Nombre y apellidos: Erika Knight.

Sexo: Femenino.

Edad: Casi 19.

Condición vital: Viva.

Bando: La Diosa.

Raza: Humana. Mentalista.

Profesión: Aprendiza de magia.

Escuela: La Torre.

Clase social: Cuando era más pequeña, era campesina, ahora es la hijastra de un comerciante.

Descripción física:
Erika con 16 años tenía la mente, la cara y el cuerpo de una mujer, aunque no era muy corpulenta, más bien era todo lo contrario. Parecía tan frágil y delicada... Y, sin embargo no lo era. Su semblante pálido, de mármol, emanaba frialdad, pero también serenidad, con los rasgos delicados y finos.
El cabello de Erika era de un color castaño fuerte, que, aunque era oscuro, no se confundía con negro para nada, y con ondulaciones, todos los mechones acababan en un rizo bastante grande. Cabe añadir que su pelo lo llevaba un palmo y medio por debajo de la nuca, ya que le molestaba llevarlo muy largo.
Y de sus ojos... ¿Qué decir de sus ojos? Eran unos ojos increíbles, de un azul profundo como el océano, un tono bastante extraño, más oscuro de lo habitual, enmarcados por unas tupidas y largas pestañas.
Sin embargo, lo que más destacaba en ella eran sus labios, de un tono carmesí sin igual que, a pesar de ser tan intensos, resultaban naturales en una chica como ella. Desde pequeña su madre nunca había tenido duda de que cuando creciera, Erika sería el blanco de todas las miradas masculinas y, en efecto, así era.
En ciertas ocasiones suele vestir un vestido azul estrecho de la cadera hacia arriba y de caída libre, aunque desde su llegada a la Torre porta una túnica blanca.

Descripción psicológica:

Erika era una chica solitaria, perspicaz, inteligente, buena y, a veces, con toques que a los adultos les resultaban un tanto cómicos. Solo hablaba cuando la ocasión lo requería y, por eso, cuando se mostraba callada, su familia no lo percibía como un hecho anormal.
De todas formas, era una muchacha muy atenta que siempre se interesaba por la mayoría de cosas. Tenía también un gran sentido de la justicia y no le importaba luchar contra aquello que no le parecía bien, cosa que en ciertos momentos, le provocaba algunos problemas, aunque todos terminaban solucionándose.
Le daba igual lo que pensara la gente de ella y pensaba que valía la pena morir defendiendo sus creencias. Era una luchadora nata, defendía sus intereses y derechos, siempre conseguía lo que quería, pero sin llamar mucho la atención, lo hacía de una forma que no parecía obra suya, como si todo le pasara por casualidad.


Historia: Erika siempre había creído que su destino era ser una campesina, trabajando de sol a sol hasta exhalar su último aliento, pero todo cambió un par de años después de la muerte de su padre. Su madre se casó con un comerciante, el cual siempre la trató con respeto y le proporcionó buena comida y buena ropa. Su madre y su padrastro veían que tenía interés por aprender y que tenía afinidad con el fuego, así que tras meditar largamente el destino de Erika y, sin contar siquiera con su opinión, la mandaron a la Torre a estudiar, aunque esperaban que volviera para continuar ayudando con el negocio de su padrastro. Aunque esto último no entraba en los planes de Erika. Ella era un alma libre, sedienta de conocer gente nueva y no quería pasarse el resto de sus días como lo estaba haciendo su madre, así que, cuando terminara sus estudios en la Torre, tenía pensado quedarse allí un tiempo.  ¿Cuánto? No lo sabía aún. Además, tenía pensado viajar, conocer gente,  ayudar a todo aquel que lo necesitara... Y, más adelante, si surgiera, empezar una relación con algún chico, aunque aquello no entraba tampoco en sus planes, prefería vivir al día a día. Y... Bueno, su trayecto desde Vergel, su tierra natal, a la Torre no fue fácil, pero tampoco tan difícil, si bien se topó con algún ladrón que trató de robarle el poco dinero que llevaba encima, aunque ella siempre consiguió huir, aunque en la huida cayera y se hiciera alguna herida en su piel de aspecto de porcelana, y todas las miradas se clavaban en ella allí donde pasaba por ese motivo. Las malas lenguas de los pueblos por los que pasaba decían que se dedicaba a la prostitución, pero aquello era totalmente falso: simplemente ella hacía favores a la gente, tales como ayudar a una mujer mayor a ir a algún sitio, cuidar niños... A cambio de dinero, pero nunca había ejercido la prostitución, ni se lo había planteado. Su destino era la magia y, aunque estuviera sola en la Torre, iba a lograr ser maga, costase lo que costase.


Gustos y aficiones: La astronomía, leer libros de casi cualquier tema, los animales, los dragones, tocar el arpa...

Cosas que detesta: Los traidores, las injusticias, la gente que daña a cualquier animal...

Virtudes y defectos:
- Su sentido de la justicia.
- Era inteligente.
- Su valentía.

- A veces implicándose tanto en ayudar a la gente, se metió en algún lío.
- Era muy solitaria.
- Poco habladora.

Manías:
- Morderse las uñas.
- Ser fría y distante en ocasiones.


Curiosidades:
- Adora a los dragones.
- Como ha nacido en Vergel, ha conocido a muchos dragones y ha trabado amistad con todos ellos.
- Cuando tiene confianza con alguien es muy sociable y agradable.
Objetivos y metas:
- Llegar a ser maga.
- Ayudar a la gente y a La Diosa.
- Ser Archimaga algún día.

Otros datos de interés:
- Nació el 25 de octubre, bajo el signo de Escorpio.
- Su color favorito es el morado.

Ficha aceptada, Erika Knight.