off/ Avisare a Dam cuando comience la batalla. El os avisara a los de su bando

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Estaba apunto de conseguir una mezcla pegajosa y explosiva cuando la probeta decidió agrietarse y derramar su contenido. Ya era la segunda que rompía hoy. Estaba claro que hoy no era mi día, así que salí para despejarme un rato.Me coloque mi tunica de fraile y mis botas de combate. Pasear por los jardines y los muros siempre me devolvían la inspiración. En los jardines encontré a un grupo de inquisidores jóvenes intentando propasarse un poco con una de mis hermanas de Orden y me apoye en una columna a contemplar el espectáculo. Era una de las supervivientes de Karannes y miembro de los Templarios de San Yago, grupo de la Orden encargado del adiestramiento militar y las misiones de combate. Este combate en concreto apenas duro diez segundos. Era duro pensar que los cincuenta Hermanos Juramentados de la Orden de San Yago podíamos contra la guarnición de la Academia, pero era asi. Holgazanes, prepotentes y corruptos, la mayoría se dedicaba a abusar de su poder. Nosotros en cambio nos dedicábamos al estudio. Felicite a mi hermana por el combate y me dirigí a las murallas para estar tranquilo, pero allí también había gente. Para ser exacto uno. El mismísimo Marco Gladius. Duque de Las Horcas y Cardenal de Nuestro Sagrado Señor, era prácticamente el líder de la Inquisición. Su fama de fanático religioso le precedía y seguramente mi Orden seria una espina clavada en su mismísimo trasero. Ya era tarde para darme la vuelta, así que actué con tranquilidad.

-Buenas noches, su ilustrisima-dije mientras me colocaba a su lado-¿Disfrutando de las vistas o implorando una plegaria por nuestros compañeros en la escuela de magia?


Sabia que gracias a lo de Karannes podía gozar de cierta inmunidad, pero tampoco quería abusar. Se lo había dicho con un tono respetuoso.

Karannes. Allí había perdido  a los cincuenta iniciados que me acompañaron, por lo que yo no estaba tan convencido de que mi actitud fuera la correcta. Si bien había averiguado que los piratas se dirigían a Zhanthe y podría servir para eliminarlos mas adelante.

-Uno no puede pedir recompensa cuando hace lo que ha jurado, y menos aun tras fracasar.- dije sin alzar la voz- En Karannes se desato el infierno y ese infierno nos acompañara a los que sobrevivimos.

Le escuche hablar sobre el ataque a la escuela y que no debíamos preocuparnos. Me enervaba a donde podía llegar la estupidez humana. Y cuando nombro a Isabella no pude evitar sonreir.

-Aun recuerdo el ataque a Aresher-solté cuando concluyo su absurda declaración.- Dirigidas por Alexa Legion Heart choraron contra sus gruesos muros y perecieron. Hace falta mucho mas que Fe,ilustrisima. Hace falta ingenio. Hace falta valor. Y sobretodo, nunca jamas despreciar al enemigo. Pues es entonces cuando te derrotan.

Me apoye en las murallas, abatido. Aun recordaba las caras de aquellos que se subieron al barco conmigo aquellas mañana rumbo a Karannes. Recordaba sobre todo a un joven muchacho que había insistido en acompañarnos.Acabada la batalla lo encontré muerto en un callejón rodeado de cadáveres de piratas. Apenas tendría quince años

-En Karannes nos paso eso mismo. Pensamos que eran piratas y los subestimamos. Cincuenta buenos muchachos perdieron su vida antes de rectificar.

-La Fe es lo mas importante. Si ella no podríamos seguir adelante en los momentos dificiles. No creo que nadie lo discuta, ilustrisima- explique al cardenal mientras dejaba de apoyarme y miraba al cielo nocturno- Pero si no va acompañada de nada solo alcanzaremos a experimentar la Gloria Divina mas pronto que tarde

Estaba apurando un poco mi suerte, pero ya había sobrevivido a varios juicios y concilios. Uno mas no iba a condenarme y menos cuando Isabella volviera derrotada. Por que era otra Alexa, estaba seguro de ello. Impulsiva, sanguinaria y fanática. Con un poco de suerte conseguiríamos reformar la Iglesia y la Inquisición tras su derrota, aunque lo sentía por todos aquellos que iban a morir por su causa.

-En cuanto a las bendiciones,ya sabe lo que opina mi orden al respecto. La vida es una prueba a la que nos somete Dios y debemos valernos solos. Si nos ayuda, la prueba no tendría sentido. Y el asunto de las piras solo hace que haya cada vez mas gente que busca refugio en los brazos del Diablo en Garnalia. Quemar a una persona por traducir un libro o leerlo es contraproducente. Ese hombre, en un estado de estudio y seguridad descubriría las equivocaciones de los cultos extranjeros, fortaleciendo su Fe y la de sus allegados. Ese mismo hombre, viviendo un miedo continuo, caerá en las bonitas palabras y Dios perderá un alma para el Paraiso. Lo se por que lo hemos experimentado. Si ya hablamos de los adoradores del Diablo, es otra historia, aunque soy mas partidario de la ejecución piadosa con un golpe certero de hacha. Si deben sufrir, que sufran en el Infierno.

Sentí un enorme alivio tras soltarle todo aquello. Si antes dudaba cuan lejos estábamos el uno del otro en temas de Religión y de Vida ahora había quedado claro. Y quería que el lo supiera. Fue entonces cuando me di cuenta de una cosa. No se oía ningún ruido fuera de los muros, ni siquiera de los pájaros.

-La calma que precede a la tempestad-susurre mientras mi vista se dirigía a la explanada delantera de la Academia.

Ese día estaba la Santa Academia sin gran parte de sus efectivos, estaban atacando el lago de la luna...que buena noticia.
Me acerqué al edificio y lo sondeé, localicé cada lugar y las presencias de los guardias mediante un óculo. Estando mimetizado en una esquina de la muralla, esperé al cambio de guardia, y pasados cinco minutos desde su llegada, controlé mentalmente a uno de los guardias:
"-Me ha parecido ver algo raro por ahí-dijo mientras le controlaba, su mente se encontraba en trance, luchaba contra la mía, pero no era rival.-Voy a ver, quédate tu aquí. "
El otro asintió con la cabeza. Mi víctima al doblar la esquina fue asesinada cortándole la cabeza límpiamente. La sangre se deslizó por el filo de Sentencia sin necesidad de ser limpiada, la envainé en una vaina que llevaba esta vez a mi lado, y mirando al muerto, copié sus facciones, su armadura, y su voz(de manera superficial). Transformé su cuerpo en el de un lobo, esto era fácil para mí, puesto que transformé en sí el aspecto, no me esmeré mucho, era solo una parte más del teatro, empujé el cuerpo para que quedase a la vista del otro guardia.
Cuando estuve cerca de mi "compañero" le dije:
-Era solo un sucio lobo. Aunque nunca puedes fiarte, hay brujos que pueden convertirse en lobos...-me lo quedé mirando:-Oye...¿estás bien?-claro que no estaba bien, tenía mala cara, a lo mejor era porque había convertido su sangre en un veneno que afectaba a sus tripas...ups.-Veo que no, voy a pedir que te releven, ¿vale?.-asintió con la cabeza, y me acerqué hasta Marcus y Marco, mis verdaderos objetivos hoy. Nada más traspasar las murallas, noté como mi magia se enrarecía.
"-...pero en estos momentos la tempestad se encuentra muy lejos de las Horcas"
-Disculpen, eminencias, pero mi compañero se encuentra mal y...
-Xavier, no es necesario.-me hizo un gesto de todo en orden, y volvió a mirar al frente.
Yo me dirigí hacia ellos dos:
-La tempestad ha llegado, eminencias-dije, con burla mientras notaba que el poder de la academia desfiguraba mis facciones hasta mostrar de nuevo a un Dam demoníaco y sonriente. La magia negra que corría por mis venas a pesar de ser interferida por la academia, seguía haciendo disminuir la temperatura, puesto que la magia negra siempre está a una temperatura de cero grados.
Desenvainé a Sentencia, cuya aura de oscuridad vencía a cualquier interferencia de la academia, era más poderosa que toda ella...efectos secundarios de haber albergado la esencia del Dios de la oscuridad, el caos y la maldad. Salté 3 metros hacia atrás y me puse en guardia. Durante mi salto, lancé un cuchillo hacia atras, éste atravesó el cuello del primer guardia, a través del hueco de su armadura:
-Mis poderes no proceden de la brujería...yo soy hijo del mismo Diablo...-Mi voz era la voz del Dios, que se oía en los oidos, en la mente y en el alma de mis víctimas, infundiendo un terror ancestral e irracional, desplegué unas alas oscuras como la noche, la magia de la academia luchó para desfigurarlas, pero solo consiguió darle un aspecto más demoníaco, las plumas se desprendieron de las alas callendo al suelo envueltas en humo negro, finalmente quedaron unas alas membranosas y deformes, propias de un demonio. Conformé una sonrisa maléfica(adornada esta vez sí con magia oscura para aumentar el miedo, la magia de la academia interfería haciendola algo menos eficaz, pero ésta seguía funcionando) que les llegó a todos los rincones de su alma.

Tras recibir el mensaje de Dam el joven se apresuro a buscar a Oga, aun tuvo que concentrarse para llegar al lugar correcto pero no tuvo muchas dificultades, lo único que tuvo que hacer fue tele transportarse hasta Ereaten, una vez allí localizar al dragón siguiendo las indicaciones de su maestro fue sencillo-parece que incluso ha crecido desde la ultima vez y eso que lleva es una ...armadura -Yandrack se acerco a Oga y lo saludo con un movimiento de cabeza quitándose la capucha


-Llegas tarde chico- le reprendió Oga mientras su compañero recogía el zurrón con la poción cambia rasgos que dam le había preparado-Un dragón nunca llega tarde, ni pronto, llega exactamente cuando se lo propone¿listo?-  por toda respuesta Oga solamente gruño de impaciencia así que Yandrack simplemente se subió a su lomo y emprendieron el vuelo sin dilación


cada vez hueles mas a dragón, tu esencia es mas fuerte que la ultima vez¿tu forma esta...?- pero Yandrack le contesto antes de que acabara la frase-si, he podido avanzar en ese aspecto- esas fueron las únicas palabras que cruzaron durante el viaje, el joven dragón estaba asegurándose de que todo estaba en orden, llevaba su colgante especial y la espada nueva que Ykeon le había preparado``Vulcana´´ esta  espada no solo era mas dura y mortal que la mayoría, ademas estaba hecha de tal manera que se adaptaba a sus movimientos como si formara parte de su propio cuerpo y reacciona a su magia y por supuesto a su fuego de dragón



ya se veían las estructuras de la santa academia asi que el chico saco la poción y se la bebió, lo hizo porque Oga había aumentado la velocidad dispuesto a embestir el lugar, el joven se concentro en el vinculo mental con su maestro para localizarlo pero tampoco le hizo falta, un pequeño punto de la muralla emitía magia, asi que aprovechando que Oga iba sobrevolar ese punto de la muralla Yandrack salto del lomo del dragón mientras se concentraba en la magia del aire para usar el hechizo de levitación- pronunciando las palabras arcanas realizo el hechizo de levitación, que aunque se vio debilitado al menos le permitió aterrizar suavemente en el exterior de la academia


el joven entro sigilosamente aprovechando que las puertas estaban abiertas y los guardias estaban ocupados con Dam

-¡Un mago negro!-exclame tras entrecerrar los ojos para ver su aura. Era el aura mas negra que había visto nunca, y eso solo podía significar que era un ser maligno.

Desenvaine mi espada y me interpuse entre nuestro enemigo y el cardenal, pues no estaba seguro de que pudiera luchar. Sabia que era un combate perdido de antemano, pero tal vez ganaría tiempo para que llegaran mis hermanos. Aprovechando la llegada de dos guardias, me acerque a la parte interior de la muralla.

-¡SAN YAGO Y CIERRA!-grite con todas mis fuerzas, haciendo que se me escuchara en prácticamente toda la Academia-¡NOS ATACAN!

El grito de alarma de la Orden puso en pie a los mejores guerreros con los que contaba la Academia. El resto de inquisidores también empezaron a prepararse y pude ver a lo lejos como varios guardias preparaban una balista antidragon. Ahora debía poner a buen recaudo al cardenal, pero llego un compañero del mago, que se había transformado en una especie de demonio. Saque una pequeña botella y la rompí a nuestros pies al tiempo que escupía. Era un compuesto extraño. Compartía las propiedades del agua, pero no podía mezclarse con esta sin provocar que ardieran. Esperaba que fuera suficiente para sacar al cardenal de la muralla. Y el mago tenia razón, no era un simple mago. Había leído algo sobre eso, pero necesitaba mas información. Debía ir a la Biblioteca, y buscar información sobre los Guerreros de las Tinieblas.

Yandrack apareció, y Marco comenzó a rezar todo tipo de mierdas y zandeces.
Marcus tiró un frasco incendiario al suelo.
Hice aparecer mi armadura del colmillo negro y le transmití poder de Tinieblas, al pisar el fuego, éste se tintó de oscuridad, volviendose morado y frío, ya no me afectaba, al menos a mí. Mientras la corrupción se extendía por el fuego, crucé la línea, y rápido como una sombra, llegué hasta Marcus y de un tajo veloz lo desarmé golpeándole en la mano y haciendo una palanca con tal fuerza que o se rompía su espada o su muñeca o la soltaba. Le rodeé, y tras dividir a Sentencia en Traición y Piedad, coloqué una hoja en su cuello y la otra bloqueando sus brazos.
-¡Escuchadme todos!-mi voz salía de las mismas entrañas del infierno, llegando a su alma y sus corazones, llenándolos de terror:-Este hombre es también un brujo. Mirad!, ha invocado fuego, huele a productos químicos!. Está estudiando la naturaleza, busca poder, busca alterar los dominios de vuestro Dios. Se está acercando a la magia. Y he venido para llevarlo conmigo. Si me dejais ir, nadie morirá, quizás tan solo él.-moví una gasa mentalmente y la puse en su boca para que no hablase:-Y bien...¿pactareis con el diablo?-sonreí maliciosamente.

Yandrack pudo entrar en la academia antes de que cerraran las puertas,pudo oir el discurso que su maestro les estaba soltando a los inquisidores pero fue otra cosa lo que llamo su atencion, un numeroso grupo de guardias se llevaban escoltado al cardenal Marco-ah no, de eso nada-  se decia el joven mentalmente,por desgracia su objetivo se encontraba bastantes metros, sobre el nivel de la muralla


quieren llevarlo al interior, si lo consiguen tendré que pasar por encima de medio ejercito en una posición defendible -era algo obvio,el cardenal Marco es una de las cabezas de la iglesia en Garnalia y Yandrack lo sabia bien, lo sabia de primera mano,por eso no podía dejarle salir indemne de todo esto, incluso aunque no consiguiera su vida.

La mayoría de los inquisidores de aquel nivel repararon en la presencia de Yandrack rápidamente tras sellar las puertas, incluso con Oga  por los alrededores parecía que el numero tan grande de efectivos hacia posible aquello, pero el chico dragón no tenia tiempo para encargarse de esos peones asi que tenia que llegar rápidamente hasta el cardenal.
Durante su combate contra Augusto en la catedral el joven evito usar sus habilidades de desplazamiento al máximo, ya que era imposible que un ser humano se moviera de esa forma naturalmente y sin el uso de magia, este fue el motivo por el que para la lucha contra Augusto uso un estilo mas agil, centrado en aprovechar las oberturas del rival cuando este atacaba.

En aquel momento,teniendo un aspecto diferente y una espada diferente necesitaba usar esa fuerza y sabiendo que Marco no podría identificarlo era libre para ello...



Una linea de inquisidores en formacion le corto el paso desde el frente mientras que otros tantos hicieron lo propio desde atrás y los laterales-Luego me ocupare de vosotros- dijo alzando la voz para que todos los inquisidores que le rodeaban  pudieran oirle, a continuación corrió hacia la fila que le cortaba el paso, haciendo un prodigioso salto cuando apenas le separaban 2 metros del primer inquisidor,  cuan sorprendidos debían de haberse quedado, quizá pensaran que era cosa de magia pero lo cierto es que no era así exactamente, aunque su cuerpo humano no podía compararse a su cuerpo de dragón  era algo previsible, una alma tan extensa y poderosa obligada a estar recluida en un cuerpo tan pequeño producía ciertos efectos secundarios, efectos que Yandrack se había ocupado de entrenar...


El joven aterrizo justo delante de la comitiva de soldados que intentaba poner a salvo al cardenal, Yandrack habia quedado semi arrodillado, apoyado sobre la rodilla derecha, también apoyaba la mano derecha en el suelo, aunque se puso en pie sin mediar palabra mientras buscaba al cardenal con la mirada-creo que no ireis a ninguna parte Cardenal Marco, os interesa ver como acabara aquella escena- hizo una pausa breve y luego añadioy... por supuesto teneis asuntos pendientes conmigo....

El cura de la orden de san yago huyó utilizando una serie de técnicas bastante elaboradas...esa orden me gustaba, aceptaba el progreso, le dejé ir, pero le dejé un papel en el que se escribió mágicamente con una tinta que desaparecía en un tiempo, espero que lo lea. Decía así:
“Aunque no me creas, te aseguro que tenemos un fin común. Ese Marco necesita de algo de disciplina para que piense en la unión entre magos e inquisidores. Yo por supuesto seguiré obrando el bien, sin embargo deberíais dejar de perseguirlos. Me gusta vuestra orden, no iré tras vosotros, y me ocuparé de que ninguno de mis aliados valla en vuestra contra sin mi consentimiento. ¿Mataré hoy? Sí. Pero también intentaré convencer a Marco, podeis uniros a los hijos de la luz. A mi no, yo soy un hijo de las sombras. ¿En qué me favorece esto? En que no seremos perseguidos por estornudar. Marcus, piénselo, la tinta desaparecerá, pero si proyecta su pensamiento al papel, podrá comunicarse conmigo. Espero su respuesta. Que vuestro Dios le guarde”


“—¡Los asuntos pendientes los tienes tú, hereje, con el Señor, ante quien deberás responder por tus horrendos pecados!”


Los soldados que arremetieron contra mí no tubieron gran oportunidad. Corrí a una velocidad inhumana hacia ellos. Traición y Piedad se transformaron en los mazos que me dio Santiago y éstos, con la fuerza de mis brazos, se hundieron en sus armaduras, doblándolas hacia dentro, rompiéndolas y haciendo que se hundieran en su piel. Noté y oí cómo sus costillas crujían y se rompían, clavándose también en su corazón.
Comencé a corromper el aire alrededor mía de tal forma que era imperceptible pero reduciría la resistencia de mis contrincantes y poco a poco oxidaría sus armaduras. Entonces, hablé:
-Si me atacais, morireis. Puede que mis pecados no tengan perdón, sin embargo, Marco, ven y te enseñaré mis pecados, no te causaré ningún daño...¿o a caso el saber de un mortal puede dañar a alguien? Te ofrezco saber cosas sobre mí, sobre tu enemigo. No te mataré ni te atacaré ni siquiera borraré tu memoria. Si tu prometes también que ni tú ni tus soldados me harán ningún mal.
Esperé la respuesta de ambos, mientras tanto, le envié un mensaje mental a Yandrack [mp].

el joven observo como dos de los escoltas de Marco dejaban la formación, corrían a atacarle a el directamente-Insensatos- pensó mientras corría a recibirlos, el primer guardia ataco con un corte vertical, así que el joven salto  hacia la izquierda(como dos pasos), con lo que la espada de su enemigo paso cerca de su hombro, aprovechando esta obertura Yandtack echo mano de vulcana(que esta en su espalda) para hacer un tajo relámpago, destinado a desequilibrar a su oponente, que tendría movilidad reducida en aquel momento, eso le dio la oportunidad perfecta para golpear al soldado en  con  la empuñadura en el estomago, un golpe fortísimo que dejo inconsciente al hombre,cuando hubo caído al suelo el soldado Yandrack tomo su espada( se trataba de una corta) asi que empuñando ambas recibió al segundo, con una parada en horizontal para parar el ataque,el joven empujo al soldado para desequilibrarle, cuando este trastabillo hacia atrás aprovecho para atravesar su pecho limpiamente con vulcana


tras matar a su ultimo oponente dejo caer la espada de acero, la que había tomado de su rival derrotado, preparo a vulcana, concentrando primero sus energías, eligió la magia de la tierra, se concentro en el terreno en el que estaban y corrió hacia la formación que protegía a Marco-así sera maestro- esperaba que el pensamiento fuera captado por Dam, en respuesta al que el le había mandado, ya que Yandrack había esperado a que su maestro hablara para llevar a cabo su acción, cogió la carrerilla justa, teniendo en cuenta la energía que había almacenado, salto entonces por encima de formación, para caer tras las lineas de esta, Muy cerca de Marco, el problema estaba en que al caer había usado la fuerza de la caída del salto(golpeando el suelo las manos al aterrizar) para liberar con mas efectividad la energía que tenia almacenada,aunque gracias a las defensas anti magia de la academia solo se creo un temblor que desequilibraría a todos los soldados de alrededor(incluyendo a Marco) haciéndolos caer al suelo, el joven echo la cabeza hacia atras mientras ispiraba,apuntando entonces al suelo espero a que los soldados se acercaran mas(aunque no era necesario) para escupir una potente llamarada  que se expandio a su alrededor explotando al dar contra el suelo, quemando en mayor o menor grado a toda la escolta de su eminencia.



era de esperarse que algunos soldados hubieran apartado a marco en el ultimo segundo, aun asi, es posible que sus ropas e incluso alguna extremidad hubiera sufrido quemaduras externas, unos segundos despues y el joven emergio de las llamas sin ningun rasguño-vuestra escolta ha sido purificada en el fuego eminencia, vos sois el siguiente

Abrí la puerta de mi habitación de una patada y corrí rápidamente a la mesa de experimentos. Cogí varias botellas y comencé a llenarlos de mi mezcla explosiva fracasada y varias soluciones mas. Cuando me las iba a meter en el bolsillo note que tenia una nota. Era del mago oscuro. No me moleste en leerla. Consideraba a los magos, a los que tenían el aura roja, como enfermos a los que teníamos que buscar una cura. Normalmente no eran malvados e incluso algunos trataban de ayudar con su maldición. Eran simples personas con mala suerte. Pero los de aura negra era auténticos hijos del Diablo. La deje sobre la mesa para analizarla después y con varias botellas llenas, volví a salir de la habitación. Esperaba que al llegar mis hermanos hubieran descubierto ya algo. Empece a correr por los pasillos de la Santa, internándome cada vez mas en sus entrañas.
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Frente a la puerta de entrada, dentro de la Academia, un grupo de mas de cincuenta personas esperaban en posición. Llevaban armaduras de cuero debajo de túnicas de fraile ligeras, arcos, mazas y espadas con escudos hecho de un material que brillaba. Este era el material que cubría las murallas de la Santa Academia,la Piedra de Dios, un material muy resistente a la magia. Alli formaban frente a otro encapuchado. Se trataba de Jaime Iulius, Señor de Ramo y en esos momento el mas veterano de los presentes. No era un Templario de la Orden de San Yago, pero si un Hermano Juramentado de los mejores.

-¡Muy bien,hermanos!-dijo en voz alta para que lo pudieran escuchar todos.- Nuestra misión es rescatar al Cardenal Marco de una muerte casi segura. Primero nuestros compañeros de otras ordenes van a lanzar una salva de flechas contra los atacantes. Entonces saldremos nosotros con los escudos y sacaremos al Cardenal y a lo que quede de su escolta. Tenemos que llevarlos al área de entrenamiento.¿Lo habéis entendido?

Todos los presentes golpearon el suelo con sus botas como respuesta a la pregunta. Entonces Jaime abrió un poco la puerta para ver lo que ocurría en el exterior. Vio a un chico soltar llamaradas como si fuera un dragón. Sus ropas tenían cierta tolerancia a este elemento natural, aunque no servia de mucho contra el fuego de dragón. Entonces vio como los arqueros apuntaban desde la ventanas y soltaban una salva hacia los dos atacantes. Con la ayuda de dos hermanos mas, abrieron las puertas de par en par y recogieron a Marco para sacarlo de allí junto con algunos heridos.

-¡SAN YAGO Y CIERRA!- se escucho retumbar a la multitud que salia de la Academia. Ahora había un muro de espadas y escudos entre la puerta de la Academia y los asaltantes. Un muro con un entrenamiento, unos estudios y una comprensión del mundo muy superior a los inquisidores corrientes. La Orden de San Yago. Faltaban bastantes hermanos que en esos momentos estaban enfermos, de misión, de asueto o en otras partes de la Academia preparándose.