Índice
Crescent fon Wolfkrone
Señor de los lobos (humano)
Nombre : Crescent fon Wölfkrone
Escuela : La Torre
Bando : La Diosa
Condición vital : Vivo
Cargo especial : Maestro de la Torre (magia y lucha física), Maestro de Guerrero Angelical (La Torre)
Rango de mago : Mago consagrado
Rango de guerrero : Guerrero Exaltado, Especialista en Guerrero Angelical
Clase social : Noble, Príncipe de Wölfkrone y de las Provincias Unidas
Mensajes : 626
Fecha de inscripción : 02/05/2011
Edad : 26
Flores de Luz de Lunapor Crescent fon Wolfkrone, Miér Ago 24, 2011 9:25 pm
Era medianoche, y la luna estaba llena.
Llevaba ya bastantes horas de viaje, y tenia que reconocer que no podía más. Tanto por la falta de sueño como la falta de energía. Estaba sobrevolando el Bosque de las hadas, y eso aliviaba un poco el cansancio que tenía, pero no era bastante. Ya habían sido muchas las veces en las que casi me había quedado dormido.
Pero esta vez, me desmayé sin poder hacer nada para evitarlo. Pronto comencé a caer en picado. Me golpeé con las ramas de varios árboles, empeorando mis heridas, pero solo en una pequeña medida. Pero no sentía nada. Dioses, ya ni sabía si aun tenía a Cathy entre mis brazos, o si la había dejado escapar.
Pronto caí, o caímos, en una de las múltiples charcas. El impacto, o, por lo menos, el agua fría habría despertado a Catherine. Pero a mi no.
Llevaba ya bastantes horas de viaje, y tenia que reconocer que no podía más. Tanto por la falta de sueño como la falta de energía. Estaba sobrevolando el Bosque de las hadas, y eso aliviaba un poco el cansancio que tenía, pero no era bastante. Ya habían sido muchas las veces en las que casi me había quedado dormido.
Pero esta vez, me desmayé sin poder hacer nada para evitarlo. Pronto comencé a caer en picado. Me golpeé con las ramas de varios árboles, empeorando mis heridas, pero solo en una pequeña medida. Pero no sentía nada. Dioses, ya ni sabía si aun tenía a Cathy entre mis brazos, o si la había dejado escapar.
Pronto caí, o caímos, en una de las múltiples charcas. El impacto, o, por lo menos, el agua fría habría despertado a Catherine. Pero a mi no.
Catherine
Humana
Nombre : Catherine Earnshaw Bennet
Escuela : La Torre, Fortaleza de Aryewïe
Bando : La Diosa
Condición vital : Viva
Rango de mago : Maga consagrada, Experta en Magia Curativa
Clase social : Plebeya
Mensajes : 228
Fecha de inscripción : 02/05/2011
Edad : 30
Localización : La Torre
Re: Flores de Luz de Lunapor Catherine, Miér Ago 24, 2011 10:13 pm
El impacto contra el agua fría logró despertarme de aquel extraño sueño. Entreabrí los ojos, braceé y salí a la superficie, restregándome los párpados para ver dónde estaba. No logré recordar que se trataba del Bosque de las Hadas, pero eso no impidió que sintiera una agradable sensación potenciando mis dormidas energías.
Ladeé la cabeza y descubrí el cuerpo de un joven que flotaba sobre el agua. De su espalda florecían dos hermosas alas que debían ser blancas pero, entre tanta sangre, costaba adivinar su color. Alrededor del guerrero el agua se teñía de color rojo.
—Oh —solté una exclamación ahogada—, tengo… tengo que hacer algo…
Procurando no hacerle daño, lo arrastré hasta la orilla. La luz de la luna llena incidía sobre su rostro… Cuando lo vi, supe que lo conocía. Supe, por el vuelco que me dio el corazón, que había sido alguien importante en mi vida. Y estaba herido…
Miré a mi alrededor y busqué algo que pudiera darme energías; llevaba horas sin probar bocado y sabía que no podría hacer nada en tales circunstancias. Lo primero que vi fue un bonito lirio que crecía a tan solo unos centímetros. No sabía si era una planta venenosa o si me aportaría energías, pero algo me decía que debía hacerlo.
Arranqué la flor y su dulce aroma me envolvió; la acerqué a mis labios y mordí sus pétalos. Luego, unas punzadas me atravesaron la cabeza y me desplomé sobre el suelo unos segundos. Como por un milagro, cientos… no, ¡miles de imágenes vinieron a mi mente de golpe, reconstruyendo todos los recuerdos que cierto veneno me había arrebatado!
Volví a mirar al chico herido y esta vez supe perfectamente quién era.
—¡Cres! —Me acerqué a él a una velocidad vertiginosa y lo sacudí—. ¡Cres, despierta, despierta…!
Él no respondió. Incontables heridas cercenaban su piel y desangraban su cuerpo, arrebatándole todas las fuerzas. Tenía que actuar rápido. Desgarré un trozo de mi propia túnica y lo humedecí en la charca para limpiarle la sangre de la cara. Le aparté el pelo con delicadeza y musité unas palabras para que las heridas empezaran a cerrarse.
—Lo siento, Cres… Oh, ¿por qué tenías que hacer esto…? —musitaba entre sollozos—. Todo es mi culpa…, mi maldita culpa. Si no hubiera sido tan egoísta… Si hubiera cedido…
Las lágrimas me nublaban la vista, pero no me detuvieron. Con manos temblorosas por el cúmulo de nervios, empecé a quitarle las piezas que le quedaban de la armadura. Debajo llevaba una ligera armadura de cuero, toda rasgada y cubierta de sangre. La aparté y le abrí la camisa de seda —una de las pocas piezas que conservaba entera—; posé las manos en su pecho y me dejé caer a su lado. Cerré los ojos y dejé que todas mis energías fluyeran hasta Crescent, entrando así en un estado de semiinconsciencia.
No sé cuánto tiempo estuve así. Desperté mareada; había empleado casi la totalidad de mis fuerzas en el hechizo de curación pero, cuando abrí los ojos, Crescent no había despertado. Ya no sabía qué más hacer. Estaba desesperada.
—Cres… Crescent, por favor, despierta… —susurré.
Las lágrimas siguieron fluyendo como ríos por mis mejillas. Le acaricié la cara y acerqué mis labios a su oído:
—Cres, no te mueras… —le imploré, aunque sabía que no podía escucharme—. No me dejes sola… otra vez. Tú… me prometiste que no morirías dos veces. ¡Jamás te perdonaré que incumplas tu promesa!
Lo miré fijamente y deseé más que nunca que aquellos ojos rojos volvieran a mirarme.
—Te amo —me atreví a decirle, tal vez porque sabía que podía ser la última oportunidad y, también, porque creía que no me escuchaba—. No quiero vivir sin ti… No puedo vivir sin ti. ¡Te amo! Te amo… Por favor, déjame… déjame morir por ti o al menos… deja que muera a tu lado. —Otra lágrima resbaló por mi mejilla—. Te amo, te amo, te amo… Ojalá me hubiera atrevido a decirte esto antes…
Quise seguir hablando, pero el llanto me impidió a hacerlo. Volví a abrazarlo y dejé que las energías que me quedaran fluyeran hasta él; si moría en aquel hechizo, ya poco me importaba…
Ladeé la cabeza y descubrí el cuerpo de un joven que flotaba sobre el agua. De su espalda florecían dos hermosas alas que debían ser blancas pero, entre tanta sangre, costaba adivinar su color. Alrededor del guerrero el agua se teñía de color rojo.
—Oh —solté una exclamación ahogada—, tengo… tengo que hacer algo…
Procurando no hacerle daño, lo arrastré hasta la orilla. La luz de la luna llena incidía sobre su rostro… Cuando lo vi, supe que lo conocía. Supe, por el vuelco que me dio el corazón, que había sido alguien importante en mi vida. Y estaba herido…
Miré a mi alrededor y busqué algo que pudiera darme energías; llevaba horas sin probar bocado y sabía que no podría hacer nada en tales circunstancias. Lo primero que vi fue un bonito lirio que crecía a tan solo unos centímetros. No sabía si era una planta venenosa o si me aportaría energías, pero algo me decía que debía hacerlo.
Arranqué la flor y su dulce aroma me envolvió; la acerqué a mis labios y mordí sus pétalos. Luego, unas punzadas me atravesaron la cabeza y me desplomé sobre el suelo unos segundos. Como por un milagro, cientos… no, ¡miles de imágenes vinieron a mi mente de golpe, reconstruyendo todos los recuerdos que cierto veneno me había arrebatado!
Volví a mirar al chico herido y esta vez supe perfectamente quién era.
—¡Cres! —Me acerqué a él a una velocidad vertiginosa y lo sacudí—. ¡Cres, despierta, despierta…!
Él no respondió. Incontables heridas cercenaban su piel y desangraban su cuerpo, arrebatándole todas las fuerzas. Tenía que actuar rápido. Desgarré un trozo de mi propia túnica y lo humedecí en la charca para limpiarle la sangre de la cara. Le aparté el pelo con delicadeza y musité unas palabras para que las heridas empezaran a cerrarse.
—Lo siento, Cres… Oh, ¿por qué tenías que hacer esto…? —musitaba entre sollozos—. Todo es mi culpa…, mi maldita culpa. Si no hubiera sido tan egoísta… Si hubiera cedido…
Las lágrimas me nublaban la vista, pero no me detuvieron. Con manos temblorosas por el cúmulo de nervios, empecé a quitarle las piezas que le quedaban de la armadura. Debajo llevaba una ligera armadura de cuero, toda rasgada y cubierta de sangre. La aparté y le abrí la camisa de seda —una de las pocas piezas que conservaba entera—; posé las manos en su pecho y me dejé caer a su lado. Cerré los ojos y dejé que todas mis energías fluyeran hasta Crescent, entrando así en un estado de semiinconsciencia.
No sé cuánto tiempo estuve así. Desperté mareada; había empleado casi la totalidad de mis fuerzas en el hechizo de curación pero, cuando abrí los ojos, Crescent no había despertado. Ya no sabía qué más hacer. Estaba desesperada.
—Cres… Crescent, por favor, despierta… —susurré.
Las lágrimas siguieron fluyendo como ríos por mis mejillas. Le acaricié la cara y acerqué mis labios a su oído:
—Cres, no te mueras… —le imploré, aunque sabía que no podía escucharme—. No me dejes sola… otra vez. Tú… me prometiste que no morirías dos veces. ¡Jamás te perdonaré que incumplas tu promesa!
Lo miré fijamente y deseé más que nunca que aquellos ojos rojos volvieran a mirarme.
—Te amo —me atreví a decirle, tal vez porque sabía que podía ser la última oportunidad y, también, porque creía que no me escuchaba—. No quiero vivir sin ti… No puedo vivir sin ti. ¡Te amo! Te amo… Por favor, déjame… déjame morir por ti o al menos… deja que muera a tu lado. —Otra lágrima resbaló por mi mejilla—. Te amo, te amo, te amo… Ojalá me hubiera atrevido a decirte esto antes…
Quise seguir hablando, pero el llanto me impidió a hacerlo. Volví a abrazarlo y dejé que las energías que me quedaran fluyeran hasta él; si moría en aquel hechizo, ya poco me importaba…
Crescent fon Wolfkrone
Señor de los lobos (humano)
Nombre : Crescent fon Wölfkrone
Escuela : La Torre
Bando : La Diosa
Condición vital : Vivo
Cargo especial : Maestro de la Torre (magia y lucha física), Maestro de Guerrero Angelical (La Torre)
Rango de mago : Mago consagrado
Rango de guerrero : Guerrero Exaltado, Especialista en Guerrero Angelical
Clase social : Noble, Príncipe de Wölfkrone y de las Provincias Unidas
Mensajes : 626
Fecha de inscripción : 02/05/2011
Edad : 26
Re: Flores de Luz de Lunapor Crescent fon Wolfkrone, Miér Ago 24, 2011 10:45 pm
No sabría decir cuanto tiempo pasó; si minutos, horas, o días, pero me pareció mucho tiempo. No soñé con nada ni pude sentir nada, salvo pocos susurros distantes, demasiado callados como para poder entenderlos en este mismo momento. Y noté como la energía y la vitalidad volvía a mi cuerpo, y como me despertaba lentamente.
Abrí los ojos perezosamente, y solo pude ver un bosque enfrente de mi, iluminado suavemente por la luz de la luna llena, y oía el llanto desesperado de una mujer. Tenía que ser Cathy, pues, si no lo era, no sabía donde estaría, o que mujer me estaba abrazando. Noté una suave fragancia a Lirio en mis alrededores, y vi unas flores luminosas en los alrededores, que tomaban la apariencia de Lirios, que desprendían una luz azulada.
Mirando a la figura femenina de reojo, pude divisar una cabellera pelirroja. Era Catherine. Ahora sus palabras las entendía mejor, pero, tras despertarme, no podía entender casi nada. Y vi sangre. Sangre en mi cuerpo, sangre en el suyo y sangre en mis alas blancas. Alcé torpemente mis manos y las reuní tras su espalda, abrazándola también.
— Eh, Cathy..., tranquila...,sigo vivo. Herido, pero...vivo...
Me costaba hablar, fuese por las heridas o por que acababa de despertarme de aquel profundo sueño. La mayoría de mis heridas, al menos, las más graves, estaban cerradas.
Abrí los ojos perezosamente, y solo pude ver un bosque enfrente de mi, iluminado suavemente por la luz de la luna llena, y oía el llanto desesperado de una mujer. Tenía que ser Cathy, pues, si no lo era, no sabía donde estaría, o que mujer me estaba abrazando. Noté una suave fragancia a Lirio en mis alrededores, y vi unas flores luminosas en los alrededores, que tomaban la apariencia de Lirios, que desprendían una luz azulada.
Mirando a la figura femenina de reojo, pude divisar una cabellera pelirroja. Era Catherine. Ahora sus palabras las entendía mejor, pero, tras despertarme, no podía entender casi nada. Y vi sangre. Sangre en mi cuerpo, sangre en el suyo y sangre en mis alas blancas. Alcé torpemente mis manos y las reuní tras su espalda, abrazándola también.
— Eh, Cathy..., tranquila...,sigo vivo. Herido, pero...vivo...
Me costaba hablar, fuese por las heridas o por que acababa de despertarme de aquel profundo sueño. La mayoría de mis heridas, al menos, las más graves, estaban cerradas.
Catherine
Humana
Nombre : Catherine Earnshaw Bennet
Escuela : La Torre, Fortaleza de Aryewïe
Bando : La Diosa
Condición vital : Viva
Rango de mago : Maga consagrada, Experta en Magia Curativa
Clase social : Plebeya
Mensajes : 228
Fecha de inscripción : 02/05/2011
Edad : 30
Localización : La Torre
Re: Flores de Luz de Lunapor Catherine, Miér Ago 24, 2011 10:56 pm
«Eh, Cathy..., tranquila...,sigo vivo. Herido, pero...vivo...»
Hasta que no escuché aquellas palabras no me di cuenta de que Crescent había recuperado la conciencia. Me abrazó y moví ligeramente la cabeza, interrumpiendo el hechizo curativo y recuperándome un poco.
—¡Cres, al fin! ¡Oh, gracias a la Diosa...! —Me separé unos centímetros y lo miré a los ojos. Sus pupilas se enfocaban en las mías—. Estás vivo... —dije, dándome cuenta de lo maravilloso que era aquello—. ¡Estás vivo!
Esbocé una sonrisa y volví a abrazarlo durante unos minutos. Luego empecé a canalizar la energía del bosque, cosa que no me costó demasiado dada toda la que había.
—Vamos a la Torre..., a la enfermería. Tienes que recuperarte...
Sin dejar de sonreír, musité unas palabras y nos teletransportamos a la Torre.
Contenido patrocinado
Temas similares» Una noche de Luna
» Luna llena
» En una noche sin luna
» Mi llegada al Lago de la Luna
» Claro de Luna Confirmación
» Luna llena
» En una noche sin luna
» Mi llegada al Lago de la Luna
» Claro de Luna Confirmación
La Torre :: Mares y océanos :: Mares e islas :: Bosque de las Hadas :: Charca
|
|
|
» la sombra sangrienta deimien darthfyre
» ola
» pricnesita estrellita
» Ser no tendría si algo pareciera
» Ficha de Lynn Feng
» Investigación forzada (Abierto)
» Anaë'draýl NPC's
» Crónica y semblanza de Lope de Villegas
» Habitación de Rurik (Noveno piso)