~ Nombre y apellidos: Lai-Azzel; siendo Lai el apellido familiar y Azzel su nombre de pila.
~ Edad: Aparenta la veintena recién cumplida.
~ Sexo: Femenino.
~ Condición vital: Viva.
~ Bando: La Diosa.
~ Raza: Elfa mentalista.
~ Profesión: Aprendiz de magia.
~ Escuela: El Bosque Dorado.
~ Clase social: Alta nobleza, Duquesa del Río.

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~ Gustos y aficiones: magia, equitación, lectura. A veces incluso escribe sus propios ensayos. Como todos los elfos suelen hacer, ama las artes y la música por encima de todas ellas. Algo tan simple como el olor del pergamino nuevo o de un perfume recién abierto logran arrancarle una sonrisa. Le gustan los animales y prefiere la naturaleza mucho antes que las zonas urbanitas de Enawë y El Anillo.
~ Cosas que detesta: La igualdad entre razas. Es evidente que los elfos están por encima de las demás y la sola idea de mezclarse con cualquier otro tipo de criatura le provoca pavor. Quizá haría ojos ciegos a una relación esporádica, pero jamás permitiría que su vientre alumbrase una vida que no fuese un elfo de pura sangre. De todas ellas, a quienes más tiende a despreciar son a los humanos y su machismo. No tolera que nadie, hombre o mujer, le ordene callar dentro de su propia gente, cuanto menos si pertenece a una raza ajena a la suya. De hecho detesta las órdenes en general a menos que sean muy justificadas y esté dispuesta a cumplirlas por voluntad propia. Por último, aborrece el ruido extremo y que entorpezcan su concentración.
~ Virtudes y defectos: Entre sus virtudes destaca su capacidad de observación y acción reacción. Rara vez la cogen desprevenida, ya sea por su analización previa o por su inteligencia, que tampoco es escasa. En sus contras se ve su temperamento, a menudo indómito cuando la paciencia llega a su límite, e igualmente impulsivo. Hay quienes añadirían su ambición, soberbia y arrogancia, pero estos últimos, más que defectos, son la educación básica que cualquier joven noble que se precie recibe durante su más estimada infancia.
~ Manías: jugar con su cabello o morderse el labio, a menudo ambas a la par cuando está sopesando la situación. También tiene la costumbre de bajar o subir escaleras acabando siempre con el pie derecho. No es que sea supersticiosa ni mucho menos, pero no deja de hacerlo.
~ Curiosidades: Heredó el título de Duquesa del Río tras el fallecimiento de su padre, Lai-Fang, durante la guerra del Concilio por la recuperación del trono élfico. A pesar de ser consciente de todas las responsabilidades que ello conlleva, no ha querido renunciar a sus estudios y es su madre, la ex-duquesa Lai-Suan, quien se encarga de velar por la Casa del Río en ausencia de su joven señora.
~ Objetivos y metas: Convertirse en hechicera. Sin embargo es una joven ambiciosa y no se conforma ni mucho menos con ser una simple maga consagrada. Su deseo es ser otra de las grandes Archimagas que han marcado un antes y un después en la historia de su gente y especializarse en la magia temporal. No le importa lo largo que sea el camino que deba recorrer para ello. Evidentemente, es consciente de las intrigas palaciegas que se instalan a menudo entre los muros de todo reino importante, cuanto más en el continente de Enawë. No hace falta decir que tratará estar siempre en el mismo bando que el vencedor siempre y cuanto éste no le suponga una molestia que apartar de su camino.
~ Otros datos de interés: Aunque rara vez lo ha demostrado, hay indicios de que podría ser una mentalista.