Shien Dogger
Shien Dogger
Cuenta inactiva
Nombre : Shien Dogger
Escuela : La Torre
Bando : La Diosa
Condición vital : Viva
Rango de mago : Aprendiza de segundo grado
Clase social : Burguesía
Mensajes : 32
Fecha de inscripción : 04/02/2013
Edad : 26
http://www.latorre.foroactivo.mx/
http://www.latorre.foroactivo.mx/
http://www.latorre.foroactivo.mx/
http://www.latorre.foroactivo.mx/
http://www.latorre.foroactivo.mx/
...Necesito comer algo...por Shien Dogger, Mar Abr 02, 2013 12:35 pm
Desperté con la boca seca y los nervios de punta. Esto era lo que menos quería en esos momentos, no deseaba atacar a nadie de la Torre, ya que podría resultar contraproducente enfrentarme a un mago de mayor rango sólo por alimento...

Ahora estaba ahí, a mitad de la noche, buscando algún animal que me pudiera ser útil.

Entré a las caballerizas, rezando porque nadie viera lo que estaba a punto de hacer (no es que comer sea malo, el problema reside en la manera de hacerlo). De uno de mis bolsillos saqué un pequeño frasco de vidrio con una sustancia azulada; era una especie de ácido que yo había creado para estas ocasiones.

En los establos había cuatro o cinco caballos, los cuales ya habían advertido mi presencia y mi intención, daban ligeros bufidos y soltaban pequeñas coces. Agarré el primero que pude y traté de calmarlo. Lo miré a los ojos, intenté sedarlo mentalmente por medio de hipnosis. Los demás animales callaron, probablemente por miedo...

Una vez el equino sedado, me dirigí a una de sus patas y vertí un poco de aquél líquido azul en su tobillo. Esperé a que el ácido hiciera efecto y en pocos segundos comenzaron a brotar pequeños hilos de sangre.
>>Gracias por la comida<< me dije, y empecé a beber de la herida, procurando que mi saliva no hiciera contacto con el tan preciado fluido carmesí.

Aprendí este método a partir de mis investigaciones, pasaba mucho tiempo observando a los murciélagos, estudié su conducta y desarrollé esa pócima, junto a su contra parte, que eran algo similar a la baba de ciertos hematófagos, la cual tenía la misma función. Este procedimiento sólo lo usaba en contadas ocasiones, era para emergencias.

Cuando al fin había saciado mi sed, saqué otro frasco, esta vez, con una sustancia rojiza, y eché un poco en lugar de la llaga, y ésta, en instantes, cerró, dejando sólo una cicatriz. El caballo profirió un alarido, tal vez de dolor, tal vez de alivio.

Le dí las gracias al animal, mientras sentía como un sueño agotador me invadía.... miré a mi alrededor y encontré un montón de paja sobre la que me tumbé, a la vez que el cansancio me vencía, mis ojos se cerraban.... hasta que por fin quedé dormida...


- Temas similares


Cambiar de escuela