Me miró y me sonrió.

-Me llaman Damon. Heredera al trono de blur. ¿y tu, como te llamas?

-Aryadna, me llamo Aryadna.-respondí con una sonrisa.

Me devolvió la sonrisa.

Así que es de la realeza... Espero que al menos fuese humilde, porque si no se iba a convertir en una de mis archienemigas, seguro que se creía una princesita de la oscuridad y llevaría un vestido de terciopelo negro cuando iba a pasear. No me gustaba la realeza y no iba a hacer una excepción porque sí, me tendría que dar muy buenas razones.

-Ya hemos llegado.-interrumpió mis pensamientos.

Nos encontrábamos ante una gran puerta. Empujó la puerta con la mano, la abrió y entramos en la sala.

Se abrieron las puertas de la sala de entrenamientos,  ésta, al encontrarse en el centro de la fortaleza, estaba abierta, por lo tanto se podía entrar volando perfectamente, y gracias a sus increibles proporciones, Ogadrack pudo entrar no sin cierto esfuerzo.
Aterricé en el centro de la sala, e insté a Ogadrack para que me dejase bajar de su lomo.
Con un gesto de la mano le ordené que se retirase fuera de la zona de combate.
Observé que mi nueva alumna no había venido sola, sino que Damon, una guerrera y aprendiza de tercer grado, la estaba acompañando.
-Ariadna-mi voz volvió a entrar en ella instándola a obedecer-, el libro está escrito en la lengua normal, sin embargo tendrás que aprender también el arcano. Por ahora, quiero que busques un hechizo de curación, leas cómo hacerlo, mires las equivalencias arcanas que tiene consultando las primeras páginas, y cures tu rodilla.-me giré hacia Damon y pronuncié su nombre del mismo modo que el de Ariadna:-Damon, su herida está algo infectada-chasqueé los dedos y aumenté la infección de la reciente herida, oí como Ariadna producía un leve gemido de dolor-, para que pueda curarsela con magia telúrica necesitará que antes se retire la infección. Quiero que uses magia acuática para retirar la infección, sin embargo, tú misma debes obtener el agua. Consulta tu libro y procede.

Las dejé trabajar mientras las observaba, presionándolas con mi presencia, debían aprender a controlar sus nervios.

NOTA: Ogadrack es like at these: Mi dragón <3

Me senté en el suelo y cogí el libro de mi mochila. Busqué un hechizo para conseguir agua . Fijé mi vista en un hueco en mitad de un motón de tierra en el cual debería estar la losa. Miré el hechizo del manantial y dije las runas en voz alta mirando el hueco Entonces agua apareció donde antes había un hueco de tierra. Sonreí y mire aryadna.

Busque otro hechizo para limpiarle la herida y pronuncié las runas

-Aryadna.-retumbó la voz del tipo extraño obligándome a mirarle- El libro está escrito en la lengua normal, sin embargo tendrás que aprender también el arcano. Por ahora, quiero que busques un hechizo de curación, leas cómo hacerlo, mires las equivalencias arcanas que tiene consultando las primeras páginas, y cures tu rodilla.

Se giró hacia la princesita inútil esa y pronunció su nombre del mismo modo que el mío.

-Damon, su herida está algo infectada-chasqueó los dedos y aumentó la infección de mi herida.

¡Ah! ¡Qué cabrón! Había usado su magia para hacerme daño, se iba a acordar de lo que valía un peine, no creía que fuese necesario hacerme esto. Iba a decirle unas cuantas cosas al idiota este, pero de mi garganta solo salió un gemido de dolor. ¡Qué rabia!

-Para que pueda curársela con magia telúrica necesitará que antes se retire la infección. Quiero que uses magia acuática para retirar la infección, sin embargo, tú misma debes obtener el agua. Consulta tu libro y procede.-dijo el muy cabrón como si tal cosa.

Damon se sentó rápidamente en el suelo y me instó a hacer lo mismo,  cogió el libro de su mochila y se puso a hojearlo. Era diferente al mío, supuse que era más avanzado, pero la letra era igual que la del mío. Se la notaba nerviosa. Fijó su vista en un hueco en mitad de un motón de tierra, miró el libro de nuevo y pronunció algo extraño en voz alta mirando el hueco de antes. Entonces, literalmente, por arte de magia, brotó agua donde antes había un hueco de tierra. Sonrió y me miró. Ahora solo la quedaba desinfectarme la herida

Rebuscó en su libro de nuevo y pronunció cosas raras otra vez, consiguiendo así que se desinfectase la herida.

-Gracias.-susurré para que no me escuchase aquel pinzado.

Ella como toda respuesta me sonrió. Cogí el libro y empecé a leerlo, hablaba de hechizos de empatía con los animales, de crecimiento, de transformación… también había hechizos de ataque y hechizos de restauración, protección y mimetización. ¡Restauración! Lo había encontrado.

Ahora solo lo tenía que traducir, me llevó su tiempo pero al final lo logré.

--susurré por si acaso no funcionaba y parecía una idiota.

Vi como mi herida se cerraba sola, estaba patidifusa. Me incorporé de un salto y me giré para mirar al tío ese.

-¡Ya está!-dije con voz altiva-¿Qué es lo siguiente, cortarme un brazo y que me lo tenga que reconstruir?-dije desafiándole, sabía perfectamente que no sería capaz de hacerlo.

"-¡Ya está!-dijo con voz altiva-¿Qué es lo siguiente, cortarme un brazo y que me lo tenga que reconstruir?"
-Oh, querida, no, eso no podrías hacerlo, pero te estoy enseñando magia y a controlar tu ira-se lo dije en un tono calmado y pausado, como si ella fuese una demente.-Y por ahora, vas mal-dije bruscamente, entonces, sin previo aviso, transformé a Sentencia(mi espada) en un báculo, y con él, atizé a gran velocidad en diversas zonas del cuerpo de la chica, estómago(con poca fuerza), brazos y piernas, entumeciendo sus músculos y haciéndola caer al suelo a cuatro patas.
Transformé la arena que rodeaba a la chica en enredaderas que se agarraron a sus manos, brazos y piernas, sin dejarle escapatoria, si intentaba forzarlas, se haría más daño.
La cogí del pelo, el cual hice una coleta y tiré hacia atrás, le eché un puñado de arena en el pelo con una mano mientras le sujetaba la cabeza con la otra. Transformé la arena en un pegote de pegamento que hizo que no pudiese mover la cabeza hacia abajo, se encontraba mirando hacia delante, agarrada por enredaderas y a cuatro patas, podría resultar un tanto erótico, pero ese no era el plan.
Una vez inmovilizada, de nuevo le eché arena, pero formando una línea que pasaba por su brazo derecho, subiendo, hasta llegar casi a su boca.
Mojé mi dedo en el manantial de Damon y con el agua, dibujé la runa del agua en su mejilla.
-Coge aire-dije
Entonces, del manantial que había creado Damon, el agua comenzó a correr por el camino que le había hecho a Aryadna, hasta llegar a su boca con el propósito de empezar a ahogarla poco a poco.
-Damon, tu compañera se va a ahogar, sálvala. Cuando lo hagas, haré desaparecer el pegamento, déjale su libro abierto por la parte de empatía, tendrá que hacer que las enredaderas se suelten siguiendo los pasos que ahí se encuentran. Una vez hecho eso, aléjate de aquí y ponte cerca de Ogadrack para que éste te evalúe. Proceded-le tendí ambos libros a Damon, y desentumecí los músculos de Aryadna.

-Oh, querida, no, eso no podrías hacerlo, pero te estoy enseñando magia y a controlar tu ira.-dijo con un tono calmado y pausado que me daba muy mala espina-Y por ahora, vas mal.-dijo bruscamente, entonces, sin previo aviso, transformó su espada en un báculo, y con él, me atizó a gran velocidad en diversas zonas del cuerpo, entumeciendo mis músculos y haciéndome caer al suelo a cuatro patas.

¡Este tío era gilipollas! ¿Pero alguien veía normal lo que me estaba haciendo? Miré a Damon y ella estaba tranquila, como si fuese lo más normal del mundo, pero aún así en sus ojos se veía alucinación.

El tío pipa transformó la arena que me rodeaba en enredaderas que se agarraron a mis manos, brazos y piernas, sin dejarme moverme, sabía que si intentaba forzarlas, me haría más daño, así que me mantuve en aquella posición tan degradante, parecía una auténtica ramera. Me cogió del pelo, me hizo una pésima coleta y tiró con todas sus fuerzas hacia atrás, me echó un puñado de arena en el pelo con una mano mientras me sujetaba la cabeza con la otra, no sé para qué me había arreglado, ya estaba sucia, despeinada y con la túnica destrozada. Transformó la arena en un pegote de pegamento que hizo que no pudiese mover la cabeza, me estaba haciendo un montón de daño, contuve las lágrimas aunque se podía ver fácilmente las ganas que tenía de llorar.

El idiota volvió a echarme arena, pero formando una línea que pasaba por mi brazo derecho, subiendo, hasta llegar casi a mi boca. Mojó su dedo en el manantial de Damon y con el agua, dibujó algo en mi mejilla.

-Coge aire.-dijo tranquilamente.

Entonces, del manantial que había creado Damon, el agua comenzó a correr por si sola por el camino que me había hecho, hasta llegar a mi boca intentando ahogarme poco a poco. Apreté los labios con fuerza, para que me entrase el menor agua posible.

-Damon, tu compañera se va a ahogar, sálvala. Cuando lo hagas, haré desaparecer el pegamento, déjale su libro abierto por la parte de empatía, tendrá que hacer que las enredaderas se suelten siguiendo los pasos que ahí se encuentran. Una vez hecho eso, aléjate de aquí y ponte cerca de Ogadrack para que éste te evalúe. Proceded.-le tendió ambos libros a Damon, y desentumeció mis músculos, o al menos eso supuse.

Lo que no sabía el inútil este es que yo tenía muy buena memoria, así que cuando estaba buscando el hechizo de regeneración, había leído muchos más y me acordaba de todos. Según el libro tenía que tener contacto con el ser vivo, y eso precisamente no me faltaba. Luego, si era un ruego había que expresarlo claramente y con palabras simples. Intenté contactar con la planta, al principio se resistía a confiar en mí, pero al final conseguí que confiase en mí, y lo noté cuando las ramas no me hacían tanto daño.

Ahora solo quedaba expresarle mi petición, pero no era mentalista ni sabía hablar mentalmente, así que tendría que usar mi voz, pero si hablaba sabía que el agua entraría en mi boca, tení que confiar en que Damon se diese prisa para hacer desaparecer el agua.

-Suéltame.-dije lentamente mientras el agua entraba en mi boca, la planta no parecía haberme entendido, así que ni se inmutó. ¡Mierda! Damon se tendría que dar prisa.

Cuando la chiquilla se cayo a cuatro patas sobre el suelo me dio pena. Después unas enredaderas brotaron del suelo, se enredaron por los brazos y piernas de ella sin que pudiera moverse. Le cubrió el pelo con pegamento. No pude evitar reírme. Dam hizo que el agua de mi manantial corriese por el brazo de ella. Me tendió ambos libros tras decirme : "Damon, tu compañera se va a ahogar, sálvala. Cuando lo hagas, haré desaparecer el pegamento, déjale su libro abierto por la parte de empatía, tendrá que hacer que las enredaderas se suelten siguiendo los pasos que ahí se encuentran. Una vez hecho eso, aléjate de aquí y ponte cerca de Ogadrack para que éste te evalúe. Proceded."

Cogí los libros, tire el mio al suelo y abrí su libro rápidamente por la pagina en la que salia el hechizo que necesitaba. Cogí mi libro dejando el suyo delante mía.

~Mmmm... ¿Respiración bajo el agua podrá servir?~ Abrí el libro por la parte de hechizos básicos. ~espera,puedo contrarrestar el hechizo~ Corrí hasta el manantial y pronuncie las runas El manantial desapareció y por lo tanto dejo de ahogar a Aryadna.

Me acerque a ella y le deje su libro delante. -Suerte- dije en voz baja mientras deslice el dedo por la hoja donde estaba el hechizo.

Me acerqué a ogadarck, el dragón de Dam. Sonreí y alce la mano intentando que se acercara a mi.

-Suerte.-susurró mientras deslizaba el libro por la hoja donde estaba el hechizo.

-¡Suéltame!-grité para que la planta me soltase.

La planta se soltó rápidamente, y nada más estar libre, me levanté y miré al tío ese que se supone que me estaba instruyendo. Me acerqué a él y puse toda mi rabia en mi mirada.

-¡Eres un gilipollas!-le grité mientras le daba un tortazo, pero él lo esquivó, como era de suponer.

Me di la vuelta y salí corriendo de la sala de entrenamiento, dejando allí mi libro. Corrí hasta llegar a mi habitación y cerré la puerta de golpe, abrí la puerta de la terraza y me tiré al suelo al borde del llanto.

¿Por qué me tenía que humillar así? ¿No entendía qué yo no sabía nada de aquí? ¿No entendía que todo era nuevo para mí? ¿No entendía que era una bestia y mataba las noches de luna llena sin darme cuenta? ¿No entendía que yo sufría y por eso me mostraba tan indomable? ¡No! Claro, el sería el rey de la fortaleza, un super guerrero con dragón, tendría super poderes y posiblemente ahora estaría leyéndome la mente. ¿Por qué había elegido venir a este sitio?

Escuché la puerta de mi habitación abrirse y contuve las respiración, aunque las lágrimas seguían corriendo por mis mejillas...