No pude evitar sentir una punzada en el corazon cuando contemple la antigua Taberna Del Cojo Tuerto Manco. Habia sido renombrada por La Hija de la Luna y el cartel con el baston,el parche y el gafio sustituido por un lobo blanco. Al menos estaba entera,cosa que no se podia decir del resto de la ciudad. Habia llegado un dia despues de que la Señora del Desierto muriera durante una cruenta batalla de la cual la ciudad tardaria bastante en recuperarse. Cuando vi en lo alto de las murallas de uno de los distritos uno de los simbolos de la Inquisición me temi lo peor. No fue hasta que pregunte a un pescador que trataba desesperadamente de sacar su carga de una pequeña barca que me conto la situacion. Al parecer un grupo de mercenarios,piratas e inquisidores habian formado una precaria alianza contra Dahiena,revelandose que era una nigromante. A pesar de que el pescador y otras personas que interrogue contaban mas o menos la misma historia,casi siempre variaban al final. Segun el pescador un pirata de dos metros y fuerte como las rocas habia desmembrado a la nigromante,segun un tendero habia sido el lider inquisidor quemandola en su propio fuego y otro habia dicho que uno de los mercenarios habia matado a la poderosa hechicera. Nada nuevo tras una batalla tan traumatica. De hecho tuve que contener a Emma cuando contemplo el humo que salia aun de algunas casas. Tras varios meses habia conseguido dominarse en mayor o menor medida y como le prometi a su padre prodria visitale de vez en cuando. Cuando entre en la taberna el tabernero,que por cierto ahora que recordaba nunca me habia dicho su nombre, salio de la barra cojeando a toda prisa.

-¡EMMA!-grito el pobre hombre mientras abrazaba con su unico brazo a su hija.

La escena era muy emotiva,pero no le preste mas atencion de la necesaria y mas por que estaba impresionado por el cambio del lugar. En lugar de los estandartes de antaño ahora colgaban cuadros y pendondes con referencias a lobos. Solo lo que habia tras la barra habia quedado intacto,con un pendon de la Armada del Sur y dos espadas cruzadas.

-Gracias por cuidar de ella-me dijo el tabernero haciendome volver a la escena.

-Lo prometido es deuda. Es lo menos que podia hacer despues de lo sucedido.

El tabernero me sonrio y se llevo a su hija dentro de la barra. Tenian mucho de que hablar. La otra hija,Hatsu si no me equivocaba, no tardo en indicarme que la siguiera hasta una mesa. Era la mesa donde me sente aquel dia,alejado de la puerta pero de cara a esta. Se ve que en las cartas familiares contaban mas cosas de las que pensaba. En la taberna habia poca gente aun,un par de hombres que me saludaron alzando sus jarras y a los que identifique como namorianos y cuatro marineros borrachos ya con la mirada perdida. Hatsu no tardo en traerme una jarra de Wilfrestuken,una bebida del Este. Desde luego tendria que tener unas palabras con Emma. Contar esos detalles en cartas que podrian llegar o no a su destino y que de ser asi caerian en malas manos era peligroso. Sobre todo para quien interceptara la carta. Pero hoy no. Hoy era su dia y yo podia relajarme en aquella taberna amigable con los lobos.

Un nuevo cliente entró en la taberna. No me pasó desapercibido que iba con la capucha echada,cosa que los namorianos sabíamos por una marca que habia en la entrada que no podíamos hacer ya en aquel lugar,pues era una de nuestras “casas” y alli no habia lugar para los secretos entre nosotros. Vamos, que no era un hermano y era un hombre que escondia o se escondia.¿ La razon? Podia ser un noble como el de aquella noche, que buscaba un lugar apartado para…. bueno, para “hacer cosas”. O quizas un espia y asesino que volvia de un trabajo. De lo que si estaba seguro es que pirata no era y eso me calmo aunque no duro mucho, por que un silbido me llamo la atencion. Uno de los namorianos me habia avisado por que dos borrachos estaban en plena batalla dialectica. Y como no, el tema era la batalla reciente.

-Te digo que es verdad. Fue un djinn que tomo forma humana el que mato a la Soberana. Un djinn muy poderoso.

-Y yo te digo que fue un gran inquisidor con ayuda de un dragon negro. Lo se por que yo estaba alli.

-Tu que vas a estar alli. Me juego el cuello a que estabas en la taberna del puerto tan borracho que no te enteraste de nada hasta que cerro por la noche.

-¿Como te atreves?-dijo molesto mientras se levantaba de la silla,seguido del otro.- Te voy a dar una leccion, maldito yehneita hereje. Yo te enseñare….ohh vaya.

Acto seguido,tras terminar su corto monologo, cayo sobre la mesa tan pesadamente que la partio en dos. Su oponente,tras unos instantes de confusion, empezo a reirse de forma incontrolada hasta que se unio a su compañero cayendose al suelo. El tabernero lo observaba todo desde la barra,apoyado sobre su unico brazo.

-Maldeciria la batalla si no fuera por que habrian buscado otra excusa para beber y romperme cosas.Reiner. Karl.¿Podeis hacerme el favor de llevar a esos dos al pilon de los caballos para que se refresquen o se ahoguen. La verdad es que me vale cualquiera de las dos cosas me vale.

Reiner y Karl, que obviamente eran los dos namorianos que habia en el lugar, se levantaron de sus asientos con una sonrisa en la cara y cargaron con el primero de los borrachos para llevarle fuera. La verdad es que estaba claro que o bien nadie sabia lo que habia pasado o bien todos tiraban para su casa y poder presumir de raza,cultura o religion. O todo al mismo tiempo.

-Y digo yo-empecé en voz alta para sobreponerme a las posibles voces-¿tan importante es él quien ha matado a una poderosisima nigromante déspota? La cuestión es que esta muerta.

-Mucho cuidado-dijo uno de los marineros que estaban sentados en la barra y menos borrachos que los anteriores- Ten mas respeto por quien podría haber hecho grande al Sur. A quién podría haber hecho que dejaramos de ser súbditos de esos perros inquisidores. Dahiena era,es y sera por siempre la heroína de Aleketh.

Estos se habían levantado y ahora estaban junto a mi mesa, claramente cabreados. Seguramente eran ex soldados o mercenarios a los que pagaba tan bien Dahiena. No serían para nada un problema para mi.

-Los perros de Dahiena no me asustan. Ladran mucho y muerden poco
-dije con intencion de provocarle

Un tiempo después de su última visita, sin saber cómo ni porque, había regresado al lugar del crimen. El mismo lugar donde había estado retenida bajo las zarpas de un engreído manipulado, había sido reducido a cenizas y escombros junto al establo colindante. Ya no quedaba ni rastro de su cadáver, las arenas del desierto se lo habían llevado consigo de la misma forma que la prisión de esta ciudad lo hizo con el pasado de Ferzan.

A lomos de su pantera, vestida con su habitual armadura de guardabosques, se dirigía a toda prisa cual chacal de las arenas hacia el portón de la ciudad. Se detuvo a una distancia respetable de los guardias, Ferzan bajo de Suku guardando su máscara de Cordera en la bolsa que cargaba a sus espaldas - Ve, estate atenta por si te necesito - Suku recorrió el camino de vuelta por libre evitando a los transeúntes. Ferzan continuó el escaso camino que le quedaba a pie hasta las murallas, colocándose como protección una capucha fabricada con bello lobuno.

Su primer punto positivo acerca de la "Nueva Aleketh" se trataba de que, ahora que la guardia había cambiado tras la guerra que proclamo ganador al nuevo Rey, nadie se molestaría en intentar reconocer a una amazona limpiabotas al servicio de un montón de estiércol que a su vez, estaba al servicio de cierta princesa cuya reputación había caído más bajo que la de la propia Ferzan cuando estaba entre rejas. Al menos, ella supo defenderse mejor que la nigromante ahí abajo. El signo de su caída estaba grabado a cal y canto allá donde sus ojos miraban, multitud de banderas de facciones desconocidas decoraban las murallas y calles de la Capital. Solo pudo reconocer una de ellas, los inquisidores, individuos que tacharían de herejes a todas sus hermanas por el simple hecho de comulgar física y espiritualmente entre ellas.

El segundo punto positivo de su visita, llego a sus oídos como una señal caída del cielo.

Y digo yo, ¿tan importante es él quien ha matado a una poderosísima nigromante déspota? La cuestión es que está muerta.
Mucho cuidado. Ten más respeto por quien podría haber hecho grande al Sur. A quién podría haber hecho que dejáramos de ser súbditos de esos perros inquisidores. Dahiena era, es y será por siempre la heroína de Aleketh.

Levantó la mirada a la construcción de donde venían los gritos. "La Hija de la Luna". Estaba buscando un lugar así y este, parecía tener buen ambiente y le permitirá esconderse entre la multitud. Su sexto sentido Etéreo no le producía malas vibraciones alrededor de la Capital, su enemigo estaba lejos de aquí, mas razones para sentirse segura. Nada más entrar en la taberna, la bella escena de una mesa rota en mitad del local ya la había defraudado, creyendo que se había perdido la mejor parte. Avanzaba hacia la barra y la cosa parecía animarse, el muchacho que hablaba a toda voz tenía que lidiar con otro par de hombretones dispuestos a hundir mas mobiliario con tal de defender a su amada princesa que ahora reside en el mas allá. Antes de que llegara a la barra, otro encapuchado se había mostrado ante ellos, pronunciando las dos palabras mágicas que acallarían cualquier borracho o bruto sin cerebro. "Yo invito".

Ferzan no iba a ser menos en aquella ronda gratuita. Rauda y sutil se había pedido un hueco en la barra lejos de los marineros, mientras ellos festeaban su ronda de cervezas, Ferzan pidió una jarra de aguamiel. No se quito la capucha, si algo le gustaba a los borrachos más que la bebida, eran las mujeres.

-No bebemos con traidores-dijo mientras le escupia a los pies al desconocido.-Seguro que sois esos mercenarios que nos dejaron tirados a mitad de batalla o peor aun,mercenarios de esas ratas que ahora nos controlan. Inquisidores.¡Ja!.Innanitas.¡Ja!. Bastardos traidores todos.

Yo por mi parte seguia recostado en la silla,preparado para actuar en cuanto se les ocurriera hacer algo. No me paso inadvertida la figura que habia entrado en la taberna,pero como por lo visto se habia sentado en la barra aceptando la invitacion del desconocido no me preocupo. Cada uno de los dos marineros estaba encarado al desconocido y a mi. Era una lucha muy desigual. De hecho aunque fueran cinco contra mi seguirian en desventaja. El que estaba encarado a mi le vi alzar los puños para dejar caerlos sobre la mesa a modo de protesta.Me adelante a sus movimientos y con las rodillas levante un poco la mesa por mi lado,provocando que golpeara el vacio y se comiera literalmente la mesa. Acto seguido pegue una patada a la parte de la mesa que estaba en el suelo mandando al marinero a soñar con sirenitas y pescado.

-Si de vosotros dependia la seguridad del reino no me extraña que haya caido en un solo dia.-dije mirando al marinero que estaba enfrentado al desconocido.

Desde la puerta nos observaban los dos namorianos que habian vuelto para llevarse al borracho del primer grupo que aun yacia en el suelo un par de metros de mas alla. Parecian disfrutar,cosa que el tabernero les recrimino con una mirada.

Sonrió bajo la capucha. Estaba conforme con no haberse perdido lo mejor que se podía encontrar dentro de una taberna. Una vulgar escena propia de una comedia bastante mejorable, se había presentado a sus espaldas; por un lado un par de borrachos defendiendo lo indefendible, por el otro dos muchachos demostrando, sin pruebas eficaces, que aquellos "Caballeros de Blanca Armadura" fieles a su princesa no tenían mucha razón en sus argumentos. Solo una simple acción por parte de cada uno les fue suficiente para neutralizarlos. Esperaba algo mas por parte de aquellos marineros mientras bebía de su jarra, algo con tal de que esto siguiese adelante pudiendo buscar una excusa perfecta para meterse en la refriega.

A veces ella misma se preguntaba por curiosidad, como alguien tan tranquila disfrutaba de estos ambientes tan carentes de esa característica. Quizás por disfrutar un día mas de la estupidez humana en algunos casos, tal vez por sacar afuera los nervios acumulados tras batallas cuyas órdenes y gritos de su boca habían enronquecido su voz, o por las dos cosas juntas.

Aguamiel - levantó la jarra a la altura de la cabeza, en signo de agradecimiento al responsable de su ronda pagada - Mucho más suave y espirituoso que la cerveza, se agradece - siguió escuchando al muchacho, quien acusó a la princesa de nigromante con sus propias palabras - Nigromante... los rumores eran ciertos. Algunos acusaban de que había realizado ritos oscuros con los cadáveres de su propia estirpe, otros comentaban incluso que su ejército estaba compuesto por seres del mas allá, que habían adoptado apariencias humanas en carne y hueso. Son ciertas estas conjeturas?

Ferzan miró al joven más cercano a la persona a quien le estaba hablando, quien antes había derribado una mesa junto a un marinero. Desde que se había sentado en la barra, al cabo de unos segundos, tras llamar la atención de ella con sus palabras a los borrachos, sintió una suave percepción en sus ojos así como la sensación cálida propia que solo transmitirá un miembro de la manada. Desde hace unos días junto a su tribu de guardabosques etéreas, esta sensación llenaba todo su ser interno y ahora que estaba aquí, había vuelto en una pequeña cantidad desde la dirección de aquel individuo. Se cogió la visera de la capucha y realizó una corta reverencia con la cabeza hacia él en forma de saludo, esbozando una pequeña sonrisa dirigida a su persona con "segundas" - Saludos, jovenzuelo.

El desconocido no me decepciono y acabo con el otro marinero arrojandole la cerveza¿Hirviendo? Estaba mas que claro que nuestro invitado era un mago con talento. Juraria que apenas habia tocado la cerveza como para elevar su temperatura tan rapido. Sin embargo en vez de compartir la victoria conmigo,su eventual compañero de armas, decidio ir a sentarse junto a la recien llegada. Habia dudado cuando entro,pero ahora que la contemplaba mas tranquilo la identifique como una loba,pues rapidamente surgio la Maldicion de la Corona. La verdad es que era muy util cuando el licantropo en cuestion no estaba en peligro,pues a la menor atraccion a conversar con alguien significaba que era licantropa. Si estaba en peligro,........yo me metia en problemas. Sin embargo estos pensamientos desaparecieron cuando la mujer hablo. Me llamo jovenzuelo. ¡Jovenzuelo! Pero bueno,¿que falta de respeto era esa? Si era cierto que me podria sacar perfectamente nueve o diez años,pero tantos como para llamarme jovenzuelo.....No,desde luego que no, pero yo debia mostrar respeto.O no,que tampoco era necesario. Asi que me levante de la silla y me dirigi a la barra.


-Saludos,bella dama.-dije poniendo enfasis en esa ultima palabra.-Bienvenida a la Hija de la Luna,la mejor taberna de las tierras del sur.

-Para ya,salvaje-me dijo Emma mientras salia de la cocina.-Luego presumiras de modales por todas las tabernas de aqui al Anillo.

El que mi propia protegida me reprendiera me sento muy mal,aunqu en parte tenia razon. Debia predicar con el ejemplo,aunque no se me diera tan bien. Asi que le dedique a mi protegida una sonrisa y la conteste.

-Me ha llamado jovenzuelo.-dije mientras me cruzaba de brazos.

-Tienes menos de veinte inviernos, asi que eres aun un alevin.-me contesto ahora el tabernero- Asi que calla y tomate algo que este buen señor es generoso.

Al verme en clara inferioridad,claudique. Emma me puso otra jarra de Wilfrestuken y pense en que el desconocido tal vez pudiera ayudarme a saber que habia pasado en Aleketh.

-Pero,¿sabes lo que ha pasado aqui o solo tienes conjeturas? Lo digo por que no son muchos los que dicen que era nigromante y por que si me dieran una moneda de cobre por cada teoria que he escuchado seria rico.

Se había quedado completamente en silencio, deleitándose cabizbaja de la conversación del muchacho con la mujer y el tabernero. Echaba a reír disimuladamente bajo la capucha cuando ponían en evidencia la edad del chico, y no solo por eso; "Bella dama" o simplemente "Dama", eran las últimas palabras con las que se definiría a una salvaje de los bosques. El modo de emplear su saludo con "segundas" iba referido a su licantropía, desde luego no estaba cortejando al chico, pero este resultado quiera o no le había causado cierta gracia.

Es algo natural que le diga a un cliente que se halla en la taberna más acogedora de las tierras del Sur - le dijo Ferzan a Emma, era consciente de la forma en que los taberneros, jóvenes o maduros, atraen a la clientela a su local. Todos ellos quieren demostrar que su taberna siempre servirá las más frías jarras de cerveza junto a la fiel compañía de decenas de borrachos amistosos que, como te atrevas a meterte con ellos, a la mínima te arrojaran mesas, sillas y algún que otro puñetazo al aire también - Y sabe qué? Si cuando sea mayor demuestra lo que sus palabras dicen, podrá llegar a dirigir una taberna con una bebida tan buena como esta - terminó por animar al chico y al tabernero a la vez, sin ofensas.

Veras... - estaba por hablar sobre los rumores de la princesa hasta que le cedió el turno al buen señor que la invitó a una ronda gratis. Su historia, si se trataba de una mentira, desde luego estaba bien organizada. Creyó en ella desde un inicio aunque en su cabeza se formaran diversas preguntas acerca de esta. Un pequeño silencio se formó a su alrededor, Ferzan no quiso preguntar nada. En ese momento, su sexto sentido anti machista se encendió, alcanzando unos extremos niveles de alerta cuando por la calle un grito de guerra anunció la llegada del mal a las puertas de la taberna. Sus predicciones se cumplieron tras ver como un vendedor de marisco, borrachos hasta las trancas, había escogido el sitio contiguo al de Ferzan en la barra.

Bebió de la jarra de Aguamiel, bebió por beber más que por otro motivo. Su mente comenzó a pensar razonadamente, mas allá de darle un puñetazo o arrancarle las gónadas con sus manos allí mismo. En el resto del local también habían hombres, con un señor tan ebrio como este que solo se dedicaba a resaltar su condición de mujer ante los demás, debía actuar de tal manera que pudiese protegerse del resto de hombres, a los cuales ya habría llamado la atención, mientras lidiaba con el principal problema que tenia justo a su lado.

Bombón de licor, eh? - le respondió retóricamente mirándole de reojo tras la capucha. Observaba sus rasgos físicos, por sus rasgos mentales ya podía saber qué tipo de persona es. Le encara, apoyada de un brazo sobre la barra, seria, serena y con cierto toque de erotismo oculto en sus palabras - Es así como llamas la atención de una mujer? O yo soy la excepción? - ignorando a los criados, realiza un gesto para que se quede con él dando un par de palmadas suaves en la barra. Mientras Recius pidió su ronda, Ferzan dio un trago largo a propósito, con tal de que tan solo quedara el culo del vaso lleno de Aguamiel.

Tabernero sírveme algo que la noche es joven y las mujeres hermosas.
Otra jarra de Aguamiel aquí, corre a cuenta de el - dijo refiriéndose a su admirador - Si no os importa~

-Lo decia por el tono que ha usado cuando ha dicho dama-le respondio Emma a la desconocida.-Y no forma parte de la taberna. Es mi.....maestro.

Dijo lo de maestro no se si como un recurso para salir del paso o que realmente me consideraba su instructor. ¿Un instructor de control de locuras lobunas? Bueno,podia añadirlo a mis cartas el dia que me diera por escribir alguna a personas importantes. Valerian Raynor,el Instructor de Artes Lobunas. Bueno, tampoco sonaba tan mal. Al menos no me habia llamado Macho Alfa como si me llamaban a veces los dos picaros que en esos momentos estaban llevando fuera a los borrachos. Entonces mi compañero circustancial de pelea comenzo a relatar una historia bastante rara,casi increible. ¿La Nigromante Dahiena cediendo parte de su tierra? Los nigromantes eran egoistas por naturaleza. No la veia yo compartiendo sus tierras aunque fuera por oro y dragones. Tambien podria haber tenido algun plan secreto que la muertele habia impedido cumplir. Si, eso si que me parecia mas probable. Estaba en medio del relato cuando aparecio el ser mas repulsivo que habia visto en mi vida. Recius le llamo uno de sus criados,por lo que deduje que era de Ereaten. Estaba muy lejos de casa y llamaba demasiado la atencion. Y mas en un lugar donde habia cinco licantropos. La verdad es que no sabia como reaccionaria ninguna de sus dos posibles objetivos,Emma y la desconocida, a sus "artes de seduccion". Por el momento la desconocida le habia despachado con bastante elegancia. El Recius nos invito a otra ronda,cosa que yo rechaze cuando Emma vino a servirme.

-Un trago mas y esos dos me tendran que llevar fuera tambien.-le dije mientras miraba a los dos namorianos- Y creo que su trabajo no se va a limitar a los que ya estan en el suelo.

Ya veo... un maestro joven por lo que parece. Debe de ser muy capaz con lo que hace, mas allá de la elegancia en sus palabras - le respondió a Emma mientras le servía una ronda mas de Aguamiel. En lo poco que llevaba allí, ya la habían invitado dos veces consecutivas, un buen comienzo para la noche. El Aguamiel no embriaga con tanta facilidad como la cerveza, de hecho serian necesarias tres jarras de esta para provocar el mismo efecto que una sola de cerveza, mas aun serian necesarias para hacer perder la cordura a alguien tan pasiva y concentrada como ella.

El responsable de su primera ronda gratis prosiguió su pequeña historia, apartando a medias al vendedor de marisco ebrio que Ferzan tenía a su lado, un gesto que agradeció en silencio. Tanto por la forma, palabras, punto de vista y conocimientos que empleaba en narrar su relato, Ferzan dedujo en su cabeza tres posibles puntos. Uno, todo era una mentira bien desarrollada, lo cual dudaba mucho pues no ganaba nada con ello más que remover los escombros del pasado sobre una guerra que ya aconteció. Dos, se trataba de alguien con un papel muy importante en todo esto para saber tantas cosas que nadie, ninguna de todas las personas a las que había oído soltar rumores, sabia siquiera en una pequeña parte de lo que él sabe. O tres, el puede ser... no debería ser así, aun después de haber tomado la capital en un solo día hace poco tiempo, su labor es mantener el poco orden que quedaba de la ciudad, mientras día tras día forja y establece su propio gobierno impuesto. Porque alguien así saldría vestido de ciudadano de clase baja/media a una taberna? Que es lo que busca aquí, más que observar a los viandantes compartir risas y peleas, o recabar información de su propio pueblo, si es quien puede ser que sea? Puro ocio? Miedo a una revuelta interna contra su persona? Solo el segundo punto se sostenía mas o menos en pie, debía tratarse de alguien a quien el futuro Rey de Aleketh le tuviera mucha, muchísima confianza para contarle todos y cada uno de los trazos más importantes de su conquista, mas aun teniendo en cuenta la clase de rumores disparatados que se han extendido por este Reino a pasos agigantados, raudos y veloces como el vuelo de un Dragon, valga la redundancia. Podía tratarse de un fiel aliado pirata o inquisidor, o tal vez...

Tenía un buen motivo para creer que Dahiena era una nigromante, si la inquisición estuvo tras todo esto debía de ser por esa misma razón. Fue incapaz de comprender su relación en esta guerra concorde a la contribución de los piratas, en cuanto al ejercito de aquel joven, debía de ser la única fuente fiable de hombres a disposición del Rey. En su cabeza, comenzaba a debatir en silencio varias teorías que se apartaron a un lado cuando oyó las últimas palabras del chico, palabras que chocaron justo lo que esperaba encontrar.

"Tan desesperada estaba antes de morir que no le importo derrumbar el palacio con sus propios padres dentro, solo para que nadie más pudiera hacer uso de él..."
"Nadie más pudiera hacer uso de él..."
"Nadie más"

No debería ser ninguna sorpresa si dijese que eres alguien importante para el conquistador de esta ciudad... - dijo, en voz baja para él, subiendo el volumen de voz a un tono más estable para el muchacho de la taberna - Lo que yo he oído no se distingue mucho de lo que han dicho ya los demás, en aquellos tiempos solo estaba de paso por este Reino, proveyendo de pieles a curtidores de la Capital y las cercanías que se dedicaban al negocio textil - dio un trago a su bebida - Se podría decir que fui una de los muchos que se fueron antes de la hecatombe. En el momento que los rugidos de un Dragon sobrevolaron por encima de mi cabeza en dirección a Aleketh, supe que había tomado la decisión correcta. Ahora que he vuelto y me encuentro con esto, me cuesta creer que todavía haya gente que apoye a semejante mujer... en fin, en este mundo tiene que existir gente de todo tipo. Sabios, pacientes, brutos, ineptos... - mira en dirección a Recius por un breve momento - Algún que otro truhan nunca puede faltar tampoco.

Ahora - se había puesto algo más seria que de costumbre, como si no fuera suficiente ya, enfatizando cierta dureza en sus palabras. La mano con la que sostenía la jarra golpeó la barra con suavidad - Tengo la duda existencial de que hacia esa mujer con los cuerpos de sus padres. Ya sea nigromancia, chamanismo, cualquier rito sobrenatural, lo que sea. Sabes algo de ello?

-Dragones,piratas,inquisidores y mercenarios. Una combinacion muy explosiva si no se sabe manejar bien.-le dije al que deduje que era miembro del ejercito conquistador- Ese joven arrogante ha arriesgado mucho por algo que no es seguro que le salga bien. Me gusta.

Esa era la clase de personas que necesitaba par reconquistar Namor y poder llevar a mi gente de vuelta alli. Tal vez pudiera pedirle ayuda para tal empresa,aunque primero tendria que conocerle bien. Podia ser un despota peor que Dahiena y si tomaba Namor seria aun mas dificil a los namorianos volver a casa. Por otro lado las palabras de las desconocid me hicieron sonreir. Era un gran maestro en lo a autocontrol se referia. Si no posiblemente habria encontrado mi muerte en las playas de Namor ya.

-Los maestros nos medimos por los resultados en nuestros alumnos. Y temo que en las lecciones el buen vocabulario suele sobrar.

No era cierto,en nuestras "lecciones" tenia que mantener un tono suave para no despertar a la bestial pero ella no tenia por que saber lo que le enseñaba. Por otro lado ella hablo sobre que era increible que la gente apoyara aun a la nigromante y pregunto sobre que hacia la nigromante con el cuerpo de sus padres.

-El pueblo del Sur en en su mayoria ignorante y temeroso. Siempre han vivido a la sobra de reyes que los protegian de la Inquiscion y Ereaten. Eran,son y seguiran siendo pobres por lo que han decidido honrar a aquella que proclamaba que acabaria con la amenaza inquisitorial y devolveria al Sur su antigua gloria. Para ellos es su heroina,aquella que les advirtio que la inqusicion vendria. Incluso los mas escepticos han visto los pendones inquisitoriales alzarse sobre algunos muros. Por eso no es tan raro que aun tenga partidarios,pues son de los que piensan que mejor lo malo conocido que lo bueno por conocer. La verdad es que el proximo Rey del Sur va a estar muy ocupado durante unos cuantos meses o incluso mas. -explique a la desconocida.- ¿Y por que quieres saber lo de los ritos?¿Acaso eres una enviada del Concilio?

Miró al chico con indiferencia, no había terminado de entender que era el significado de "Concilio", hasta que en su cabeza llegaron repentinas imágenes a modo de "Flashback" sobre el pasado de una de sus hermanas.

El motivo de la llegada de Alessia al clan de Etéreas del que proviene ella. En ese momento, habían regresado de la caza diurna.

======================================================
Por lo menos, esta vez esos cerdos de la inquisición no nos han seguido el rastro en este Reino. No querría pasar por el concilio, como hizo cierta conocida.
Concilio?
Aquellos que llamaron hereje a una amiga cuando a los siete años mis padres me abandonaron después de haberme visto besandome con ella. No sé que ha sido de ella desde entonces, pero recuerdo que los padres de aquella chica la llevaron ante el clero, dijo algo de "Concilio" al respecto y que le harían algunas preguntas. No la he vuelto a ver, pero si a nosotras nos denominan como enviadas del diablo, puedes imaginar que le habrán hecho.
Enviados de la inquisición tal vez? Juzgaran a los infieles de alguna forma aunque no sean culpables... te abandonaron para no someterte al mismo destino.
Supongo, ahora lo único que me importa es apartar a esa escoria religiosa de mi camino. Maldita alta clase social...
======================================================

Una de las muchas veces que inculcaba a Ferzan su desprecio por la alta clase.

Si te refieres a que pertenezco al Clero, te equivocas. No me importa la nigromancia ni me importan aquellos que llaman herejes a cualquiera que no sea como los demás - escuchó a sus espaldas la llegada de tres individuos que se llevaron al llamado "Lord" Recius adonde debía estar. Paró de hablar para ver la escena, era una verdadera lástima que se lo llevaran cuando solo había conseguido sacarle una ronda, tenía pensado sacarle hasta su lecho para una noche gratis. Qué le vamos a hacer... - Mis objetivos son más importantes pero son objeto de culto que no voy a desvelar - cerca del otro desconocido, tomó puesto en la barra cierto hombre que, a los ojos de Ferzan, no había tardado en darse cuenta de quién era.

Miró al bárbaro bajo la visera, en efecto, el mismo que detuvo su carromato junto a Cadoc. Ahora el cabello de Ferzan es distinto al de aquel momento pero, en aquella ocasión y en esta lleva puesta una capucha, por lo que no es un cambio que influya mucho. Giró la cabeza de vuelta a la bebida y tomo un trago cortito apartando la cabeza hacia el otro lado. Mierda, tendría que esperar a que se fuese.

Para mas mala fortuna en este asunto... al momento de que los dos soldados mas el bárbaro entraran, de primeras sabia que él es uno más de la manada, como ella.

-No,al clero no. Me refiero al Concilio de Magos. Tu nunca podrias pertenecer a la Inquisicion. No cumples los requisitos.-conteste a la desconocida- Y bueno, si no quieres revelarlo tampoco voy a obligarte.

Entonces un grupo de desconocidos entro y se llevo al nuevo borracho. Todo parecia la tipica escena donde la guardi se lleva a un borracho a la trena,pero algo llamo mucho mi atencion. "suponía que esta taberna te gustaría,aquí los lobos son bienvenidos". Esto hizo que me diera por reirme de forma escandalosa,haciendo que mi protegida,su hermana y su padre me miraran desconcertados.

-Si...si esta mañana me hubieran dicho que ibamos a coincidir ocho hermanos en la misma taberna me habria reido de el.-dije tratando de calmarme.-Y ahora,si no te importa claro, nos podeis decir quien diablos sois. Lo digo por que si sois de la manada centrogarnalica podemos resolver nuestras diferencias aqui y ahora. Estoy ya un poco cansado de esta miniguerra.

-Ahh no,aqui no. Si vais a pelear os vais fuera.-dijo el tabernero mientras quitaba de la pared con la mano buena una cimitarra.

Ignore las palabras del tabernero,cosa que Emma noto y me lanzo una mirada asesina. Ahora le tocaba mover al resto.