~ Datos personales ~

Nombre y apellidos: Anise de Meningslose.
Edad: Aparenta 25 años.
Sexo: Femenino.
Condición vital: Viva.
Bando: Neutral.
Raza: Elfa.
Profesión: Mentalista. Aprendiz de guerra (armas arrojadizas).
Escuela: Guardiadragones del Mar.
Clase social: Hija de nobles, pero abandonó toda heredad.

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Gustos y aficiones: La luz, la música y la soledad.
Cosas que detesta: El orden social.
Virtudes y defectos: Desinteresada por el bien ageno y muchas veces desconsiderada. Aunque no es una persona vil, o no totalmente, odia tener que hacer algo por otros a menos que en el proceso se beneficie a sí misma. Sólo es leal a su propia causa y nunca faltará a su palabra, si de allí proviene su motivación de hablar. Es constante, incluso en sus propios errores, haciendo hasta lo imposible por realizar sus metas. No confía en nadie, pero tampoco espera que confíen en ella - sería una mala idea -. Es noble de corazón pero las adversidades de la vida le han permitido poner varios escudos de acero a su alrededor.
Manías: Jugar con sus dagas.
Curiosidades:
- Nunca dice su nombre real.
- Lleva siempre un brazalete plateado con forma de dragón en su antebrazo izquierdo.
- Se ganó el apodo de Meningslose (insensata) por ser soñadora y aventurera.
Objetivos y metas: Crear un ejército y derrocar el gobierno de Enawë.
Otros datos de interés: Ninguno de sus familiares conocidos es pelirojo.

~ Descripción física ~

Es una mujer de poco menos de un metro ochenta centímetros. Tiene una mirada serena de color esmeralda que a veces ocultan sus cabellos rojizos y rizados, siempre despeinados. No tiene la apariencia elegante y bien vestida de una elfa de cuna noble, sino que podría decirse que es todo lo contrario. Zuh viste colores oscuros y muy rara vez viste algo parecido al blanco; por lo general usa cortas capuchas como cotas de malla hasta el pecho. Por debajo de sus senos y hasta la cintura amarra un cinturón a medida con tres correas que lo sujetan en el vientre, envuelve su espalda y abdómen y le permite cargar venenos y armas arrojadizas. Usa sacos o gabardinas que le permite cubrir sus armas, pero también evitan que su presencia inquiete a los demás. Usa pantalones largos y botas.

~ Descripción psicológica ~

Zuh solía ser una soñadora, aventurera, por eso gusta de la adrenalina y la apasionan los problemas. Sin embargo, sabe mantener los límites entre lo que quiere y lo que debe hacer; durante los últimos años a ido moldeando su carácter y se ha conocido a sí misma de una mejor manera. En esa búsqueda es posible que halla encontrado a una persona cínica y de mal vivir, en tanto acepta muchos de los vicios de la sociedad y deniega sus virtudes. Al final la elfa se ha consumido a sí misma dentro del vaso y ahora se encuentra buscando la salida, por ello ha aprendido a escuchar y analizar con cuidado, dando un paso a la vez.

~ Historia ~

Anise solía vivir con sus padres y dos hermanas en Enawë. Los días pasaban tranquilos, demasiado tranquilos para ella, entre las danzas y las clases de música sentía que algo le faltaba a su vida. Así que un día decidió que saldría a buscar ese algo y, junto a una de sus criadas, salió a caminar por las calles de la ciudad de el Anillo. Sus vestidos de seda se deslizaban con gracia en el viento, mientras ella sentía por primera vez esa extraña pero inmarcesible sensación de libertad - que de seguro era otorgada por faltar a la orden de mantenerse en casa, en ausencia de su padre -. Ese día visitó lugares llenos de extravagantes figuras y decoraciones, había derroche en cada pincelada que decoraban los majestuosos edificios de la ciudad, no había visto antes tanta hermosura en la roca tallada.

Entre cada descubrimiento, viendo aquí y allá y visitando casas de personas a quienes jamás había visto, pero que tan sólo al escuchar su nombre hacían de su expresión estirada y prepotente una sonrisa amplia y una mirada casi de deseo carnal. Había en ellos algo que Anise percibió y fue ese su primer encuentro con la realidad que acogía a su existencia. Habrían llegado a casa al día siguiente - pese a los constantes avisos de su criada para volver a la masión - pero sin previo aviso sintió la mano de un hombre fuerte y decidida tomarle por el hombro, desde la espalda. Cuando giró pudo ver el rostro de su padre, a su criada con el corazón en la mano a punto de estallar.

Anise pasó varios días encerrada en su habitación, como castigo, había corrido tantos peligros inimaginables - según sus la familia - que era necesario que aprendiera la lección. Pero eso sólo fue un aliciente para que la joven buscara desesperadamente la manera de salirse con la suya: ella quería conocer el mundo que la rodeaba, aprender más sobre política, olvidar las clases de danza y saber menos de magia. Así pues descubrió cómo salir sin ser vista y durante mucho tiempo estuvo visitando los diferentes lugares del reino, el continente y luego supo que había un lugar completamente ageno en otros continentes. Su curiosidad y pasión fueron creciendo con el tiempo y aún en contra de las advertencias e incluso sin importarle la idea de ser desheredada, quiso partir y abandonar todo.

En su viaje por el nuevo mundo fue víctima de todo tipo de atropellos, empezando por piratas, abusadores, incluso clérigos y escuchó rumores de guerras. Quiso aprender a cuidarse de unos y otros y descubrió que todo aquello que había vivido en Enawë, la clase noble y su propia riqueza era la más pura muestra de arrogancia e hipocresía; no pudo estimar cuánto odio la idea de haber vivido tantos años en la ignorancia, sin embargo esto no la hizo ciega para ver que entre la plebe también hay inmundicia, interés, e incluso arrogancia, la misma que derrochan los nobles.

Cuando por fin llegó a Garnalia, una tarde de verano, desató su cola de caballo, dejando caer su cabello hasta la cintura y caminó a paso firme, decidió que desde ese día viviría la vida sin más adornos que él. El primer paso para conseguir su objetivo sería hacerse fuerte, buscaría entonces el medio para su fin. Con el tiempo se convirtió en ladrona para poder sobrevivir, pues no había aprendido ninguna ciencia o arte -  Además, su orgulloso corazón azul le impide pedir más de una vez un lugar de trabajo entre los verduleros, artesanos o herreros. Nada aplastaría más su orgullo que un elfo le viera en su intento de demostrar su valía desde abajo -.

La primera regla de una Escuela de Alta Hechicería consiste en que ningún aprendiz debe rebelarse contra su Maestro