Kvothe Assherai
Kvothe Assherai
Señor de los lobos (humano)
Nombre : Kvothe Assherai
Escuela : Ex-alumno de la Escuela del Lago de la Luna, La Torre
Bando : La Diosa
Condición vital : Vivo, Kin-Shannay
Cargo especial : Maestro de la Torre, Carcelero del Supplicium
Rango de mago : Mago Consagrado; especialidad en Magia de Aire; especialidad en Magia de Agua
Rango de guerrero : Guerrero experto (Espadas a una mano, arcos y armas arrojadizas), Especialidad en Guerrero de Aire; especialidad en Guerrero de Tierra
Clase social : Noble, Rey de Zhanthé
Mensajes : 303
Fecha de inscripción : 19/01/2013
Localización : Donde el viento me lleve
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Profanadores en el templo [Priv. Lumière Noire]por Kvothe Assherai, Lun Sep 15, 2014 4:15 pm
Había llegado hacía unos días a Wolfkrone, los enanos de Forstgärd me habían indicado que en aquél cercano reino había un templo en el que podría rezar. No era un templo dedicado a la Diosa como tal, si no a Svéa, la diosa de los nórdicos. Era algo que me serviría, tal vez la Diosa me escuchase, tal vez no. Pero tenía que rezarla como hacía algunas veces cuando quería estar solo. Tenía que pedirla que Zooey volviese a mi lado.
Así que allí estaba, montado en mi yegua, a varios metros del templo, observando la gran construcción que era producto de los constructores nórdicos. Sin duda, poco tenían que envidiar a los enanos. Tal vez fuera porque ambos reinos eran vecinos y podrían compartir conocimientos, quien sabe.
Llevaba como vestimenta ropa confeccionada por los propios enanos, ideal para aquellos territorios fríos, fabricada con pieles de animales de la zona. También llevaba a Suplicio envainada en la cintura y mi arco en la espalda, pues me habían alertado de que en el camino podría haber bandidos que solían asaltar a los viajeros solitarios como yo. Sin embargo, era obvio  que antes de entrar al templo dejaría las armas como señal de respeto a la Diosa.

Bajé de la yegua y la dejé libre para que vagara por aquel sitio, sabía que en cuanto la llamase acudiría a mi, nunca me fallaba, era un animal noble y fiel.
Miré al frente, al templo, y sin pensarlo una vez más, empecé a caminar en dirección al enorme edificio. Mientras lo hacía, empezaron a acudir a mi mente las primeras oraciones:


Gyðja, sem skapaði ljósið
Gyðja, vernda þú oss frá myrkrinu
Ég bið á þessum degi
Þér að vernda unnusta minn, hvar sem þú ert

Því að ég er hjálparvana á þennan hátt
Og veit ekki hvar íbúð
Svo leiða mig, gefa mér styrk
Uppfræða mig í myrkrinu til...




Mis oraciones se vieron de pronto interrumpidas, interrumpidas por algo que pasó rozándome a escasos centímetros, silbando. Me giré para ver de qué se trataba y vi una flecha clavada en la nieve, instintivamente llevé mi mano al arco y lo saqué mientras volvía a mirar al templo. Donde había varios arqueros apostados en una zona alta, cargando más flechas para dispararme. Solté una maldición y creé un escudo de piedras delante de mi para parar los proyectiles. Cuando escuché el impacto en el escudo cargué una flecha y salí de mi escondite un momento, para apuntar a uno de los arqueros y disparar. La flecha voló, silbando como la que me había rozado, directa al corazón de éste. Cuando impactó y el arquero cayó de aquella zona impactando contra el suelo de forma violenta, volví a esconderme. Mientras preparaba otra flecha, una pregunta acudió a mi mente:

-¿Qué hacían unos bandidos en aquel templo?
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