♦ Nombre y apellidos: Catalina de las Aguas.

♦ Sexo: Femenino

♦ Edad: Aproximadamente 24 años aparentes... Vamos, está en la primavera de su vida, aunque algunos ya estén por su otoño.

♦ Condición vital: Viva

♦ Bando: Neutral

♦ Raza: Semielfa y Kin-Shannay.

♦ Profesión: Pirata… pero eso es muy feo. ¿No quedaría mejor “Recaudadora de impuestos marítimos”?. Tiene aptitudes mágicas, aunque desconoce este hecho, por lo que podría dejar la piratería y ocuparse al estudio de las artes mágicas.

♦ Escuela: Ninguna, de momento.

♦ Clase social: Hija bastarda de la difunta heredera de la Casa élfica del Alba, por lo que técnicamente es noble.

♦ Descripción física: Catalina es lo que se denomina una buena moza, se esté en las montañas heladas del Fórstgard, en las dulces praderas de Tamika o en los atemporales bosques de Garnalia central. Es de alta estatura, de figura delgada y porte con cierto aire de nobleza. Las partes de su cuerpo representantes de la fertilidad –pechos y cadera- destacan en su figura, dándole un cuerpo que los poetas exaltarían en sus versos, por el cual los hombres perderían sangre y dinero y guerras por solo sentir la suavidad de su piel…

Sus cabellos... ellos portan el color de la madera, de los bosques… son de un color castaño bastante encantador, que siempre portan consigo un olor salado, a causa de los baños en el agua del mar que toma su portadora. Cabe destacar que tiene una mecha en el flequillo de color dorado, el color de cabello de su madre. Sus cabellos son rizados, y caen sobre sus hombros y su espalda con gracia, esculpiendo su rostro y su cuello. Ellos suele llevarlos decorados con los tesoros que consiguió a lo largo de los años, a base de saquear y arrasar y saquear otra vez. Pueden ser aros de oro o de plata, engarzados con gemas como granates o amatistas o zafiros, o con engarces de lapislázuli y filigranas de bronce o de cobre o aros de coral o de cualquier otro metal o material que ella encuentre precioso, y que considere que ensalza su belleza.

Para evitar que su cabello y toda la masa de oro y plata y metales y joyas y gemas se le metan en la mirada, suele tener el cabello sujeto con un pañuelito, a modo de diadema.

Su piel es de un color suavemente moreno, aunque esto se debe a las incontables horas que pasa bajo el sol dando órdenes a su tripulación. El color le da un toque suavemente exótico, quizá ensalza aún más su natural belleza exótica, y la única perturbación en ella es un “tatuaje” que se hizo en las Islas de las Náyades: Recorre su brazo derecho y su espalda y es de diseños tribales, cosa que sigue añadiendo a la idea de su proveniencia “exótica”. Rematándolo todo, sus ojos son de un color oscuro, negro incluso, similar al azabache, que desprenden tanta calidez –metafórica, obviamente- como el carbón ardiente.


♦ Descripción psicológica: Se trata de una persona bastante extravagante según las habladurías de los hombres y las mujeres de los lugares cercanos a donde ella saquea. Total, ¿quién oyó hablar de una mujer pirata?

Esta señora corsario es una persona considerablemente alegre y vivaz, con unas ganas de vivir bastante grandes. Ama todas las cosas buenas de la vida (comer, beber...), y le encanta el viajar por todo el mundo y ver lugares asombrosos... eso es, antes de que ella pose el pie por allí.

Su vida de pirata han endurecido su carácter y han hecho que tenga una actitud diferente a la de las féminas terrestres, es decir, no dejando que ningún varón decida sobre su vida ni nada similar. Pone su libertad por encima de las demás cosas, incluso su propia vida. Como dijo alguien alguna vez, "Prefiero morir de pie, que vivir de rodillas".

Es una persona con gran sentido del humor, que no tendrá problemas en hacer bromas cuando la situación lo requiera, y también cuando no. También es una persona bastante malhablada: si la enfureces, podrías prepararte para recibir la mayor sarta de insultos que quede dicha en la historia. Eso sí, si está de mal humor.

Es una persona con cierta tendencia maquiavélica, pues como puede demostrarse por su profesión, arrasa aldeas y saquea casas solo para enriquecerse... es decir, para ella, el fin justifica los medios.

♦ Historia: Catalina del Alba, hija de Malik Aldelbarán, famoso pirata del Mar Intercontinental, nació una noche sin luna en una isla perdida en el medio del mar, donde su padre pirata guardaba sus botines. Entre uno de esos botines estaba Ellara del Alba, hija primogénita y única heredera del señor de la casa élfica del Alba.

Bueno, os ahorraré el “romance” entre Malik, su padre y su señora madre, pero lo que realmente cabe destacar es que de esa unión tan dispar nació ella, Catalina de las Aguas, según se llama, aunque su padre, no lo dudemos, le habría dado otro nombre si no fuese aquel el nombre de su madre.

Pues así comenzó la historia de Catalina Aldelbarán, como se llamaba en aquellos días ya perdidos en el tiempo. De su madre no volvió a saber nada tras que pagasen su rescate, salvo por la ocasional pregunta de “¿quién fue mi madre?” que le hacía de tanto en tanto a su padre, mientras estaban en la isla o en el barco o en un puerto cualquiera…

La chica se crió en un barco, siendo mecida en su sueño por el oleaje, y haciendo de las redes y las cuerdas del barco su lugar de juego. Su padre, sin embargo, no dudó en enseñarle disciplina y como tenían que hacerse las cosas en los barcos, por lo que esto de ser marinera le viene desde pequeña.

Bueno, la cosa es que creció entre velas y agua salada y pronto comenzó a mostrar deseos de seguir el negocio familiar. Siguió trabajando en la tripulación de su padre, no os equivoquéis, al menos hasta la edad de "dieciséis" años, que fue cuando su padre decidió que ya estaba lista para tener su propia tripulación y su propio barco.

Durante unos cuantos años más acompañó a su padre en sus saqueos, pero ella conducía su propio barco con su propia tripulación, la cual, aunque estaba llena de hombres, la respetaba tras haber aprendido a la fuerza, tras que algunos de sus compañeros hubiesen perdido unos dedos ante su hacha… o lo que no era un dedo.

Bueno, la cosa es que por fin consiguió su independencia cuando su padre y su navío fueron incinerados tras una batalla naval de la que a duras penas consiguió Catalina escapar, que ocurrió cuando su padre tenía cincuenta o así años de vida. Desde aquel día surca las aguas en busca del lugar donde el navío de su padre se hundió, con la esperanza de encontrar pistas que le lleven a su posible lugar de naufragio, pues ella cree firmemente que sigue vivo.

♣ Gustos y aficiones:
El dinero.
La bebida.
El mar, tanto como el mar en si como todo lo relacionado a él.
Surcar las aguas con su barco y su tripulación.
El dinero.
Las joyas.

♣ Cosas que detesta:
Las leyes.
Que le digan lo que tiene que hacer.
Que se crean mejor que ella solo porque ella es mujer.
Los que pretenden conquistarla como si nada.

♣ Virtudes y defectos:
Es una muy buena marinera, capaz de guiarse por los mares como quien pasea por su casa. Sabe cómo defenderse con un hacha, pues ya la ha usado más de una vez para… bueno, ya depende, disciplinar a la gente o defenderse.

Sin embargo, es una persona muy testaruda y vengativa, además, es una gran amante del dinero. En sus propias palabras, “Todo lo puede el dinero: las peñas quebranta, los ríos pasa en seco; no hay lugar tan alto que un asno cargado de oro no lo suba.”


♣ Manías:

♣ Curiosidades:

♣ Objetivos y metas:
Encontrar a su padre.
Enriquecerse.
Enriquecerse aún más.

♣ Otros datos de interés:

"la primera regla de una Escuela de Alta Hechicería consiste en que ningún aprendiz debe rebelarse contra su Maestro"

Ficha aceptada, Catalina de las Aguas.