Recuerdo del primer mensaje :

Rohar había viajado junto a un espadachín de su tierra por varias villas de Garnalia, el espadachín; con cinco años más que él y una altura de metro noventa y tres no era un hombre muy hablador, su aspecto había sido curtido en varias batallas, tenía una espalda ancha en la que llevaba su escudo de madera: redondo y con el símbolo del ejercito del Mercader. En su cinto llevaba dos espadas forjadas por enanos en el norte, en su cara llamaba la atención una cicatriz transversal que cruzaba desde la zona izquierda de la frente hasta la mejilla derecha pasando por la nariz, tenía el pelo negro recogido en una coleta y decoraba su barbilla con una larga perilla trenzada, sus ojos eran verdes cosa le otorgaba una mirada penetrante, su nombre era Tyresson aunque todos parecían conocerle por Tyr.

¿A que viene tanto viaje? Pues Rohar había conocido al Mercader y le había pedido por favor que le ayudara a encontrar a una vieja amiga, por suerte para el joven y debido a que el padre de la joven y él eran viejos amigos le había hecho el favor gratis, al parecer hacía algunas décadas el padre de su amiga había luchado codo con codo con Santiago en las guerras pasadas entre nobles y eso les había unido mucho, aunque se perdieron la pista hacia ya mucho, el Mercader quería cambiar esto y mando a uno de sus hombres la misión de ayudar a Rohar a encontrarlos.

Llegaron a un pequeño pueblo donde había un cartel que ponía Lirenthold, se trataba de un cúmulo de quince casas muy juntas, esa mañana los hombres estaban trabajando los campos mientras los niños jugaban y las mujeres se dedicaban a las compras y al hogar, dos guardias advirtieron la llegada de los dos chicos armados y cuando se acercaron les detuvieron y preguntaron:

- ¡Alto! ¿Que les trae aquí? -. Tyr sin inmutarse lo más mínimo respondió:

- Hemos venido a beber -. Y sin pedir permiso entró en los limites de la aldea, Rohar le siguió mientras los guardias les miraban algo achantados, cuando ambos se encontraron caminando por la ''calle mayor'' Tyr señaló un edificio donde había un tablón en el que se leía: ''El Nido del Gorrión'' y dijo:

- Preguntemos en esa posada -. Y sin esperar respuesta se encaminó a ella.

El tabernero se rió a carcajadas pero calló al oir gruñir a Tyr desde su habitación, se acercó a Rohar y le dijo:

- Veras muchacho, en aquella guardia todos teníamos amigos y familiares, y te puedo decir sin miedo que mi hija y mi hijo estaban en ella, ahora sus cráneos decoran las almenas del castillo, esa gente acabó con todo lo que teníamos, y yo como mucho puedo envenenar mi bebida con setas para hacer que se caguen cada diez minutos, no somos guerreros y conocemos la muerte, es nuestra vecina y señora, no se puede luchar contra algo si uno ya esta muerto -. Tras esas palabras se fue a la trastienda para estar solo, evidentemente Rohar había herido sus sentimientos de algún modo así que se limitó a terminar su copa y se sentó en una de las mesas hasta que llegó el turno de Tyr que se despertó y dejo al joven dormir mientras él subía al tejado a observar el poblado desde arriba. El poblado a esa hora ni daba muestras de vida. Al terminar la hora de sueño de Rohar el mercenario bajó y le despertó diciendo:

-Prepárate, vamos al castillo -.

-Los muertos no tienen nada que perder,solo ganar. Los muertos no pueden morir, solo quedarse muertos o luchar por la resurreccion- le dije al tabernero mientras se retiraba a la trastienda.
Maldita sea. Esta gente no tenia orgullo propio. Se habían acomodado a la situación y solo aspiraban a vivir aunque fuera mal. Pronto llego Tyr a sustituirme y me fui a mi habitación. Sabia que debía dormir, pero antes tenia trabajo. Me escurrí por la ventana y me dirigí a la forja. Estaba abandonada y los fuegos hacia tiempo que se habían extinguido. Tardaría horas en ponerla en marcha. Horas de las que no disponía. Algo frustrado, busque algo util por alli. No había armas, solo rejas,candelabros y arañas. Arañas. Eran de acero forjado, lo suficientemente duro para aguantar a mas de dos personas. Con un martillo empece a romperle brazos, pues solo necesitaba cinco. Le puse un asta para poder lanzarlo con el arco. La deje en una mesa y sonreí orgulloso al contemplar mi obra. Me la eche al espalda y volví a la habitación por la ventana. Apenas me quedaba tiempo para dormir, asi que me dedique a afilar a Tanya y a rematar el garfio. Apareció Tyr diciendo que nos íbamos, asi que cogi el garfio y sali a la calle. Aun era de dia, pero no quedaba mucho para la noche. Mejor, así seria mas fácil entrar en el castillo.

-Tyr, ¿Crees que seremos capaces de lanzar este garfio a las murallas para escalarlo?¿O tienes un plan diferente?-le susurre a mi compañero mientras cabalgábamos por la calle.

yr miró el gancho que su compañero había conseguido pero no le pregunto de donde lo había sacado, tras las pregunta del joven respondió:

- Si, pero te lo diré allí -. No dijo más durante la hora que duró el trayecto, al llegar al castillo observaron que ese lugar había tenido días mejores tiempo atrás, las paredes de piedra estaban llenas de verdina y enredaderas así como de manchas de humedad del foso, el rastrillo estaba totalmente oxidado y roto, en las almenas había picas con cabezas clavadas en casi todos las fases de descomposición, Rohar estaba algo asqueado, Tyr sin embargo permanecía impasible, dejaron los caballos y se acercaron aprovechando el refugió de la oscuridad. El mercenario sacó una ganzua y un cuchillo de cocina miró a Rohar y le dijo:

- Este es mi plan; encuentrame... -. El joven mago no tuvo tiempo de pensar nada antes de que el enorme nudillo derecho de Tyr le diera en la cara dejándolo inconsciente.

Tyr despojó a Rohar de la mayoría de sus pertenencias dejandole solo con su pantalón, su camisa y sus botas en las cuales había escondido la ganzúa y el cuchillo, cargó con el joven inconsciente al hombro y se dirigió a la puerta, allí un bandido se asomó y gritó:

- ¡¿Quien eres?! -. Tyr, bastante serio respondió:

- ¡La zorra de tu madre! ¡Abre imbécil! ¡Traigo un invitado especial! -. El bandido, algo achantado por el tamaño del mercenario le abrió, al verle preguntó:

- ¿Y tu eres...? -. Tyr no dejo de caminar.

- El que lleva fuera dos meses buscando al hijo de un noble que pagara bien su rescate... -. Y entró en la fortaleza, allí otros dos bandidos le miraron bastante desconfiados pero el norteño les sacó un odre de cerveza y se les quitó. Cogieron a Rohar y le llevaron a las mazmorras, le tiraron allí y volvieron junto a Tyr, le llevaron a las cocinas y se dedicaron a beber y a comer. Dos horas más tarde Rohar se despertó algo mareado y sin su armadura ni su espada, se encontraba solo en una sala con cinco mazmorras donde dormía un bandido borracho que debía ser el guardia.

OFF: LO QUE ESTA TACHADO ES QUE HA PASADO MIENTRAS TU PJ NO ESTABA CONSCIENTE ASÍ QUE NO PUDO ENTERARSE.

Los ronquidos del guardia me despertaron, dándome cuenta que estaba en una celda húmeda. No recordaba como había llegado alli. Lo ultimo que recordaba era estar con Tyr cerca del castillo.¡TYR! Ahora lo recordaba.Lo había golpeado. Maldito canalla. Tendría con el una pequeña charla sobre sus planes cuando saliera de allí. Entonces algo me pincho el pie. Era un cuchillo y una pequeña ganzúa. Sonreí. Desde luego sabia lo que hacia. No era muy habilidoso con las ganzúas, mucho menos teniendo que hacerlo con la cerradura al otro lado, pero tenia tiempo. Escuche el sonido de que la cerradura se abría y empuje lentamente la puerta. El guardia se revolvió un poco en sueños, por lo que me quede quieto con el cuchillo en la mano. Poco a poco me fui acercando a el y prepare el cuchillo. El guardia se despertó justo cuando le tapaba la boca y le asestaba un par de cuchilladas en el costado. El guardia luchaba por su vida, pero ya era tarde. Sus ojos se fueron cerrando delante mía. No pude evitar vomitar. Era el primer hombre que moría por mi mano y no pude evitar volver a recordar al bandido de la cabaña. Sin embargo no tarde mucho en olvidarme de ellos dos, pues sentí un fuerte dolor en la pierna derecha. El guardia me había apuñalado, pero con la presión del combate no lo había sentido y ahora brotaba sangre de allí. Sabia que si me sacaba el cuchillo me desangraría, por lo que arranque la ropa del guardia y la prepare para hacerme un vendaje. Mordí un palo para no gritar y arranque el cuchillo de golpe. Una ola de dolor recorrió todo mi cuerpo, pero sabiendo que mi vida dependía de ello, procedí rápidamente a hacer presión y colocarme la venda para cortar la hemorragia. Ahora estaba herido en un castillo lleno de bandidos. Tendría que felicitar a Tyr por su brillante idea, con un puñetazo en medio de la cara. Lo bueno es que nadie me esperaba encontrar dentro. Oí un ruido dentro de las otras celdas, pero solo llegue a vislumbrar ojos de unas figuras que se acurrucaban contra las esquinas. Tome las llaves del guardia y con mucha dificultad me puse de pie. Después de asegurarme de no escuchar a nadie cerca me dispuse a averiguar quien eran mis compañeros de cautiverio.

-¿Hola?¿Quien anda ahi?No tengais miedo. Ya habeis visto que no soy precisamente un bandido.   

En el interior de la celda había una niña de unos diez años junto a dos cadaveres bastante descompuestos, bastante desnutrida y desnuda, Rohar no podía saber que maldades habrían cometido con ella, sin pensarlo, el joven norteño trató de ayudarla pero la niña le miraba con unos ojos azules llenos de miedo, la pobre criatura se acurrucaba en la esquina de su celda, Rohar no podía permitirse dejarla allí, se acercó a ella y con gran dolor se agachó a su lado preguntándole su nombre. La niña negó con la cabeza y dejó de mirarle para esconder su cara, en ese momento Rohar vio una cicatriz en su cuello, los bandidos habían intentado degollarla hacia tiempo al parecer pero la pobre había sobrevivido, o quizás fue ella misma la que quiso poner fin a su vida pero no lo consiguió.

Por suerte no se escuchaban señales de que nadie bajara ni alertara nada extraño.

OFF: PUEDES HACER LO QUE QUIERAS CON LA NIÑA, AL SUBIR HAY UNAS ESCALERAS QUE DAN A UN PASILLO, PUEDES IR A IZQUIERDA O DERECHA, YO QUE TU (COMO CONSEJO Y CONOCIENDO A TYR) ME GUIARÍA POR EL OLFATO.

-Ven conmigo,pequeña-la dije mientras la cogia en brazos-Vamos a salir de aqui.

La saque de  la  celda y la sente en la silla que habia estado ocupando el bandido y empece a registrar a este. Tenia una espada corta y casi sin filo, una capa y un cuchillo. Cubri a la niña con la capa y busque algo de comer para la niña, sin suerte.

- Nos vamos de aqui

Subi por las escaleras seguido de cerca por la niña. Al final habia una bifurcacion. No conocia la fortaleza, por lo que debia jugar con el azar. Me dispuse a ir por la izquierda, pero algo me agarraba de la ropa. Era la niña, que no paraba de señalar a la derecha. De alli veniaun olor bastante agradable. Comida. Dedique una sonrisa a la niña y nos internamos por ese pasillo. Terminaba en una puerta de madera. Habia ruido al otro lado y yo estaba herido. Con mucho cuidado de no hacer ruido, abri un poco la puerta y me asome despacio para evitar que se me viera

Dentro de la sala había un cuadro de estanterías llenas de comida, allí se encontraban Tyr y dos de los bandidos comiendo, bebiendo y riendo. Rohar trató de abrir un poco más la puerta pero por lo malas que eran las bisagras chirriaron y la puerta se abrió de par en par y dejaron al descubierto al norteño y a la niña que se escondió tras él, los dos bandidos se levantaron y sacaron sus espadas.

- Mira Albert, nuestro invitado ha venido a traernos nuestro juguete -. Tyr, aun sentado miró a Rohar y a la niña, con la mirada señaló a su izquierda, Rohar miró de reojo y vio a Tanya a poco menos de un metro de él pero no se atrevía a moverse. Tyr se levantó al tiempo que preguntaba:

- ¿Habéis hecho algo con esa chica? -. Uno de los bandidos respondió con rapidez.

- Si, hemos jugado a cosas de mayores con ella -. Comenzó a reirse pero la gracia le duro poco porque el brutal mercenario le hundió la cabeza en la mesa con tal fuerza que lo levantó de los pies, su compañero se giró corriendo para ver que pasaba y vio a Tyr que se le echaba encima, trató de clavarle la espada pero el norteño esquivo la estocada y de un codazo le quitó el arma, acto seguido le agarró de ambos lados de la cabeza y comenzó a apretar con muchísima fuerza, Rohar vio la cara de psicópata que se le puso al enorme espadachín cuando dijeron que le habían hecho a la chica. Tras unos segundos de agonía aplastó la cabeza del bandido con sus propias manos llenándolo todo de trozos de cráneo, sangre y sesos. El deformado cuerpo del bandido cayó sobre el de su compañero en la destrozada mesa. Tyr respiró hondo y fue a un barril a limpiarse mientras Rohar entraba en la sala con la niña intentado que no viera la carnicería, el mercenario cogió un mendrugo de pan y algo de queso de uno de los estantes y se acercó a la joven que le miraba algo asustada, a pesar de lo brutal que había sido, ahora se mostraba bueno, tierno e incluso delicado con la niña, ahora Rohar puedo fijarse en sus ojos morados, Tyr se percató de ello y le acarició la cara con el pretexto de separarle el pelo de las orejas dejando a la luz un pequeño pico, era una elfa, una niña elfa que debía vivir en el poblado, la joven comenzó a comer lo que le habían dado como si no hubiera comido desde hacia mucho que cosa que probablemente fuera así, el mercenario se percató de que Rohar cojeaba un poco cuando cogió a Tanya.

- ¿Como estas Rohar? Disculpa lo de antes, pero era la forma más rápida de llegar a las mazmorras ¿De donde has sacado a esta chiquilla? -. Preguntó mientras la sentaba en su hombro.

-Estaba en los calabozos- le conteste a Tyr mientras me colocaba la armadura de cuero y mi capa negra-Me temo que no hay mas supervivientes alli abajo, aunque me sorprenderia que fueran los unicos prisioneros..

La escena de la celda volvio a mi cabeza. Los cadaveres, los ojos de horror de la niña. Una escena digna de un cuento de terror, que habia reforzado mi determinacion por acabar con los bandidos de la zona. Pero ya no me conformaba con detenerlos o echarlos. Debia matarlos, si pudiera ser de forma lenta y dolorosa. Sabia que siempre no iba a ser posible, pero el lider de esta banda se lo habia ganado. Cerre los puños y me di la vuelta, en direccion a Tyr.

-Tyr-le llame- Sin cuartel. Sin perdon. Este castillo debe ser habitado por fantasmas cuando nos vayamos.¿Estas de acuerdo?

Algo liquido empezo a resbalar por mi pierna derecha. La herida se habia abierto y la sangre salia poco a poco. Cogi un paño que habia por alli y volvi a vendarmela. Esta vez fue mejor que lo que hice en la celda al tener mas tiempo y material.

-Que lastima no tener a un mago cerca,¿eh,Tyr?

Tyr asintió ante la proposición de Rohar de matar a todos los bandidos, se fijo durante no segundos en la herida de su compañero, cogió una taburete y dijo:

- Pon la pierna sobre esta silla y no le digas nada a nadie jamás o te mataré -. Rohar extrañado pero algo achantado por el mercenario asintió, Tyr se acachó y le quitó los vendajes, finalizado ese acto se rajó la mano con su espada y tocó la herida de Rohar con su sangre tras lo que dijo:


La sangre de Rohar comenzó a volver a su herida y tras unos segundos se creó una postilla, medio minuto después se cayó dejando solo una cicatriz limpia. La elfa miró tan asombrada que demostró no haber oído jamas de la magia, terminada la curación Tyr se miró la mano, el no tenía ni una cicatriz.

- Las habitaciones están en el piso de arriba, vamos -. Cogió a la niña a caballito usando el arnés de su escudo y salió a la espera de que Rohar fuera primero.

Quede mas que sorprendido cuando vi a Tyr curarme con magia y no pude evitar pensar que mas podia esconder mi compañero. Esperaba que en algun momento confiara en mi y me lo contara todo. Empece a abrir el  ascenso hacia las habitaciones. Aun era de noche, por lo que seguramente quitando unos pocos guardias, estarían todos dormidos. Mi teoria se confirmo cuando, dos pisos por encima de las cocinas, llegamos a una habitacion con camas. Alli habia mas de quince bandidos dormidos que roncaban de forma escandalosa. Me volvi hacia Tyr, que aun cargaba con la niña.

-Si somos rapidos,silenciosos y precisos podemos matarlos sin armar escandalo. Asi evitariamos problemas cuando volvamos a pasar por aqui. Se que es contrario al honor nordico, pero son animales, no hombres

Tyr miró a los futuros cadáveres durante unos segundos, seguidamente su mirada se posó sobre la niña que estaba muy callada pero bastante nerviosa de ver a sus maltratadores, seguidamente pusó su vista sobre Rohar, se acercó a su oído y dijo en susurro:

- Son tuyos Rohar, es la hora de la justicia, hazlo por tu Diosa -. Acto seguido salió de la habitación junto a la pequeña para evitar que viera la sangría.

Las camas de los bandidos se encontraban dispuestas en dos filas; de ocho camas cada una, todos estaban desarmados y durmiendo a pierna suelta, bastante borrachos probablemente, Rohar pensó en los cadáveres de las mazmorras, así como en la cicatriz del cuello de la niña, desenfundo a Tanya y tornó su mirada distinta, no al odio, si no a la Justicia de Sangre del norte en la que uno paga el crimen que haya hecho de la misma forma. Sus cuellos decorarían el suelo de rojo antes de ser enviados al infierno...

Mi boca se torno en una sonrisa macabra cuando escuche a Tyr. Llegaba la hora de la justicia. Uno a uno los iría matando sin ningún remordimiento. Entre agachado y con cuidado de no hacer ruido, acercándome a la primera cama. Al principio fue fácil y rápido. A los tres primeros los degollé simplemente mientras los sujetaba y silenciaba con las manos, pero era insuficiente. Tenían que sufrir mas, así que a los siguientes les sujete la boca mientras los apuñalaba una y otra vez en los costados. El ruido de los ronquidos y su claro estado de embriaguez camuflaban los ruidos. Ya solo me quedaban dos y tenia preparado algo especial para ellos. Agarre al primero y lo arrastre hasta la ventana con una mano mientras con la otra le tapaba la boca. Apenas grito cuando lo lance al vació y su cuerpo se estrello contra el suelo, fuera de la muralla, y quedo hecho trizas. Entonces me di la vuelta hacia el ultimo que me quedaba. Guarde a Tanya, no la iba a necesitar, y saque una de mis dagas. Golpee al bandido en el estomago con el pomo y le tape la boca para que no gritara mientras la mano con la daga se dirigía a otra parte de su cuerpo que seguro que seria muy importante para el.

-Muy bien, escoria- dije con voz de poseso. Estaba claramente fuera de mi, apenas pensaba en lo que estaba haciendo.-¿Cuantos prisioneros? Y donde los tenéis a ellos, las armas y el botín. Y antes siquiera de intentar engañarme, mira lo que les ha pasado a tus amigos. 

Escuche la respuesta atentamente y le sonreí. Acto seguido le corte la lengua y le raje las muñecas. También le clave la daga en el estomago y lo retorcí. Le había dejado totalmente incapacitado y no tardaría en morir. Totalmente cubierto por la sangre de esas bestias puse rumbo a donde se encontraban mis compañeros, pero no pude llegar. A mitad de camino volví a la realidad y vi realmente lo que había hecho. No solo había matado a sangre fría. No solo los había hecho sufrir y había torturado a otro. Lo había disfrutado. Me derrumbe en el suelo haciéndome un ovillo y empece a llorar de tal forma, que era fácil que Tyr me escuchara desde el pasillo.

El asustado bandido le miró y respondió entre balbuceos.

- No tenemos mas prisioneros que los que hay en las mazmorras, las armas están en la armería, en el sótano y el botín lo tiene nuestro líder en el gran salón, en la última planta -.

Cuando Rohar acabó con su vida cayó a un lado de la sala y comenzó a llorar, estuvo unos minutos hasta que Tyr entró en la sala con la niña en brazos, le miró y Rohar levantó la mirada para ver la mano de su compañero dispuesta para ayudarle a levantarse, aunque era más que eso, Tyr se enorgullecía de que había madurado para entender que la muerte no soluciona nada y que se debía cumplir la Justicia de Sangre siempre para que los criminales no queden sin un merecido castigo. El mercenario suspiró y esperó a que Rohar hiciera lo que fuera.

Después de que Tyr me ayudara a levantarme, me dirigí al pasillo donde continuaba la escalera. Aun me sentía muy mal por lo que había hecho y no podía evitar pensar en la cara que pondría su padre si le hubiera visto. O Tanya. Nadie salvo los presentes debían saberlo nunca. Entonces llegamos a la cúspide de la torre y nos cerraba el paso una gran puerta negra. Asome el ojo por la cerradura, intentando anticiparme algo a lo que nos esperaba al otro lado. Solo veía a un hombre sentado en un escritorio escribiendo con pluma. No pude evitar fijarme que en una jaula a su lado había una gran loba huargo blanca. No pude evitarlo por que sus ojos rojos brillaban en la semioscuridad de la habitación. Comprobé la puerta, pero estaba cerrada. Solo podían acceder forzándola y yo solo no podía. Le hice una seña a Tyr para que me ayudara. Por suerte, había un par de metros entre la escalera y la puerta plano para coger carrerilla. Ambos nos abalanzamos sobre la puerta, que cayo pesadamente al suelo. El hombre pareció no muy sorprendido ya que, apenas volteo la cabeza hacia nosotros. Lo poco que pude ver de su rostro no reflejaba sorpresa, ni rabia, no. Reflejaba diversión. Lentamente se levanto y se encaro a nosotros. No pude evitar ahogar un grito de sorpresa. Yo conocía a aquel hombre. La cicatriz que le recorría toda la cara. La nariz chata. Su sonrisa totalmente blanca. Su pelo rojo sangre. Solo atine a pronunciar dos palabra al tiempo que el cogía una gran espada que tenia en la mesa.

-Tamir Nieve

Tyr dejó a la pequeña a un lado, escondida en un armario dentro había un hombre pelirrojo y barbudo, también del norte, y un lobo huargo blanco encerrado en una jaula, el pelirrojo fue presentado por Rohar como Tamir Nieve, uno de los hombres que habían ido a buscar, el pelirrojo cogió una espada y les recibió diciendo:

- Bien bien, habéis tardado más de lo esperado, el aroma de la sangre es siempre peculiar... Rohar, chaval, me alegro de verte, lastima que estas sean las actuales circunstancias, créeme me alegro muchísimo de verte pero aquí no puedo permitirme... flaquear... -. Al finalizar la última palabra hubo un destello desde las vigas del techo, Tyr se percató, cogió a Rohar y le puso tras él, unas cinco flechas se clavaron en su espalda, dos en su pierna izquierda y una última en el brazo izquierdo, el mercenario tosió mucha sangre sobre Rohar que le miraba algo sorprendido, el espadachin temblo y balbuceó:

- Estúpido... -. Cayó de rodillas y su joven compañero le ayudó a que no cayera del todo, Rohar le miró a los ojos y él hizo lo mismo sonrió para si y con su brazo derecho sacó una de sus espadas, la clavó en el suelo y dejó que una gota de sangre bajara por su hoja hasta el suelo, cuando lo hizo dijo:

- Chico, es tu hora de la gloria... -. Acto seguido dijo:

- -. El blanco de sus ojos se tornó rojo y tras gritar se giró y lanzó un tajo al aire lanzando varias gotas de sangre contra los arqueros, estos se mancharon y se rieron pero les duró poco el cachondeo pues las gotas de sangre se extendieron por su cuerpo creando aleatoriamente entre ellos la forma de una niña o una elfa que les degollaron, los cadáveres cayeron al suelo y Tyr se tambaleó, para no caerse agarró a Rohar del cuello y susurro jadeando:

- Recuerda el pueblo, a la niña, y a los cadáveres... Justicia de Sangre... no falles -.

- ...   ... -. Rohar comenzó a sentir que una enorme fuerza se apoderaba de él y vio la sangre de los bandidos acercarse a él, el liquido se solidifico por su cuerpo formando una armadura integra roja. Tyr se desplomó inconsciente después de decir esas tres palabras.

OFF: AHORA ROHAR TIENE SUPER FUERZA Y SUPER VELOCIDAD, ASÍ COMO UNA ARMADURA DE PLACAS DE ACERO DE SANGRE.

Me agache sobre el cuerpo de Tyr. Aun estaba vivo, aunque muy tocado. Iba a tener un mal despertar cuando terminara, siempre y cuando aun vivieran. Volví a levantarme y me cuadre la espada frente a la espada mientras la besaba. Tamir en cambio, sonrió al ver lo que hacia y comenzó el combate lanzándome una estocada. Era un golpe fácil de bloquear, pero opte por esquivarlo retrocediendo. Comencé a moverme en círculos, hacia su izquierda mientras esquivaba un par de golpes mas. Eran golpes toscos y fáciles de contrarrestar. El era un experto espadachín y yo apenas era un aspirante a aprendiz. A todos los hombres que hasta ese día había derrotado o no había estado solo, había tenido suerte o estaban desprevenidos o mas asustados que yo. Pero aquí no pasaba ninguna de esas cosas. De hecho, tenia parte de mi mente aun con Tyr, que yacía en el suelo inconsciente.¿Que pretendía este canalla?Y otra cosa,¿donde estaba Tanya? No iba a preguntárselo. No aun. Le estaría dando una ventaja psicológica y ya lo tenia bastante complicado. Volvió a lanzarme un golpe lateral, pero no calculo bien y dio a un trípode metálico de una antorcha, haciendo rebotar su espada. Era mi momento, pero en vez de lanzar un golpe de espada le pegue con mi bota izquierda una patada frontal. Tamir cayo al suelo con violencia, llevándose consigo una silla, dos trípodes y medio armario. Desde luego tenia que ser cosa del hechizo de Tyr, por que yo no tenia esa fuerza. Con mas confianza en mi mismo, avance hasta Tamir con la espada preparada para colocársela en el cuello, pero no llegue a acercarme mucho. Con la velocidad del rayo, volvió a ponerse en pie y ya tenia su espada preparada.

-Esto va a ser divertido - dijo mientras se reía

-No dirás eso cuando sustituya las cabezas de los guardias por la tuya y la de tus hombres.-le conteste,para acto seguido escupirle a la cara.

Corrió hacia mi y empezó a lanzarme golpes de todas direcciones tan rápidamente que apenas conseguía pararlas. El combate se había convertido en mi ultima batalla. Al fin consiguió alcanzarme en un brazo. Apenas era un rasguño, pero era la prueba de que podía alcanzarme. Sin embargo, yo también le había acertado y un pequeño hilo de sangre corría por debajo de su rodilla. En ese momento entonces me fije en que Tamir parecía mas fiero, mas animal. Le salia pelo detrás de las orejas. Entonces la verdad cayo sobre mi como una losa de piedra. Tamir no era para nada un hombre normal. 

-Prepárate, Rohar. Prepárate a morir.- me grito aunque la ultima palabra sonó mas como un aullido, por que Tamir se estaba transformando en un gran lobo negro. 

Era mas grande que la loba huargo que tenia detrás. Era incluso mas grande que yo. Me puse en una posición defensiva, pero de poco me sirvió ante su gran ataque. De un solo golpe fui lanzado al otro lado de la habitación, cerca de Tyr. Antes de siquiera conseguir ponerme de pie volví a ser lanzado por los aires, esta vez contra la pared. Gracias a la magia de Tyr seguí entero, pero si algo sabia de la magia es que no era eterna. Esquive su envite por poco, levantándome y pasando a la ofensiva. Era un acto valiente,estúpido y suicida. Cargue contra el, con mi hombro por delante para tratar de derribarle. Increíblemente lo conseguí, quedando el panza arriba y yo de pie alli a punto de clavarle la espada directo en el corazón, pero Tamir no estaba acabado. Con sus patas delanteras me lanzo hacia el techo, contra el que me golpee solo para bajar y darme contra el suelo.
Aun asi, estaba claro que en ese momento estábamos igualados y decidi empezar el interrogatorio que no tenia intencion de hacer despues.

-¿Donde esta Tanya? 

-¿Tanya?Así que has venido por ella-dijo con voz ronca con sus mandíbulas de lobo.

-Si, y ahora contesta

-Esta muerta.

-Mientes fatal.

-Si, es cierto. Esta viva, pero por poco tiempo. Cuando vinimos aquí me cuestiono, me traiciono. Se volvió contra mi. Contra su propio padre

-No me extraña, monstruo. Por que lo que he visto en las mazmorras solo lo puede haber hecho un monstruo.

Esas ultimas palabras parecieron volverlo loco de rabia y se lanzo de nuevo hacia mi al tiempo que yo le imitaba. Era jugárselo todo a una carta. Pero como decía, el era mas experimentado que yo. Cambio su trayectoria en el ultimo momento y me lanzo un zarpazo que me mando volando varios metros.Cuando cai al suelo note como algo se escurría por mi cuerpo. Era la sangre, la magia de Tyr se había agotado y ahora solo mi pobre armadura de cuero y mi capa nórdica se interponían entre Tamir y mi carne. Este se fue acercando poco a poco, enseñando los dientes. Ahora si que había llegado mi fin. Pero vi algo a sus espaldas. Tuve una idea disparatada. Saque la daga que tenia en mi bota y la lance en dirección a Tamir, que la esquivo fácilmente. Este gruño de satisfacción, habiendo visto el ultimo intento de su enemigo por sobrevivir. por eso no se esperaba qe de repente algo la mordiera por detrás. Antes vi a la loba huargo gruñía a Tamir desde dentro de la jaula. Muy mal tenia que haber tratado al lobo, pues las historias que había oído decían que los señores de los lobos como Tamir podían controlar a estos animales sin mucho esfuerzo. Lo mas probable es que en el caso de que matara a Tamir luego nos matara a nosotros, pero me hubiera ido contento de esta vida con Tamir muerto. Mientras se volteo para enfrentarse a la huargo, me levante a duras penas y le clave la espada en una pata. Revolviéndose de dolor, sus dientes buscaron mi cuerpo, pero lo único que encontró fue que la huargo aprovechara para echarsele encima. La diferencia entre ellos era considerable. Casi el doble, pero Tamir estaba algo machacado y cansado de la pelea y luchaba a dos bandas. La huargo, en cambio, estaba totalmente descansada. Se agarro a su cuello y empezó a apretar. Tamir fue de un lado a otro de la habitación, destrozándolo todo. E un momento estuvo a punto de aplastar a Tyr, pero conseguí arrastrarle antes. Le saque al pasillo junto a la niña elfa, que se arrodillaba ante el. Estaba claro que estaba preocupada por el. Volví a entrar en la habitación, donde la lucha seguía igual. La loba seguía enganchada a su cuello, pero mostraba síntomas de cansancio. Cogí una silla y la lance por el suelo, haciendo que Tamir tropezara y cayera al suelo. Con la huarga en posición, no podía levantarse, por lo que decidí aprovechar. Me acerque como pude, ya que estaba totalmente destrozado. Cuando llegue a su altura, vi en sus ojos suplica. 

-A llegado el momento de pagar por tus crímenes- dije mientras tomaba impulso con la espada- Por cierto, solo para que lo sepas. Mi espada se llama Tanya.

Con todas mis fuerzas clave la espada justo en el corazón. Sabia que lo había atravesado,pero aun así apreté mas y mas con todas mis fuerzas hasta que paro de moverse. Estaba hecho. Ahora la loba huargo se alzaba ante mi encima del cuerpo de Tamir. No tenia fuerza para levantar la espada, por lo que cuando la vi saltar hacia mi hice las paces con los dioses. Me derribo, poniéndose justo encima mio. Era una loba magnifica, blanca como las montañas en invierno y con esos poderosos ojos rojos. Era una digna cercenadora de vidas y era mejor que cualquiera de los bastardos que habia matado varios pisos mas abajo. Su boca, sus dientes cada vez se acercaban mas,pero no me mordieron. Su larga lengua salio de su gran boca y empezó a lamerme la cara cual perrito amaestrado. Me pillo con la boca abierta, jadeando como estaba por el cansancio, por lo que me incorpore un poco para escupir. Cuando volvía a mirarla estaba en la puerta, con actitud altiva. Nunca se me olvidara el aullido de felicidad que resonó por toda la fortaleza y fue contestada por los lobos cercanos. Y entonces se fue. Había escuchado leyendas sobre los huargos, que eran inteligentes y agradecidos. Parecía ser cierto, visto lo visto. Ya solo quedaba salir del condenado castillo y seguramente aun quedaran bandidos. Bueno, el primer paso era ver como estaba Tyr y si podía levantarse. El problema llego cuando mis piernas fallaron justo cuando llegue a su lado. Me dolía todo el cuerpo y tenia heridas en los brazos,piernas, por todos lados.

Al salir Rohar vio a la niña acariciando a la loba que al verle de nuevo le miró a los ojos unos segundos y volvió a irse. Rohar se acercó a Tyr arrastrándose, le arrancó las flechas y las tiró atrás, la pequeña le miró y se acercó para ayudarle a sentarse, el norteño lo consiguió gracias a ella y le acarició el cabello, volvió a mirar a Tyr que tenía los ojos cerrados, los parpados estaban llenos de sangre que había caído escaleras abajo al igual que la que escapó de su boca, por suerte ahora parecía que el mercenario respiraba más calmado, Rohar escuchó un gran ajetreó abajo pero ya no podía luchar más, de hecho el cansancio le impedía ir a por Tanya, que estaba aun clavada en el pecho de Tamir que se había convertido en humano, el joven norteño perdió el conocimiento a los pocos segundos.

Al despertar se vio en un lugar cercanamente familiar, se incorporó un poco y vio que se encontraba en la posada, a su lado estaba sentado Tyr, con una cerveza en su vendada mano izquierda y con la derecha abrazaba a la niña que parecía en mejor estado, tenía la piel más clara como era normal y el pelo más brillante.

- Bienvenido al mundo de los vivos Rohar, has intentado irte al otro lado un par de veces este mes -. Rohar se sentó en la cama algo mareado y miró a su compañero que le hizo un gesto para que mirara por la ventana que tenía tras él, se giró y vio por ella a los aldeanos trabajando duro para reconstruirlo todo, así como varias patrullas del ejercito de Santiago que vigilaban la zona y ayudaban a los residentes, un sanador entró en la sala y le dio un brebaje a la niña que se relamió mientras Tyr le acariciaba la cicatriz del cuello que por alguna razón no se veía ya apenas, Rohar miró al mercenario que cerró un ojo y lo abrió inyectado en sangre, lo volvió a cerrar haciéndolo volver a la normalidad para decirle a su amigo que la había hecho desaparecer con un hechizo. Tyr acurrucó un poco a la chica y dijo:

- Díselo cielo -. La niña carraspeó un poco, tocó la pierna de Rohar y dijo:

- Gracias Rohar Tormenta, gracias por salvarme, me llamo Nina y quiero que seas mi amigo -. Parecia bastante ensayado aquel pequeño discurso, la niña se bajo de la rodilla de Tyr, se subió a la cama y abrazó a Rohar.

- Has hecho un gran trabajo Rohar, lo has hecho muy bien -.

-¿De verdad?-dije mientras trataba de incorporarme. Por alguna razón, aun estaba algo dolorido.- Santiago se va a cabrear. Vinimos en busca de un amigo suyo al que hemos terminado finiquitando

Mire alrededor de la habitación, buscando desesperado. Tanya,¿Donde estaba mi Tanya? Conseguí al final localizarla. Estaba a lado de mi cama, tan cerca que ni me había dado cuenta. La acaricie con la mano.

-Y tampoco hemos encontrado a la persona que buscaba. Aunque supongo que se le pasara cuando vea que hemos liberado una región de bandidos.

Si, había merecido la pena. Los campesinos, los guardias, la niña, todos aquellos que vivieron, viven y vivirán estarán contentos de que ellos o sus familiares puedan vivir sin el temor constante a los asaltos. Casi se podría decir que era un héroe, pero no. Los héroes no cometían las atrocidades que el había cometido. Un héroe habría sacado primero a la niña del castillo, para luego volver a por los bandidos. Y desde luego un héroe no hubiera puesto la vida de su compañero en peligro por una simple venganza. Agarre el pomo de Tanya, que estaba envainada, y la use de apoyo para levantarme. Realmente estaba hecho polvo. Recogí mis cosas y camine usando a Tanya de bastón hacia la puerta. Desde allí se veía el pueblo como era reconstruido. Justo en frente, cortando troncos vi al posadero. Este apenas alzo la vista y me saludo con la mano. Yo, mientras, busque una cosa en mi capa. Era una de las dagas que requiso a los bandidos. Estaba algo desgastada, pero eso no era todo. En la parte del pomo tenia un emblema que había visto por el pueblo cuando llegamos, por lo que deduje en su momento que había pertenecido a su guardia. Guardada en una pequeña vaina, se la lance para que la cogiera. El posadero la cogió al vuelo y tras observarla me devolvió una mirada de gratitud.

-Bueno, la búsqueda de Tanya se va a tener que posponer. Si algo he aprendido en este viaje, es que va a ser muy complicado y difícil. Debo ser mas fuerte. Puede que busque trabajo de espadachín o al menos de escudero.

Me volví hacia Tyr, que aun tenia a la niña a su lado. Malditos elfos y su capacidad para enternecer hasta el mas bravo guerrero. Desde luego apenas se había separado de el desde nuestro encuentro en las cocinas. Con su familia muerta, seguro que la adoptaría. Aun recordaba al guerrero destrozar a aquellos bandidos para seguidamente parecer un simple papa granjero con ella. Desde luego le gustaban los niños. A mi en particular, no. Y mucho menos elfos.

-Vamos a tomar algo, aunque te aviso que ahora mismo no encuentro mi bolsa- dije mientras le sonreía