Cuando entre por primera vez a la fortaleza, todo estaba oscuro. Se escuchaban cosas extrañas. Creo que cualquier otro ser de corazón sensible, no hubiera podido seguir su camino. Me sentía tan feliz. Entrando a mi habitación recordé mi tierra. Los recuerdos me inundaron el alma, me sentí tan feliz de dejar atrás a esos incrédulos de mi familia. Pero me acorde de él. El único ser al que apreciaba.

Entré a la habitación y rápidamente abrí la bolsa donde estaban mis pertenencias. Lo primero que encontré fue aquel peluche. Era un murciélago que en su interior traía una carta y una cinta con plumas de cuervo. Eso era lo único que me entristeció. Me tire al suelo llorando y abrazando aquel peluche. Le desabroche los botones cogí el colgante y empecé a leer la carta. Era corta pero fue lo suficiente para mí. El llanto se hizo más fuerte,  sentía mi corazón latir con fuerza. Me sequé las lágrimas y partí hacia Tamika.

Salí de la habitación de dam agotada. Recorrí los pasillos de la fortaleza tambaleándome. Llevaba tanto sin dormir y sin comer. Cogí el pomo de la puerta y lo gire mientras perdía el sentido.-nooo...- Susurre mientras caía al suelo golpeándome contra un saliente  de la pared de piedra. Escuché unos pasos lejanos,y noté un olor familiar... La puerta se abrió justo antes de que perdiera el conocimiento. Unos brazos me habían cojido antes de llegar al suelo. Pero estaba inconsciente, por lo tanto... podria haberlo imaginado o soñado.

Se despertó alterado. Lo había vuelto a soñar. Aquella pesadilla le perseguía. Se incorporo en la cama respirando entrecortadamente. Se secó el sudor de la frente con la manga, y se puso de pie. Sobre la mesita había un jarro de agua y un vaso. Bebió el agua y respiró hondo intentando calmarse. Siempre el mismo sueño. Siempre el mismo miedo. Su pesadilla, era siempre igual, siempre lo mismo. Cada vez que se convertía en lobo temía que pudiera pasar. Lo veía claramente en su sueño. Sentía el mismo dolor, como si se estuviera transformando en aquel instante. Lo notaba exactamente igual. Pero lo peor era que en su pesadilla mataba al ser que más quería en el mundo. Mataba a Damon. Escuchaba su voz pidiendo ayuda. La veía corriendo, huyendo de él. Hasta que... por fin la atrapaba.

Sacudió la cabeza intentando olvidarlo. Se puso en pie y se acerco a la puerta. Escucho unos pasos lejanos. Giró el pomo lentamente y se asomo al pasillo.

Allí estaba, la abría reconocido en cualquier parte, en cualquier situación. Era ella la observo curioso. Estaba distinta: delgada, alta, pálida... y muchísimo mas bella que antes. Pero no se encontraba bien. Sus ojos no brillaban igual y su piel era blanca. Se acercó a la habitación de al lado. Y giro el pomo. Observó como giro el pomo y perdió el conocimiento. Se dio en la frente contra un saliente de piedra. Entonces sin pensarlo salió corriendo de la habitación y la cogió entre sus brazos. La miro y vio como una línea de sangre corría por su frente. Acarició su mejilla. No se dio cuenta de que el cancerbero le observaba curioso. Abrió la puerta de la habitación de Damon. La tendió sobre la cama con cuidado. Salió corriendo de la habitación.

Llegó al comedor y busco comida. Fijo la vista en dos pollo con patatas recién hecho. Supo que el dueño del plato estaría cerca. Cogió una jarra de vino y el plato y subió corriendo hasta la habitación de Damon. Dejo la comida sobre el escritorio, cuando se dio la vuelta vio
al cancerbero. Sentado ante él. Sonrió y cogió un pollo y patatas y lo dejo en el suelo ante el animal. Este muy feliz empezó a comer.

Estaba tendida en la hierba bajo la sombra de un árbol. Me incorporé y cerré los ojos. Otra vez ese olor familiar... Había flores cerca, pero no olían así de bien. Era algo parecido al olor bosque. Igual que cuando llueve en el bosque. Ese aroma a humedad tras una lluvia que desprenden las hojas de los arboles... Paz... es lo que se siente. Apoyé mis manos sobre la hierba con cuidado. Noté como las briznas se enredaban por mis manos. Subiendo por mis brazos. Pronto otras briznas empezaron a cubrir mis piernas y mis pies entrelazándose entre sí. Estaba cubierta por la hierba. Notaba como me llenaba de energía poco a poco. Renovándome por dentro.

Abrí los ojos lentamente. Note una cálida presencia junto a mí. Sonreí y le mire. Estaba acurrucada entre sus brazos. -Te he echado de menos... Stu- dije clavando su mirada en sus ojos verdes. Sonreí tímidamente. Note como algo me levantaba el brazo. Una cabeza se asomo para mirar la escena. Sonreí cuando el cachorro se acostó entre los dos. Le acaricié detrás de las orejas, observe como cerraba los ojos y agachaba la cabeza

Miró con curiosidad al animal.  Un perro de tres cabezas... ya nada le sorprendía después de haber hecho crecer una planta con la mirada. Miró fijamente al perro, intente averiguar algo sobre él. Descubrió un vinculo especial que los unía a él y a Damon... "Te he echado de menos", dejo de mirar al perro y vio su mirada clavada en él. En sus ojos pudo ver varias cosas reflejadas a través de su mente:
Felicidad y ternura por haberse reencontrado con él. Pero, fue lo único bueno que pudo ver. Terror, oscuridad, maldad, odio... Y dolor, mucho dolor.
Maldijo cientos de veces al universo, maldijo millones de veces al reino de Blur, y maldijo millones de veces el haberla dejado sola. Su alma ya no era como antes. En ese momento se le paso algo por la mente VENGANZA.

Sonrío con su sonrisa de medio lado pero, tenia un toque bastante... Siniestro. Se acercó a la cara de Damon y la miro fijamente. Rastreó su mente en busca de aquello que le producía dolor al evocar. Pero se topo con algo... como una barrera que le impidiera seguir rastreando.

Noté algo que invadía mi mente sin mi permiso, buscando algo. Se frenó de repente. Cerré los ojos un instante. -Estas cosas no se hacen a la fuerza-

Mi puño se alzó contra él aterrizando en su cara. Una lágrima recorrió mi mejilla. Le abracé con fuerza y apoyé mi cara sobre su hombro. Y lloré.

Lloré porque le había echado de menos, lloré por que le acababa de pegar un guantazo, lloré porque intentó rastrear mi mente sin permiso, llore por mis recuerdos y lloré porque llevaba tiempo sin llorar.

La abrazó. Y le acarició el pelo. Se había pasado. a nadie le gustaría que -Damon, tu ya sabes que soy un licántropo. Y tu, ¿tu eres distinta?- El perro le miró y le enseñó los dientes. Abrió la boca y le mordió el pie con cuidado de no hacerle daño.

-¿también eres un licántropo?- dijo desconcertado. Damon se separó de él y le miro.-no, stu- Stuart lo vio. Se fijó en los colmillos de ella,y notó que no le había dado el sol desde hace tiempo. -eres... ¿un vampiro?- Damon asintió. Stuart la abrazo.


*fin del post*