Ventus Geth
Ventus Geth
Humano
Nombre : Ventus Geth
Escuela : La Torre, Rossnatt (Maestro de especialidad)
Bando : El Dios
Condición vital : Vivo
Cargo especial : Maestro de Magia Temporal y de Magia Curativa (Rossnatt), Maestro de Magia Básica (Aressher)
Rango de mago : Nigromante
Rango de guerrero : Guerrero experto (espadas, una mano), Aprendiz de Guerrero de Hielo
Clase social : Nobleza (Señor)
Mensajes : 63
Fecha de inscripción : 10/09/2015
Edad : 25
Localización : El Tiempo no es un enemigo pero sí un arma, tal vez la más peligrosa
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La sala estaba fría pero bien iluminada, cuando Ventus entró los hechizos térmicos se activaron como un resorte, no había sido él quien los había puesto allí pero sí quien había contribuido a su larga duración.

No era un lugar pequeño pero tampoco extremadamente grande, aunque hay quienes dicen que tiene puertas secretas para aquellos que necesitan más espacio o... intimidad. Sin embargo en lo que todos estaban de acuerdo era en la escasa y pobre decoración del lugar, aunque en verdad no importaba mucho que fuese de piedra, él mismo había aplicado un hechizo ilusorio para aquellos que necesitasen prácticas más concretas. Por suerte o por desgracia la práctica que pretendía realizar no tenía nada de ilusoria.

La puerta se abrió tras él y entraron dos caballeros de la noche, así los llamaban en Rossnatt. Unos caballeros al servicio del señor oscuro, aunque en estos portaban el reloj y la serpiente característicos de la casa Geth. - Mi señor aquí lo tiene como pidió - Habló el más adelantado. Con un simple gesto indicó que se podían marchar, tras un saludo de cabeza acataron la orden cerrando la puerta tras de sí, con llave. Un joven blanquecino y escuálido fue lo único que quedó de la comidilla tras su marcha, en sus ojos marrones se podía observar el miedo.

El recién llegado cabizbajo se pegó a la pared como si tratase de pasar inadvertido pero Ventus se dio la vuelta con una sonrisa cordial, de aquellas sonrisas que temes de hombres como él. - Bienvenido prisionero, dime ¿cómo te llamas ?- Lo invitó a acercarse. - Iyah señor - Contestó mientras avanzaba con miedo dos pasos. Ventus se le acercó haciendo retroceder al prisionero instintivamente, pero él hizo caso omiso y le tendió una copa que acababa de aparecer en su mano. - ¿Qué significa tu nombre joven? - Tras un instante de reflexión decidió no hacer esperar al nigromante - No lo sé mi señor, pero creo que tiene algo que ver con el frío - Los ojos del nigromante brillaron con gozo - Nada como un buen vino para romper... el hielo, Iyah - Ambas copas se llenaron sin botella y dieron un trago aunque el prisionero tuvo que hacer un esfuerzo por no tirar nada al suelo, apenas tenía movilidad en las manos con aquellas cadenas  - Oh pero qué descortés eh sido, te ruego que me disculpes - Las cadenas de Iyah cayeron y desaparecieron antes de rozar el suelo, como si el hierro que las formaba se hubiese oxidado durante cientos de años y no quedase más que polvo. El prisionero se palpó las marcas de las cadenas reconfortado por su desaparición.

Una espada se materializó frente a Iyah - Cógela, echemos un combate - La sensación de terror lo volvió a inundar pero no pudo sino obedecer. Con un movimiento elegante Ventus desenvainó su espada y la apuntó hacia el prisionero - Vamos, ataca - Sabía qué ocurriría si no lo hacía por lo que tomó la espada con ambas manos y trató de descargar un golpe lateral sobre el nigromante quien lo esquivó sin problemas - Muy previsible, si sigues así tendré que buscarme otra forma de divertirme - Bostezó intencionadamente. Otra descarga por el flanco opuesto y luego una estocada, pero no había forma de tocarle, hasta que en una ocasión Ventus dejó su guardia baja "descuidadamente" y le propició un corte en el brazo izquierdo. Iyah sonrió pero le duró poco cuando sintió el frío en el brazo del arma y cómo poco a poco se le iban congelando los dedos, soltó la espada con miedo. Ventus rió - Oh vamos, recógela aún te queda otro brazo pequeño ladrón.

El semblante de Iyah palideció recogiendo la espada con la mano izquierda, trató de alzar la espada pero no tenía fuerza en ese brazo y la espada parecía mucho más pesada de repente. - ¿Ese es todo el espectáculo que piensas darme Iyah? Para alguien que entra a robar en la morada de un nigromante me esperaba algo más que esto - Iyah lo miró con rabia y le lanzó la espada a la cara con las fuerzas que le quedaban pero la espada rebotó sin siquiera llegar a rozar su capa. La risa de Ventus se hizo más fuerte y apuntó con su arma al joven que de pronto comenzó a gritar de una forma espantosa llevándose la mano a la pierna y luego al ojo izquierdo y al costado... - No más por favor, parad, clemencia - Una sonrisa clara y musical digna de un elfo de la corte real salió de la garganta del nigromante - ¿Clemencia? No hay clemencia para los traidores - Un instante después la cabeza de Iyah rodaba por la sala de pruebas y el rostro del nigromante era tan pétreo como de costumbre - Caballeros - Los caballeros de la noche abrieron la puerta y entraron, habían estado montando guardia - Ya os lo podéis llevar - Sin mediar palabra los caballeros tomaron el cuerpo y la cabeza del prisionero, aunque habrían jurado que la temperatura había descendido unos grados.
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