La noche se cernía sobre la ciudad, los faroles de las casas dan una siniestra luz a las calles entre las cuales discurre un pequeño carro, su conductor, un hombre fornido de pelo oscuro y un bigote repeinado con el tatuaje de las gentes de ''El Mercader'' (una guadaña y un barco) lleva una importante mercancía al puerto, el viejo carro esconde a un asesino de élite bajo una sábana y entre unos barriles.

Al llegar al puerto el conductor llamado Herik se detuvo tras un muro y bajó de su montura, se dirigió a la parte trasera del carro y retiró la sábana, el asesino bajo mientras Herik le entregaba un pergamino en el que se leía:

''Ese barco debe arder, quiere ver el fuego desde la fortaleza Dam, confió en ti''

Herik además sacó una pequeña caja del interior de uno de los barriles.

- Esto es un presente para ayudarle en su trabajo -. Dijo abriendo el recipiente, en su interior había tres esferas negras. El maduro conductor cogió una de ellas y explicó:

- Si se encuentra apurado o si simplemente lo ve necesario lancelas con fuerza contra el suelo y desataran durante un minuto aproximadamente una nube de esencia de Belladona, los que la huelan quedaran dormidos durante unas horas pero recuerde que no debe haber supervivientes, su objetivo es una fragata llamada ''Luz del Alba'', confiamos en usted, yo le esperare aquí para irnos lo más rápido posible al haber acabado el trabajo -.

Le dio una palmada en el hombro y terminó:

- Buena suerte -.

DIA 1
-No te defraudaré Santiago. Aunque a veces el fuego más destructivo no es el que más brilla...-hice una pausa dramática-Y no necesito ayuda-sonreí. Mientras dejé que el que iba a ser mi acompañante se fuese a donde quisiera.
Me dirigí a un callejón oscuro, la noche aumentaba mis sentidos, entré en él y desaparecí.
Segundos después, una sombra oscura tapó la luna, yo a lomos de Ogadrack que volaba silenciosamente.
Al sobrevolar la cubierta del barco, la estudié, y localicé un punto oculto, me teletransporté a este, y Ogadrack desapareció con una exhalación.
Aparecí en la cubierta, y saqué un frasquito de veneno, lo vertí en el tonel al cual iban a por la cerveza, sin que nadie me viese(las ventajas de ser invisible y eso).
Me dirijí hacia la parte interior del barco, todos estaban en la cubierta, y las puertas no las abrí, sino que me teletransporté a su interior.
Cuando encontré la mercancía, rocié un polvo alquímico, chamánico, venenoso y con magia negra sobre las flechas que llevaban.
Este polvo las haría parecer normales a simple vista, pero al usarlas, se astillarían, pincharían en los dedos a quien las use, y se desintegrarían. Pero ello hiba más allá, el polvo, inhalado o por contacto cutáneo u oral, debido a la magia negra, aumentaría la frustración de sobremanera, increcentando el sentimiento de ira, y haciendo que quien las usase desease matar a los vendedores, y extender rumores y mala fama era un veneno que permanecería un año en la sangre, pero para entonces, la idea de venganza, se asentaría en su corazón por sí misma.
DIA DOS
A la noche siguiente, podía verse la frustración de algunos, era hora de actuar.
Maté al capitan del barco y al mercader degollando su cabeza con un machete rudimentario tras aplicarles un somnífero que desaparece con la luz.
Fuí a la casa de un tripulante cualquiera, información que conseguí gracias al contacto de Santiago. También le maté, usando el mismo machete, el cual tiré en un contenedor cercano a la casa de uno de aquellos ilusos que compraron la mercancía, el que me parecía que era más borracho, más rudo, etc. un matón cachas sin vida.
Entré en su casa, y mientras éste dormía inducí en su mente la idea de que el era el culpable del asesinato, y que lo mostraría al día siguiente, que confesaría, lo hizo porque se lo merecían. Inducí en su mente mi recuerdo de la matanza, alterado para que pensase que fue realmente él, poniendo la imagen de sus brazos.
Cuando terminé, desaparecí del lugar, y me cité con Santiago al día siguiente, a las 12 de la mañana, hora del espectáculo final.
DÍA 3
Estábamos en la plaza, ví a Santiago y me acerqué a él:
-Sé que no viste fuego, pero puede que te guste este espectáculo-cuando dije esa ultima palabra, el comprador entró en la plaza de la ciudad, ya estaba extendido el rumor del asesinato, y éste se subió a la estatua que había en el centro de ésta, y acalló a la multitud.-Que empiece la función, le dije a un estupefacto Santiago-sonreí...

(OFF: Santiago no suele salir de su fortaleza excepto para viajes por mar así que supondremos que mejor uno de sus lugartenientes es el que ha acudido a la llamada)

Dam confundió al elfo Reinor con ''El Mercader'' en un principio hasta que se lo explicó, el asesino parecía contento con su trabajo a pesar de las ciertas connotaciones que pudiera tener el mismo en el mercado del contrabando, un hombre apareció en la plaza donde se habían citado, este se subió en la base de la estatua y habló a la multitud:

- ¡Oid! Hay un asesino en esta ciudad y me ha largado la culpa de sus crímenes, ayudadme pueblo, me conocéis y... -. Sus palabras se ahogaron en un torrente de sangre provocado por una flecha en su garganta, Reinor se volvió y vislumbró a uno de los hombres de Harren, el dueño de la mercancía, el arquero le reconoció y armo un proyectil pero no pudo lanzarlo debido al ballestazo que uno de los guardias de la ciudad le dio en cabeza, otros de los hombres de Harren  corrieron a luchar con los guardias mientras unos diez se dirigieron contra Reinor y Dam, para apoyarles Herik, desde un tejado mató a uno de ellos con un certero disparo sobre el esternón, los dos primeros alcanzaron al elfo que desenfundó como un rayo sus falcatas, uno de los enemigos le atacó con un tajo horizontal que detuvo con una de sus espadas, giró sobre si mismo mientras guardaba la otra y cogía la ballesta de su cinto, degolló a su atacante con su arma restante y con la ballesta mató a su estupefacto compañero.

- Dam acabemos rápido antes de que nos incumban en sus problemas -.

(OFF: descripción: Mucho gentío corriendo por todas partes, siete espadachines de enemigos contra vosotros dos y una veintena de guardias de la ciudad luchando contra otra docena de hombres de Harren. *OBJETIVO: Matar a los rivales más cercanos, huir de la ciudad y volver a la fortaleza de Santiago)

(OFF: La fortaleza de Santiago se encuentra a un par de semanas de la ciudad, en las montañas)

-Pero qué cojones...-maldecí. El tio, de una forma totalmente arbitraria había conseguido evitar mi hechizo, ahora se acercaban unos malnacidos, tripulantes del barco.
Eran demasiados, podía vencerles, sin embargo una idéa pasaba por mi cabeza, una idea loca...
-¿Hey Reinor, qué te parece si hago un poquito de ruido?-sin esperar respuesta, y aún pensando en mi loca idea, me eché la capucha, desenfundé unos cuantos cuchillos y los lanzé a una velocidad de vértigo contra 2 enemigos, les atravesaron el cuello y el corazón limpiamente respectivamente.
Desenfundé mi espada, y con tranquilidad y euforia al mismo tiempo fuí matándolos, uno a uno a los tripulantes que teníamos más cercanos. Sin mayor esfuerzo que parar, fintar, atravesar. En un minuto me había deshecho de 4 vidas. Me dirigí hacia los que estaban luchando contra la guardia de la ciudad. Y con detenimiento y velocidad inhumana(ayudado por mis cualidades y por la mágia del aire, que me hizo 10 veces más veloz), disparé cuchillos certeros que se dirigieron hacia los tripulantes o ayudantes de Harem. A uno de ellos le introduje magia negra en grandes cantidades, que fue el que se dirigió hacia el jefe, cercionándome así su muerte.
No lo tuve que comprobar, por un hechizo de aire, mis cuchillos volvían a mis bolsillos una vez lanzados, pasados 60 segundos, suficientes para dar muerte a todos.
Grité:
-Esos hombres han sido un peligro, merecían la muerte, a demás, timaron a toda la ciudad y han matado a un hombre inocente.-hice una pausa, nadie podía verme la cara, iba tapado infundí a mis palabras un toque mágico convincente.-No intenteis detenerme. Soy un enviado divino, soy invencible. Soy el Ángel de la Noche, el justiciero de la muerte-había alzado una barrera invisible anti proyectiles, por si acaso.-hice aparecer unas alas oscuras a mi espalda, y me giré, dándole la espalda al gentío, que veían mis enormes alas negras salidas de la nada-No soy un demonio, puesto que puedo decir el nombre de Dios sin recibir daños. Viva el Dios-sonreí para mis adentros, ellos pensaban que el bueno era el dios, pero no los hiba a contradecir. Desaparecí en un remolino de plumas negras con una explosión de luz (en verdad era la luz de un fuego usado para iluminar, pero el efecto óptico dio el que quería)(que no producía daños). Era un efecto visual que me permitió ocultar a Reinor mientras me teletransportaba fuera de allí, a la fortaleza de Santiago. La localización de ésta la había obtenido de la mente del mismo Santiago la vez que nos conocimos.
Llamé a la puerta:
-Santiago, estamos aquí, la misión ha salido un poco diferente a lo planeado...

El par de guardias que vigilaban el despacho de Santiago se sobresaltaron pero abrieron rápido tras una orden del elfo, ambos entraron y esperaron a que llamaran al ''Mercader'', este apareció recién afeitado y con un traje de dormir de lino fino y algodón de llamativos colores. Sin decir palabra se dirigió a un mueble y sacó tres copas de balón de cristal soplado y una botella de coñac añejo, Reinor se negó a beber y salió de la habitación excusando que debía arreglar un asunto pendiente en su barco, Santiago le dio asiento a Dam y le puso la copa frente a él, se sentó con lentitud y preguntó:

- Me han dicho que no salió todo como lo esperado ¿Que aconteció? -.

Durante una hora el experimentado asesino le estuvo comentando todo lo ocurrido hasta que fue interrumpido con una luz azul que surgió tras él, Santiago abrió el cajón derecho de su escritorio y lanzó unos polvos a la luz, de esta surgió una imagen de un encapuchado que reverenció al contrabandista con la cabeza, el capitán le miró y dijo:

- Habla -. La imagen asintió y se puso a relatar las nuevas de la ciudad, al parecer Harrem sabía que enviaría a alguien a destruir el buque así que toda la carga estaba a nombre de Santiago, al parecer, Dam, al matar al capitán sin volar el barco por los aires desencadenó una serie de sucesos muy importantes, los hombres de Harrem necesitaban ver arder el barco pero al ser suya la mercancía no podían así que creyendo que dicha carga no estaba maldita decidieron venderla bajo el nombre del propio Harrem, al ver el estado de las flechas los compradores se enfadaron con él y organizaron a la guardia para hacer redadas en los muelles, para evitar que le encarcelaran Harrem necesitaba un cabeza de turco que muriera con él y lo organizó para acusar a uno de los compradores (OFF: el que tu manipulaste Dam), este fue culpado de matar al capitán y de malvender la mercancía en mal estado, por desgracia en vez de achantarse el comprador se dirigió a la plaza y gritó su inocencia, esto para Harrem era inadmisible y mandó ejecutar al objetivo en el momento en que hablara, pero Herik, que había seguido los pasos de los hombres de Harrem en secreto aviso a la guardia de la ciudad, al parecer la intromisión de un ángel negro en contra de Harrem no hizo más que acrecentar el odio y la inseguridad de los clientes de Harrem, estos, todos, están enviando mercenarios a matar a todas sus tropas. Al parecer no hacia media hora que el cadáver del propio Harrem cuelga del mástil del famoso barco.

Al acabar de contar las nuevas Santiago se levantó, dio una palmada y rio.

- Maravilloso... -. Se acercó a Dam y le dio una amigable palmada en la espalda. - ... que gran negocio hice con usted mi buen amigo ¡Aldren! ¡Traela! -. Se escucharon unos pasos fuera de la habitación y a los diez minutos pareció un hombre con un baúl de madera que puso sobre la mesa, el guardia se retiró y Santiago abrió dicho baúl, dentro del mismo había muchisimas cosas:

* veinte bolsitas de esencia paralizante de mandrágora.
* cinco bombas de humo blanco.
* tres bolsitas de esencia de Alma oscura (una planta que hierve la sangre a la gente que respira o ingiere dicha esencia, hasta el punto de sudar sangre, es muy rara).
* una docena de permisos para cruzar aduanas fácilmente y una lista de personas de confianza.
* mil monedas de oro
* un extraño brazalete que según Santiago lanza unas diminutas púas casi imperceptibles que se pueden envenenar.
* una pareja de cuchillos especiales encantados con un potente hechizo de hielo que congela una pequeña área de lo que tocan.

- Todo esto es para ti, no podría agradecertelo más de lo que me gustaría, claro esta mis transportes están a tu disposición y puedes venir a por materiales cuando desees, me encargaré personalmente de que instalen mejoras en mi laboratorio de alquimia para poder investigar nuevos venenos, cuando tenga alguno nuevo te enviare muestras... has hecho un excelente trabajo y ahora eres de mi familia, y cuido muy bien de los míos Dam -. Al decir eso le tendió una moneda con el emblema de Santiago, dicha moneda abre muchas puertas en el mundo y claro esta otorga reputación y favores entre los miembros del gremio.

Santiago me dio unas cuantas cosas que podrían serme de utilidad. Y pude ver su alegría, llegó el momento de lucirme:
-Yo también te he traido unos cuantos regalitos. -saqué de mis bolsillos unas pequeñas bolsitas no más grandes que mi pulgar de largo. En cada una ponía “Ira”, “Lujuria” etc. todas las sensaciones negativas de la magia negra.-Estas bolsitas poseen un pigmento que potencia las sensaciones que se exponen en su respectivo nombre. Al igual que con la magia negra, estas tienen mayor fuerza si se emplean contra alguien que tiene la sensación innata. Es decir, si alguien está enfadado, con un poco de este polvo de ira, sería capaz de matar a todo ser que se encuentre en su camino. Reacciona al contacto con un ser vivo. En sangre tiene un efecto magnífico. Se diluye en agua y grasa. Y este-saqué uno algo más grande, de color plateado-Corroe cualquier material, la bolsa en la que se encuentra está hecha de lo único que no atraviesa: el platino.
-Y ahora, hablemos de trivialidades, he matado a 20 personas en 3 minutos, creo que puedo descansar-sonreí.
Bebimos algunas copas, y comencé a alardear:
-Que sepas, Santiago, que no encontrarás a nadie mejor. Soy maestro de armas y de magia en Aressher. Soy señor de los lobos, mentalista...Y ah, poseo un dragón corrupto de magia negra desde tiempos ancestrales por un poderoso nigromante hoy por hoy olvidado, cuya llama produce daños irreversibles. Podría destruir una ciudad como esta en cuestion de horas. Incluso he hablado con el dios de la oscuridad. Conozco todos los venenos existentes...lo que me dices del laboratorio...Creo que es lo que más me ha gustado.-sonreí-Tengo trabajo en la cueva, pero también tengo total libertad de hacer lo que quiera. Y me ha gustado esta misión, no puedo esperar a la próxima. Me encantaria quedarme contigo, amigo.-dejé la pregunta en el aire, impregnado de un olor a frutas y alcohol, por fin, me sentía vivo de nuevo, fuera de la oscuridad de la cueva, de su frialdad, a veces se necesita una poca de humanidad, para recordar que por tus venas también corre sangre...

Santiago escuchó atentamente todo lo que el mago le contaba, y al finalizar su relato guardó dichas bolsas en su cajón, se levantó y se colocó al lado de Dam, volvió a darle una palmada en el hombro y dijo:

- En tal caso y si es tu deseo puedes quedarte, ordenare preparar una habitación digna de alguien como tu, caminemos -. Santiago sacó a su amigo a las murallas exteriores y le explico la distribución del lugar.

''Fuerte Lanzanegra'' cuenta con varias plantas:

*la planta baja, únicamente accesible desde el muelle del rió, en ella se encuentran varias salas dispuestas para acoger a los inquilinos.
*la primera y segunda planta poseen las habitaciones de los marineros y guardias de la fortaleza respectivamente.
*la tercera da a un patio donde se cultivan todo tipo de plantas; medicinales y venenosas pero dispuestas de una forma bella.
*la cuarta, ya de menor tamaño al encontrarse solo en el ala del castillo cercana a la montaña dejando abajo el patio al Sol solo posee el despacho de Santiago y las preparadisimas murallas que defienden el lugar de un asedio aéreo (donde se encuentran ahora).
*la quinta planta tiene un pequeño arsenal donde se guarda la munición de las balistas y morteros de las murallas.
*volviendo a ras de suelo y bajando mas aun el primer sótano posee la forja de Galek el ''Atornillado'', uno de sus almirantes y amigos, en esta planta se fabrican casi todas las armas especiales que el enano diseña.
*podría enmarcarse de otra planta el laboratorio de alquimia, situado justo bajo el fondo del río, usa la corriente del mismo para hacer funcionar la compleja maquinaria que Galek preparó para los alquimistas, en caso de ataque por mar la flota de Santiago es recogida en el astillero del muelle y el laboratorio activa sus defensas consistentes en calentar el agua a muchísimos grados para hundir los buques enemigos.

Santiago se quedó mirando la torre de homenaje que no tenía un uso concreto. volvió a mirar a Dam y dijo:

- Preparé la torre para acoger a tu bestia y ordenare forjar una armadura de malla élfica para él, es más mi buen amigo, necesito metal, si lo deseas puedes embarcar en ''Mi Amada'' junto a Reinor y ayudar en el abordaje de un barco mercante de Harrem que probablemente aun no sepa de la suerte de su señor, si aceptas el trabajo sera tuyo y a la vuelta estará todo listo, pero no lo hundas, la mercancía es demasiado pesada para la fragata, el elfo se encuentra en los muelles ahora ultimando detalles, habla con él -. El ''Mercader'' le tendió la mano.

(OFF: ''Mi Amada'' es la fragata élfica de Reinor, es rápida y silenciosa, usa el factor sorpresa para pillar desprevenido a su objetivo)

Santiago me ofreció servicios en su palacio, así como una habitación para mí y otra para Oga.
-No es necesario que le prepares una armadura ni una torre a Ogadrack, pues así se llama, solo necesita comida. Es un dragón libre, no ningún cautivo.
Sin embargo, sí que aceptaré dicha misión que me propones, aunque me gustaría descansar un tanto. Quizás dentro de 2 o 3 días. Le estreché una mano a mi nuevo amigo.
-Espero que sigamos manteniendo nuestra relación, no hay nada más divertido que estas misiones.-sonreí, mientras le volvía a dar la mano.