Un grito de furia que resonó por toda la habitación logró sobresaltarme. Estaba estudiando el Libro del Aire, el Segundo tomo, pero aquel grito logró romper mi concentración. Decidí salir a ver qué ocurría y me encontré con una mujer. No llevaba túnica, sino una armadura ligera y una espada en el cinto. Deduje por esas características que se trataba de una defensora de la Torre.

- Caballero - le llamé la atención - Si no os importa, os agradecería que gritá...

Pero entonces me dí cuenta de que en sus manos tenía un Ars. A juzgar por su aspecto y por la descripción de mi padre, juraría que se trataba del Ars Goetia. Con ese libro mis conocimientos de curación y protección mejorarían de tal manera que el equilibrio sería completo. ¡Ahora lo recuerdo! Un Ars para la Magia Blanca, otro para la Magia Negra y el último para recorrer un camino de la magia desconocido hasta el momento.

Recordé a Michelle. Algo me dice que esta chica es de los nuestros. Entonces supongo que debería presentarme:

- Ruego disculpes mi osadía - dije con total sinceridad - Me presentaré: mi nombre es Xehanorth y soy Aprendiz de Segundo Grado. ¿Tú cómo te llamas?

Me interesa obtener todo tipo de información sobre los Ars. Y también me gustaría ganarme la confianza de todos los integrantes de la Torre. Quiero demostrarles que puedo ser de ayuda en tiempos difíciles, y que solo deseo el bien para los mios.

Su respuesta me hizo mucha gracia. Da gusto ver que todavía hay gente en el mundo con sentido del humor. Aunque jamás me imaginé que me encontraría con ella:

-¡Conque tú eres la legendaria Lumiere Noire - exclamé - Michelle me ha contado maravillas sobre tí. ¡Es un verdadero placer conocerte!

Me entristece saber que el Ars se encuentra en malas condiciones. Aunque, lejos de rendirme, intenté ayudar:

- Si tienes dudas, ¿por qué no consultas a Narshel? - le aconsejé - ¡Seguro que ella puede ayudarnos!

Su respuesta me extrañó en gigantescas proporciones. ¿No había visto a Narshel en meses? ¡Que cosa más extraña!

- Pues dudo que YO pueda serte de ayuda - le expliqué, con total sinceridad - No sé leer este tipo de runas. ¡Aún soy un Aprendiz de Segundo Grado!

El Ars Goetia está aquí, en la Torre. Eso me tranquiliza enormemente. De todas formas, dudo que pueda sacar nada más en esta conversación y además tengo mucho que estudiar.

- No me contó lo del bosque élfico. Lo lamento. - Sinceridad ante todo - Desearía quedarme aquí y que me pudieras contar más cosas, pero yo tengo un Libro que empollar y... parece que tú también tienes mucho trabajo, de modo que... ¡Hasta la próxima!

Cerré los ojos, di un paso mágico y me aparecía en mi habitación. ¡Bien, ya domino el conjuro teletransportador! Ahora tengo que empezar a trabajr si quiero llegar a ser tan bueno como Lumiere o Michelle. ¡Lo haré por ellos... y por mi padre!