Cuando llego a mi habitación, que está en la novena planta, lo primero que me impresiona es su amplitud. En mi casa dormíamos todos juntos, en una habitación tan solo un poco más grande que ésta. Es circular, de piedra. Tiene una cama enorme, con sábanas de color blanco. También hay una cómoda, de madera de roble. Al lado hay un escritorio con una silla, del mismo material que la cómoda. En el escritorio hay un libro de color marrón, con un símbolo dorado, rodeado de decorados verdes. Abajo a la derecha tiene un broche con dos gemas verdes. Creo que es el Libro de la Tierra, del que me han hablado mis padres. Lo abro y observo un montonazo de símbolos desconocidos para mí. Seguramente sea idioma arcano, el idioma de los magos. En la silla reposa una túnica blanca. Supongo que me la tengo que poner, así que me quito mi ropa y la guardo en la cómoda. Me pongo la túnica, que es bastante ligera. Es cómoda, y me siento reconfortado. Dejo el báculo al lado de la cómoda.

Al cabo de un rato me entra hambre, y decido ir a la cocina, por si puedo comer algo. A ver si encuentro a alguien que me enseñe cómo funciona esto...

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Subo las escaleras con el plato de sopa caliente. Tengo bastante hambre. Me dirijo hacia mi habitación, y abro la puerta. Me siento en el escritorio, aparto el libro, y me pongo a comer. La sopa está exquisita, y raramente, no se ha enfriado. Supongo que será un hechizo térmico, o algo así. Cuando termino voy hacia la ventana. Se puede ver todo el Valle de los Lobos. Es precioso. Los árboles verdes relucen con la luz, me encanta.

Abro el libro de la Tierra, y veo otra vez el lenguaje rúnico. Me da impotencia no poder leerlo. Me gustaría que alguien me enseñase a leerlo. Voy a buscar a alguien que lo haga.

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Paso por el vestíbulo, y subo hasta mi habitación. Cuando llego, veo que el plato ha desaparecido. Que raro...

Me meto en la cama, y me duermo casi al instante. Sueño con la Torre. Con los hechizos. Con mi familia. Esto es genial, me encanta la magia. Mañana quiero salir al campo, y entrenar yo solo. Me voy a llevar el báculo para entrenar.

Cuando me despierto, miro por la ventana. El valle resplandece, y devuelve rayos verdes. Es precioso. Este día es genial para practicar magia. Bajo a la cocina, y me tomo el desayuno. Riquísimo. Subo, cojo el báculo y el libro. Me voy hacia el bosque, y busco un claro, donde poder entrenar. Al final encuentro un sitio precioso. Me siento y abro el libro.

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Me despierto en mitad del claro, y veo que está oscureciendo, por lo que vuelvo hacia la Torre. Subo hacia mi cuarto, y me tumbo en la cama. Duermo casi al instante, he gastado toda mi energía mágica.

Cuando despierto, decido hacer la prueba de la Tierra, por lo que busco algún Maestro que me examine. Estoy ansioso por aprender más magia, y conocer los secretos del libro del Aire.

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Estoy agotado, pero la Prueba me ha salido bastante bien. Me acuesto, no me puedo sostener en pie.

Cuando me levanto veo que en la mesa está mi libro del Aire, y allí hay una túnica verde. Alegremente, me la pongo y abro el libro. Observo los hechizos por encima, y me entusiasmo. Miro por la ventana, y decido ir a practicar magia. Quiero ir al claro, y por lo que tengo entendido, el libro de Aire tiene un hechizo de teletransporte, por lo que lo busco.

Extiendo los brazos, como dice en el libro, y digo el hechizo, pensando en el claro de el otro día.

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Me despierto precipitadamente. Ayer hice la Prueba del Aire. Me salió perfecta, sin ningún fallo. Me pongo de pie, y me dirijo al escritorio. Ahí está... esperando a que lo abra, y que descubra todos sus secretos. El Libro del Agua...

Lo abro, y leo la primera página. Después la segunda, la tercera, la quinta, la décima. Estoy toda la mañana leyendo, sin poder parar. Leo y leo, sin apartar la mirada. Esto es realmente interesante.

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El Libro de Fuego... Hace bastante que lo tengo. Creo que estoy preparado para presentarme a la Prueba, pero me da bastante miedo. No quiero salir muerto de allí, por lo que creo que debo repasar bastante más antes de presentarme.

Me siento en la mesa y acaricio la tapa del Libro. Me da nostalgia saber que llevo mucho tiempo aquí. Recuerdo el primer Libro que tuve, y... me emociono. Es tan bonito esto... Abro el Libro, y empiezo a leer, por enésima vez.