Isabella de Garnalia
Isabella de Garnalia
Humana
Nombre : Isabellina Fountaine de la Garnalia
Escuela : La Santa Academia
Bando : La Diosa (conocida como Dios)
Condición vital : Viva
Rango de guerrero : Experta en espadas (a una mano)
Clase social : Realeza
Mensajes : 60
Fecha de inscripción : 22/12/2013
http://www.latorre.foroactivo.mx/
http://www.latorre.foroactivo.mx/
http://www.latorre.foroactivo.mx/
http://www.latorre.foroactivo.mx/
http://www.latorre.foroactivo.mx/
La triste noticiapor Isabella de Garnalia, Lun Dic 30, 2013 10:46 am
El dolor recorría su cuerpo como el viento recorre la pradera en otoño. Era tal su angustia que resultaba sencillamente insoportable. Incapaz de aguantar el dolor, permaneció sentado, derramando la copa de vino que en vida sostuvo en mano. El liquido rojizo se extendió por la maqueta,pero a él poco le importaba... ya no pertenecía al Mundo de los Vivos

Un sirviente le encontró al cabo de pocos minutos. Horrorizado, corrió presto por los pasillos del castillo, gritando a pleno pulmón:

- ¡El rey ha muerto! ¡El rey ha muerto!

***


Había superado la prueba. Oficialmente y a ojos del Señor, ya formaba parte de la Santa Inquisición, cuerpo de valientes devotos dedicados a la caza de todos aquellos seres malévolos cuya mera existencia ofendían al Altísimo.

Estaba en mis aposentos, rezando, como cada mañana. Cada mañana, la misma oración:

Pater Noster, qui es in caelis,
sanctificétur nomen Tuum,
adveniat Regnum Tuum,
fiat volúntas tua,
sicut in caelo et in terra.
Panem nostrum cotidiánum
da nobis hódie,
et dimitte nobis débita nostra,
sicut et nos dimittímus
debitóribus nostris;
et ne nos indúcas in tentationem,
sed libera nos a malo.

Justo había terminado de rezar la oración cuando, sin previo aviso, abrieron las puertas de mis aposentos. Era uno de los instructores de la academia. Pude ver nerviosismo en su mirada. Algo ha ocurrido:

- Siento importunaros, Alteza - se disculpó el instructor

- No importa - le dije, con serenidad - Hablad. ¿Qué sucede?

El guardia cogió aire y tragó saliva.

- Mi señora: vuestro hermano, el Rey... ha muerto.

Finalmente ha ocurrido. Finalmente ha llegado el día en el que tendría que tomar las riendas de mi ya difunto hermano. Pero no puedo albergar tristeza en mi corazón. No puedo permitírmelo.

- Dios se apiade de su alma - suspiré - No hay tiempo que perder: ordenaré que preparen mi equipaje. Parto hacia Ereaten de inmediato
- Temas similares


Cambiar de escuela