Al llamar a la puerta y no obtener respuesta de Alice, la señora de la escuela, decidí ir a buscar una habitación. Iba dudando, no sabía qué habitaciones estaban ocupadas. Tras abrir un par de habitaciones ocupadas y encontrarme a algún aprendiz descansando, por fin encontré la mía, la que me había indicado Lumière. Abrí la puerta y entré.

Era más o menos igual de grande que mi habitación de la Torre, y los muebles estaban casi colocados de la misma forma también, me llamó mucho la gran ventana que había, que dejaba pasar la luz de la Luna, iluminando hasta el último rincón de la habitación, incluso la cama, dándole a la habitación un toque mágico. Encendí una vela que había sobre el escritorio y allí estaban los libros que me prestó Lumière. Sonreí y me senté en la silla enfrente de la mesa. Como no tenía mucho sueño, me dispuse a empezar a estudiar. Cogí uno de los libros y empecé a ojearlo un poco.

No era tan difícil como había pensado al principio, aunque era algo nuevo para mí. Exhalé un suspiro y seguí leyendo.

despues de tanto buscar encontre a Cali en el lago de la luna.Desde un principio sabia que se encontraria alli,no se que pudo ser tal vez un radar kai?no lo se, lo unico que sabia era que queria estar con Cali, en estas semanas que estuve viajando para encontrar a Cali me di cuenta de que anoraba a Cali y su frecuente trenza.
En estos dias se descubrio un sentimiento ppor Cali del que no conocia,en estos dias no podia pensar en otra cosa mas que en ella que no sabia donde estaba y me preocupo desde el dia que fui a su cuarto para felicitarla.

Subi y me dirigi hasta la habitacion que mi kairadar me guio.Respire profundo y entre atravesando la puerta y rezando para que mi sentimiento no se equivocara.

Cuando enntre y vi a Cali no pude evitar correr haia ella y abrrazarla, pero commo soy un kai la traspase y cai.

-lo siento la alegria me hace olvidar que soy un kai me disculpe y hice como qe laabrazaba pero con la distanciaa justa para no volverla a traspasar.

-te he hechado de menos-le susurre

Tras pasar un rato noté una presencia detrás de mí. No me hizo falta volverme para saber quién era, pero igualmente me giré. Allí en el suelo estaba Joel. Yo me levanté de la silla y él trató de abrazarme y me dijo con un hilo de voz que me había echado de menos. Yo le sonreí tímidamente.

Traté de recogerme otra vez el pelo en una trenza, ya que me la había deshecho hacía un rato y el pelo me molestaba, pero no encontraba nada para recogerme el pelo. Bueno, no importaba, me lo dejaría suelto y punto. Me senté en la cama y le hice un gesto a Joel para que se sentara a mi lado.

— ¿Y cómo me has encontrado?

Le sonreí y puse mi brazo cerca de su rostro, para que viera la manga de mi túnica.

— ¿Qué te parece? ¡Superé la prueba! Me salió muy bien. —reí.

Pero dejé de reír al recordar que a él le preocupaba mucho la prueba de fuego y, había sido difícil, pero me había salido bien, por suerte. Me habían dicho que había magos que, a pesar de superarla, habían muerto. Pero no tenía que pensar en eso, lo importante es que Joel había vuelto. Me acaricié el pelo mientras esperaba la respuesta de Joel con una sonrisa.

-felicidades-le dije esbozando una sonrisa, después de sentarme a su lado.
en lo respecto a comité he encontrado, ni yo mismo se la respuesta, desde que desapareciste tuve un presentimiento de que estarías aquí, y, haciendo caso de ese preentimieno, te encontre-le explique.me levante y dije en un suspiro-bueno, que vamos a hacer aquí, me gusta estén sitio es bonito y demás,¿nos quedaremos una temporada¿-pregunte

Me explicó que no sabía cómo me había encontrado, que tuvo un presentimiento, una corazonada de que estaría aquí y siguiendo ese presentimiento viajó a la Escuela del Lago de la Luna y me encontró. Yo asentí con la cabeza. Eso sí que era suerte. Joel se levantó y me preguntó que si nos quedaríamos un tiempo allí, y que aquel sitio le gustaba.

— Bueno, en principio sí, he decidido especializarme en la magia del agua, ¿qué opinas?

Me levanté y me acerqué a él. Cogí aire y cerré los ojos unos instantes.

— Lo siento, Joel. Siento haberme ido de la Torre sin haberte avisado, sé que fue un comportamiento estúpido y muy inmaduro por mi parte. Así que lo siento muchísimo. Soy estúpida... — dije mientras me sentaba en el alféizar de la ventana.

Me quedé mirando el lago y a la Luna a través del cristal, en silencio, esperando a que Joel me dijera algo. Probablemente se hubiera enfadado por lo que hice, sería lo normal, así que esperé a que me dijera que aquello que había hecho era muy peligroso o algo así.

Me explico que habia decidido especializarse en magia del agua, despues se disculpo.

-M e alegro de que estes bien, no voy a echarte la bronca porque no soy tu madre.Y mas que colera,cuando te fuiste senti tristeza, me cuestione ser yo el problema de que la gente se alejara de mi-en verdad si que queria decirle que fue perligroso, pero se veia que se senti muy mal oor haberlo hecho y, si queria especializarse en magia del agua no podiab ir a otro lugar-aunque sinceramente yo me habria especializado en magia temporal.-dije con una sonrisa para que no se sintier tan mal.

Cuando me dijo que al irme yo se sentía triste y que creía que él era el problema, me sentí aún peor. Me llevé una mano a la cabeza. ''No volveré a hacer nada así nunca más'', pensé mientras exhalaba un suspiro. Después añadió que él se hubiera especializado en magia temporal. Mientras hablaba me levanté y me acerqué a Joel.

— ¿Magia temporal...? —repetí, algo confusa.

En aquel momento no me sentía muy bien, estaba un poco mareada. Perdí el equilibrio unos momentos, pero pude apoyarme en la cama.

— Estoy bien.—le dije a Joel antes de que se acercara.

Me senté en la cama y le sonreí mientras me acariciaba el labio inferior que, unas horas antes me había vuelto a partir y en el cual probablemente solo quedaría un poco de sangre seca.

— Te he echado de menos, ¿sabes?

No sabía cómo reaccionaría ante aquello, y, antes de que Joel me respondiera, añadí algo nerviosa:

— Bueno, ¿qué quieres que hagamos?

Aparte de ese pequeño mareo que había tenido momentos antes, me encontraba bien, no tenía sueño y de pronto recordé lo que me contó Lumière sobre los horarios. Tendría que acostumbrarme, no sabía exactamente cuánto tiempo íbamos a pasar allí.

En unos instantes ocurrieron muchas cosas.cali se mareo,y luego se vio interesada por el tiempo libre que teníamos.Me quede pensando en que contestar.Había tantas posibilidades...
-Y si vamos fuera-dije acariciando su labio inferior, el cual parecía haberse abierto recientemente-y me cuentas que le ha pasado a tu labio inferior-dije con curiosidad
Me levante y me acerque al escritorio,observe algunos libros.Me quede de pie haber si cali se recuperaba y podía andar

Me ruboricé ante aquel gesto por parte de Joel y cuando me dijo de ir fuera y así explicarle qué le había pasado a mi labio, me puse aún más roja.

Sonreí al ver a Joel mirando los libros que me había prestado Lumière. Me encantaba estar con él, era tan alegre, buen amigo, comprensivo... Aunque no se diera cuenta, yo estudiaba detenidamente sus movimientos, cada cosa que hacía, la forma de sus labios cuando decía mi nombre...

Prácticamente todo. Me resultaba fascinante y, aunque no se lo había dicho a nadie, quería saber más sobre los Kin Shannay. Desde que ese tal Arthur me preguntó que si conocía a Dana, no había dejado de pensar en ello. ¿Quién era Dana? Había oído que fue Maestra de la Torre hacía muchísimos años, aunque parecía que cada vez que alguien mencionaba su nombre, todos cambiaran de tema. Decidí no darle más vueltas e investigar por mi cuenta.

— ¿Quieres salir o prefieres que nos quedemos aquí?

Mientras decía esto, no pude reprimir un bostezo. No tenía sueño, pero no tenía muchas ganas de salir fuera, porque pensaba que en mi habitación estaríamos más tranquilos, por ese motivo prefería quedarme allí. Tenía ganas de hablar con Joel, hacía un par de semanas que no le veía y no podía evitar haberle echado de menos, había echado de menos esa sonrisa que tenía y que parecía iluminar la habitación cada vez que sonreía. Había echado de menos también su cabello negro, esa piel bronceada, que era prácticamente lo contrario a mi ''mortal palidez'', como me solían decir. Me levanté y me acerqué a él, le miré a los ojos y le sonreí, esperando a que me respondiera.

Al ver que Cali no tenia intención de moverse de la habitación, me quede de pie y susurre:
-Esta bien, no quedamos,pero eso no te va a salvar de contarme que te paso en el labio.

Me quede un rato mirando sus ojos, los cuales me encandilaban cada vez que los veia.Los habia hechado de menos, y presentia que la luz del sol tambien seria hechada de menos.

Aunquee pensandolo mejor, la noche tambien era buena y en esos lugares muy bonita.Asi que por mucho que hechara de menos la luz del solo, en ese lugar estaria a gusto, sobretodo si estaba con Cali.

-Buenno,¿A que hora se va la gente a dormir aqui?- le pregunte, ya que yo no dormia pero cali si, y tenia pinta de ser tarde

Escuché atentamente a Joel y no pude evitar reír al oír aquellas palabras. Lo miré unos instantes, y me sorprendí a mí misma observándole con mucha más atención de lo normal. Me ruboricé un poco, pero le contesté.

— Tranquilo, que te lo voy a contar...

Le sonreí, le invité a sentarse a mi lado, carraspeé y empecé a hablar.

— Verás, hace unas horas he llegado aquí y resulta que está estudiando una Maestra de la Torre, Lumière, que incluso en una ocasión me examinó. Y se ha ofrecido a explicarme cómo va esta escuela y al final me ha gustado tanto que he decidido quedarme para especializarme en magia del agua, que es lo que estaba haciendo Lumière. Pero antes de verla, mientras andaba, he tropezado y me he caído al suelo y me he vuelto a partir el labio. — concluí con un suspiro.

Cuando Joel me preguntó que a qué hora dormía la gente aquí, yo volví a sonreír y le respondí:

— Lumière me ha recomendado que haga lo mismo que ella, dormir cuando tenga sueño y ya está, porque aquí cada uno va perdiendo su rutina porque no hay ningún sol para orientarnos, ni nada, así que se podría decir que pierdes tu horario.

Escuché atentamente a Cali.Por lo visto después de un largo viaje se reencuentra con viejos amigos.
-Vaya!Al parecer has vivido toda una aventura-suspire-me alegro, al fin y al cabo estas cosas son las que lle dan alegria a la vida ¿no?
Me sente a su lado, el cual me habia ofrecido hacia unos instantes.
Con la mirada buscaba algun tipo de maletin de emergencia que tuviera lo suficiente como para curarle el labio a Cali.No encontre ninguno.
-Em Cali, deberiamos curarte ese labio-dije.

Sonreí al escuchar las palabras de Joel. No había podido evitarlo. Se acercó y se sentó a mi lado, yo creía que quería hablar, pero parecía estar pensando en otra cosa, ignoraba el qué. Cuando me dijo algo sobre curar mi labio, lo entendí. Entonces me levanté.

— Oh, venga, Joel... Estoy bien, es sólo un labio partido.— dije de forma despreocupada.

Y en verdad era así. No había de qué preocuparse, en un par de días ya habría cicatrizado y no se notaría nada. Cabe añadir que yo siempre he sido muy patosa y que por eso estaba acostumbrada a que algunos pequeños cortes o moratones ''adornaran''— por así decirlo—  mi pálida piel.

Miré a Joel y volví a sonreír. Se preocupaba demasiado... Entonces reprimí un bostezo. La verdad es que estaba bastante cansada y dormir un poco no me vendría mal, hacía días que no descansaba bien y se me notaba en el rostro. Me acerqué a mi bolsa, cogí una goma y me recogí el pelo en una larga trenza. Después me aproximé a la cama y avancé hasta la ventana que estaba justo encima y me apoyé en el alféizar, desde el cual se podía disfrutar de unas vistas maravillosas del lago. podría haberme pasado horas mirando aquel paisaje, me relajaba la escasa luz que había y el hecho de que sólo nos iluminara la luz de la Luna, me gustaba el silencio que reinaba allí, la poca gente que había... Aquel lugar me parecía cada vez menos malo, — si bien más tranquilo comparado con la Torre y el montón de aprendices que estudiaban allí—.

Derrepente tuve una vision. Una especie de sueño recorrio cada rincon de mi cerebro. Cai como en un estado de hipnosis.

Estaba en un lugar donde no habia nada absolutamente. La Diosa. Estaba alli, en frente de mi. Comenzo a hablarme, con una melodiosa voz angelical. Yo estaba en blanco por la sorpresa. Ella decia cosas que no lograba entender. Lo unico que logre descifrar me dejo impactado.
Me estaba haciendo un llamado para ser el kai de una tal Titannia para poder guiarla en sus sendas, ya que al parecer mi nuevo kin estuvo con los Secretos. Despues me desperte.

¿Quien era yo para desobedecer a la Diosa?Tenia que hacerle caso.Pero ¿por donde podia empezar a buscar a Titannia? La Diosa no me dio datos de su paradero.

Cali.¿ Como se lo diria?Habia sido todo tan repentino.¿Como decirle que habia dejado de ser su kai?No me salian las palabras asi que sn mas, desapareci, con la esperanza de que algun dia pudiera perdonarme por no despedirme.

Seguí a Caliandra a su habitación. Me invitó a pasar y con un gesto hizo que la puerta se cerrara.
Observé a mi alrededor. Era una habitación sencilla, sí, pero muy bonita. Una alfombra con unos bordados preciosos, un armario de una madera que parecía de caoba, una mesita de noche del mismo material y una cama que a simple vista parecía confortable. Me pregunto si esta habitación era especial o en esta escuela eran todas así. Me giré hacia Caliandra:
-Tienes una habitación muy bonita, Cali. Supongo que estarás contenta con ella, yo en vida vivía en un simple cobertizo, que de milagro tenía una cama de paja.

— Sí, es muy agradable. — respondí sentándome delante de mi escritorio. — Vaya, la verdad es que me siento agradecida, he de admitir que en la vida nunca me ha faltado de nada, aunque, la verdad, no me gustan los lujos y nunca me han gustado.

Le propuse a Tabit — que así se llamaba — que podía acostarse en mi cama y leer un libro, puesto que yo iba a escribir un poco mi ''diario'', el cual había empezado hacía realmente poco; aunque no lo consideraba precisamente un diario, más bien era una forma de evadirme y escribir lo que sentía.

Abrí el cajón, cogí mi pluma, la mojé en el bote de tinta que había sobre la mesa y empecé a escribir, narrando los acontecimientos más importantes del día, tales como la aparición de mi nuevo Kai y la prueba de especialidad que tenía al día siguiente.