Recuerdo del primer mensaje :

El sonido de las gaviotas despertó a Kvothe, lo primero que vio fueron los restos de la bodega del barco en el que iba, los maderos se mezclaban con la arena de la playa, la unica luz venía de una grieta del techo, el mago trató de levantarse pero no pudo, tomó el recuerdo de lo que había pasado, había llevado durante semanas una mercancía de importancia a su tierra, armas y armaduras, hasta que en algún momento hubo una tormenta huracanada, el capitán del barco intentó salvarlo sobre todas las cosas hasta que una enorme ola les envolvió, la fuerza del agua hizo caer a Kvothe a la bodega donde quedó encerrado inconsciente, apenas había tiempo de coger su espada antes de aquello.

Tras hacer memoria se sentó en una de las paredes del habitáculo, miró a su derecha y vio algo más nítido lo que había vislumbrado al despertar, al pasar su mirada al lado izquierdo vio que el lugar estaba anegado de agua sobre la que flotaba un cadáver que debió de fallecer ahogado, el joven soltó un suspiro y se obligo a levantarse, se agarró con su derecha el lomo izquierdo, en la caída debía de haberse golpeado con algo y le dolía mucho, al dar dos pasos tosió y tuvo que detenerse usando su espada como apoyo, volvió a suspirar y buscó la salida, la encontró y salió a cubierta, ante el se extendía la mitad delantera del buque, esta estaba encallada en una playa de arenas blancas, la misma estaba repleta de tablones, cajas y algunos cadáveres, tras él el mar había engullido la otra mitad a unos cien metros ya que sobresalía del fondo el mástil y la bandera de su tierra ondeando con la brisa.

Más en el interior de aquel extraño lugar había un frondoso bosque tropical, la visión quedaba limitada por una montaña, el mago buscó un lugar a baja altura para saltar a tierra, al caer su pierna derecha le falló y se dio de bruces con la arena, tosió y se mareo hasta el punto de vomitar, volvió a sentarse apoyado a la sombra del naufragio y trató de recomponerse, miró de nuevo el mar y vio que a pocos metros había una caja en el agua que se movía a destiempo con respecto al oleaje, estaba exhausto pero la curiosidad le ganó al pensar que podría tratarse de su almuerzo, se arrastró hasta la caja y tras abrir un pestillo la abrió con ganas, nunca pensó que le ocurriría pero fue la primera vez que esperaba encontrarse cualquier otra cosa que no fuera un dragón, era una diminuta criatura negra que le miraba muy mareado, el mago se cayó con lagrimas en los ojos, necesitaba comida así que pasó de la noble bestia y se levantó para buscar algo que llevarse a la boca.


OBJETIVO KVOTHE: Buscar comida, algo de beber y hacer un campamento.
OBJETIVO DRAKEN: Buscar comida, algo de beber.

EQUIPO: Suplicio, camisa de lino blanco rota, pantalones de cuero marrón ajados.

OFF: Kvothe no puede hacer movimientos bruscos debido al agotamiento y sus heridas, la magia por tanto queda también muy limitada, Draken también esta bastante mareado y el asunto de volar le queda lejos.

-¿Como sabes mi nombre?- me salio antes de darme cuenta que estaba ante una humana. Ahora sabia de mi capacidad de hablar y eso no me gustaba nada. Ahora podía moverme un poco, aunque mi tamaño no  hacia muy recomendable que fuera muy brusco. Esa mujer me tenia intrigado y asustado al mismo tiempo. Retrocedí un poco a poco buscando una salida con la mirada. Mis reservas de fuego estaban agotadas, por lo que esa via tampoco era factible. Solo me quedaban mis zarpas, pero si aquella mujer era una hechicera de poco me iba a servir. Volvía a arrepentirme de mi salida de Los Volcanes. Fuera de ese refugio de paz y tranquilidad solo habia conocido el miedo. Volvería alli y jamas saldría.

La hechicera se colocó frente con frente con respecto al dragón y tras sonreirle le dijo:

- Pequeño dragón, no temas, soy una amiga, nunca te haría daño -.

La voz de la mujer sonaba muy suave y placentera, amable podría resumirse. Aquella extraña dama demostraba conocer su raza, Draken no sabía porque pero así era, y antes de que dijera algo ella preguntó:

- ¿Como es que estas aquí? No es natural ver uno de los tuyos en estos bellos parajes -.

Fuera se escuchó un pájaro cantar una hermosa melodía.


La reina se acercó al guerrero cuando este le preguntó, evidentemente la mujer no conocía su idioma, le miró a los ojos y le tocó con la punta de la lanza en la barbilla para que levantara la cabeza, acto seguido habló con firmeza a Alaluk:

- ร่ี้เ้รีเััน่รา่ยงวรวยา ยาน ยนาน่ ื่ฟ ํฆฏฌ ซญฤฆฏโ ฟหัดเัฟไ ฟหกด -.

El hombre asintió y agarró a Kvothe del hombro, lo desató y le hizo señas para que le siguiera a su casa de nuevo, al volver siguieron sin ver a nadie. Dentro de aquel hogar de piedra Alaluk le tendió tras prepararlo un cuenco de alguna comida cereal aguada, algo parecido a una sopa con especias. El nativo le señaló y preguntó:

- หกดี้ ้หกรีเ้ยร ื้ี้้ี น้รฐๅ? -.

Acto seguido señaló la comida e hizo el gesto de comer antes de coger su cuenco y empezar a degustar dicha comida

-¡Los humanos siempre nos hacen daño!-dije enfurecido apartándome de ella- Primero matasteis a mi madre. Luego me atrapasteis y me metisteis en una caja. Por eso estoy aquí

Bueno, no era del todo cierto. El humano que me había acompañado hasta ahora había sido bueno conmigo, aunque seguramente esperaba obtener algo de mi. Seguramente para venderme cuando saliera de la isla, pero eso no iba a pasar. Ahora era grande y escupía fuego, al menos cuando había bebido suficiente sangre.

-Si pudiera me iría ahora mismo a Los Volcanes, pero no se que dirección tomar. Dentro de la caja no podía ver nada y no se donde estoy

Volvi a tumbarme, abatido por aquella realidad. La idea de que jamas saldría de esa isla cada vez calaba mas en mi corazón.

La mujer sonrió al dragón cuando este se enojó con los humanos, le miró con sus brillantes ojos y tras soltar una dulce carcajada dijo:

- ¿Y si yo no fuera humana? Mi pequeño dragón -.

Acto seguido volvió a reírse, se levantó y se asomó a la ventana, el pobre e incendiario animal no sabía con quien estaba hablando. Tras cerrar los ojos unos segundos la mujer se agachó de nuevo junto al animal y le preguntó:

- ¿Quieres conocer? -.


Alaluk dejó de comer y escuchó a Kvothe, aunque más bien lo que hacia era mirar los gestos con los que se expresaba, el ciudadano asintió con la cabeza y levantó el pulgar, un acto curioso pues no era normal que aquella gente supiera que eso significaba afirmación. Pero así era ¿Inventarían ellos ese gesto?

El hombre se levantó dejando el plato en la mesa, se acercó a un arcón de madera y levantó la pesada tapadera, acto seguido sacó una tablilla, volvió a la mesa y se la tendió a Kvothe. En ella se veían unos dibujos tallados bastante rudimentarios, se veían dos ojos gigantes que refulgían hacia una mujer con lanza, a los pies de esta había varios hombres con lanzas y escudos arrodillados, bajo estos había algunos cuadros que debían ser casas y a su lado había algunas marcas que simbolizaban una cosecha prospera.

El nativo sonrió, parecía complacido de que su ''invitado'' mostrara curiosidad por su cultura. Señaló a la mujer y dijo muy lentamente:

- พดฆฏ๕ณฬ -. Esta vez el rey de Zanthe entendió un poco. Pudo escucharle decir ''Najarik''. Acto seguido señaló los ojos y dijo:

- ฮ่นะััีฃลชจจถฤฮฬ๘๕ -. Lo que Kvothe escuchó fue: ''Tketzatniril''

Tras sus palabras mi vista volvió a recorrerla de arriba a abajo. Dos brazos, dos piernas,cabeza,tronco,.....Estaba claro que era humana. Su físico la delataba,¿O eso no tenia nada que ver? Ahora estaba intrigado por las palabras de la mujer.

-Tienes aspecto de humana- acerté a decir

Sabia que era una afirmación un tanto vaga, pero era la verdad. Me aleje un poco mas de esa mujer que ponía en duda su condición. No sabia de lo que podía ser capaz.

-Si, deseo conocer y comprender

La mujer sonrió al dragón de nuevo y salió de la casa, prácticamente a unos cinco metros había un enorme tronco hueco que se adentraba en la tierra y en el que entró seguida de Draken, al acabar de bajar por el susodicho llegaron a una caverna, se adentraron en ella y el dragón vio varias inscripciones en las paredes de roca, mostraban humanos custodiando huevos junto a dos enormes serpientes, la mujer habló en ese momento.

- Antaño, los dragones compartían un destino similar a los humanos... había dos seres encargados de protegerlos: Tketzatniril y Karup... -. Suspiró al pronunciar el segundo nombre. - ... durante las primeras eras de la vida hubo un cataclismo y se destruyeron casi todos los huevos y humanos... fue tal el dolor que la serpiente Karup enloqueció y creyendo que los humanos fueron los culpables los arrasó... mucha sangre se vertió ese día, tanto humana como de dragón... para evitar que toda esa destrucción siguiera su curso y acabara con todo use toda mi magia de entonces y los lleve más allá del mar, también dije a los humanos que huyeran mientras yo luchaba contra Karup, solo un grupo de humanos se quedó para luchar a mi lado... -.

Miró al dragón mientras unas lagrimas brillantes caían de sus ojos.

- Lamento decir que perdí, logre detener a Karup pero no pude acabar con él, me hechizo y me impidió salir de aquí, por suerte yo logre que jamás pudiera alejarse invocando una tormenta eterna que aun mantengo hoy día, y que hoy por hoy es la que siento que te haya traído aquí ¿Te preguntas de donde saco tanto poder? -.

Se dirigió al borde de un precipicio que daba a un lago, hubo un destello verde y surgió...

Mujer:

Alaluk negó con la cabeza, hizo gestos de oración hacia el cielo y simuló sostener una lanza dando a entender que veneraban esos ojos del cielo. Tras la siguiente pregunta de Kvothe se quedó pensativo asimilando los gestos del muchacho, asintió aparentemente apenado y señaló el techo, al mirar arriba el rey vio un tapiz antiguo, en el se veía un hombre parecido a Alaluk con una mujer y un niño, acto seguido explico con gestos que el lugar en el que el chico había estado y donde se encontraba aquella espada era su antiguo hogar, donde vivía con la familia, explicó que tenía el era pequeño y que atacaron su aldea hombres portando esas espadas, para finalizar hizo un gesto de sacarse el corazón.

Nada más terminar el relato entró una mujer en la casa, una chica ataviada solo con un taparrabos, sus largos cabellos castaños tapaban sus pechos. Esta miró sorprendida a Kvothe y preguntó a Alaluk:


- ฟหด หกีเฌํฌโํฯ ้หกีเด? -.

Alaluk se levantó, la cogió de las manos y tras besarla dijo:

- หกีเด Kvothe กไะพี ฆ๔น ย ฆ่าบย -.

La mujer se acercó a pocos centimetros de la cara del invitado y dijo:

- หกีเฌํ ฌโํฯ ะพีฟหด? -. Alaluk rio y respondió por el negando con la cabeza.

- Kvothe ฌํฌโํ หกีเฌํ ฌโํฯ ะพีฟหด -. Sonrió al rey e hizo el gesto del pulgar de nuevo para que no se preocupara.

Tras el destello vi un dragón marino como el que había surgido de las profundidades marinas. Estaba claro, que si la historia que me había contado era cierta, el otro debía ser Karup. Si decía la verdad. Claro que toda estas reflexiones las tuve tras recuperarme del susto, pues según vi la gigantesca figura me quede como una piedra. No podía separar mis ojos de ella, me tenia atrapado y ni siquiera me estaba tocando. Entonces unja parte de mi reacciono y salí corriendo por la caverna y el tronco en dirección a la casa. Alli me refugie debajo de una mesa, donde no pare de temblar. Estoy seguro que de sonar el estornudo de un ratoncito habría hecho que tirara la mesa patas arriba antes de salir por la ventana a ciegas.

Alaluk asintió con firmeza a su mujer cuando la miró e intercambiaron el gesto, ella se alejó y dejó en aquella habitación a los dos hombres, el nativo se acercó a Kvothe y le guió hasta un pequeño almacén el cual acabó convertido en su habitación tras una media hora de trabajo.

Una cama de paja, una manta de lino de la tierra y algún mobiliario necesario para residir allí. Tras ese acto salieron y Alaluk le enseñó el oculto poblado, seguía sin haber nadie en las calles, con gestos le enseñó el mercado, los lugares residenciales y algún templete. A la vuelta era ya de noche y cada uno se acostó en su lugar correspondiente.


Draken se encontraba dentro de la casa, asustado, mucho, de hecho casi sale huyendo cuando aparecieron los pies de la serpiente en su forma humana por la puerta. Esta se acercó a la mesa y se agachó, se sentó y acarició el lomo del dragón.

- No temas mi pequeño, yo te cuidare y te enseñare a ser fuerte -.

Le agarró de nuevo el morro, le besó con un intenso amor maternal y dijo:

- Nadie te hará daño -.


OFF: POSTEAD ALGUNA TONTERIA COMO RESPUESTA, EN MI PRÓXIMO POST HABREMOS SALTADO UNOS DOS MESES.

El beso de aquel dragón marino con forma humana me tranquilizo bastante. Tampoco había hecho nada contra mi y la revelación en la cueva tendría que haber hecho que confiara mas. Ella no era humana, era un dragón marino y ellos aun no me habían tratado mal. Afirmaba que me cuidaría y haría fuerte. Y eso era bueno. 

-Voy a elegir no temerte y confiar en ti-dije un poco nervioso- De hecho,vas a ser la primera en la que voy a confiar.

Entonces recordé al humano que me había acompañado y dado la leche de los arboles. Con el haba sido mas respeto que confianza, a pesar de liberarme. Mis dias de cautiverio aun estaban recientes y eso había impedido que confiara.

Tketzatniril había enseñado varias cosas a Draken, los meses no habían pasado en vano para el dragón que había mudado la piel de nuevo y ahora era aun más grande, una bestia tan enorme que podía ser montada por la mujer en su aspecto humano, la cual le enseño el vuelo rasante y a aprovechar mejor las corrientes frías y calientes. Así como a lanzar bolas de fuego concentrado que estallaban al impactar, en vez de la corriente normal de aquellos seres.

Ese mismo día el dragón se encontraba comiendo una presa que había capturado cuando la mujer salió de la casa y observó el amanecer, entonces se acercó a su pequeño amigo y tras sentarse a su lado le dijo:

- Es el momento Draken -.

Le sonrió y le acarició las púas del cuello.


- Kvothe, iremos dentro de dos Lunas a cazar más perdices para comer ¿Gustas? -.

El rey de Zanthe había aprendido a hablar y a entender gran parte del idioma de aquellas gentes así como sus creencias, con Alaluk aprendía sobre la cultura mientras que sus muchas conversaciones con la reina Najarik le servían para conocer la historia de su pueblo, ya no era un desconocido para aquellas gentes.

Tras tanto tiempo había aprendido a luchar como ellos usando sus espadas de obsidiana y aprendiendo a manejar muchísimas plantas para fabricar venenos y medicinas de varios tipos. En su estancia había visto a esas gentes entregarse por completo a cualquier tarea desde el amanecer y hasta el anochecer, había conocido el arte de tallar en piedra y ahora, en su cuerpo no brillaba su armadura ni bailaba su camisa, sino que había adaptado sus pantalones a un cinto de plumas, en su pecho llevaba un arnés con cinco cartuchos para dardos de su cerbatana y normalmente llevaba pintada la cara como ellos con temática de su propio reino. No había olvidado quien era, de hecho cada día vigilaba los mares en busca de algún barco pero no había suerte.

Ahora y tras esas palabras se encontraba recostado sobre un banco de piedra y bajo la sombra de un árbol, miró a Alaluk pero antes de responder se acercó la guardia real de Najarik y la reina tras asentir con la cabeza como saludo le dijo:

- Si quieres aprender de verdad... es la hora -. Acto seguido miró a su compatriota y mejor amigo de Kvothe en esas tierras y continuó:

- Y tu Alaluk deberás prepararle, después de comer nos veremos en el árbol caído... -.


HABILIDADES CONSEGUIDAS:

DRAKEN:

- Vuelo rápido a ras de suelo.

- Lanzamiento de bolas de fuego de explosión por impacto.

- Acrobacias de evasión.

KVOTHE:

- Dominio de la carrera a través de la selva (árboles, lianas, etc...)

- Capacidad de disparar con una cerbatana con hasta 5 dardos.

- Capacidad para crear:

*veneno somnífero; duerme al objetivo tras dos turnos (si no te detecta se duerme al instante).
*ungüento sanador: Evita hemorragias de hasta una gravedad media.


EQUIPAMIENTO NUEVO:

DRAKEN:

- Silla de montar de cuero.

- Refuerzo de escamas de Tketzatniril para su abdomen.

KVOTHE:

- Espada corta de obsidiana.

- Cerbatana.

- Vestimentas nativas que mejoran su movimiento y camuflaje.

Habían trascurrido ya varias semanas y había cambiado completamente. No solo físicamente, también había madurado algo. Aunque era poco. Ahora mi aspecto era imponente, era mas grande que la casa y podría cubrirla con mis alas. Una gran cresta recorría mi espalda a ambos lado y dos pequeños cuernos salían de mi cabeza. Ahora no le temía a nada. Bueno, si. Le temía al momento que mencionaba Tketzatniril.  No sabia exactamente que significaba, pero sabia que el objetivo final era Karup y eso no me gustaba.


-¿De verdad ha llegado? No se si estaré preparado lo suficiente.

Entonces me agite un poco, remarcando mi inconformidad. Estaba seguro que aun tenia mucho que aprender, a no ser que el momento fuera otra lección como las anteriores o mas dura. Si era eso, estaba seguro de poder superarla de sobra. Resignado, agache la cabeza como tantas otras veces durante las ultimas semanas y suspire.

-De acuerdo. Supongo que si crees que estoy preparado es que lo estoy. ¿A donde vamos?

Alaluk no dijo nada, solo asintió y entró en la casa haciéndole entender a su amigo que esperara fuera con un gesto de la mano. Salió a los quince minutos con un petate de lino rojo y algo alargado envuelto en un trapo.

- Sigueme -.

Sacó del petate varias piezas de fruta y comieron mientras caminaban por la selva, algo a lo que ya se había acostumbrado el rey, llegaron a un un claro en cuyo centro descansaba un árbol muerto de gran tamaño. Allí se encontraba la reina sola, desnuda, arrodillada y tocando dicho árbol, por todo su cuerpo tenía diminutas luminiscencias que hacían la escena de una extraña belleza, Alaluk y él se acercaron a ella y el nativo hizo un gesto para que Kvothe tocara también el tronco mientras él se retiraba un poco, al principio el rey vaciló un poco pero acabó accediendo y al poner solo una yema contra la planta, sus ojos se iluminaron en un color verde y cayó de rodillas en el momento de escuchar una dulce pero firme voz en su cabeza.

- Si de tu conocimiento parte el poder, partirás a conocer, no todo es lo que parece y no aparece todo lo que es, mil columnas de piedra y piedras en mil columnas, uno se unirá a otro y harán dos en la prueba así como habrá dos pruebas para cada uno -.

Tras jadear, Kvothe se encontró en otro lugar, frente a una gran construcción de piedra.


Se miró y se vio el cuerpo pintado con motivos en negro al completo, ante él estaba el trapo de Alaluk envolviendo algo, lo retiró y encontró su espada, Suplicio totalmente limpia y afilada con la novedad de llevar dos plumas, una roja y otra verde azulada que colgaban del mango. Levantó la mirada y se vio ante dos puertas, una con varias calaveras incrustadas y la otra con varias telas de araña.





Tketzatniril montó sobre el dragón y le guió mentalmente ante un enorme árbol muerto, aterrizó y la dragona humanoide bajó de un salto, se giró a su pequeño amigo y le dijo:

- Escóndete mi pequeño dragón -.

Acto seguido su cuerpo comenzó a brillar en tonos verdes y se adentró como un fantasma en el árbol sin dejar rastro de su cuerpo, obedeciendo sin rechistar Draken se ocultó entre las enrevesadas ramas del árbol minutos antes de que una mujer humana llegara allí, dejó todos sus ropajes a un lado, inclusive su arma y se arrodilló para tocar el tronco del árbol, mientras más tiempo pasaba unida a él más pequeñas fosforescencias se iban dando en su piel, a la media hora llegaron dos hombres, Draken se sorprendió al reconocer al que había naufragado con él pero no hizo nada, este humano tocó el árbol y tras un destello se encontró ante una enorme edificación de piedra, y ante él dos puertas, una de ellas con un ojo de cristal o la otra con varias caídas de agua.