Recuerdo del primer mensaje :

Rohar había viajado junto a un espadachín de su tierra por varias villas de Garnalia, el espadachín; con cinco años más que él y una altura de metro noventa y tres no era un hombre muy hablador, su aspecto había sido curtido en varias batallas, tenía una espalda ancha en la que llevaba su escudo de madera: redondo y con el símbolo del ejercito del Mercader. En su cinto llevaba dos espadas forjadas por enanos en el norte, en su cara llamaba la atención una cicatriz transversal que cruzaba desde la zona izquierda de la frente hasta la mejilla derecha pasando por la nariz, tenía el pelo negro recogido en una coleta y decoraba su barbilla con una larga perilla trenzada, sus ojos eran verdes cosa le otorgaba una mirada penetrante, su nombre era Tyresson aunque todos parecían conocerle por Tyr.

¿A que viene tanto viaje? Pues Rohar había conocido al Mercader y le había pedido por favor que le ayudara a encontrar a una vieja amiga, por suerte para el joven y debido a que el padre de la joven y él eran viejos amigos le había hecho el favor gratis, al parecer hacía algunas décadas el padre de su amiga había luchado codo con codo con Santiago en las guerras pasadas entre nobles y eso les había unido mucho, aunque se perdieron la pista hacia ya mucho, el Mercader quería cambiar esto y mando a uno de sus hombres la misión de ayudar a Rohar a encontrarlos.

Llegaron a un pequeño pueblo donde había un cartel que ponía Lirenthold, se trataba de un cúmulo de quince casas muy juntas, esa mañana los hombres estaban trabajando los campos mientras los niños jugaban y las mujeres se dedicaban a las compras y al hogar, dos guardias advirtieron la llegada de los dos chicos armados y cuando se acercaron les detuvieron y preguntaron:

- ¡Alto! ¿Que les trae aquí? -. Tyr sin inmutarse lo más mínimo respondió:

- Hemos venido a beber -. Y sin pedir permiso entró en los limites de la aldea, Rohar le siguió mientras los guardias les miraban algo achantados, cuando ambos se encontraron caminando por la ''calle mayor'' Tyr señaló un edificio donde había un tablón en el que se leía: ''El Nido del Gorrión'' y dijo:

- Preguntemos en esa posada -. Y sin esperar respuesta se encaminó a ella.

Tyr echó una ojeada a todo el poblado, el buen guerrero tenía que usar una muleta para mantener bien el equilibrio, salió a la calle junto a Rohar y respiro profundamente, el olor a podredumbre y porquería había desaparecido dejando un intenso aroma a los pinos de la zona.

- No creo que Santiago vea mal haber salvado un poblado y haber extendido sus fronteras, ese Tamir era un criminal y pagó debidamente sus crímenes, en cuanto al asunto de Tanya, pediré a mis contactos que lo investiguen con todos los medios disponibles... -. Pasados unos segundos Rohar mencionó su deseo de entrenar con las armas y su compañero respondió:

- Fuerte Lanzanegra estará abierto para ti cuando desees, puedes entrenar allí tanto como desees Rohar... -. Miró el cielo unos segundos y continuó:
- ... partiremos esta tarde, por ahora sera mejor ir comiendo ¡Tabernero! ¡Algo de comer! -. El posadero salió de sus tareas y corrió a preparar la comida, al volver a entrar Rohar se percató de todos los que había allí charlando riendo, bebiendo y comiendo. Hombres y mujeres del poblado y el ejercito de Santiago, el lugar parecía así mucho más acogedor así. El tabernero les sirvió un estofado con unas chuletas a la brasa, el anfitrión dijo que era gratis para ellos siempre que pasaran por allí, mientras comían se unieron a ellos algunos soldados y pueblerinos que les felicitaban por su hazaña. En la comida todos rieron y lo pasaron bien, Nina mencionó que era mestiza y que Tyr la adoptaría, algunos de los soldados que le conocían dijeron a la niña que tendría un buen padre. Al acabar la comida prepararon sus cosas, fueron a por los caballos y Tyr recogió su ahora sucio escudo, lo limpió y cuando acabó marcharon de vuelta a Fuerte Lanzanegra.

El viaje duro varias semanas en las que no se destacaron incidentes, al llegar al castillo atravesaron las puertas, allá por donde pasaban les vitoreaban y querían saludarles, en la puerta de la fortaleza les esperaba un hombre maduro, que destacaba por su cara armadura y los guardias que tenía a su alrededor que eran de más rango que los normales, a su lado, había una elfa que tenía en brazos a una niña, Rohar vio como Tyr sonreía de corazón y dejaba escapar una lagrima de felicidad al verla correr hacia él, al alcanzarle cogió a la otra niña con la mano libre y abrazó a su señora, la elfa miró a Rohar y dijo:

- Gracias por cuidar de él -. Acto seguido le abrazó, Tyr presentó a Nina como hermana a Kirina, la madre, Gelindrel la cogió en brazos y se la comió a besos mientras los dos hombres reanudaban su marcha hacia Santiago que les recibió con una sonrisa. Les guió a su despachó y les ofreció sentarse ante él. Tyr explicó lo ocurrido con pelos y señales, al terminar el relato el maduro contrabandista se levantó, miró por la ventana y tras suspirar dijo:

- Tamir... era un buen hombre, sea lo que sea que le hiciera cambiar debe por fin haber hayado la paz... retiraos, se os recompensara luego, debo ultimar algunos detalles, deja aquí tu espada Rohar, te la devolveré esta tarde -.

Rohar obedeció de mala gana y Tyr le invitó a comer a su casa para que pasara rapido el rato, el joven aceptó y fue llevado a una casa de la villa, allí Gelindrel preparó la comida mientras Nina y Kirina jugaban con una pelota de cuero. Tyr dejó sus espadas, se quitó la armadura y se quedó con una cómoda camisa, en un momento determinado llamó a Rohar para que fuera a su habitación, allí le entregó una camisa de lino caro blanco con el símbolo de Santiago bordado en el hombro izquierdo.

- Con esto probablemente te rebajen los precios de cualquier cosa que quieras comprar en nuestro territorio -. Tyr volvió a llevarle al salón y comieron, pasaron una tarde tranquila hasta que llegó un caballero de la Orden del Colmillo Negro, este bajó de su montura, cogió una bolsa y se la entregó a Rohar, dentro había mil monedas de oro y una nota que decía:


El caballero además le dio un libro de encantamientos para principiantes. Y sacó a Tanya de una carísima funda de cuero negro con su nombre en rúnico antiguo.

- Este arma ahora esta encantada con el hechizo: Invierno, ahora al empuñarla no sufrirás frío y cuando mejores tus dotes mágicas podras lanzar hechizos de hielo con ella... -. El caballero le tendió la espada con su vaina nueva. Acto seguido montó de nuevo y se retiró.

Tyr le dio la mano como despedida en el momento de irse y dijo:

- Te has ganado mi confianza Rohar Tormenta, puedes contar conmigo a partir de ahora -.

OFF: RECOMPENSAS:

- Camisa de lino de Lanzanegra: abarata los costes de todo en los territorios del Mercader.

- 1000 monedas de oro.

- Vaina nueva para espada.

- Encantamiento para tu arma.

- Libro de encantamientos con el hechizo Invierno (que impide sentir frió y permite lanzar estacas de hielo a más nivel) e Infierno (Impide quemaduras y permite envolver tu arma en llamas a más nivel)

- Reputación con Fuerte Lanzanegra aumentado a Venerado

- Permiso para entrenar Herrería y Herrería Mágica en Fuerte Lanzanegra.

-He aprendido mucho contigo, Tyr-dije mientras le devolvía el saludo- Ha sido un placer viajar y luchar a tu lado. Nunca lo olvidare

Recogí la bolsa y a Tanya y me monte en el caballo que tenia ya preparado. Era un momento muy duro, teniendo en cuenta lo que habíamos pasado y que posiblemente no volviéramos a vernos.

-Adiós, Tyresson del Lago. Espero que algún día nuestros caminos vuelvan a cruzarse.

Entonces dirigí al caballo hacia el horizonte, mientras aun en mi cabeza se debatía sobre si había hecho lo correcto o si debía añadirlo a la lista de estupideces que había hecho en mi vida

off/ Salgo del post. Que conste que avise de que seria corto