Valerian Raynor
Valerian Raynor
Señor de los lobos (humano)
Nombre : Valerian Kerrigan Raynor
Escuela : Escuela del Lago de la Luna, Guardiadragones del Mar
Bando : Neutral
Condición vital : Vivo
Rango de mago : Mago consagrado
Rango de guerrero : Guerrero experto (espadas, una mano; arco)
Clase social : Noble (Rey de la Patria Errante)
Mensajes : 80
Fecha de inscripción : 22/09/2014
Edad : 31
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Muerte en la raya y pelea de taberna.por Valerian Raynor, Lun Sep 29, 2014 4:31 pm
Llevaba ya dos horas persiguiendo a mi presa sin que esta se diera cuenta, esperando que saliera de los limites de las tierras de Santiago Prestalanza. Una vez fuera de estas, mi presa ya no estaría protegida por ninguna ley que respetara. Y ya solo faltaban diez metros. Salte a otro árbol, como si fuera un gato, y espere. Mi objetivo, un orejas picudas de pelo rojo sangre que no aparentaba mas de veinte años. Parecía ser el típico comerciante estirado, pero las apariencias engañaban. Elfrond de Tabitha, mercenario, asesino y ,lo más importante para mí, vampiro. Nada mas atravesar las columnas que indicaban el final del feudo de Santiago Prestalanza me abalance sobre el desde el árbol. Cuando el elfo quiso darse cuenta de lo que pasaba, una de mis katanas ya atravesaba su cuello y la otra buscaba su corazón. No duro mucho antes de quedar inerte sobre el suelo. Usando ambas katanas, le corte la cabeza. Sus colmillos afilados se alzaban desafiantes, como si creyeran que no iba a ser capaz de hacer lo que pensaba. Golpee con la empuñadura de la katana cada uno de los colmillos y tire la cabeza en medio del camino. Les hice un pequeño agujero y pase un hilo por el, atándolo después a un collar que llevaba en el cuello. Me di la vuelta y puse de nuevo rumbo a Lanzanegra
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Fuego, gritos, sangre. Volví a vivir los sucesos de aquella noche. La noche en que me convertí en hombre por la ley namoriana y la noche en que mi gente fue expulsada de su hogar. La noche en que la cabeza de mi padre fue arrojada prácticamente a mis pies. Un pequeño empujón me devolvió a la realidad. La taberna Espino Negro estaba a rebosar de gente. Había guerra y tanto los mercenarios como los soldados no sabían cuando seria su ultima noche. Sonreí, compadeciéndome de los pobres diablos que lucharían en una guerra que no querían, comprendían o que no sacarían nada a cambio. La única guerra que había que luchar era la vida misma. Una guerra en la que los aliados podían ser mas perjudiciales que los enemigos. Vi entrar a varios hombres en la taberna. Los conocía de sobra, al igual que sus intenciones. Me estaban buscando y me querían muerto. Eran los compañeros del vampiro al que había dado muerte por la mañana. Al verme, se dirigieron hacia mi sorteando o empujando al resto de feligreses de la taberna. Al llegar a mi altura no preguntaron. No hacia falta. Solo había un cazavampiro en todo el mundo que cortaba las cabezas de sus presas y les arrancaba los colmillos. Me cogieron del pecho y me estampanaron contra la pared. Yo respondí clavándole una patada donde ambas piernas se hacen una, dejándolo en un estado de semi-incosciencia. Entonces uno de sus compañeros me agarro y me lanzo contra las mesas adyacentes. La pelea estaba servida. Daba igual quien la hubiera empezado o el por que. Todos peleaban contra todos en un burdo intento de ganar estatus en el mundo mercenario sin saber que todos lo habrían olvidado por la mañana. Ahora mis perseguidores tenían un mar de gente delante suya y yo aproveche para intentar salir. Pero un hombre extremadamente alto, posiblemente de origen nórdico, empezó a intentar hundirme en el suelo con sus poderosos puños. Mientras, vi como el tabernero se esfumaba por una puerta y empezaba a llamar a la guardia sin saber que la mitad ya estaba en la taberna, ebrios y peleando como los demás.

Off//Nadie sabe mi pasado salvo Santiago Prestalanza y la Garra Rota.
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