Clap, clap, clap. Los cascos de los caballos sonaban al unísono mientras Anarion y yo montábamos, escoltando a Sasha.

Os preguntareis que fue lo que me hizo salir de la torre e ir con Sasha. Aprecio a mi maestro, pero no tanto como para escoltarle por los caminos. La respuesta era Él, que había vuelto, metiéndose en mis pensamientos, oscureciendo mi mente... necesitaba distraerme con lo que fuera. Y estar cerca de Nayade solo hacía que empeorar la situación.

Entonces aparecieron los bandidos. Uno de ellos me cogió y trató de sacarme del caballo.

-¡Matalo! -gritó Él desde mi mente- ¡Destrozalo!

Impulsado por esa voz llena de ira lancé mis manos al cuello del bandido, y ambos caímos al suelo. Antes de que reaccionara una descarga eléctrica surgió de mis manos, electrocutando al bandido. Me giré y busqué mas delincuentes con la mirada. No merecían vivir...

Y os preguntareis. ¿Quien es Él? ¿Quien es aquel que te habla desde las entrañas de tu mente y tiene tanto poder sobre ti?

Su nombre es sir Lucian van Fenix, y ese era yo antes de perder la memoria.

Mientras Bast, Sasha y yo paseábamos por los territorios humanos nos atacaron unos bandidos. El que parecía ser el jefe me intentó bajar del caballo. ¿Nos iban a secuestrar? ¡No, de eso nada! ¡No otra vez!
-¡Suéltame! -le grité, y le di una patada en la nariz que le tiró al suelo, y empezó a sangrar.
Me baje de Harma, preparé unos hechizos ofensivos y defensivos en mi mente y me puse en guardia.

Me giré hacia Anarion y vi que se estaba deshaciendo de uno de los bandidos.

Este se levantó con la nariz sangrante y los ojos brillando con furia. Sacó una daga de su cinturón, pero me interpuse entre él y el elfo. Con un conjuro me abrí paso a traves de su mente. El bandido, que al ver que me había interpuesto parecía dispuesto a atacarme a mi también, solto la daga y puso los ojos en blanco. Luego cayo, dormido.

Me acerqué a él y puse dos dedos sobre su nuca.

-No te va a doler.

Unos segundos y un conjuro del aire mas tarde el bandido había muerto.

Miré a Sasha.

-¿Los has matado a todos?

-¿Hace falta hacerlos sufrir? Una cosa es matarles para que no hagan daño a nadie mas, pero lo tuyo es una mezcla entre tortura y teatralidad. Sobra.

Subí al caballo y no hice un comentario mas. Entonces recordé a Anarion.

-¿Te ha herido ese bandido Anarion?

-No, no me ha hecho nada, por suerte -le dije a Bast.
-Oye, Bast, ¿Sabes dónde está Flextus? Al despertarme en la enfermeria después de que Narshel me quitara el sello de la mente no he vuelto a encontrarle, y me pareció extraño no verle en la Torre dije, mientras montaba al lado de Sasha, al cual adelanté.
-Ahora vuelvo les dije, bajé del caballo y me teletransporté unos metros atrás, donde dejamos a los bandidos.
Vi al jefe, al que casi me mata de no ser por Bast, me agaché, y cogí su daga.
Así era, me encantaban las armas, pero nunca había tenido una, así que me la quedé y volví con Sasha y Bast.
Me sentía algo mareado, pero era normal.
-Ya he vuelto.

El grupo llegó sin mas problemas a Ereaten, la capital estaba igual de movida que siempre, gente por aqui, gente por allá... Cabalgaron hasta un edificio, era uno que estaba al lado de la herreria, una armería.
Sasha paró en la puerta y se bajó del caballo. Les hizo un gesto a Bast y a Anarion para que se quedasen fuera. Cuando entró, el armero le recibió con una sonrisa, como si se conociesen desde hace mas tiempo. Sasha simplemente hizo un gesto con la cabeza, no se molestó en quitarse la capucha. Habló directamente.

-¿Donde está lo que te pedí?

-Aqui tienes amigo mio, dos cuchillas de muñeca forjadas por los enanos y *bautizadas por dragones. Son unicas, nadie tendrá unas iguales.

-Y tampoco habrá unas cuchillas así... Gracias Leonardo.

Sasha se ajustó las cuchillas y las activó pulsando con el dedo anular un boton. Las cuchillas salieron como si fueran garras de tigre. Cuando quitó de nuevo el dedo estas se volvieron a meter, produciendo un silbido.

-Buen trabajo, de verdad.

Sasha se escondió las cuchillas con la manga del traje y sacó de su tunica una bolsa con dinero y la dejó en la mesa, se despidió del armero y salió de la tienda.
El elfo salió de la tienda y se montó en el caballo, habia tardado apenas unos minutos.

-Vamonos.

Dijo, y golpeó con las piernas al caballo, con suavidad. El animal empezó a andar lentamente.

Off: No posteeis que ya llegamos a la Torre. Que tengo una sorpresita preparada ahora ;)
*Bendecida: Este termino se refiere a que los dragones derritieron el hierro y lo prepararon con su fuego.

-Me lo encontré de vuelta al la torre medio deshidratado en el desierto. Tuvo suerte que apareciera yo y lo llevara a la ciudad mas cercana. Ah, y ha, eh, crecido mucho. Ya lo veras cuando te encuentres con él.

Desde que ese dragón había entrado dentro de Flex este aparentaba unos 18 años. No sabía como explicarselo a Anarion, ni tampoco si Flex se lo querría explicar, de manera que me callé esa parte de la historia para mí.

Llegamos a Ereaten sin incidentes, y esperamos mientras Sasha entraba en el armero y salía. Luego simplemente volvimos por el camino que habíamos venido.

-¿Eso es todo?-protestó Lucian dentro de mí-¿solo hemos venido para que el tipo ese tenga una daga nueva?

Sin embargo yo no dije nada. Había acompañado a Sasha para alejarse de la Torre, no me importaba lo que hiciera.

El grupo caminaba tranquilo, cuando de pronto llegaron a una especie de llanura, se habian perdido... O los habian traido hasta ahí. Sasha estuvo a punto de dar la vuelta, cuando de pronto una flecha le rozó, los caballos se alteraron, el elfo saltó del suyo antes de que el animal le tirara al suelo y se marchara.
Oyó un grito y de pronto aparecieron aproximadamente 40 hombres con armaduras,todas ellas con una cruz grabada en la zona frontal. Iban armados con arcos, espadas, lanzas...

-La Inquisición...

Dijo Sasha en un murmuro. Con otro grito, los guerreros se abalanzaron a por ellos, pero aun les quedaba un buen trecho. Sasha se quedó quieto, aparentemente sin saber que hacer. Pero lo tenía muy pensado.
Cuatro guerreros llegaron a la zona de los muchachos. Estos atacaron, pero Sasha con una velocidad sobrehumana les esquivó, como si fuera un suspiro. Uno a uno, sin que tuvieran tiempo a nada, los mató clavandoles la cuchilla de la muñeca.
Los soldados cayeron, muertos, dejando un charco de sangre.

-¿Me quereis? Aqui me teneis.

Sasha se quitó la túnica con la capucha esta flotó un par de metros hasta caer al suelo, dejando libre su otra vestimenta: Era blanca, con un cinturon en el que tenía una especie de cuchillas en forma de estrella. Una espada y una daga del tamaño de un brazo. En la espalda tenía otra especie de cuchillos, afiladisimos.

Otra ronda de cinco guerreros se abalanzaron a por el elfo, pero este los recibió con su espada desenvainada. Los contraatacó uno a uno, hasta matarlos.

Off: No vayais a matar a todos de golpe... xDxD

La Inquisición... un grupo de humanos temerosos de la magia simplemente porque no sabían usarla. Sabia de sobras que no todos eran así, que también había fanáticos que realmente creían en esas tonterias...lo que no le exculpaba, mas bien al revés.

Definitivamente, ninguno merecía vivir.

Hice un conjuro que ya había usado varias veces con Sasha: el elemental del bosque. Pero lo que a mi me interesaba no era elemental en sí, si no el bosque que venía con el. Usé un conjuro para que mi piel se volviera en corteza de árbol y me camuflé entre los arboles.

En el bosque el ejercito dela Inquisición se fragmento en pequeños grupos, generalmente de 5 a 7, lo que nos iba perfecto a nosotros. Observé uno de esos grupos, avanzaba espalda contra espalda, sin despegarse, con miedo a la magia que había creado la arboleda. De pronto uno cayó en un detalle muy relevante:

-¿Os habéis fijado?Este bosque esta lleno de rosales...

-Bingo

Antes de que se giraran las rosas de los rosales se transformaron en lobos, y al poco rato estaban muertos. A juzgar por los gritos el hechizo estaba surtiendo efecto en todo el bosque.

Me quedé quieto. La corteza me camuflaba y tanto mi elemental como los numerosos lobos de rosal estaban acabando con nuestros enemigos rápidamente, por no hablar de que tanto Anarion como Sasha también estarían acabando con enemigos. El resto estaba tirado.

Off: reservadme cinco, por favor, tengo pensado algo especial para ellos.

Me teletransporté a mi habitación y volví un rato después. Sasha y Bast habían acabado con muchos, pero aún quedaba más de la mitad. Había ido a mi habitación a por mi armadura y mi espada, que me hizo hace tiempo un amigo del Reino de los Elfos. Hice una semicúpula de agua y usé la magia del aire para congelarla, pero también usé un hechizo térmico dentro, porque la cúpula era para proteger a Harma, mi caballo.

Después disminuí el peso del gólem (era un truco que me enseñó Flextus, para lanzar al gólem):

Entonces les lancé al gólem y murieron muchos de ellos, pero aún quedaban bastantes.

Seguía camuflado cuando un gran proyectil de fuego chocó contra mí. Me deshice de la corteza, que estaba quemando, aunque me había servido de escudo para el conjuro no me destrozara completamente la herida era grave y notaba como la vida escapaba de mi cuerpo.

Miré al origen del hechizo, que resultó ser ni mas ni menos que un hombre de la Inquisición.

-¿Como...?

-Bueno, supongo que ahora que estás apunto de morir puedo contártelo. Persigo a los magos con la Inquisición y les robo los poderes cuando estan a las puertas de la muerte.

Eso era tan...vil y miserable. Miré al mago con furia evidente.

-No mereces vivir.

Me miro y divertido y estuvo a punto de hacer algún comentario acerca eso cuando el elemental le atacó por la espalda. Una vez le hubo vencido oyó mi voz detrás de él.

-

Mi oponente se giró extrañado.

-Creía que eras un aprendiz de primero de según...¿¡Que coño!?

Mi aspecto había cambiado completamente. Mi cuerpo supuraba tantas llamas que no se me distinguía mas que una forma humanoide, y solo se me reconocía por la capa y el cinto. Entonces, para sorpresa de la sorpresa del hechicero una lanza de hielo le atravesó por detrás.

-Genio de fuego...-comprendió, demasiado tarde

Devolví al elemental de fuego a su plano de origen y me atavié con la lanza y el cinto que e había puesto. Luego extendí la mano y una pequeña llama pareció de ella. No era tan espectacular como el genio de fuego, pero igualmente útil.

El bosque, sin la presencia de su elemental, despareció. Avisté a Sasha y Anarion, pero no me entretuve con ellos. Apostaba a que quedaban mas inquisidores con los que quería probar mi poder.

Off: Siento el doble post...

Sasha estaba empezando a hartarse de tanto soldado, aunque sabia que podria matarlos a todos cuando quisiera. Pero empezaba a aburrirse, lo unico que le sorprendió fue que habia magos, pero los mató en un momento. Los soldados no paraban de aparecer.

-Se acabó tanto juego...

Dijo, y empezó a concentrar su poder, apenas un medio del dicho. Los soldados se pararon un momento asombrados, luego volvieron a la carga. Cuando ya estaban casi encima del elfo, este lanzó una tremenda onda expansiva de la que salieron lobos y demonios que empezaron a matar a los soldados.

-Vamonos

Dijo dandose la vuelta, tranquilo. Cogió su capa y se alzó la capucha. Con un gesto y unas palabras, los tres muchachos desaparecieron del campo de batalla. Dejando solamente a los demonios y a los lobos encargandose de los soldados.