Recuerdo del primer mensaje :


Habitación que por si sola ocupa cuatro veces el tamaño de una normal, está a su vez dividida en Despacho, Dormitorio, Sala de estar y Laboratorio.


El despacho es lo primero que se divisa al entrar, puesto que el resto de puertas llevan a los aposentos más privados.
Nada más entrar, dos estatuas de onix de 3 metros custorian la entrada entrecruzando las espadas, pero sin interferir en el paso:

Spoiler:

El suelo, hecho de un material similar al marmol en cuanto a cualidades y características, posee esta imagen sin interrupción alguna:

Suelo:

Al entrar, se ve la mesa y ciertos artículos hechos en plata oxidada a propósito, bronce y platino, nada de oro, el dorado es para los Archimagos. Cabe destacar que del techo cuelga una lámpara de fuego fatuo, hecha de platino con adornos de plata oxidada(negros), las velas tienen como adorno un ángel oscuro.

La mesa está hecha en un tipo de madera muy oscura, negra, la silla donde se sienta el invitado, se encuentra justo entre las dos alas del ángel del suelo, lugar donde estratégicamente confragan las sombras de las estatuas de la sala, y donde la luz hace que quien se sienta en el asiento de director, parezca realmente un ser imponente, sin necesidad de realizar hechizo alguno. Dicho sillón arropa a su huesped en las alas extendidas de un Ángel negro, las cuales también apuntan hacia el invitado.

Encima de la cabeza del que preside la mesa, se encuentra este logo

Spoiler:

A su derecha, se encuentra la imagen de una balanza inclinada a la derecha encima de la cual pone "Proditionem"
A su izquierda, se encuentra la imagen de una balanza inclinada a la izquierda encima de la cual pone "Pietatem"

En las paredes laterales se adivinan gravados rúnicos en arcano, frases de alabanza al dios y a la oscuridad.
En la pared derecha se encuentra una puerta con un pomo de onix en cuyo centro hay un rubí, en la izquierda, en lugar de un rubi, un zafiro. Éstas llevan a diferentes estancias.

CONTINUARÉ CUANDO ME ABURRA

No podría describir lo que ya sentía en estos momentos. Al fin y al cabo el Maestro Dam había aceptado mi "amable" ofrecimiento de tener una batalla con él. Lo sorprendería en su despacho y lo atacaría ahí con mi dulce guadaña y mis pequeños conocimientos de las especialidades que había impartido (pero aún no graduado por desgracia). Si ese idiota tramposo no me leía la mente todo iría bien. Estaba todo perfecto... por ahora.

Mostré mi sonrisa de afilados colmillos ante la puerta de mi enemigo profundo. Quizá podría preguntarme porqué lo odiaba tanto, aunque todo ello lo tenía muy claro. Su poder, era demasiado grande y aquello me hacía sentir muy débil. Él como Mentalista y Guerrero de las tinieblas (aparte de ser un gran mago) me hacian empequeñecer... y aquello era lo que más odiaba.

Entré con rapidez en el despacho de mi maestro y preparé la guadaña para asestar un rápido tajo contra Dam. Mi sonrisa pronto se convirtió en un gesto de rabia y con un pequeño gruñido hice una reverencia hacia él mostrando nuestra distancia de poderes.

- ¿Me echabas de menos Maestro? -dije aún en la reverencia con la voz muy ronca.

Este sería el fin. Ya no iba a esperar más la muerte de mi maestro. Pronto iba a conocer quién era la Parca y cual era su lista negra.