Había terminado hacía escasas horas el nuevo término de su magia y se dirigía de vuelta a la torre, sin embargo, una joven llamó su atención mientras practicaba con el arco, reforzó las vendas de sus manos y se acercó lentamente a ella desde un lado mientras la miraba concentarse para empezar a disparar. La miró a ella y a la diana indistintamente y se paró a unos pocos metros para no molestarla.

Le pareció que había murmurado algo para sí misma y disparó, acertando al objetivo. Asintió para sí mismo y se acercó entonces a ella, saludándola mientras agarraba con la otra mano su bastón nudoso.

-Pareces buena con el arco... -miró mientras tanto a su alrededor, como si quisiera atisbar a la chica del bosque, ¿andaría ella también por ahí? Volvió a mirar a la joven y le tendió la mano. -Me llano Seth, perdona, no pretendía interrumpirte, sólo te miraba entrenar.

Asintió hacia ella en señal de respeto tras saludarla, y se sentó cerca para observarla, estaba relatiavamente fatigado y no parecía haber muchos más alumnos por allí cerca, quizá ella también fuera nueva, como Lira en su momento. Se encogió de hombros y siguió mirándolar entrenarse en el combate a distancia.

-¿Estás tú sola aquí? ¿Nadie te ayuda a entrenar?

Sentía que todos los que llegaban a la torre, fueran magos, guerreros o refugiados, se encontraban solos al principio de todo, y podía ser frustrante para ellos. La vida era dura fuera de la protección mágica del valle y parecía que dentro de él la cosa no cambiaba demasiado. Escuchó a la joven mientras seguía meditando en su cabeza los advenimientos que había tenido esas últimas semanas.