Recuerdo del primer mensaje :

Ha llegado, me temo, la hora de despedirme de Erda, quizá para siempre.

¿Cómo podría olvidar a la hechicera errante que, en uno de sus viajes, se topó con el inhallable Bosque de las Hadas y me salvó de mi prisión arbórea? Erda significa mucho para mí, y me apena el pensamiento de no volver a verla. Pero esa es su razón de ser, recorrer incasnablemente el mundo, buscando el conocimiento en los rincones más diversos, más allá de los libros. Y así fue cómo se convirtió en una de las magas más completas que hay, y cómo finalmente consiguió convertirse en archimaga.

Ahora estoy solo. No sé qué maravillas veré en cuanto abra mañana los ojos, pero será un comienzo de cero... en los buenos y en los malos sentidos.

Hasta siempre, mi admirada Erda. Creo que has sido lo más parecido a una madre que recuerdo haber tenido nunca, y por ello puedes tener por seguro que te echaré siempre de menos.

Me dio un escalofrío cuando Uri me abrazó y me empezó a acariciar aunque luego me empecé a tranquilizar. Tan solo me concentré en sus palabras cuando me habló y una sonrisa salió de mi. Él no pensaba que era un monstruo y aunque le había dañado, él estaba pensando en mi sufrimiento.

Cuando termina de hablar me sorprendí y levanté la vista hacia él. ¿A qué se refería él con que me quería? Mi mente se llenó de preguntas pero rápidamente las negué todas y me acerqué más hacia él y le dí un beso en la frente.

- Yo también te quiero Uri. - callé por un momento y me levanté y me puse al lado del cuello que yo había dañado. - Quizá pueda ayudarte con la magia... el hechizo... había un hechizo de curación en el libro de la Tierra. -pensé y rebusqué en mis conocimientos (aunque la mayoría eran de Lergand) hasta que lo encontré.- Estate tranquilo. Te curaré. -suspiré y puse las manos muy cerca del cuello. - . -dije y sentí como la magia salía de mí. Volví a repetir el hechizo una y otra vez, hasta que tan siquiera me pude mantener en pie. Me costaba ver y me tanbaleaba hacia los lados pero seguí con el hechizo...- ... - caí hacia atrás cayendo hacia el suelo respirando pesadamente, roja, sin poder moverme tan siquiera.