Lergand
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Asuntos pendientes (magia y otros quehaceres) [Libre]por Lergand, Miér Mayo 27, 2015 7:57 pm
Ya había decidido qué iba a hacer con el asunto de mi arco. De hecho, mataba dos pájaros de un tiro (no literalmente, aunque podría hacerlo si me lo propusiese). Transformo mi arco en un pendiente y de paso practico el primer libro que se me ha entregado. Ya había memorizado el libro entero (sí, de hecho, pese a ser un elfo era tan impaciente como un humano; no en vano había vivido desde casi siempre con ellos). Mas no era esa la mayor complicación a la hora de aprender un hechizo. Ya estaba familiarizado con las runas, Toluan me enseñó a comprender el lenguaje. El verdadero problema era el procedimiento, los métodos y "trucos" para que un hechizo fuese efectivo y por supuesto consumiese la menor energía posible. La mayoría de las veces consiste en concentración, visualizar tal o cual o simplemente tocar lo que sea que diga el hechizo. No obstante hay trucos como: cerrar los ojos, inspirar hondo y expulsar el aire mientras se transmite la energía para el hechizo, dejar la mente en blanco, imaginar las runas escritas mientras se pronuncian...
A mí todo eso me daba un poco igual, yo no quería el poder, quería el conocimiento. Pero no iba a haber más conocimiento si no era capaz de dominar el libro y pasar la prueba. No me dejarían ni echarle un vistazo al Libro del Aire.
Mis pensamientos fluían mientras daba zancadas por el camino hasta encontrar el árbol que tomé de referencia para acordarme del lugar en el que escondí el arco. Me adentré en el bosquecillo y encontré las rocas. Para mi alivio seguía allí, lo comprobé cuando introduje la mano y la saqué con el arco tallado en mano. Sin embargo me di cuenta de que se me había olvidado el carcaj. De hecho me lo había dejado en la última posada en la que estuve antes de llegar a la Torre. Las flechas eran lo de menos, podía fabricarlas, pero el carcaj era un recuerdo familiar. Puedes olvidar a tu familia Lergand, no querrán verte más. Me dije, aunque en lo más profundo de mí sabía que aquello sólo lo decía para convencerme. Suspiré y me concentré en recordar los hechizos del libro.
Ash Nän Uv Reve Zyn
Sentí cómo la madera crujía y se retorcía. La ya de por sí arqueada estructura arqueada se dobló aún más y la cuerda hizo lo mismo hasta formar un circulo de un considerable tamaño. Entonces empezó a encoger. Yo visualizaba en mi mente pendiente, un circulo pequeño y dorado con un sistema para abrirse y cerrarse (de lo contrario no podría ponermelo en la oreja). El flujo debía ser constante y el proceso me estaba impacientando. Respiré hondo, no podía dejarlo a medias o quedaría inservible. Me llevó unos minutos, pero finalmente el pequeño aro metálico se posó en mis manos y yo, orgulloso, me lo coloqué en la oreja. Primer hechizo realizado con éxito. Me tomaría un descanso sobre las rocas antes de continuar. Empecé a entonar una música a dos voces que se asemejaba a un instrumento de cuerda. No pronunciaba palabra alguna, pero la canción parecía tener letra.


Rurik Helgason
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Re: Asuntos pendientes (magia y otros quehaceres) [Libre]por Rurik Helgason, Miér Mayo 27, 2015 9:32 pm
Aquella mañana Rurik se despertó, y lo primero que vio al levantarse fue su propia túnica celeste. Era simple, como todas sus túnicas anteriores, y carente de decoración excepto unos bordados en mangas y cuello que simulaban unas nubes. Sonrió al verla: había conseguido superar la prueba del aire, y había dominado los secretos que encerraba ese elemento (al menos, todos los secretos que ocultaba sin cursar su especialización). No tardó mucho en levantarse y vestirse. Se sentía lleno de energía, pues había dormido mucho la noche anterior. De hecho, se había metido en la cama poco después de acabarla de lo cansado que estaba.

Tras vestirse y asearse, saltó por la ventana, recordando las runas del hechizo de levitación, y comenzó a flotar mucho antes de estamparse contra el suelo. Aquel día hacía tanto frío como en los días anteriores, por lo que podía salir sin vestir su pesada capa de pelaje de lobo. Aterrizó en el jardín, por el que paseó durante unos minutos, disfrutando del agradable clima de aquel día. Llegó pronto al pesado pórtico de hierro que comunicaba el recinto de la Torre con el resto del valle, y se dijo a si mismo que hacía un día perfecto para pasear por el valle. Sin embargo, por su euforia causada por haber aprobado la prueba, decidió sobrevolar el valle. A menudo lo veía desde lo alto de la torre, viendo cada uno de sus árboles y los claros y los montes que hacían de barrera con el resto del mundo, pero nunca antes había volado encima de las copas de los árboles como lo hacían los pequeños pájaros de pecho rojo y alas de innúmeros colores, que solo había visto en el valle.

Así que eso hizo: pronunció el hechizo y de su espalda brotaron dos alas blancas y fuertes, lo bastante como para permitirle alzar el vuelo. Las batió una vez, luego otra, y una vez más para calentarlas, pues aún las sentía un tanto entumecidas. Salió del recinto y avanzó un par de pasos, hasta llegar a una zona lo suficientemente despejada como para poder alzar el vuelo. Una vez lo hizo, se sintió libre, como un pájaro, y sentía que no había ningún lugar del mundo al que no pudiese llegar. Sin embargo, aquel día no tenía intención de alejarse demasiado de la Torre.

Al principio voló alto, disfrutando de lo que podía hacer la magia, aunque pronto comenzó a volar más bajo, acariciando la parte más alta de las copas de los árboles, aunque paró al escuchar una canción que le resultaba conocida, y se quedó ahí, escuchándola, intentando recordar de qué le sonaba, o cuál era su letra, o cualquier cosa sobre ella. En poco tiempo recordó que aquella canción (o una parecida, al menos), solía cantársela su tía cuando era pequeño, y no pudo evitar sonreír al recordarlo. Quiso bajar para ver quién era quien cantaba, aunque por las copas de los árboles y su inexperiencia con los hechizos que tienen que ver con alas, acabó desequilibrándose y dejando de batir las alas y cayó al suelo, golpeándose contra alguna rama, aunque las alas le protegieron de la mayor parte de los daños.

Al caerse, se incorporó y deshizo, molesto, el hechizo, dejando unas cuantas plumas blancas en el suelo.

Sveinnsbrystvar... ad vars verkvöl...1

Se levantó y se limpió la túnica, un tanto entristecido por mancharla el primer día que la había vestido. Se dio la vuelta, encontrando a un joven de facciones élficas. ¿Era él el que cantaba antes? Rurik se acercó, sonriéndole.

Mae govannen! —saludó. Su amiga Lira le dijo que así se saludaban en Gadrýl, y esperaba haberlo pronunciado bien, para hacerse entender. El idioma de los elfos sonaba raro comparado con su idioma natal—. Eh... ¿cantabas antes?



1 Por las tetas de Svea... eso fue doloroso...

Lergand
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Re: Asuntos pendientes (magia y otros quehaceres) [Libre]por Lergand, Miér Mayo 27, 2015 11:16 pm
No llevaba ni dos minutos canturreando cuando oí un estruendo delante. Las ramas se agitaron y crujieron, rotas bajo el peso de algo que caía. Dejé de cantar, algo asustado por el ruido. Me sorprendí aún más cuando vi caer a un hombre alado al suelo frente a mí. Pronto las alas desaparecieron y aquel individuo soltó lo que parecía una maldición en un idioma que desconocía. Su aspecto no me sorprendió mucho, lo que sí que me sorprendió fue su atuendo. Era la túnica que se le daba a los alumnos que dominan el segundo libro, el del aire. Ahora cobra más sentido el por qué estaba volando. Lo que no entiendo es cómo ha aprobado si al volar aterriza así de mal. No es que lo juzgue, pero me parece que el aterrizaje es tan importante en un hechizo para volar como el despegue y la maniobra.  Aquel joven se acercó a mí sonriendo. A todas luces quiere empezar una conversación. De hecho así fue:

—Mae govannen!

Fueron las palabras que pronunció. No sé qué pueden decir, pero debe ser algún tipo de saludo élfico. Sonreí, en parte para devolverle el saludo y en parte nostálgico. Recuerdo vagamente mi infancia y las pocas palabras que intercambiaba con mis padres. Como siempre fui el "rarito" en la familia y la "aldea" en la que vivíamos nadie se dignaba a hablarme más de lo necesario. De hecho, no recuerdo nada de mi idioma natal. Eso de vivir como un humano degrada los recuerdos, pero intensifica el presente. Es algo que he aprendido y a lo que estoy acostumbrado, pese a eso soy un elfo y tengo muchas vidas humanas por delante. Casi me pierdo en mis pensamientos mientras se me acercaba. Vuelvo justo a tiempo para escuchar su pregunta, a la cual contesto en el miso idioma, esa "lengua común" como yo le llamo. Es la que oía hablar por todas partes y la que aprendí y cultivé junto con Toluan (más adelante, al conocerlo).

—Sí, era yo. Siento si te desconcentré y te hice caer, no era mi intención —me excusé—. Yo soy Lergand, soy nuevo por aquí. De hecho, llegué justo ayer. Me imagino que tú ya eres aprendiz de uhm... ¿tercer grado? —pregunté sin tenerlo del todo claro. Por lo que sé después del aire va el agua—. Comienzas con el agua, ¿no? Yo estaba practicando con la tierra, de momento me va bien —bajé de la piedra y le ofrecí mi mano a modo de saludo. Era tan alto como yo, algo extraño, ya que mi raza suele ser mucho más alta que los humanos. No obstante nunca fui muy alto, pero eso me ayudó a mezclarme entre los humanos y salvado el cuello en alguna ocasión—. ¿Tú eres...?
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Re: Asuntos pendientes (magia y otros quehaceres) [Libre]por Invitado, Dom Mayo 31, 2015 11:45 pm
Por fin habia salido de la Torre. Estar allí después de lo que habia pasado me resultaba agobiante. Sabia que Lumière y esa archimaga me tendrían muy vigilada por mi hermanita.

Caminaba por el bosque para poder olvidar el tema. Tenia vendas por varias parte del cuerpo incluyendo brazos y piernas. Tardaria en recuperarme de mis heridas sin embargo no les daba importancia.
Pronto, una pequeña melodía inundó el ambiente y la seguí. Era una voz melodiosa y suave.

" Parece la voz de un elfo"

No obstante y tras unos sonidos bruscos desde los árboles y un golpe seco en el suelo hizo que la voz callara dejando al bosque con el murmullo de una conversación.

La curiosidad me invadía y como era evidente fui a ver lo que sucedía.

Pronto llegué al lugar donde cerca de una roca se encontraban dos muchachos de misma altura, un elfo y un humano. Intrigada me acerqué un poco quedándome a pocos metros de ellos con curiosidad e intriga. Estaba segura de que era el elfo el que cantaba sin embargo no estaba del todo segura.

- ¿Por qué paras de cantar? Era una canción preciosa.- dije algo nerviosa intentando ser discreta.

Miré a los dos seres que se encontraban delante de mi de nuevo poniéndome cada vez más nerviosa.
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Re: Asuntos pendientes (magia y otros quehaceres) [Libre]por Rurik Helgason, Mar Jun 02, 2015 7:40 pm
Era una canción bonita —comentó, asintiendo, ante su respuesta. Luego, el elfo de cabellos verdes se disculpó por hacerle caer, a lo que negó con la cabeza, y volvió a hablar—. No, no. Estoy bien —La verdad era que no había caído desde muy alto y que las alas habían absorbido la mayor parte del daño, y como estas ya habían desaparecido, no sentía nada.

El elfo hablaba mucho, y, aunque hacía el esfuerzo de intentar entender todo lo que le decía, la lengua garnálica le parecía tan sumamente ininteligible... Entendió la mayor parte de su mensaje, cómo le decía que parecía ser un aprendiz de tercer grado -supuso que por su túnica-, y que él estaba comenzando con la magia de la tierra. En ese momento, sonrió, puesto que le recordaba un tanto a él en sus inicios, pero sin el pelo verde y las orejas puntiagudas. Finalmente, le preguntó quién era, y se llevó la mano al pecho, aún con la sonrisita decorándole el rostro.

Yo soy Rurik Helgason... —tras hablar, estrechó la mano con el elfo. A los de Garnalia central les gustaba hacer eso al presentarse, y, según le habían explicado, originalmente se hacía para mostrar que no llevaban armas ocultas.

Iba a ofrecerle su ayuda con los hechizos de la tierra en el caso de que la necesitase, pero entonces se apareció una jovencita de cabellos rojos, que los miraba nerviosa. Rurik la saludó en la lengua común, pues la muchacha no tenía ni pinta de elfa ni de nórdica. Finalmente, esta preguntó al elfo si él era el que había parado de cantar, y Rurik se rió, un tanto avergonzado.

Por mi. Estaba... volando, con... um... äjsænvögel... lo de los pájaros, con lo que vuelan... —se quedó callado un rato, luego exclamó—. ¡Alas, eso! Estaba volando con alas y me caí... —no inculpó al elfo de su caída, porque ambos compartían parte de la culpa, aunque más Rurik.

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A mi disculpa, Rurik (así se presentó) dijo que no tenía importancia, que estaba bien. Me alegré de que no se hubiera hecho daño. Me hubiese sentido culpable, siendo sinceros. Estrechamos las manos, costumbre de los hombres.

—Estaba tomando un descanso, acabo de transformar mi arco en... —me maldije, acaba de decir justo lo que quería ocultar. Me llevé la mano instintivamente a la oreja en donde se encontraba el pendiente. Era tarde para echarse atrás, si seguía la frase con naturalidad tal vez no hubiera problemas—. En un pendiente. Este justamente —señalé.

Antes de que Rurik reaccionase apareció una muchacha. Él la saludó en la lengua común, la que mejor conocía. Balbuceó un poco, intentando explicar por qué había caído. Al parecer tenía dificultades con el idioma.

La muchacha por su parte me pregunta por qué he dejado de cantar. Que considerase aquella melodía tan simple algo "precioso" me maravilló. Nunca pensé que aquella manía mía pudiera considerarse algo "bello".

—Tenía pensado seguir practicando mis hechizos, ¿quieres unirte? —le dediqué una sonrisa. No quería que se sintiera nerviosa, así que intenté tratarla con naturalidad—. Paré de cantar porque me asusté con el ruido, —solté una risotada mientras miraba a Rurik—pero si lo deseas puedo cantar algo más.

Entonces comencé a entonar otra melodía, ésta no tan simple. Me da igual que me llamasen bravucón, presumido... No pensé que algo tan cotidiano para mí como cantar se me diese tan bien como para que alguien se decepcionara por que parase. Y no quería desaprovechar la oportunidad para crecerme un poco. Las diferentes voces se mezclaban para formar la canción, mis manos palmeaban la piedra para darle toques de percusión... Y todo esto dedicándoles una amplia y amistosa sonrisa.


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Re: Asuntos pendientes (magia y otros quehaceres) [Libre]por Invitado, Jue Jun 04, 2015 3:17 pm
Me alegré cuando me invitó a practicar. Nunca me había pasado eso. Sonreí de lreja a oreja y mientras el elfo se puso a cantar yo repase mentalmente los hechizos que papá me había enseñado con la Tierra. Recordé pronto el hechizo de transformación.

" ¿Qué podría transformar?"

Observé el entorno y vi una rama rota justo a mis pies. Me arrodillé ante el palo y respiré hondo. Hacia años que no hacia magia.

Esa hermosa canción iba terminando y pronunce el hechizo mientras pensaba en un pequeño tallo de dos hojas.

- Ash Nän Uv Reve Zyn

La pequeña rama se metió en la tierra y salio el tallo. Me sorprendí y me emocioné. Los miré alegre mientras me sentaba delante del tallo y lo acariciaba viendo su textura.
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Re: Asuntos pendientes (magia y otros quehaceres) [Libre]por Rurik Helgason, Dom Jun 14, 2015 10:05 pm
Al parecer, Rurik le había interrumpido cuando Lergand quería practicar sus hechizos -o eso fue lo que entendió, cuando ofreció a Tesshia que se uniese-. Según le contó, ya había transformado su arco en su... bueno, en su algo. Cuando se hubo llevado la mano hacia la oreja, entendió que se refería al adorno que colgaba de ella. Rurik rara vez había visto a un hombre con uno de esos, incluso en el norte, por lo que supuso que era alguna costumbre élfica.

Lergand se rió y ofreció seguir cantando, Tesshia sonrió y Rurik miró, un tanto distraído, los alrededores. Luego comenzó a andar, llegando hacia el pie de un árbol, de donde arrancó una gran hoja de helecho, grande y frondosa. Luego, pronunciando mentalmente las runas adecuadas, convirtió el helecho en un trozo de tela de tamaño bastante alto, y empleando algún conjuro aéreo que se le ocurrió en aquel momento dejó que la tela flotase hasta colocarse en el suelo casi perfectamente.

Tras haberlo hecho, se tumbó sobre la tela, bocarriba, y cerró los ojos. A fin de cuentas, no quería ensuciar su túnica nueva, ¿no?

Cuando Lergand acabó de cantar, aplaudió un poco, luego habló:

Häj! Si queréis, os ayudo con la magia...

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Re: Asuntos pendientes (magia y otros quehaceres) [Libre]por Lergand, Lun Jun 15, 2015 12:37 am
Rurik, por suerte para mí, no me despreció por tener un arco. Simplemente mostró indiferencia y transformó una hoja en una tela para tumbarse en el suelo. Después se ofreció a ayudar, si lo necesitábamos. Intentaría realizar algunos hechizos difíciles, si me veía en apuros le pediría consejo.

-Muchas gracias. Si necesito ayuda te lo hago saber, voy a intentar invocar algo -dije, amablemente.

Tesshia aceptó mi invitación, contenta. No pronunció palabra alguna, pero se le notaba. Emanaba un aura de paz. Casi parecía que sus acciones fueran un pequeño baile al son de mi canción. Se puso a practicar, transformando una rama en una más robusta y con más hojas. Era precioso, la magia lo era. Por mi parte, evoqué las runas de mi hechizo junto a la canción, como si fuera parte de esta.

VADI

Un pequeño árbol empezó a crecer de la tierra, aumentando de tamaño vertiginosamente hasta adquirir la altura de un humano bastante grande. Tenía forma humanoide, aunque su piel era de la madera de los árboles y tenía brazos cuales ramas, piernas como raices y un frondoso follaje sobre sí. Era un elemental de bosque. Era una de las invocaciones del libro. Me sentí bastante orgulloso.
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Re: Asuntos pendientes (magia y otros quehaceres) [Libre]por Invitado, Jue Jun 25, 2015 1:13 pm
Rurik se habia acostado boca arriba al lado de un árbol justo después de transformar una simple hoja en una gran tela. Era increíble lo que había hecho y miré la tela con la boca abierta. No había visto cómo había conseguido hacerlo sin decir en voz alta ni una sola runa. Iba a decirle cómo lo hizo sin embargo el elfo de verdes cabellos. Invocó un elemental pero ¿cuál era? Saqué del zurrón que siempre llevaba el Libro de la Tierra y rebusqué entre sus hoja sin embargo aún no entendía nada. Aún no sabía leer el alfabeto arcaico y los pocos hechizos que sabía eran de recuerdos que papá me había enseñado. Paré en una página y me fijé bien en el hechizo. Solo sabía la segunda letra... era la misma que yo escondía en mi mano. ¿Cómo la había llamado Lumière? Shaed... Exacto. Era la Shaed, la runa de la oscuridad.
Miré a los dos muchachos con algo de vergüenza y puse el libro en el suelo aún abierto por la página donde estaba el elemental. Con cuidado me acerqué al elfo observando al elemental intentando que no me hiciera nada. Me puse de rodillas muy cerca suya y me acerqué el libro volviendo a señalar la primera letra.

- ¿Cuál es esta letra?- dije mirándolo con una expresión de auxilio.

Quería aprender más magia. Casi no recordaba lo que papá me había enseñado y nunca había sabido leer runas. Neceditaba invocar algo aunque sea pequeño.
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Re: Asuntos pendientes (magia y otros quehaceres) [Libre]por Lergand, Sáb Jul 04, 2015 5:13 pm
Tesshia parecía bastante fácil de impresionar. Se quedó con la boca abierta sólo con lo que Rurik había hecho, transformar una hoja en una tela en la que acostarse. A mis ojos, esto le dio la motivación necesaria para seguir entrenando y aprendiendo. Era algo que me inspiraba mucha ternura. En cuanto invoqué a mi elemental ella se puso a hojear el Libro de la Tierra, probablemente buscando el hechizo que acababa de hacer. Cuando lo encontró se acercó cuidadosamente, como temerosa de que le pudiera hacer algo con aquella criatura de bosque. Se arrodilló y me mostró el hechizo. Estaba señalando una runa cuando me preguntó por ella. La miré detenidamente y recordé la introducción del libro.

-Esa es Revé. Es una runa que representa la luna, es como... la luz en la oscuridad -dije mirándole con una sonrisa-. Este es un hechizo de invocación de Lobo de Rosal. Y tiene como requisito... -evoqué unas runas del libro de la Tierra y del suelo creció una única y solitaria flor, una rosa blanca como la Luna- una rosa. Cuando evoques estas runas y te concentres en llamar al lobo, él vendrá a través de la flor. Prueba.

Esperaría, curioso, a que mi nueva y pequeña amiga lo intentase. Si por algún casual no supiese del resto de las runas se las explicaría y ayudaría a comprender. Incluso si me lo pidiese invocaría yo mismo uno, como ejemplo. Aquel entrenamiento estaba empezando a ser productivo y quería que Rurik viese los resultados de aquella pequeña. De modo que lo llamé con la mano, para que la supervisase.
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Re: Asuntos pendientes (magia y otros quehaceres) [Libre]por Invitado, Miér Jul 15, 2015 10:39 pm
Una nueva runa ahora me sabía y me alegré mucho aunque las otras dos no me las sabía. Suspiré algo cansada y con mucha vergüenza al no saber leer y muchísimo menos escribir. Miré al elfo de nuevo perdiendo la sonrisa y miré el libro intentando adivinar las runas que podrían ser. Seguro que papá había hecho este hechizo pero no lo podía recordar. Miré bien el hechizo solo necesitaba dos runas más.
- Reve Sasel ... - dije con tartamudeos - Reve ... Sasel ... - suspiré de nuevo y miré la siguiente runa esforzándome al máximo por intentar entenderla.
No. No podía hacerlo. Seguramente ambos se estaban riendo de mí por detro por no saber leer. Miré al muchacho que había transformado la hoja en una tela y vi que estaba dormido aunque no se escuchaba ni un ruido. Al menos él no se había enterado de nada. Miré de nuevo al elfo con una sonrisa incómoda y mi mano se fue tras la cabeza." Si quizá le digo que no se leer me ayuda quizá"
Bajé la cabeza y junte mis manos nerviosa por lo que le iba a decir.
- Yo... no puedo invocar este hechizo. No se leer ni escribir en ningún idioma. - las lágrimas intentaban salir de mis ojos. Papá hubiera tenido mucho que decirme y esperaba ahora una bronca - Lo siento. Quizá puedas ayudarme. ¿Querías enseñarme a leer y a escribir? - junté mis manos y las puse hacia arriba en forma de suplica - Por favor.
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Ver como aquella dulce y delicada niña, llena de vendas, gasas, parches y curas casi rompe a llorar me conmovió. Me recordaba a mí, cuando llegué por vez primera al mundo de los hombres: solo, perdido, sin apoyo, sin saber entenderme con nadie. Sin saber leer o escribir...hasta que llegó él. Y hasta que él se fue. Una lágrima se deslizó por mi mejilla, aunque no dejé de sonreír.

-No te preocupes, te entiendo. No tendrás problemas con eso nunca más... -y sin darme cuenta, mirándola a los ojos, un poder que nunca supe con certeza que tenía comenzó a fluir. Mis pensamientos, llenos de runas, letras, significados, sonidos... Todo eso comenzó a invadir mi mente y, si aquella dulce niña se dejaba enseñar, mis conocimientos comenzarían a invadir su mente también.

No tenía la más remota idea de qué podría suceder. Nunca había usado aquellos poderes. Mentalistas, se dice. Un don con el que se nace y, no obstante, no había deseado. Notaba cómo me iba agotando física y psicolígicamente. Las extremidades me temblaron. Arrodillado, apoyé las manos en el suelo para no caer y cortar el contacto visual. Cuando ya había depositado en ella todo el conocimiento que pude respecto al alfabeto, las runas y demás cerré los ojos. No los volvería a abrir en unas horas. Me había desmayado.

Una voz masculina comenzó a cantar... En aquella inmensa oscuridad una delicada melodía comenzó a sonar...

Alma llevada por el viento, robada por un humano.
Oh, Tierra, oh lluvia tormentosa, oh cielos, oh luz...



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Re: Asuntos pendientes (magia y otros quehaceres) [Libre]por Invitado, Dom Ago 30, 2015 11:44 am
¿Estonces Lergand había dicho que si? Eso esperaba la verdad ya que no intuía lo que iba a hacer. Estaba algo desconcertada con todo esto. Pero no creí poder hacer nada de momento. Volví a mirar el libro y pasé el dedo junto a las runas. Algún dia, muy pronto, ya podría invocar a este elemental. ¿Cómo lo había llamado Lergand? Oh, si. El lobo del rosal, el cual tenía un requisito especial. Debía haber una rosa. Pronto miré la rosa blanca que mi nuevo amigo elfo había hecho crecer ante mis ojos y le acaricié los pétalos sin prestar atención a mi alrededor y cuando volví a mirar a Lergand algo pasó.

Tras una palabras del elfo mi mente se llenó de runas, palabras hechizos, letras,... ¿Qué estaba ocurriendo? No entendía cómo había hecho todo eso él aunque se estaba debilitando en cantidad y al poco tiempo este cayó al suelo o mejor dicho encima mia. Sujeté a Lergand como pude y lo apoyé en el suelo preocupada. Le tome el pulso y comprobé su respiración y tras eso me tranquilicé un tanto. Aun estaba vivo y no parecía tener signos de alguna herida grave, aunque claro, no se podía tener del todo claro. Miré a Rurik un momento y lo vi dormido. No se enteraba de nada. Suspiré y me levanté cogiendo a Lergand desde los hombros y lo puse como pude encima mia.

- Como pesas Ler. - le dije con una sonrisa.

Me levanté con el elfo encima mia y noté como me temblabas las piernas pero... debía llevarlo a que alguien lo viera. Quizá era grave lo que le pasaba. Empecé a caminar con dificultad pero decidida. Tenía que ayudarle. Era mi deber tanto de curandera como de amiga y compañera suya. Pasé por el bosque y a cuando vi la Torre mi cuerpo cedió y caí hacia adelante sudorosa y cansada. Sacudí la cabeza y me levanté con cuidado de no hacerle daños al elfo. Le cojí de los pies y tiré de el pero no se mo ió ni un milimetro. Le dejé los pies y lo cojí de nuevo y lo puse encima mia y me levanté pero volví a caer sin más remedio. Sacudí la cabeza y me volví a levantar sabiendo que no había otra opción. Mi cansacio no importaba sino la salud de todos los demás.

Cuando llegué a la enfermería despues de subir los 6 primeros pisos de la escuela dejé a Lergand en una cama y yo cai rendida a sus pies con una respiración rápida y pesada. No me podía mover y me intentaba tapar las numerosas heridas que el traslado me había provocado. Sin embargo Lergand seguía intacto y eso era lo que importaba ahora. A los pocos minutos, me levanté y cogí un vaso y una jarra de agua fría y le hice beber un poco para que se hidratara. Ahora solo quedaba revisarle aunque antes encendí varias velas ya que ya estaba anocheciendo.

- Te repondrás en un momento Lergand. Solo espera y yo te ayudaré. - dije cansada del viaje aunque hasta que él no despertara y me dijera que estaba bien no iba a dormir.
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