♦ Nombre y apellidos: Naya Danshai.

♦ Sexo: Femenino.

♦ Edad: 14 años.

♦ Condición vital: Vivo.

♦ Bando: La Diosa.

♦ Raza: Humano.

♦ Profesión: Estudiante primer grado.

♦ Escuela: La Torre.

♦ Clase social: Burguesía.

♦ Descripción física: Naya es una niña de piel morena, cuyo pelo oscuro vuela libremente tras su cabeza. Tiene la muy redonda, al igual que sus oscuros ojos y su gran nariz. Sus labios siempre reflejan en ella una sonrisa. Sus facciones casi tan suaves como una pequeña nube, blanca como la nieve, suave y esponjosa como una nube.

Su baja estatura siempre ha sido una característica suya, que, combinada con su delgadez y sus facciones aniñadas, siempre ha aparentado menor edad.

Sobre su mano derecha crece encima una pequeña gema anaranjada donde a veces, si observas bien, puedes ver en su interior como diminutas estrellas que se arremolinan. Cuando lanza algún hechizo o de ella emana cualquier mínimo de energía mágica, la gema de su mano comienza a brillar.

♦ Descripción psicológica: Naya es una niña que no tiene ninguna clase de problemas con hablar con la gente, así que rara es la vez en las que sus mejillas se tiñen de rojo al hablar con alguien.

Otra de sus características es que no es capaz de estarse quieta durante un solo segundo: mientras lee, mientras come, mientras habla con alguien; necesita moverse, jugar con los cubiertos, hacer cualquier cosa menos estarse quieta. Y al igual que no puede estarse quieta, no es capaz concentrarse totalmente en algo, y el acto de estudiar es casi incompatible con ella. Así que si alguna vez la ves estudiando, leyendo algo con el objetivo de aprender, o investigando, solamente detente, mirala fijamente e inmortaliza ese momento en tu mente y jamás lo olvides.


♦ Historia: Naya siempre había vivido, desde que tenía memoria, en una pequeña ciudad aislada de todo. Era una ciudad constituida por la tranquilidad y la harmonía, que hasta que ella nació, aquellos muros nunca vieron ninguna clase de conflicto. En cuanto ella aprendió a andar, los mercaderes comenzaron a tener todos sus productos contados al milímetro y a fijarse en cualquier niña que pasara, algo que, por su baja estatura, no era fácil. Y en cuanto aprendió a hablar, todo se volvió más sencillo, pues al no parar de hacerlo, siempre podían tenerla bien localizada. Y, cuando finalmente aprendió a que robar estaba mal y dejó de hacerlo, los mercaderes pudieron felizmente descansar en paz.

En la ciudad no había escuelas ni universidades, pero había un noble que, a cambio de una historia, enseñaba a los niños a leer y a escribir. Se reunían todos los días en la casa del noble, y fue donde Naya conoció a Nube.

Nube era un niño prodigioso: Para empezar, se llamaba Nube. Alguien que se llamaba así, solo podía ser o un loco o alguien importante, y en aquel caso eran las dos cosas. Y no solo se llamaba Nube, tenía el pelo blanco como una. Y tenía habilidades mágicas.

No tardaron a salir a la luz sus capacidades cuando en el tercer día de las clases, mientras escribía, la tinta comenzaba a flotar sobre el papel hasta chocar contra el techo y fundirse con él. Los demás niños en cuanto lo vieron como de su hoja la tinta comenzaba a despegarse, corrieron, y jamás volvieron. Los ojos de Naya brillaron. El noble habló con Nube y le dijo “Te avisé que sucedería”. Naya se acercó a él y solo le dijo que le enseñara hacer aquello. Y en cuanto se quisieron dar cuenta, se volvieron amigos.

Se veían todos los días, charlaban, reían, vivían miles aventuras. Nube intentaba enseñarle la poca magia que sabía a Naya, aunque esta no era capaz de hacer nada.

Los días pasaron hasta que llegó el día. Aquel día. Cuando Naya entró a la pequeña casa del noble, era la única alumna. El noble la miró, ella le miró. No hicieron falta palabras.

- ¿Dónde está? –Preguntó la niña.

El maestro le explicó que Nube se encontraba en un estado que rozaba la muerte: Su alma estaba rechazando su cuerpo. Ni si quiera explicó el por qué, o como. La única forma de salvarlo era conseguir un cuerpo que pudiera retener su alma unos años más, explicó.

Y, en cuanto se quiso dar cuenta por segunda vez, se encontraba en el interior de un castillo. Solo había una pequeña y tenue luz que iluminaba toda la habitación. Naya se encontraba tumbada en una plataforma, donde tumbado a su lado estaba Nube mirando al horizonte, con la mirada perdida.
Entonces, él susurró unas palabras llenas de fuego que chocaron contra las paredes de piedra. Naya cayó entonces en un profundo sueño, y al despertar, se encontraba dentro de la cama en su habitación. En su mano derecha descansaba incrustada una gema naranja.

Entonces, lloró, porque, las palabras en aquella ocasión también sobraron. Él estaría siempre con ella, pero, a pesar de todo, el abismo que los separaba era abismal.


♣ Gustos y aficiones: -

♣ Cosas que detesta: -

♣ Virtudes y defectos: -

♣ Manías: -

♣ Curiosidades: -

♣ Objetivos y metas: -

♣ Otros datos de interés:

•Naya a pesar de poder utilizar la magia, tiene unas pésimas habilidades con la magia. Es la gema de su mano, donde reside la alma de Nube, que le proporciona a esta la capacidad de realizar magia. Por lo tanto, la acción de realizar el más simple conjuro agota a Naya muchísimo; así que depende mucho de su gema para hacer magia. Necesitara entrenar muchísimo para que sus hechizos sean equiparables a los de un estudiante de primer grado normal.

•Su gema solo se puede romper por magia, pero esta, aunque se parta en dos, tiene la habilidad de regenerarse usando la energía y nutrientes de Naya.

•La forma en la que Naya llegó a La Torre es un misterio.

•Tanto Nube y el profesor perteneciente a la nobleza son un misterio más allá de lo que se contó en la historia (Tal vez, en un futuro, se sepa más)

Bienvenida :) Me temo que, lamentablemente, tendrás que tener dotes mágicas innatas para poder ser estudiante de magia.

Actualizado ^^

Ficha aceptada, Naya.