Ante mi se alzaba el Castillo del Mar Espctral, hogar de magos y brujas cuyos dioses desestimaron su ayuda y lealtad. Hogar de los magos con el valor suficiente para rechazarles y pensar por ellos mismos. Espero que sea también mi nuevo hogar.

El frío era helador. Aunque supongo que eso es algo habitual en estas tierras. Mi vista todavía tenía que adaptarse, pero lo estaba consiguiendo. Xing-Huo, como de costumbre, había hecho un buen trabajo. No pude evitar llevarme una mano a mi nuevo ojo: un ojo de cristal mágico.


Xing- Huo y sus guardias me estaban despidiendo de su mansión en las afueras de Zhanté. Acudí a ella para que me ayudara con mi ojo, y vaya si lo ha hecho: me proporcionó un ojo de cristal, hueco por dentro, pero gracias al cual podía guardar el Secreto de la Luz en su interior. La magia del ojo, sumada al poder del Secreto de la Luz, no sólo me devolvió la parte de vista que perdí en mi encuentro con Riak, sino que además me proporcionaba una nueva serie de habilidades que sin duda jamás osaré desestimar.


Se lo agradecí enormemente. Han sido tantas las cosas que ha hecho por mí... no puedo evitar pensar que nunca se lo podré agradecer lo suficiente

Fui decirle un último adiós cuando de pronto, oí una voz procedente de mi bolsa:

- Xer... xes... lo siento



Me detuve en mitad del puente que conectaba el Vinterev Rin con la entrada al Castillo del Mar Espectral. Desde ahí pude ver (gracias a mi nuevo ojo) un fragmento del castillo, que estaba agujereado y del que todavía salía humo propio dle incendio. Magia oscura, pensé, era muy evidente, más aún gracias al ojo.

No necesitaba más. Lo tenía todo a mi favor:

- ¡BUSCO A TAI, SEÑORA DEL CASTILLO DEL MAR ESPECTRAL! - pronuncié, en voz alta - ¡Mostraos!

La Señora del Castillo me recibió con un humor de perros, algo que pude notar aún incluso escuchándola dentro de mi cabeza. Mis intenciones para con Tai eran nobles y sinceras, de modo que decidí hablar con ella mentalmente, para que fuera consciente de mis habilidades y así, mostrarle mis buenas intenciones:

- Algo me dice que ya sabéis quién soy, mi señora - le dije, haciendo gala del mayor de mis respetos - No en vano, enviásteis a Mark Hammerhand para que nos apoyara en la Batalla de la Mansión de las Brumas.

"Soy Xerxes Break, líder de los 6 Secretos. Se que, tras aceptar a Raven en vuestra escuela, dejásteis que los demás miembros de los 6 Secretos se hospedaran en vuestra escuela antes de que se iniciara la batalla. Por ello, os estaré eternamente agradecido.

No obstante, he sabido por la propia Raven que, a pesar de vuestra hospitalidad, tenéis a bien no prestarnos vuestro total apoyo en nuestra guerra contra los Dioses. He venido para pediros que me dejéis permanecer junto a los mios en vuestro castillo, y para tratar de convenceros de que nuestra causa es vuestra causa, pues ambos compartimos a un mismo enemigo... un enemigo que, al parecer, ya ha decidido atacaros"

Esto último lo dije echando un vistazo al boquete del cual todavía salía humo, donde antes debía de encontrarse la habitación de Raven. Su "sacrificio" me ha proporcionado lo que necesitaba para triunfar en las negociacones:

- Sé que Riak de Nyx, líder de la Necravia, ha atentado contra vuestra escuela - había llegado la hora de poner las cartas sobre la mesa, y por ello dejé de emplear mis habilidades telepáticas - Al mismo tiempo, ha atacado a uno de mis Cinco. Y atacar a uno de mis Cinco, es atacarme directamente a mí.

"Si no he podido venir antes es porque yo mismo me he batido en duelo con el mismísimo Riak. El resultado de aquel fatídico encuentro fue la pérdida de mi ojo izquierdo.

Ahora él y, por ende, toda la Necravia, conoce el paradero de vuestro castillo. Que los del Concilio también lo hagan es solo cuestión de tiempo. Tarde o temprano, vendrán aquí... y presentarán batalla.

Mi señora, el tiempo de esconderse ha terminado. No podemos seguir huyendo de aquellos que en su día nos rechazaron. Ha llegado la hora de plantarles cara y hacerles pagar por todo lo que nos han hecho, a nos y a su señoría. Conocéis el poder del que disponemos yo y mis discípulos. Uno de ellos, Andurk, consiguió incluso derrotar a la mismísma Amy Lackless, miembro de la Necravia y señora de la fortaleza de Aressher. Felix Vonturin, rey del Reino Élfico y gran camarada nuestro, logró dar muerte a Lord Stord, miembro del Concilio, antes de que le apresaran y le dieran muerte.

Sé que sabéis de lo que somos capaces. Por ello, debéis de saber que nuestra victoria es posible. Por ello, os culmino a que vos y toda vuestra escuela se una a los 6 Secretos, para liberar a este mundo de la tiranía de los Dioses.

Ni dioses, ni reyes... sólo hombres"

Recordé amargamente a Felix tras pronunciar esas palabras. Después de finalizar el discurso, cogí de mi bolsa un caramelo y me lo llevé a la boca. Necesitaba refrescarme mientras esperaba la respuesta de Lady Tai

Pruebas. Es lo único que Tai solicitaba con el fin de forjar nuestra alianza. Curioso. Después de que Riak atacara la escuela, esperaba una colaboración inmediata. Pero... ¿qué se le va hacer?

Sin dejar de mirarla a los ojos (algo que, al parecer, le molestaba horrores), abrí el cierre de mi bolsa. Y en ese preciso instante... ella apareció.

Se posó sobre mi hombro, como antaño hiciera en incontables ocasiones, siempre expectante de encontrar un cuerpo en el que su alma pudiera establecerse. El ataque de Riak fue una verdadera molestia, pero en ningún momento temí que la vida de mi amiga pudiera estar en peligro. Después de todo, es obra de Xing-Huo.

Nunca me preocupé de perder a Raven mientras la muñeca Rosalie estuviera conmigo, posada en mi hombro, como estaba haciendo en ese preciso instante.

- Lady Tai - soltó la muñeca, con la voz de Raven

Pude observar como Tai alzaba una ceja. Es una mujer de piedra, nada parece sorprenderle. Pero algo me dice que esta es toda la prueba que necesitaba:

- ¿Lo véis? - le dije, con una sonrisa - No es tan fácil acabar con uno de los nuestros

Me acordé entonces de cómo Felix acabó con Alquamed de un flechazo. No quise darle demasiada relevancia. Un mal día lo tiene cualquiera, ¿no?

Ahora la prioridad era recuperar los secretos de la Tierra y de la Oscuridad. Eran primordiales para llevar a cabo mi plan... y se perfectamente dónde debo ir a buscarlos.

- Supuse que diríais eso, mi señora - le dije, sonriente - Y os estoy muy agradecido.

Caminé hasta donde se encontraba la Señora del Castillo, me incliné ante ella y le besé la mano. No sé hasta qué punto considerará esto como una muestra de cordialidad y respeto, pero poco importaba. Lo más difícil ya estaba hecho. Los seis miembros de los Sis Secretos ya estaban en el Castillo del Mar Espectral.

- Entremos pues, mi señora - le dije, cogiéndola del brazo, como si fuéramos una pareja - Sé de algo que os puede interesar y que, no sólo nos ayudará a recuperar los secretos que faltan, sino que podré daros esa prueba de poder que tanto ansiáis.

"Decidme... sabíais que Garnalia tiene un nuevo Rey?"

OFF: Fin del Post