ambos aparecieron en una callejuela algo estrecha pero era preferible así, Yandrack volvió a cubrirse con la capucha antes de dirigirse a Emma-ahora atenta a lo que te voy a decir, mientras estés conmigo no te pasara nada pero este sitio es peligroso para cualquier ser mágico o relacionado con la magia- acerco su boca al oído de la joven elfa y le susurro seriamente-eso incluye a posibles magos y licantropos, ni mires a nadie, no  hables con nadie y no te alejes


Una vez la hubo advertido el joven paladín se enderezo y se alejo de ella unos 5 pasos, después comenzó a andar, esperando que ella siguiera sus instrucciones-nunca vengo a esta ciudad para hacer turismo¿por que sera? ah ya, la inquisición, lo había olvidado...- suponia que no tendrian problemas pero nunca se sabe, en una ciudad como Ereaten

Segundos después aparecimos en un callejón. Era estrecho y tenía un aspecto frío y poco acogedor, por lo que no me dio buena espina.
Dudé unos instantes de las intenciones del chico, y me aterrorizó pensar que después de todo me mataría o algo así., pero sus palabras disiparon rápidamente mis malos pensamientos.

Me asusté ante su confesión, y me tranquilizó a la vez la seguridad que me ofrecía. Sentí su aliento en el cuello con sus labios casi rozando mi oreja, y me tomé a pecho las ordenes de él.
Mientras Yandrack se alejaba saqué rápidamente la única capa de mi bolsa y me coloqué la capucha de la misma forma que él.
Miré al suelo preocupada por estar caminando en aquel sitio descalza. No era como el bosque pero tendría que aguantarme.

Le alcancé tan rapido como pude y le mire dispuesta a seguirle fuera a donde fuera.

Emma no tardo en seguirle y una vez juntos recorrieron un camino largo por calles secundarias y poco transitadas, un camino que Yandrack conocía bien, doblaron varios recodos y llegaron a una zona de la ciudad mas respetable, ningún noble elegiría ir por allí pero tampoco lo haría lo peor de los habitantes y demás elementos cuestionables, era noche cerrada cuando un extraño letrero apareció ante ellos ``la ultima morada´´, era el nombre de la posada, una edificación sencilla de tres plantas, con una sala principal que hacia las veces de taberna, mientras que las habitaciones se encontraban en los pisos superiores.



Yandrack entro en el establecimiento, seguido de Emma, alli cerca de la barra Yandrack se quito la capucha y giro la cabeza hacia emma para que esta viera como movia los labios para que los leyera``no te quites la capucha´´ le dijo marcando cada silaba con enfasis, mientras tanto, el posadero/dueño, que ya conocia a Yandrack, lo saludo afectuosamente


¡pero muchacho! hacia tiempo que no venias por aqui¿no son unas horas un poco malas para venir buscando habitacion?- el hombre, calvo, con un rostro enrojecido y de aspecto bonachon meso su barba unos momentos mientras se fijaba en la figura encapuchada que habia detras del joven-ah pero ¿vienes acompañado? diablos ¿en que lio te has metido esta vez? da igual, prefiero no saberlo- se rio de lo absurdo de la situacion mientras Yandrack le explicaba que querian dos habitaciones


veo que en tu buen establecimiento nunca falta la comida- dijo haciendo un gesto hasta la oronda barriga del hombre-ah jajajaja claro chico, comer es lo mas saludable, deberias hacer lo mismo, vamos que pareces un saco de huesos...- y volvio a estallar en risotadas mientras yandrack sacaba unas monedas de oro-bueno Lenny ¿dos habitaciones para el resto de la noche por unas cuantas monedas? ah y si pasaran los guardias por aqui te agradeceria mucho que...- el hombre le interrumpio con una mano amigable-anda anda, guarda ese oro, es  bastante tarde y tu acompañante no lleva zapatos... bah, no te preocupes por esos guardias, siempre intentan fastidiar a los parroquianos,¡me espantan la clientela! subid subid, usad las del tercer piso, esta  vacio- Yandrack le dio las gracias al hombre y volvio a sujetar suavemente la muñeca de Emma mientras ambos subian por la escalera....

Marchamos por varias calles desconocidas obviamente para mí.
Yandrack parecía conocer aquel lugar como la palma de su mano, pero aun así no llevaba un ritmo demasiado rápido para lo que yo había acostumbrado durante esos días de viaje.

Leí el nombre del letrero, y enarqué una ceja ante lo curioso que me resultaba. Era irónico.
Si aquella era la última morada, sería la ultima a la que irías, tu último recurso... Esperaba que el nombre no le hiciera demasiada justicia, aunque no me importaba el sitio con tal de que tuviera una cama caliente.

Entramos. Parecía acogedor, y cuando Yandrack se quitó la capucha, yo fui a imitarle. Sus labios me frenaron, y bajé las manos algo confusa...
Un hombre bonachón, y barrigudo saludó a mi acompañante. Desee con fervor que tuviera un sitio para nosotros,

Reí levemente cuando el posadero habló a Yandrack sobre su físico.
Era delgado, pero seguramente para aquel hombre mucha gente era un seco de huesos. Guardias... Estaba claro que Yandrack no quería que nos descubrieran. Me sonrojé horriblemente cuando el hombre hizo referencia a mis pies desnudos.

Estuve a punto de hablar pero no quería desobedecer a Yandrack, así que mantuve la boca cerrada.
Él me cogió de la muñeca de nuevo, y me pregunté por qué mantenía contacto conmigo.
No era necesario no me iba a escapar lógicamente, y aun así me sostenía como para cerciorarse de que llegaba tras él.
Subimos por las escaleras, yo aún con la capucha puesta.

una vez llegaron al tercer piso estuvieron frente a varias habitaciones-ya puedes quitarte la capucha- suspiro un momento-el posadero es un buen hombre, unos de los pocos en los que se puede confiar por aquí y nos avisara si los guardias meten las narices...-se llevo la mano derecha al ojo izquierdo  repentinamente,respiro hondo y se calmo antes de volver a encarar a su acompañante como si nada hubiera pasado


puedes elegir la habitación que quieras, yo usare la de al lado por si hay problemas, por la mañana todo estará mucho mas tranquilo, si oyes ruidos en el pasillo no hagas nada,quédate en la habitación-la miro a los ojos una ultima vez, estaba serio pero tenia mas de cautela que de mal genio-¿alguna pregunta?

Cuando llegamos arriba Yandrack parecía más calmado. Su mano tapó momentáneamente su ojo y luego me miró de nuevo.
Tragué saliva. No quería estar sola, pero supuse que no pasaría nada si él estaba en la habitación de al lado.
Dudé momentáneamente en pedirle su compañía pero me callé. No quería que malinterpretara mis deseos.

Me quité la capucha y respiré tranquila mirándole fijamente.
-¿Te ocurre algo?- pregunté imitando su anterior gesto con la mano.

Si los guardias metían sus narices dudaba mucho de que aquel buen hombre pudiera pararles los pies. No tenía armas, ni nada con lo que defenderme, solo a él, y a mi misma como loba, porque estaba claro que como elfa sin armas no valía más que una moneda de bronce.

estoy bien, no te preocupes-la miro curioso¿estaba preocupada por el o solo por que aparecieran los guardias?-es una elfa...- se recordó a si mismo-no te preocupes yo puedo ocuparme de ellos, duerme tranquila- e incluso si las cosas llegaban hasta extremos desesperados podía usar su influencia, paso por una etapa de aceptación en la inquisición, evidentemente para sacar ventaja, así que si aparecían los guardias podía declararse guardia inquisidor al cuidado de una prisionera elfa, eso aplacaría a todo un ejercito-la mayoría son idiotas



parece que a la que le ocurre algo eres tu¿ de verdad estas bien? no pasara nada


y era una elfa que iba a estudiar en la torre¿por que se molestaba tanto por una chiquilla elfa? no tenia respuesta para ello pero por otro lado, el no acostumbraba a dañar a gente que no le había hecho nada, incluso aunque fuera de la diosa y Emma no se había portado mal con el

Su gesto había sido extraño. Fruncí el ceño, y relajé mi expresión segundos después.
-¿De verdad..? Bueno da igual.. - comenté haciendo un ademán con las manos. Seguía resultándome tan misterioso... Su forma de hablar, sus gestos, su mirada...

Cuando preguntó por mí me pilló desprevenida. No pensé que fuera a interesarse por mi miedo irracional. Sacudí la cabeza.
-Sí, sí.. estoy bien. Es solo que me siento insegura sin razón supongo... Pero...- ¿Cómo decirlo?- confío en ti, Yandrack.
Dije dulcemente.

Se acercó a él, un poco más dubitativa, no sabía como agradecerle su encuentro y lo que estaba haciendo por ella. Le beso casta y puramente en la mejilla cerca de su oreja, esperando que él no se lo tomara mal.
Sin darle tiempo a reaccionar se alejó.

-Lissë olórë..- pronunció ella, en élfico. Se dió la vuelta y se alejó un paso de él.- Significa dulces sueños.

Sí, sí.. estoy bien. Es solo que me siento insegura sin razón supongo... Pero... confío en ti, Yandrack.-la muchacha se acerco mucho a el, no le dio importancia porque se imaginaba que solo era una insinuación pero no fue así,ella lo beso en la mejilla,dejándolo sin respuesta, llevo una mano despacio al lugar en el que ella le había besado, luego miro la mano, como si no supiera como reaccionar y luego volvio a mirar a Emma, se sentia confuso, perplejo, pero no molesto, volvio a mirarla a los ojos justo cuando ella volvia a hablar


Lissë olórë..- se alejo solo un paso-Significa dulces sueños.- estaba realmente sin respuestas-¿es esto lo que suelen hacer las razas inferiores? no,tu no, tu eres un dragón¿recuerdas? tengo un cuerpo humano, es normal que me afecten estas cosas,no, eres un dragón¿y el fuego? el fuego.... EL NOMBRE... no¿que soy? eres un dragon- la discusión consigo mismo transcurrió en un infimo segundo, teniendo un cuerpo humano tenia necesidades humanas, eso incluye el ser afectado por emociones y sentimientos en escalas distintas a como le afectarian cuando solo era un dragon,


si, buenas noches- fue todo lo que pudo articular, volvia a estar concentrado en el poder del nombre del fuego¿habia bajado las defensas por culpa de aquella chica? eso no era propio de un dragon, y de repente surgio una inquietud, un  miedo irracional, un terror inconcebible, algo que asustaria al mas fiero de todos los de su raza ¿ y si se estaba volviendo humano?

No pude evitar sonreir mientras abria la puerts de la habitacion.
Habia notado su confusión, pero también habia sentido la mia.

"Elfa estupida" me dije a mi misma. "Estoy segura de que el deprecio que le tiene a los elfos te incluye a ti lobita..."
Me desnudé y me metí en la cama.
Yandrack habia despertado una ternura en mi... No el tipo de ternura compssiva que siented cusndo te crees superior. Los elfos sentisn ess ternura constantemente, pero la ternura que yo habia sentido ers por agrsdecimiento, por soledad...

Le conocía de hacia apenas unas horas y habia empatizado mas con el que con cualquiera de mis anteriores desconocidos.
Como ya me habia dichi a mi misma anteriormente, Yandrack no era un humano corriente.

Yandrack entro en su habitación, había tenido un momento de duda, una duda que había quedado atrás, reemplazada por una rabia que hervía en su interior, desenvaino a vulcana y observo su reflejo en la hoja, su ojo derecho estaba adquiriendo  de nuevo esa tonalidad rojiza-maldita sea- intento revertir los cambios pero a medida que pasaba la noche se impacientaba, necesitaba descargar su rabia


Se quedo callado un momento mientras escuchaba atentamente y afinaba el olfato y el oído, había jaleo abajo-guardias-pensó casi aliviado, abrió la puerta de su cuarto y bajo las escaleras, con la capucha echada, eso si,  no quería que Lenny se alarmase, el pobre posadero se hallaba semi inconsciente en el suelo,cerca de la barra pero parecia estar fuera de peligro


¿que esta pasando aqui? Lenny , Lenny- pero el posadero no respondia, los guardias repararon en el-¿ y este quien es? sera mejor que te vayas si no quieres que te meta la espada por el gaznate- el que habia hablado parecia el mas autoritario, los otros dos secundaron su comentario con unas risas tan sinceras como siniestras, estando seguro de si mismo el de mayor tamaño intento embestir a Yandrack que se aparto agilmente, provocando que el mastodontico hombre se diera un cabezazo al hacerle la zancadilla, con lo que callo noqueado al golpearse contra la pared, los otros dos parecian sorprendidos pero estaban bien entrenados.



Yandrack se dejo llevar ya por el fuego que ardia en su interior, desvio el hacha del segundo hombre y lo golpeo con su puño izquierdo, con una violencia anti natural en el,pobre desgraciado, cayo redondo y sangrando a raudales por la nariz, en cuanto al tercero podriamos decir a su favor que uso bien su lanza para mantenerse a distancia pero no fue suficiente ante un dragon enfadado, Yandrack le corto en la mano derecha,, cosa que hizo que apartara la lanza momentáneamente,no tuvo tiempo de gritar, un ultimo tajo en la garganta lo silencio al instante



decid a vuestro creador que vais de mi parte- y casi tuvo que contenerse para no soltar una llamarada,mato a los otros dos y reunió los cadaveres, luego se teletransporto con ellos fuera de las murallas, los dejo en un lugar apartado y volvió a teletransportarse al salon de la posada, se habia olvidado del posadero, al que ayudo a incorporarse-ahhh¿se han ido esos condenados? lo siento chico, les dije que no podían pasar pero... ay- se llevo la mano a la sien derecha, Yandrack simplemente le ignoro,despachandolo con un ``no te preocupes´´, una vez lo hubo dejado en su habitacion el volvio al suyo(el cuerto) y se durmio placidamente sobre una de las camas, la primera que encontro

Estaba durmiendo plácidamente cuando una pesadilla me abordó la mente.

Corrí a través del valle de los lobos. Sabía que algo malo me perseguía pero ni yo misma entendía muy bien el que.
Recorrí la extensión con la mirada, no tenía muchos escondites entre los que elegir así que seguí corriendo, sintiendo como se ensangrentaban mis pies. Mi pelo ardía. Literalmente ardía, como si una llamarada hubiera prendido fuego a mi cabeza.
Estaba quedándome sin fuerzas, y cuando tropecé, y me giré hacia atrás mi padre estaba allí, mirándome. Media mas de tres metros y en sus manos llevaba unas enormes bolas de fuego.
No, no eran bolas, eran dos cabezas élficas incendiadas.

Desperté asustada, y con la respiración sumamente agitada. Unos golpes muy sonoros me habían sacado de aquella pesadilla. Me incorporé entre aquellas sábanas, mientras otros golpes hacían temblar mi mente.
-¡Yandrack!- chillé asustada, preocupada porque le hubieran hecho algo, o estuviera luchando solo. Salí de la cama y me vestí rápidamente.

Salí de la habitación. La puerta de Yandrack estaba abierta y no había nadie dentro, así que me asomé a las escaleras y observé como este se enzarzaba en una lucha con unos guardias.
La capacidad física de él me dejó impresionada, pude verle los ojos, más rojizos que violetas esta vez.

Yandrack, una vez hubo acabado con todos desapareció. Yo bajé otro peldaño en la escalera pero instantes después, el chico apareció de nuevo, y en los segundos que tardo en despedirse del posadero, corrí a esconderme en la habitación.

Pasaron unos segundos más y de repente la puerta de la habitación se abrió.
No estaba en mi cuarto, estaba en el de Yandrack. Me había confundido de puerta.
"Serás idiota" me dije a mi misma. Yandrack se tumbo en la cama sin reparar en ella. ¿Y ahora como salía de allí?

entre sueños y pesadillas,gritos y susurros, se habia sumido en un letargo nada agradable,aparecio ante el una imagen apocaliptica, un mundo consumido por el fuego, arder entre llamas  a todos aquellos que habia conocido en ambas vidas, gritando,  maldiciendo, vio Ereaten y Zhanthe, ambas bajo la bandera de la inquisicion, ambas consumidas por una unica idea...purificacion,sintio ira y rabia pero tambien impotencia y miedo,entonces creyo oir una voz-la verdad te liberara-atontado y en mitad del sueño solo pudo preguntar-¿que verdad?- suplico sabiendose estafado de ante mano-el fuego lo consume todo...



entonces despertó, inquieto, en tensión, no sabia si solo habían pasado unos minutos ni si se había movido o gritado mientras dormía asi que ilumino la habitacion con un fuego fatuo, ya que no tenia ganas de seguir a oscuras y en principio todo le pareció normal, hasta que se espabilo y vio a Emma en un rincón de la habitación-¿que haces  aquí?-entonces recordó lo que había ocurrido y para su sopresa no solo el violeta de su ojo derecho se debatía contra el rojo, su cabello era el escenario de un curioso cambio de colores, de plateado a naranja tenue, todo ello en la semi oscuridad le daba un aspecto mucho mas extraño(si es que eso era posible) que en condiciones normales-te dije que yo me ocuparía si surgía algún problema¿te pasa algo?- pregunto mientras apagaba el fuego fatuo de sopetón

Observé a Yandrack dormir mientras intentaba que mi respiración no lo despertara.
Se removía inquieto, balbuceando palabras incomprensibles, y me empecé a preocupar por su sueño.
Su cabello empezó a tornarse naranja. No exactamente así, si no que se torno levemente a esa tonalidad.
Me asusté, al darme cuenta de que no tenía ni idea de lo que era o de quien era aquel muchacho.

Yancrack se despertó y yo me quedé inmóvil, mientras rogaba a la Diosa que no encendiera ninguna luz y se quedara dormido de nuevo.
Pero finalmente me miró, tras encender un fuego fatuo y reparó en mi presencia.
Maldije por lo bajo...

-Yo.. Emm.. Uh...- no sabía qué decir.- He oído cosas y me he asustado creía que te había pasado...- se calló de golpe dandose cuenta de que acababa de mostrar preocupación por él. Su piel pálida se sonrosó.
-Tranquilo no había venido a espiar como dormías.- dijo con sarcasmo.

Yo.. Emm.. Uh...He oído cosas y me he asustado creía que te había pasado...- el joven suavizo su expresión un tanto, aunque no lo hizo a propósito-que extraña elfa- se dijo, desde luego no era normal que un elfo trabara amistad con nadie en solo unas horas¿acaso podía explicarse por su naturaleza licantropa o tal vez simplemente porque era joven? no podía saberlo y pensandolo detenidamente tampoco le importaba


se fijo entonces en que se había sonrojado levemente y pudo percibirlo no ya por la luz sino por su actitud y su manera de responder-tranquilo no había venido a espiar como dormías.- y el tono en que lo dijo solo consiguio que  el chico soltara una risa austera mientras seguía sonriendo, visto y no visto porque un instante después volvía a estar tan serio como siempre


deberías dormir,te vendrá bien para mañana, a no ser necesites que quieras quedarte despierta en mi habitación para asegurarte de que no me pasa nada...- y termino la ultima parte en un tono despreocupado, bueno era cierto, no la conocía pero parecía que después de todo era una buena persona y la tension no iba a venir bien ni a al uno ni al otro

Se había reído.
Lo había visto estaba segura, y había oído una risa suave. Sonreí, y le miré en la oscuridad.
Me relajé instantáneamente y dejé caer mi peso contra la pared de la habitación.
-deberías dormir,te vendrá bien para mañana, a no ser necesites que quieras quedarte despierta en mi habitación para asegurarte de que no me pasa nada...-

Suspiré y cerré los ojos agotada. Tras haber perdido toda la tensión en mi cuerpo, este perdió también toda energía que quedara. Me deslicé hacia abajo, quedándome sentada contra la pared, observando a Yandrack, e intentando mantener los ojos abiertos.
No entendía muy bien por qué aquel hombre, que para mi no debería haber tenido ninguna importancia, en apenas unas horas se había convertido en la persona en la que más confiaba de su mundo.
Tampoco era extraño teniendo en cuenta que la otra persona en la que confiaba era yo misma.

-¿Puedo quedarme...- antes de acabar la frase, mi aliento se escapó entre mis labios, y se me cerraron los ojos, luchan y debatiéndose contra la oscuridad de los sueños.
El agotamiento pudo conmigo.

la respuesta llego pasados unos segundos-¿Puedo quedarme...?- la pregunta llego casi sin fuerza,era evidente Emma estaba cansada después de tantos sucesos inesperados, Yandrack se sorprendió a si mismo pensando que no le importaría que se quedara, ademas, al día siguiente la joven elfa iría a estudiar a la torre y seguramente no volverían a verse...



se acerco hasta la pared donde se había quedado dormida y confirmo que realmente estaba agotada-que irónica se ha vuelto mi vida, como dragón llegue a devorar a todo tipo de humanoides, incluso aunque no era mi costumbre y ahora aquí estoy, luchando contra unos humanos que oprimen a otros humanos, elfos y enanos- se agacho, quedando las cabezas de ambos a la misma altura, estaba oscuro y eso no hacia mas que destacar las facciones pálidas de la joven,levanto entonces la mano derecha, dirigiéndola con suavidad a  la mejilla izquierda de Emma, casi iba a rozarla pero se contuvo en el ultimo momento y retiro la mano rápidamente-sera mejor que duerma en la cama o se levantara con el cuerpo molido-la levanto en brazos lo mas delicadamente que pudo y dejo sobre la cama,luego  camino hacia la ventana y miro por ella-no ha sido un buen dia- inmediatamente después volvió a mirar a una Emma durmiente-y a pesar de ello tengo la sensación de que si lo ha sido...- se mantuvo despierto unas horas mas, horas que utilizo en vigiliar la posada y observar dormir a la elfa, cuando no pudo mas se durmio sin querer al lado de Emma y esta vez fue un sueño placido...

Sentí a Yandrack entre sueños.
No tenía fuerzas ni para abrir los ojos, así que mucho menos para moverme. Dejé que me llevara hasta su cama, suave y delicadamente.
Sentí como me depositaba y abrí los ojos para verle acercarse a la ventana.
Eso es lo último que recuerdo de aquella noche.

Si algo me había caracterizado en mi vida, habían sido mis curiosos sueños. Muchos se repetían, pero no había un solo sueño que hubiera olvidado, al menos del que yo hubiera sido consciente.

Desperté en una pradera verde. Todo era tranquilo y sosegado. Mi arco y mis flechas estaban a mi lado, y yo vestia un maravilloso traje blanco y rojo.
Mi cabello rojo, reflejaba el sol con tonos anaranjados, y cerré los ojos dejando que su luz me bañase el rostro.
-Lasta...- dijo una voz. Abri los ojos buscando de donde provenía.- Lasta, harmawen. Rainëcca ná vanwa, nárë nauva matldë.
-Cállate.- le grité a la voz. Y lo hizo.

Desperté por la mañana y vi a Yandrack a mi lado, durmiendo plácidamente.
Era atractivo, y la paz que parecía reinar en su mente en aquel momento le hacía más joven. Mi mano retiró cuidadosamente un mechón de pelo plateado de su frente. Sonreí, y bostecé silenciosamente.

Me pregunté si sería la última vez que lo vería. Deseaba que no. O puede que deseara que sí.
Estaba confundida... Y odiaba aquella sensación.
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Voz: Escucha, hija del lobo. Tu paz desaparece, la llama te devorará.