Recuerdo del primer mensaje :

Me había quedado impresionada, tanto, que ni podía hablar, había presenciado un hechizo, un hermoso hechizo de agua.
Iba detrás de Zoe, ya que ella me guiaba, y cuando llegamos, no pude evitar abrir la boca del asombro.
-Es... hermoso...- Pensé en voz alta, pero cuando me dí cuenta, me ruboricé.
Los olores de las flores se juntaban y hacían aromas únicos, las flores danzaban cuidadosamente, acorde el viento, los árboles desnudos saludaban a los alumnos con sus ramas a los estudiantes.
-Muchas gracias... por traerme aquí... ¡Es precioso!-Le dije a Zoe, con una gran sonrisa.

-No... no quiero de eso-Contesté- Para conseguirlo habrá que hacer cosas inhumanas, seguramente-Añadí.
Me caía muy mal aquel tipo, pero, me encantaba su acento elfico. Aun así, parecía que ocultaba parte de la información. Empecé a pensar intentando sacar una conclusión... pero... la verdad, me encantaría que no hubiera guerras... pero los métodos tendrán que ser inhumanos.
-Bueno...¿Cuales serían los métodos para hacer lo que tu dices?-Pregunté sin parecer interesada.

Reí escuchando todo aquello,mire a uno de los jovenes,aquél que me había amenazado con su daga de plata.

-Esto no es una maldición,es un don-dije dejando ver como una de mis manos cambiaba completamente hasta transformarse en una zarpa.-Solo hay que saber como controlarlo-hice que mi mano retomase su forma original y volví a colocar el guante en su anterior sitio.-No hay cura para esto,es más,nadie se ha acercado nunca a esta,es algo con lo que tienes que convivir hasta el día de la muerte,por cierto señor de los lobuchos,no te creas el único señor de los lobo que hay por aquí,¿verdad jovencito?-dije mientras señalaba al tipo de la espada llameante.-Por cierto,gracias por lo de los dios,pero yo no sirvo a ningún dios,sirvo a mis deseos.


-Veréis,no os pido nada a cambio,os estoy ofreciendo una oportunidad única,y queráis o no serviréis a mi propósito,ya os tenga que tomar como rehenes o aceptéis venir.Prefiero no tener que usar la violencia,no quiero manchar mis manos con la sangre de un par de niños y niñas.Os estoy dando una oportunidad de servir al hombre como tal y no a ningún dios,os estoy ofreciendo el mismísimo cielo en la tierra,a cambio de nada,solo que me ayudéis en mi causa,preferiblemente nadie morirá,a no ser claro esto,que opongan resistencia,en ese caso resultaran heridos.¿Verdad pequeña?-Dije clavando mis ojos serpentinos y maliciosos sobre la joven que anteriormente había herido.

Te propongo que si me das un conjuro para llamarte cuando termine mi estancia en la Torre, iré a ese mundo tuyo, en el que estaré hasta que encuentre la cura de la licantropía, o la forma de ayudarlos, o incluso, un simple brebaje para que se controlen, ese es mi trato, investigar en tu mundo ideal cuando termine mis estudios en la Torre, y tras finalizar la investigación, me iré, para compartir mi sabiduría, porque apuesto a que tu también hubieses querido que alguien te ayudase.Si quieres, ahora mismo, puedo contarte la historia de otro dios, que no es la de la Diosa, ni la de tu Dios.Puede que eso te ayude en tu utopía.¿Qué me dices, Felix?-dijo Rocuv.

-Por cierto,gracias por lo de los dios,pero yo no sirvo a ningún dios,sirvo a mis deseos.-dijo Felix. Aquellas palabras me llamaron la atención.
-Veréis,no os pido nada a cambio,os estoy ofreciendo una oportunidad única,y queráis o no serviréis a mi propósito,ya os tenga que tomar como rehenes o aceptéis venir.Prefiero no tener que usar la violencia,no quiero manchar mis manos con la sangre de un par de niños y niñas.Os estoy dando una oportunidad de servir al hombre como tal y no a ningún dios,os estoy ofreciendo el mismísimo cielo en la tierra,a cambio de nada,solo que me ayudéis en mi causa,preferiblemente nadie morirá,a no ser claro esto,que opongan resistencia,en ese caso resultaran heridos.¿Verdad pequeña?-dijo mientras miraba a Zane.
¿Quién se creía que era? Con esos aires de superioridad, esa ambición por destacar...
Le miré con odio, mordiéndome el labio inferior. Mi paciencia era muy escasa y no podría aguantar a aquel elfo durante mucho tiempo. ¡Nos estaba amenazando! Estúpido elfo arrogante... No le habíamos hecho nada, tan solo estábamos entablando una conversación normal, nunca nos hubiéramos podido imaginar que aquello pudiera estar pasando. Cerré los ojos, suspiré y al abrirlos corrí hacia Felix, aún sabiendo que no podría con él.

-Lo siento, pero paso, sobre todo porque nadie me va a obligar a hacer nada-Contesté rápidamente -¡Zoe, te ayudo!-Añadí.
Cada vez el elfo me caía peor...
Entonces, sentí un escalofrío que bañaba todo mi cuerpo, y parpadeé varias veces, ahora que lo pensaba... ¿Para que tanto esfuerzo? No eramos nada en comparación, pero...
-Bueno, tengo que elegir entre morir o dejar de ser yo misma... prefiero morir-Pensé en voz alta.
Empecé a llenarme de energía magia, más rápidamente, y que había pasado un buen rato, y ya estaba casi recuperada.Entonces apunté con mis manos al elfo.


Entonces, brotaron unas gruesas y espinosas zarzas del suelo, que fueron en zig-zag hacía el elfo, y iban a una velocidad impresionante.
-Recuerda, aquí no seras bien venido-Le grité enfadada.

En cuanto vi como se dirigían a atacarme pronuncie una larga letanía de una manera realmente veloz,todo aquello era un hechizo de lo que pude aprender del ars mientras lo tuve en mi poder,aquella zarzas pasaron a traves de mi como si fuese un ser etéreo y en efecto ahora era un ser inmaterial,por un muy breve periodo de tiempo pero lo suficiente para esquivar las zarzas sin molestia alguna,cuando volví a mi forma material,agarre a la chica que corría hacía mi del pecho y pronuncie un hechizo de aire el cual provoco que esta saliese volando un par de metros,¿En cuanto a las zarzas qué? bueno me serían útiles mientras me siguiesen persiguiendo,levite mientras estas seguían tras de mi y empecé a rondar al rededor de mis victimas creando una jaula de espinas.Reí mientras levitaba a una velocidad vertiginosa.

-Venga podéis hacerlo mejor-dije burlón,no los quería matar solo jugar un rato,la chica tendría que cancelar su conjuro de espinas o terminaría por quedarse agotada por el uso de su mínima magia,mientras en el aire para hacerme algo mas espectacular a mi mismo y ahorra magia conjure un hechizo de metamorfosis el cual hacía que me creciesen alas a la espalda con las cuales impulsarme y no verme obligado a gastar magia levitando.

Felix había lanzado a una de las aprendices con su contraataque, pero una sombra de capa negra la recogió antes de que llegase a tocar el suelo, y la devolvió a este. El intruso se sacó la capa y, tal y como imaginareis, se trataba de mí, que no estaba precisamente contento con el comportamiento del monarca élfico.

-Uno va a ver si hay mas noticias de su maestra, y se encuentra con que su "socio" abusa de unas estudiantes y, encima, en nombre de nuestra causa. Curiosa forma de reclutar-dije con ironía. No podía evitar, Felix tenía dos caras: una consagrada a nuestra labor que consideraba un compañero fiable y otra mas oscura, que solo podía hacer que despreciar, y mas recordando como asesinó a uno de mis amigos y traicionó a su propio hermano-. ¿Has pensado en una vía que nos ea el miedo?

Tras decir esto, miré a los estudiantes. Definitivamente, los protegería. Y alo haría ante cualquier ataque, pero no podía permitir que un "camarada" jugase con ellos como el gato con el ratón ya cazado, antes de comérselo sin piedad.

Esperaba que Felix razonase, pero ese no era su comportamiento habitual...

Escuche el discursillo de aquel tipo con desinterés,sinceramente me importaba bien poco y solo me molestaba,le apartaría de mi camino,hice brotar de mi mano una llama,todo aquello prendería cual infierno y si impactaba en el tipo mejor que mejor,dos por uno,pero...

-¿Qué haces aquí Bast...?-Sonreí levemente y baje a tierra consumiendo la llama entre mis manos,al bajar a suelo completamente ajuste mi sombrero y me centré en bast ignorando todo.-No es miedo,solo me protegía de sus ataques-dije sonriendo maliciosamente.

-¿No te echara en falta tu querida Nayade?-Dije sonriendo aun de manera mas entreabierta y siniestra-Piensa que podrían atentar contra ella por ser la "mujer" de uno de los criminales mas buscados por el concilio-Cada vez que soltaba una palabra por mi boca parecía estar brotando bilis y veneno.

-El caso no es ese,deberíamos secuestrarlos,nos serían una bonita moneda de cambio,aparte que la chica que tienes entre los brazos sería un bueno juguete.-Cada vez parecía mas desalmado y con menos sentimientos,apenas parecía que corrieses sangre por mis venas.-¿Acaso te olvidas que en nuestro caso el fin justifica los medios?.

-Muy amable de preocuparte-dije, con un sarcasmo venenoso, mientras mis ojos ardían como brasas. Prefería que no tocase el tema de mi prometida, porque si contaba con ella como una "debilidad" mía no sabía si querría "aprovecharla"-, pero Nayade está segura y puedo enterarme en cualquier momento de su situación si esta se tuerce.

De la misma manera, ella también puede enterarse delo que está ocurriendo a través de mí y no creo que me perdone si te dejo hacer lo que quieras. Puede que estemos haciendo la tarea mas grandiosa que este mundo pueda ni siquiera imaginar, pero eso no justifica tus acciones-sin importar el para que las hagas.

Por unos momentos me quedé en silencio. Allí apestaba a lobo, y no era solo por el príncipe oscuro al que me estaba planteando poner correa. Podría averiguar quien de ellos era licántropo, pero no tenía tiempo para distracciones.

-Felix, soy el primero en que ellos se unan a nuestra causa, ya que cuanta mas gente abra los ojos y sepa la verdad mejor, y posiblemente les salvemos de una muerte peleando inútilmente contra sirvientes del Dios o uno de nuestros camaradas, pero esta no es la manera. Deja de jugar con ellos, explícate y entenderán que no tenías malas intenciones-o al menos que el resto de nosotros no las tiene.

Me quedaba muy poca energía, era o cancelar el hechizo y quedarme sin energía, o esperar a quedarme sin energía y que se fuera el hechizo... Pero... ¿Era tan necesario quedarme sin energía? Había gato encerrado, pero... sería mejor anular el hechizo.


Las zarzas desaparecieron, y acto seguido, todo me comenzó a dar vueltas, ¿así se sentía un mago después de quedarse sin energía? Que horror.
-Dios... que horror-Murmuré.
Me dolía todo el cuerpo, y no podía pensar con claridad, pensaba en partes en rúnico y partes en mi lengua. Entonces, me caí del suelo, me intenté levantar, pero simplemente no podía.

Me levanté lentamente y con mucho esfuerzo. Estaba un poco mareada y apenas podía mantenerme en pie, pero, a pesar de todo, lo conseguí. Miré a los presentes y me aparté el pelo del rostro. Kvothe se acercó a mí, con la espada desenvainada.
-No voy a unirme a ninguna causa...-no entendía porque, pero las voces me sonaban lejanas y algo distorsionadas.
-No creo en ellos... Yo sigo a mis propios instintos y objetivos.-se trataba de la voz de Kvothe. Me llevé la mano a la sien y me senté en el suelo, mi mareo seguía aumentando y ahora también tenía un agudo dolor de cabeza. Cerré los ojos con fuerza y me dejé caer al suelo para tratar de descansar. No me importaba nada, no me sentía bien... Solo quería dormir, pero no debía de hacerlo. Abrí los ojos con lentitud, pero los párpados me pesaban y yo trataba de luchar contra el sueño.

-¡¡Argh!!,que asco me da la gente tan empalagosa.-aquella parejita me empezaba a irritar.-Me aburrís,quiero seguir jugando...-Me concentre y hice que el viento empezase a soplar de una manera mucho mas fuerte,podía verse como el cielo iba oscureciendo,era notable que la noche no estaba muy lejos,bueno me gustaba mas luchar en las sombras.

-Dejad de llorar ya y levantaos,luchad por vuestra vida.-Dije riendo,me fue entrando la risa hasta que acabe la frase culminando en una risa de desquiciada,cuando acabe de reír el viento soplo muy violentamente,me agarre el sobrero y opuse resistencia a moverme por la gran velocidad del viento,sonreí maliciosamente.

El gigantesco proyectil de tierra se partió por la mitad antes de llegar a Felix, y la razón era que allí estaba yo con un gigantesco mandoble completamente carmesí que había logrado cortar como si mantequilla se tratara la piedra. El viento se enfurecía y rugía con potencia succionadora, amenazando de llevarse volando a todo el mundo, incluyendo a la parejita. La única excepción eramos yo y mi compañero a menos de un metro, ya que había convocado una increíble cantidad de calor que desviaba el curso de viento. Era una de las pocas maneras de resistirse eficientemente a esa amenaza, pero representaba un increíble despilfarro, al menos si no se era un maestro del elemento ígneo fortalecido además con el Secreto del fuego como yo.

Mientras el resto se preocupaba de sus problemas me giré a mi oscuro compañero:

-Estas intentando provocar una pela, ¿verdad? Ya no se trata solo del tío que huele a perro mojado, si no que otros magos y profesores vendrán si se arma mucho jaleo. sabes que soy como el fuego, y como tal ni me importa ni se me da mal pelear, pero no quiero ningún muerto, ¿entendido?

Mucho me temo que si Felix pelea me veré obligado a proteger. Y no exactamente al rey de los elfos, si no a sus víctimas, porque el mago oscuro era un lobo al que aún se le había de domesticar-aunque antes alguien se habría de atrever a acercarse a él.