mar y de las regiones del centro y que de no ser por un trabajo que llevó más de lo esperado habría sido él el que le habría acompañado por las aldeas años atrás.

- Mis hijas están orgullosas de su padre Rohar, gracias a ti puedo decir eso -. Escuchó el norteño tras él por voz de Gelindrel que le abrazó por la espalda y puso su suave rostro junto al suyo mientras miraban jugar a su familia, Rohar se percató de que una lagrima caía por su mejilla, Herik también lo vio y tras poner una mano en la espalda de la elfa dijo:

- A la vuelta podrá contar todas las heroicidades que habrá realizado -. La mujer rompió a llorar y abrazó más fuerte a Rohar mientras decía:

- Todos... todos volveréis... para contarme vuestras historias... disculpadme -. Soltó al norteño y entró en la casa, Tyr la miró de lejos y la siguió. Herik suspiró y bebió un poco antes de empezar a hablar con su madre que resultó ser una mujer maravillosamente agradable. Rohar se giró para ver a su amigo, este abrazaba a su llorosa esposa mientras también derramaba una lagrima.

Pasadas unas horas más llegó el momento. Por doquier había familias y amigos despidiendo a guerreros y guerreras que marchaban en los distintos destacamentos. Todos recogieron su petate y observaron como el del sur salía por las puertas del bastión. Alexey estrechó con fuerza las manos de sus compañeros, guardó su lanza en la espalda y siguió al comandante de dicho batallón despidiéndose una última vez con la mano pero sin mirarles a la cara.

Seguidamente el siguiente grupo pertenecía al centro, era el más grande pues el propio Santiago iba con ellos, ataviado con su lujosa armadura de general, Herik se giró a su madre, esta rompió a llorar cuando su hijo la abrazó, Rohar pensó que para una madre debía ser duro, pero el no podía conocer eso, se había comprometido a seguir a Tyr a la lucha cuando además se enteró de que la escuela del Lago lucharía junto a ellos en el norte. Tras reunir fuerzas y muchas palabras de consuelo y despedida Herik guardó su ballesta y echó su bolsa a la espalda, también cruzó la mano con sus compañeros y marchó junto a Santiago que le ofreció un caballo. Cuando estuvo a pocos metros de desaparecer por la puerta le lanzó un beso a su madre, esta cayó de rodillas cuando su hijo desapareció. Gelindrel la abrazó hasta que la anciana pudo levantarse. Cuando llegó el turno de los chicos del norte Raud abrazó a las mujeres y dejó caer una lagrima cuando entornó sus brazos alrededor de Kirina. Cuando se levantó se retiró un poco.

Tyr dio dos pasos adelante y se giró para ver su familia al completo, abrió los brazos y las tres mujeres de su vida corrieron a abrazarle, ver al enorme guerrero caer rendido de rodillas ante ellas fue devastador para Rohar, al abrazarlas vio que lloró junto a ellas como un bebe, besó sin parar a las tres en sus frentes mientras las acariciaba con sus gigantescas manos, Raud cerró los ojos y bajó la cabeza junto a la madre de Herik, el joven guerrero hizo lo mismo pero alzó la mirada cuando la elfa le llamó con ojos totalmente rojos, no sabía como reaccionar racionalmente así que fue su instinto el que le llevó a acercarse a la familia que le recogió en el abrazo, también cayó de rodillas mientras la elfa y las niñas le acariciaban, estuvieron varios minutos hasta que Tyr se levantó dejando un apenado suspiro tras él, Gelindrel en ese momento cogió al joven mago de la cara con ambas manos y le dijo:

- Vuelve con mi marido jovencito, vuelve con nosotras a tu hogar -. La elfa acercó su cara a la frente del norteño y le dio uno de los besos de amor maternal más sinceros que había llegado a conocer.

Cuando se separaron los tres guerreros pusieron rumbo al batallón para unirse a ellos, todos montaron sobre sus respectivas monturas y seguidos por la loba de Rohar salieron de Fuerte Lanzanegra. Tras ellos se escuchó un; ''¡Cerrad las puertas!'' y obedeciendo clausuraron el lugar con las enormes puertas de madera y acero encantados, al ser los últimos cada uno de los hombres del norte se giró para mirar por última vez su hogar. Tras volver al camino se escuchó a uno de ellos cantar:


Seguidamente y poco a poco todos se unieron a la canción.


Y así, cantando con pesar pero con el paso firme y henchidos de orgullo marcharon a su tierra para defenderla del mal que la asolaba...

¿Thanis muerto? No podía creerlo. Sentí como si una mano agarrara mis tripas y luego las retorciera. El hombre que me había salvado en incontables ocasiones, el hombre que me había acogido, mi amigo estaba muerto. Rabia. Ira. Frustración. Tristeza.  Mire con muy mala cara a Raud. Desde el principio había sentido algo que no me gustaba en el, pero había sido reemplazado por odio, hasta que termine de oírle. Nórdico. Había dicho quería poner fin a su vida como un buen nórdico. Todo. La rabia, la ira, incluso el odio hacia Raud desapareció en un instante. Felix era un enano, pero siempre decía que apenas recordaba nada antes de servir en un barco. Una de aquellas cosas eran dunas de arenas y en el norte no abundaban. Doy fe. No era el. No era nórdico y de hecho nunca había actuado como tal. Además, casi todos los enanos eran nórdicos, pero no todos.

-Yo era furriel de Los Hijos desde poco después marcharme de aquí. De hecho lo sigo siendo, ya que estoy con un permiso de tres años para….-había hablado demasiado. Aun no le había dicho a nadie lo de mis estudios mágicos y no tenía ganas. Por suerte para mi los demás o no escucharon todo o comprendieron que un hombre puede y tiene derecho a guardar algún secreto. Aunque sea a su anfitrión- Si es parte del destacamento supongo que podre ver a mis camaradas.
 

Note como Raud, Herik y Tyr se mostraban....¿preocupados? Había visto a Tyr luchar antes en desventaja clara y nunca le había visto así. Permanecí en silencio por el resto de la comida. Luego salimos al patio donde Tyr y Alexey jugaban con las niñas. Yo también quería, pero el viaje había sido agotador. Así que allí me encontraba con Ithar golpeándome con su cola y Herik contándome historias de sus aventuras. Eran muy entretenidas. Desde luego había viajado mucho. Entonces note que alguien me hablaba mientras me abrazaba por la espalda. Era la mujer de Tyr. Estaba llorando. Herik intento consolarla diciendo que todos volveríamos y ella pareció intentar convencerse de ello, pero no podía. Entro a la casa muy seguido por Tyr, que también lloraba aunque se contenía mejor. El juego había terminado y todos entraron en la casa. Yo en cambio me dirigí a las alforjas que aun llevaba Nieve. Cogí uno de los macutos y lo puse encima de la mesa. Estaba buscando algo que hacía mucho tiempo que no veía y más aun que no me ponía. Era el Aspa Morada de los Hijos. Desde que me despedí de Los Hijos hace ya varios meses la tenía guardada. También encontré otra cosa. Mi proyecto de escudo personal. Era una tontería que se me ocurrió estando en la Torre. Estaba terminado, pero no había tenido tiempo de ponérmela. Cogí una aguja e hilo y empecé a trabajar. El Aspa iría en mi espalda y mi escudo en el pecho. Sonreí satisfecho cuando termine mi trabajo. Entonces escuche los tambores de guerra y todos se preparaban para marchar. Alli, multitud de guerreros se despedían de sus familias. Algunas veces de sus padres, muchas otras de sus hijos y esposas. Por un momento me alegre de no tener a nadie. Sufriría sabiendo que si cayera alguien sentiría tristeza o algo peor. Destacamento tras destacamento se fueron uniendo mis compañeros de la tarde. Alexey fue el primero, Herik le siguió. Llego el momento de Tyr y Raud. Estos se despidieron de las chicas. Yo no pude y desvié la mirada. Me acerque para apoyarlos cuando la mujer de Tyr me llamo, aunque sabía que no serviría de mucho. Entonces me cogió de la cara y me  dijo que volviera con Tyr. Que volviera aquí porque era mi hogar. Mi hogar. Desde que huí de Wolfkrone no había tenido hogar. Había vivido en la pequeña fortaleza de Los Hijos, ahora en la Torre, pero nunca lo había considerado su hogar. Nadie me esperaba allí, si exceptuamos los Hijos y mas por la reputación que por otra cosa.  Pero al oír las palabras de Gelindrel comprendí que antes estaba equivocado. Si había gente que sentiría mi marcha. Las niñas, Tyr, ella. No podía hablar. Ni siquiera recuerdo haberme subido a Nieve y solo salí de mi trance cuando Ithar me golpeo la bota. Los hombres del batallón estaban cantando. No sabía la letra, pero si conocía la canción. Marchamos al Norte. Al Frió Norte. Marchamos a la guerra.