Las primeras luces del alba teñían el oscuro y cálido cielo de verano. Decidí llegar temprano, para así, no perderme ningún detalle de lo que sucediese.

Había solicitado a todos aquellos que hubieran aceptado el Desafío de Xerxes que se reunieran conmigo en aquella pequeña isla situada en mitad del océano. No pude evitar pensar en mi padre. De haber estado en esta situación, ¿qué habría hecho él?.

Solo espero que a los demás no les dé por llegar tarde. La situación es peor de lo que imaginamos. El Mundo Mágico, tal y como lo conocemos, desaparecerá a menos que detengamos a Xerxes y a los demás secretos.

- Cres... - pensé - ¡por favor! ¡No llegues tarde!

Su ayuda será indispensable si queremos ganar. Algo me dice que su ejército entrará en acción muy pronto...

Sasha fue el primero en acudir a mi llamada. No obstante, me sorprendió encontrarle sin compañía:

- ¿Y los demás? - le pregunté - ¿No estaba Felix contigo?

Fue al ver el rostro de mi amigo Cres cuando supe que mi plan funcionaría.Con su ayuda, ni siquiera Xerxes podrá detenernos. Y no me molesté en ocultar mi alegría:

- ¡Cres! - exclamé - ¡Me alegro de que hayas venido!

Me informó de que el ejército estaba listo y a la espera de órdenes. También alegó que esperaba que mi plan funcionara y me aseguró de que mandaba a sus soldados a una muerte segura:

- Funcionará - le dije, con total serenidad - No podemos permitir que ninguno de los 6 Secretos escape. A Xerxes sólo le interesa una cosa: borrar todo rastro de magia. Y nosotros somos los más poderosos. No huirá así, por las buenas.

Esperaba convencerlo de que estábamos haciendo lo correcto. Mi único anhelo es ser de utilidad a Crescent y a todos mis camaradas... y no pienso decepcionarles.

Aquél áspero mensaje rozo mi mente y me presente allí,siempre con mi rostro de pocos amigos y mi característica recuperación física.


-Buenas,siento llegar tarde tenía que despedirme.

dije volviendo a envainar mi espada y mirando a los tres caballeros que allí se encontraban,parecía ser que Cres si había aparecido.

-¿Cuál es nuestro ultimo plan?.

Felix también hizo acto de presencia. Con él eramos cuatro. Faltaban dos más. Fue entonces cuando caí en la cuenta:

- ¿Dónde está Guzmán? - pregunté, pensando en voz alta

Hacía semanas que no le veía. ¿Le habrá pasado algo?

Maldito mar... Odiaba las olas, las corrientes y las marejadas. Por no hablar de la sal en los labios y la arena en los calzones.

Llevaba mas de una semana "navegando" a lomos de este perezoso leviatán y el cansancio empezaba a hacerse patente. Refunfuñaba a menudo, mientras recordaba las coincidencias y desventuras que me habían llevado a esta situación....

Todo comenzó cuando se convocó la ParTot, después de que Xerxes consiguiera persuadir a cinco desventurados magos para llevar a cabo su demente plan.
Había acordado con Xehanorth reunirnos en una maldita isla perdida de cualquier mirada indiscreta, pero intuía que necesitaría "renovar" mis artes antes de la gran batalla, por lo que regresé al Lago de Luna y, en mi antiguo cuarto, me induje al trance.

Vagué durante dos semanas y media, como comprobé al despertar ya que en el mundo al que viajó mi espíritu no transcurre tiempo alguno, en diferentes planos, buscando algo que pudiera hacer frente a Xerxes... y a la Mano Negra.

Cuando por fin lo encontré y mi conciencia regresó, se topó con un cuerpo medio muerto de hambre, a pesar de los hechizos conservadores que me había aplicado.

Preocupado como estaba de regenerar mis fuerzas... mejor dicho, de retener las pocas que me quedaban antes de diñarla, no cerré correctamente el portal tras de mi, y un pequeño, aunque astuto ser se coló en nuestro plano. Se trataba del espíritu de un antiguo trocador de magia, Rampelstinqui o algo así, y el muy... hurgó en mi mente, arrebatándome el conocimiento que había adquirido en mi viaje astral.

Como pago para recuperar la sabiduría robada, el maldito bichejo me solicitó mi hechizo de teletransporte. Si, lo se, podría haberme puesto a estudiar el libro del aire, pero como ya he dicho, después de mi aventura inmaterial no me sobraba precisamente mucho tiempo.

Así que atraje a un garuda hasta el lago de Luna, y me llevó volando hasta la costa, donde invoqué a este mastuerzo perezoso y vagabundo conocido como leviatán... al menos su gran tamaño ha evitado que me atacase cualquier animalejo marino. Le aplique todos los hechizos de velocidad de mi repertorio y aún así un vencejo iría más rápido...

Sin embargo, lento pero seguro, llegué por fin a la isla del encuentro, y allí estaba Xeharnorth, amén de otros tres, con cara de pocos amigos.

-Lamento el retraso.- dije sinceramente. - Han ocurrido algunos percances. -Y mientras decía esto, envié algunos pensamientos a las cabezas de mis colegas, con las que les quedaba claro mi odiséico viaje y mi nueva adquisición para la causa; Compania.

Guzmán apareció montado sobre Leviatán. Acto seguido, nos envió unas imágenes mentales que explicaban el motivo de su retraso:

- Comprendo - dije, a media voz

Yo, Crescent, Sasha, Felix y Guzmán... sólo faltaba uno.

- ¿Alguien sabe quién es el sexto jugador? - pregunté a mis camaradas

Si ha aceptado el desafío, debe de ser muy poderoso. Me pregunto quién será...

La respuesta de Crescent me dejó bastante inquieto. No podíamos esperar más. Teníamos que ponernos en marcha.

- Chicos... es la hora

Me coloqué en el centro de aquella acumulación de arena a la que habíamos estado llamando "isla". Blandí mi bastón mágico y se lo mostré a todos:

- Este bastón representa el equilibrio al que debería aspirar este mundo. Un equilibrio que ahora está en peligro - les expliqué - Luz y Oscuridad. Dos caras de la misma moneda. El Dios y la Diosa jamás cesarán en su lucha. Pero hasta ellos se han dado cuenta de que, a menos que unamos fuerzas, jamás conseguiremos vencer a Xerxes.

"Xerxes amenaza con destruir el equilibrio del mundo. Eso es algo que, sea cual sea el bando de cada uno de nosotros, no podemos permitir. Yo os pregunto, camaradas: ¿estáis dispuestos a unir vuestras fuerzas a la mía, por el bien de este mundo en el que vivimos? ¿Estáis dispuestos a luchar a mi lado hasta el final PASE LO QUE PASE?"

Las arengas no eran lo mío. Pero esperaba alentar a los líderes de nuestras tropas. Debemos arremeter contra la Muralla con todas las fuerzas de las que disponemos.

Que cursi era ese Xehanort,tanto discurso me aburría,no podía esperar,debía matar a Xerxes,ansiaba hacerlo,arrancarle su don y poder tener control absoluto de la luz,sería invencible,tendría jamas poder del que jamas había imaginado.

Mientras fantaseaba con el poder que podría obtener,me percate de la llegada de guzman.


-Bueno que si,dejemos el teatro y vamos a patearles el culo ya.

Por lo visto todos teníamos ganas de detener a los Seis, así que expulsé de allí al leviatán y me coloqué junto a Xehanorth

- Vas a tener que llevarme, amigo mio - Chanceé mientras me acercaba. De nuevo serio, intenté infundir valor a la comitiva, ya de por si valerosa. - No podemos fallar, compañeros. Somo la única esperanza de la magia.

Ya solo me quedaba esperar que Xehanorth realizara el conjuro de teletransporte y nos llevara lo más cerca posible del bastión de Xerxes.

El apoyo de Crescent me emocionó. La confianza de Guzmán me calmó. La impaciencia de Felix... en fin, podríamos decir que me sorprendió.

De todas formas, no pude evitar fijarme en el elfo que permanecía callado, como si estuviese meditando las últimas palabras de su vida:

- ¿Qué me dices, Sasha? - le pregunté, de la manera más amistosa posible

Sasha permanecia callado, pensando, meditando... Hacia eso y tambien observaba como iba el tema de la guarida de los Seis gracias a su enlace telepatico con Semna. La cual tenia una vista prodigiosa y podia ver incluso a traves de las paredes.
Después de unos minutos, Xehanort le llamó "¿Qué me dices, Sasha?". El elfo le miró y sacó su espada la clavó en el suelo a la vez que se arrodillaba y pronunciaba el juramento.

-Cuenta conmigo, Xehanort. Porque juro por mi trono, por mi reino. Juro por mi nombre y por la Luna en constante movimiento, lo juro por la Diosa, cuenta conmigo y con mis guerrerros para enfrentarnos a los portadores de los Seis Secretos. Cuenta con mi espada y mi arco.
>>Porque juro por mi vida que lucharé hasta mi último suspiro y no moriré en vano. Confia en mi Xehanort. Confiad todos en mi, porque yo haré lo mismo con vosotros.

Después de decir el juramento, se levantó y cogió su espada, la envainó y los miró a todos antes de añadir por ultimo una cosa:

-Y ahora, vayamos a por esos asesinos.

Off: Siento que se parezca al post de Cres, de hecho no lo he leido hasta que he terminado el post xD, me ha salido solo en serio.

Sasha estaba listo. Todos estábamos preparados.

Había llegado la hora. La Batalla Final estaba a punto de comenzar

- Amigos... venid.

Los cinco nos acercamos y unimos nuestras manos en un corro, uniendo nuestras mentes y nuestros corazones en uno solo.

- Vamos a la guerra

Y con estas palabras, pronuncié las palabras del conjuro de tele transportación, dispuestos a enfrentarnos a la mismísima muerte.